Hola, estoy feliz porque este es mi primer fic en español…nunca lo había hecho antes, pero pa´lante y sin miedo ¿verdad? Espero que me acepten y disfruten de esta historia…
Mi español es puertorriqueño, a si que si no entienden algunas palabras siéntanse libres en preguntar, para eso estoy aquí
Hetalia no me pertencen, ni los eventos históricos solo my oc…va a ser T por las palabras, violencia y entre otras cosas más…parejitas obvio.
Para algunos países Europeos su idea fue tonta y absurda, así que se negaron en darle la ayuda necesaria al pobre Antonio. Pero, con todo y problemas, y la ayuda de su reina obvio, embarco hacia lo él le llamaría "El Nuevo Mundo". Muchos pensaron que él no iba a volver vivo de este loco viaje, (en especial Romano que hasta lo deseo, pero por dentro se moría en pensarlo nada mas)
-¡He regresado a mi casa querida! El español entro con sus manos llenas de tesoros y riquezas incalculables, y una tropa de niños a sus tobillos, pero no eran los suficientes como para convencer a su reina, (ni tampoco para causarle un infarto a Romano)
Todos los presentes se sorprendieron al ver el español vivito y coleando, como si nada hubiera pasado. Había murmullos, risas y un suspiro de relajación, (que seguramente Romano lo negara después, pero eso son otros veinte pesos aparte)
-Seguramente debes estar cansado, Antonio- dijo su reina y Antonio simplemente miro con esos ojos verdes semejantes a las hojas en plena primavera y sonrió; luego asistió con su cabeza.
Después de días, Antonio se sentía vacio; hay que decir que si tenía oro, niños bellos y a Romano, pero nada de esto le llenaba ese hueco que su alma sentía cada vez que sus ojos miraban a los mares del oeste. El saber más de los secretos que ese mundo guardaba en sus extrañas puras y misteriosas, hacia que ese hueco se hiciera más grande y aun más difícil de llenar. Por eso cada tarde se iba al puerto con Romano y sus "mininos" como cariñosamente les dice, solamente para perder su tiempo mirando hacia el mar. Seguro que él veía a sus pequeños correr y jugar con la blanca arena, pero sus oídos eran sordos, no podía escuchar sus inocentes e infinitas risas. Esta angustia lo envolvía tanto que a veces ni el mismo reconocía la persona que el espejo enseñaba. Tenía que volver a esas tierras antes de que pierda el hilo de mente sana que él tiene. Antonio debe convencer a su reina una vez más.
-Mi reina vaya a saber usted que mas hay allá- dijo el español, su tono mezclado de angustia y desesperación. –Sus nombres serán poderosos. Los demás temblaran de solo escuchar sus nombres; Fernando e Isabel. Solo piense usted- los reyes se intercambiaron miradas y sonrieron. ¿Cómo le van a negar la ayuda de nuevo si acabo de traer riquezas?
Con una carta en mano cantando una canción sin ritmo, pero lo hace feliz, se dirige al puerto en busca de una tripulación que esté dispuesta a navegar en esas aguas que robaron el corazón del español. Tenía sus naves y sacerdotes, por otras razones que no vienen al caso, y maestros.
Al llegar al puerto con su bandera en sus manos Antonio de interpone en el medio de unos hombres y aclara su garganta.
-Es hora de poner el nombre de nuestra España en alto- grito fuertemente Antonio que hasta hubo un silencio absoluto en el puerto. -¿Quién está conmigo? Sean valientes, sean guerreros. Oro y entre otras cosas nos esperan!- sonrió orgullosamente al terminar sus palabras de aliento.
-¡Viva España¡ fue lo que Antonio consiguió oír y lo hizo inmensamente feliz.
Otra vez vería esa tierra misteriosa. Otra vez vería a esa gente. De verdad no le importo dejar a Romano atrás, porque viajes como este no se sabía el desenlace que podían tener, esa sonó como una razón válida, que se pudo creer hasta el mismo, pero no era cierta. Antonio tenía otras intenciones en su mente. Unas intenciones que ni el mismo español la sabia. Antonio se encerró en una burbuja la cual sería difícil de romper, y que cada vez que se alejaba de su tierra de hacia mas y mas fuerte.
-Este nuevo mundo será todo mío. Mío y de nadie más- sonríe el español cuando sus ojos verdes ya no pueden ver a su tierra.
El seguía en su mundo sin saber que había otras personas que iban a evitar a toda costa eso mismo. Evitar que Antonio y su corona se quedaran con la mitad del mundo y también tratar de adquirir la mayor parte de la riquezas ante que los demás. Una carrera contra el tiempo, una competencia para ver quién va a ser el dueño supremo de estas tierras, para ver quién es el más fuerte y quien es el sale victorioso. Para esto van a usar todo lo que se encuentre en su arsenal, sea bueno o malo.
Okay…el primer capítulo es solo una introducción a la historia como tal…espero que le haya gustado y también espero que la lea y me dejen un review y comentarios y también consejos y ayuditas….todo será bienvenido…hasta insultos si quieren….hay no insultos no me hacen sentir mal…gracias!
