Notas de autor: Bueno esta idea no me dejaba de dar vueltas por la cabeza. Así que antes de ponerme a estudiar en serio xD. Decidí subir el primer capítulo de "Como dos gotas de agua".
Disclaimer: ¿De verdad creen que algo me pertenece?. :( Si así fuera, la pelicula de la jungla ya tendría fecha de estreno con secuelas posteriores. Y los Patakis habría sido una realidad xD.
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Hillwood.
Había una pequeña niña de cabellos rojizos que corría con fuerza, no tendría más de 10 años y llevaba un vestido de color verde, su cabello recogido en una trenza de lado y adornado con un pequeño moño de color naranja.
Lágrimas bajaban de sus delicadas y rosadas mejillas, estaban tan rojas como un atardecer en verano. Algunos sonidos escapaban de sus labios a forma de queja y en un intento de llevar oxígeno a los pulmones de la exaltada chiquilla. Corrió por al menos otras tres calles más hasta que observó su hogar. Un edificio viejo y desgastado de color rojo, no importa cuánto invirtiera su padre en mantenerlo en pie. El edificio simplemente ya estaba terminando de dar lo que tenía que dar. La niña finalmente entro azotando la puerta y sin dirigir palabra alguna a las miradas curiosas se adentro en su habitación, para terminar de sollozar.
Escucho los pasos de alguien que subía por la escalera rumbo a su habitación. Pero se negó a contestar cuando escucho su nombre.
-No quiero hablar- Refunfuño con el rostro escondido en la almohada. Eso no pareció detener al hombre rubio que invadió la habitación.
-¿Que paso princesa? ¿Alguien volvió a molestarte en clase?- La preciosa chiquilla se giró a ver su padre y asintió. Para volver a refugiarse en la almohada. -¿Fue de nuevo ese chico?- La chica volvió a asentir esta vez sin mirarle. -Mist hija ¿Quieres hablarlo conmigo por favor?. Sin tratar de ocultarte como avestruz en un agujero- comentó divertido mientras se sentaba a un lado de ella y le daba palmaditas en la espalda tratando de darle valor.
"Me molesta todos los días, no sé que le hice papá. Trato de ignorarlo. ¡Pero no puedo!. Hoy me dijo que tenía cabeza de balón y que mi cabello parecía un escoba" Arnold quiso reír pero se abstuvo. Hace mucho que no escuchaba ese apodo. Le recordaba a cierta rubia que le había apodado de la misma forma hace mucho tiempo, pero ahora debía concentrarse en su hija.
"Hija no debes poner atención a los comentarios de un chico, eres preciosa. Todos dicen que te pareces a mi. ¿Acaso te parezco feo?" La chica negó con la cabeza.
"Es que me estoy cansando papá. Hoy trate de hablar con él y razonar y aunque al principio parecía calmado y tranquilo. Por un momento hasta pensé que funcionaría. Se veía realmente arrepentido pero en un segundo me miró como si fuera un insecto ¡Y exploto! Me empujo y se fue. No sin antes quitarme mi jugo de frutas. Ya estoy harta papá" El rubio abrazó a su hija tratando de calmarla, sus manos acariciando con cariño los mechones escarlata que bajaban por su hombre. Dándole más consejos y contándole historias de cuando era niño y cierta niña de una sola ceja que también lo molestaba logro calmarla. Tras unos minutos más la niña parecía mucho más repuesta y se adelanto hasta el escritorio que tenía al lado de la puerta, se abrazo a su osito de peluche y regreso a él.
"¡Vamos a cenar papá!" Le siguió con la mirada aún pensando que es lo que iba a hacer al respecto.
Había tratado de ser comprensivo con el chico, quería pensar que actuaba así porque llevaba tan solo dos semanas en su nueva escuela y no se lograba adaptar. Pero tampoco estaba dispuesto a permitir que su hija estuviera expuesta a esos abusos.
Además los tiempos habían cambiado, cuando el era niño lo máximo que los abusones le llegaron a hacer -Exceptuando a Wolfgang y su pandilla.- Era lanzarle bolitas de papel o jalarle el pelo. Pero ahora parecía que los abusos eran mucho más agresivos, más personales. Y no pensaba permitir que su hija se convirtiera en una abusada.
