Los sentimientos que siempre odie en los otros, son los que me embargan en este momento. Melancolía, tristeza, arrepentimiento, amor.

El juego se termino, ahora ya no importa de quien fue la culpa, yo me cerré las posibilidades de escape cuando me proclame Kira. Grite victoria demasiado rápido y estoy pagando las consecuencias.

Ahora corro como un perro huyendo de su amo, de los que una vez fueron mis subordinados.

Después de algunos minutos, me doy cuenta de que nadie me sigue, no se si sentirme feliz, o decepcionado. Pero, ¿Qué tan lejos puedo ir con esta herida?, tienen razón en no seguirme.

Mi vista se empieza a nublar de un momento a otro debido a la hemorragia, la sangre no deja de correr por mi brazo. Pero, ¿Qué mas da?, se muy bien cual será mi final, solo es cuestión de esperar a que Ryuk anote mi nombre en la Death Note.

Detengo mi carrera y me meto en el la primer bodega que veo abierta. Con mis últimas fuerzas me dejo caer en las escaleras del lugar.

Mi pecho sube y baja de manera rápida e irregular, se que no me alcanzara el tiempo para arrepentirme de todo lo que hecho, y me alegro, no quiero morir de esa forma tan vulgar, arrepentido como un criminal, derramando lagrimas de culpa como un asesino, como si hubiera hecho algo malo.

Pasan los minutos, mi respiración se normaliza, la hemorragia disminuye, estando más calmado, miles de opciones se muestra ante mí, mostrándome lo que pude haber hecho, lo que debí haber hecho… Siempre he sabido que el hubiera no existe, y aun así lo añoro. Quisiera haber mentido mejor, quisiera haberme controlado mas…quisiera, quisiera, que pensamientos mas estúpidos.

Y, ¿Qué pasara ahora con mi madre?, ¿Qué pensara al saber que su hijo del cual se sentía tan orgullosa, es Kira? Espero que el equipo sea lo suficientemente listo como para entender que debe mentirle. Decir que las cosas se complicaron. Que morí a causa de un accidente, una emboscada, no a causa de mis propios actos.

Es raro estar preocupado por cosas que no voy a ver, cosas de las que ni siquiera voy a enterarme. Y que en el pasado ni siquiera considere.

…Tal vez lo indicado hubiera sido jamás encontrar la Death Note, jamás haber soñado con ser Dios. Pero yo, no solo lo soñé. ¡YO FUI DIOS!

… Los minutos siguen pasando, y yo sigo esperando. ¿Qué es lo que espera ese shinigami inútil?, ¿Cree que puede sacar mas diversión de mi?, pobre idiota.

Recordando mi situación caigo en cuenta de que estoy solo… No quiero morir solo…

Sin poder evitarlo estallo en un remolino de lágrimas y medios gritos. Me detengo al darme cuenta de que alguien me observa, busco con la mirada, y encuentro a quien nunca pensé ver otra vez, un pelinegro de ojos grandes parado en la esquina mas alejada a mi.

Seguramente es una alucinación. ¿Pero, que más da ahora?

Estiro mi mano, tratando de tocarlo, aunque se que no esta a mi alcance. Y algo sorpresivo pasa, el se empieza a acercar a mi lentamente.

Y yo en mi desesperación estiro mis manos cada vez mas en su dirección, como cuando a un niño se le ofrece un dulce.

-"L, estas aquí"- Es lo único que atino a decir mientras tomo sus manos, y lo abrazo con un torpe movimiento.

-"Es Lawliet…" dice a mi oído, correspondiendo a mi gesto.

-"Perdóname, perdóname"- Repito una y otra vez.

-"Ahora todo esta bien"-Es lo que respondes.

Estamos abrazados, recostados en las escaleras de este viejo almacén, todo parece estar en calma. Pero se que no es así al sentir como mi corazón empieza a acelerarse…

Llego mi momento.