Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer.

RECUPERANDO LA VIDA



PRÓLOGO: ¿Es posible que un día el mundo se derrumbe solo sobre ti?

Sentí como sus dedos acariciaban mi espalda desnuda, hacía unas semanas que por fin habíamos vuelto a tener relaciones, lo había echado tanto de menos… Después del último mes y hasta que pasó la cuarentena después del parto, habíamos tenido que resistirnos, a parte yo había perdido levemente mi apetito sexual, pero había vuelto con más ganas que nunca. Sus labios besaron mi frente y me giré abriendo los ojos.

-¿Ya te vas?

-Sí, llegaré tarde.- Dijo riendo mi marido.

-No tardes en volver, te vamos a echar mucho de menos.- Dije cerrando los ojos.

-Y yo a vosotras.- Besó mis labios dulcemente.- Anda duerme un poquito más, tienes que aprovechar tu baja maternal, seguro que Carlie aún duerme, ahora voy a verla.

Asentí medio dormida, estaba muy cansada, más bien, él era el encargado de mi actual estado. Sentí como se levantaba después de unos segundos y dejé de sentir su caricia en mi espalda.

Volví a despertarme más tarde, cielos había dormido una hora más y ya era la hora de darle el pecho a Carlie. Miré el Walki encima de mi mesita de noche, Carlie no había llorado en toda aquella hora que me había quedado dormida. Me levanté y recogí mi cabello en una cola, después me colé el batín azul y las zapatillas de estar por casa para ir hasta la habitación de mi pequeña.

-Buenos días mi amor.- Sonreí cuando me asomé a su cunita, ella seguía con sus ojitos cerrados. Me dirigí hasta la ventana y corrí las cortinas para que entrase más luz.- Vamos pequeña ya es hora de despertarse, mamá se ha pasado de la raya, ¿Verdad? - Dije cogiéndola, pero algo no iba bien, sus mejillas no estaban tan rosadas como siempre.

Toqué su frente y parecía más fría que de costumbre, sus ojitos no se abrían aunque yo la movía insistentemente. Me acerqué a su rostro para comprobar su respiración, pero parecía ser que no respiraba, volví a ponerla en la cuna.

-Carlie.- La llamé.- No, no, Carlie.- Dije moviéndola. Sentía como mi cuerpo se había encogido de repente, y una sensación de desesperación corría por todo mi cuerpo.- Despierta mi amor.- Dije dejando que las lágrimas salieran de mis ojos.

Corrí hasta el comedor y cogí el teléfono, marcando el número de urgencias.

-Necesito una ambulancia, mi bebé… mi bebé no respira.

-¿Domicilio?

-C// Harvard, nº9, 2º B.- Colgué en seguida y llegué al dormitorio de mi bebé.

-Carlie, no le hagas esto a mamá, no puedes. ¡Carlie! - Volví a coger el teléfono con los nervios a flor de piel y marqué mirando espantada hacia la cunita, sin asimilar aún lo que estaba pasando.

-¿Qué pasa amor? Estoy en una reunión sumamente imp…- Contestó mi esposo.

-Carlie está… no respira.- Le corté. Sabía perfectamente que estaba muerta, pero no podía pronunciar aquella palabra.

-¿Qué? - Gritó.

-Por favor ven. - No escuché nada más, él ya había colgado.

Caí de rodillas en las baldosas agarrándome a los barrotes de la cuna y observando a aquella niña que tanto habíamos esperado mi marido y yo, con las lágrimas desparramándoseme por las mejillas. Al poco tiempo tocaron al portero y salí rápidamente para abrir, seguramente era la ambulancia. ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo podría seguir ahora? ¿Tan mala madre había sido?


Tenía pensado comenzar a subir este fic más adelante, pero quiero saber que os parece :). Hace tiempo que me rondaba la idea por la cabeza... es algo triste.

Espero que os guste, un besoo :)