"Mañana iré a la escuela y hablaré con tu maestro. No te preocupes no dejare que te hagan nada" Le reconfortó al ver como su semblante se llenaba de miedo. "Todo estará bien. Confía en tu padre" Diciendo eso le guiño un ojo y se levanto "Ahora ¿Como se llama este chico?. Para saber con quién me enfrento mañana" preguntó bromeando.
"Gary P. Becher." contestó la chiquilla lanzando un bufido. Como si el chico estuviera frente a ella. El asintió y estaba por retirarse cuando escuchó que su niña le llamaba nuevamente.
"Papá" Arnold se giró a ver su pequeña. "Gracias"
Arnold simplemente le sonrió y se fue de regreso a la sala donde sus padres le esperaban preocupados; No era común ver a la su nieta actuar así. De cualquier forma iba a arreglarlo.
Era curioso, olvido preguntarle qué significaba la P. Y nuevamente pensó en cierta rubia que fue su tormento de la infancia. Tal vez los abusones se parecían en algo.
Mientras tanto en otro lado Hillwood en un apartamento situado en el centro de la ciudad...
Había una mujer rubia que miraba el reporte en sus manos, fatigada y angustiada por lo que decía en la nota.
Mañana tenía demasiado trabajo en la oficina, miles de papeleos que arreglar y sin olvidar que aún no encontraba una actriz para el papel estelar. Y ahora esto. Un reporte por mala conducta de su hijo Gary. Trato de llamar a Michell pero no contestó ni una sola de sus llamadas.-Como siempre.- Su celular no paraba de sonar. Sabía perfectamente quién era y que era lo que querían. Pero ¿Cómo iba a contestar? Estaba hecha un caos. Suspiro frustrada cuando se dio cuenta que por más que tratara de evitarlo, tenía que hacer algo y dar la cara como la madre de Gary.
"Buenas tardes" contestó al fin.
"Señora Pataki. Buenas tardes. Hablo por parte de la escuela primaria de su hijo. Probablemente ya sabe por qué le llamó y sé que se encuentra ocupada. Pero de verdad necesito que venga mañana a una junta para hablar sobre las actitudes antisociales de su hijo y examinar posibles estrategias para mejorarlas" Helga sonrió sarcásticamente. Irónico, cuando era niña había ido a ver a la Dra. Bliss por la misma razón y habían utilizado exactamente las mismas palabras. ¿Que era una frase de manual?.
"Por supuesto directora Shank. Mañana estaré a la hora" Y sin más colgó.
Dios. Porque justo ahora, de reojo observó a su hijo entrar con toda la intención de irse sin siquiera saludar.
"Gary. Vamos a hablar"
Helga apreció a su hijo, su cabello castaño y corto peinado de forma rebelde hacia arriba, su aniñado rostro fruncido en una nueva de enojo y sus resplandecientes ojos de color azul clavados directamente en ella.
Gary sintiéndose examinado miró a su madre con molestia y lanzó su chaqueta a un lado. Sentándose lo más lejos de ella que pudiera. Odiaba que le llamaran la atención.
"Suéltalo. ¿Qué me vas a quitar esta vez?. ¿Mi patineta?, ¿la laptop?. ¿Tu tiempo? Oh- espera olvida eso último no lo tengo. " Proclamó con arrogancia. Claramente retándola. Helga tan sólo suspiro. Gary era un chico muy inteligente y aunque ahora no lo parecería, muy educado y amable.
No era para nada un abusón. En su escuela anterior incluso era el presidente de la clase y se llevaba bien con todos sus compañeros. ¡Podría incluso decirse que era de los populares!. ¿Y ahora recibía una nota por mala disciplina y violencia?. Bueno aunque estaba segura de saber la razón de ese cambio de actitud.
La ruptura y separación de Helga con su esposo -Padre de Gary-parecía haberlo afectado mucho. Iniciando con esta nueva actitud retadora. Por eso no sabía cómo actuar. Ella había sido una abusona en sus tiempos pero nunca al grado de Gary y no estaba acostumbrada a que el lo fuera. Era la primera vez que hacía algo como eso.
"Gary. Sé cómo te sientes con respecto a lo de tu padre y a mi. Pero debes entender que el hecho que nos separemos, no significa que se separe de ti. Michell te ama, es tu padre y eso no va a cambiar nunca. Simplemente no funcionamos como pareja."
"Si claro. Por eso no me ha llamado desde que llegamos aquí ¿No?." Gary contestó furioso, tirando el celular en la mesa en un claro acto de reproche.
Así que de eso se trataba. Hizo nota mental de hablar con el imbécil de su ex esposo y si era necesario ir hasta Dinamarca por el para que atendiera a su hijo así lo haría.
"Este lugar es una mierda, este rancho no tiene nada interesante. Puros niños idiotas y mocosas mojigatas"
"Gary Pataki Bercher si vuelvo a escucharte hablar así tendrás un muy fuerte castigo. ¿Entiendes?"
"¿Como cual? ¿Mandarme a una escuela militar? Sería una buena excusa para deshacerte de tu hijo" reto encolerizado. Helga arqueo una ceja en respuesta.
"Oh no Gary eso es para bebes. Le diré al abuelo Bob que quieres pasar los todooos fines de semana con él. Solos tu y el abuelo Bob." Declaró ella cruzándose de brazos y alzando el ceño triunfante al ver el rostro de asombro-susto de su hijo.
"No te atreverías"
"Pruébame" El chico tan sólo gruño deslizándose sobre el sillón, reconociendo que había perdido. "Lo mismo va para el asunto de abusar de otros chicos. Gary Pataki Becher sí vuelvo a tener un reporte de ti porque hiciste acoso escolar, no te la voy a dejar fácil."
"Tu fuiste una abusona y mirate ahora."
"Yo nunca le corte el cabello a una niña." Tal vez a un chico pero eso no se lo pensaba decir a su hijo. No quería que siguiera usando a su yo de 10 años como ejemplo "Además escuche que metiste la cara de un niño en el retrete. Por eso mismo mañana le pedirás disculpas y le entregaras un obsequio con el dinero de tu mesada. Y si vuelves a hacer eso, yo misma meteré tu rostro pero en un reformatorio. ¿Entiendes?".
"¿Que?" le grito molesto. La rubia alzo la ceja y el chiquillo volvió a sentarse.
"Veras Gary la desventaja de tener una madre que fue abusona es que sé exactamente cómo evitar que lo sigas siendo. De eso me encargo yo." Se levantó y se dirigió hasta donde estaba él. Su semblante arrogante cambiando por uno mucho más calmado. Envolvió a su hijo en un abrazo a pesar de las quejas del chico y acarició su cabeza. "Escúchame. . . Y deja de pelear en mis brazos o te inmovilizar en una llave." El chico se tensó. Su madre si era capaz. "Ser el abusón de la escuela es muy solitario. Por eso mismo te lo he contado, no es para que vayas queriendo seguir la tradición familiar y actuar como una escoria frente a los otros niños y alejes a tus compañeros. Te lo cuento porque puedes perder muchas oportunidades de ser feliz. De conocer amigos, chicas. De que te unan al círculo"
"No me importa si no lo hacen. No los necesito." Helga lo abrazó con más fuerza. Dejando salir un suspiro de sus labios mientras recordaba su problemática infancia. No quería que su hijo pasara por lo que ella.
"Sólo dales una oportunidad de conocerlos. Te sorprenderás" El castaño poco a poco se dejaba vencer y finalmente apoyó su cabeza en el regazo de su madre. "Perdóname sé que no he sido la madre que esperas. Soy un caos justo ahora lo admito. Y tu padre es un adicto al trabajo. Pero te amamos. Eso no va a cambiar. Así que porfavor no arruines tu vida escolar por culpa nuestra. Conoce a tus compañeros y veras que te divertiras"
El castaño se quedó en silencio. Pero Helga sabía que había entendido la lección. Bien ahora solo tenía que arreglar el pequeño incidente.
"¿Que voy a llevar de regalo?. No me digas que unas flores porque ni de loco le doy flores a esos tontos"
"Hmm... ¿Te parece si vamos a cenar juntos y de ahí pasamos al centro comercial?" ofreció ya buscando su cartera, sin esperar que contestara.
"Pero tienes mucho trabajo mamá" Era cierto. La rubia le lanzó la chaqueta y tomó las llaves del auto.
"Vistete ya mocoso y vamos" El castaño sonrió cómplice. La hora del acaramelado momento madre e hijo había terminado. Y esa era la forma de decirle que -Al diablo el trabajo.- Disfrutaría una noche con su hijo.
...
Unos minutos más tarde en la pizzeria planeta.
"Entonces ... esta niña. Mist no es así?." Pregunto una vez que se encontraban ya entrando a la pizzeria the italian show.
"¿Qué hay de ella?" pregunto a la defensiva. Buscando con la vista al mesero.
"Oh nada. Me parece curioso que sólo la molestes a ella" comento burlona.
"N-no es así!. También molesto a Frank y a los otros niños" se defendió tratando de esconder su sonrojo.
"Tu lo dijiste. -Niños-" Oh si. Esto se sentía como en los viejos tiempos. La imagen de cierto rubio volvió a aparecer en su mente, inconscientemente la sonrisa en su rostro desapareció. Nunca pudo olvidarlo, si bien ya no se sentía morir de amor por él, aun le recordaba con un poco de melancolía. Después de graduarse de la preparatoria cada quien tomo su rumbo y había perdido rastro de todos cuando se mudó a Chicago. -De todos excepto de Phoebe y de Rhonda.-
"No me gusta" refunfuño tras de varios minutos. Al tiempo que llegaba la pizza de peperoni.
"Yo no dije nada" comentó volviendo reír.
"No. Pero siempre me dices como molestabas al chico que te gustaba para llamar su atención."
"Oh ¿Tu también ves los patrones?" El castaño le lanzó una mirada de indignación y se refugió en la pizza.
"Estoy bromeando Gary. De todos modos, compórtate ¿Quieres?. Debes de ser un caballero con las niñas. Así ganarás su corazón" Le guiño el ojo y se unió a él para cenar.
Era una lástima que lo de aquel amor platónico que sentía cuando era una adolescente no dejará de ser platónico. Pero... miró a su hijo que comía tan despreocupadamente. Al menos tenía a Gary, incluso si su matrimonio con Mike no había funcionado. Era inmensamente feliz de tener al castaño a su lado. A pesar de que a veces no encontraba como comunicarse bien con él.
Su hijo era su todo.
Al día siguiente por la tarde.
¡Criminal!. Tenía que llegar tarde justo ese día. Si tan solo la tonta maquillista no se hubiera tropezado en las escaleras de su casa y se hubiera roto una maldita pierna no habría tenido ese retraso para buscar a otra maquillista para su nueva obra. -De acuerdo estaba siendo injusta- Se aguanto las ganas de vociferar en voz alta mientras recorría los pasillos de la primaria. El lugar era definitivamente de lo mejor aún en sus carreras podía apreciar la perfecta infraestructura del lugar y el orden con el que los maestros organizaban la salida de los alumnos. Estaba contenta de haber decidido mandar a Gary a una escuela privada y no a la escuela pública 118.
Se apresuró al ver que llevaba ya 15 minutos tarde y después de vagar por un rato más por fin encontró el aula que tanto buscaba. Al adentrarse se encontró que ya le esperaban..-Lógicamente.- Se excuso y se adentro para sentarse a un lado de su hijo. Tal vez por las prisas de estar retrasada o por que estaba tan agitada no se había percatado de que había un hombre en particular que la miraba con una enorme sorpresa e incredulidad. No fue hasta que escucho que alguien gritaba su nombre que se percato de ello.
"¿Helga?" La rubia palideció al reconocer a su ex compañero de clase.
"¿A-arnold?"
Notas finales. xD Espero les guste :P
