Sayaka y Kyouko siempre reaccionaban de una manera extraña cuando ambas se encontraban frente a frente ya sea como puellas magi, en la casa de cualquiera de ellas, en la escuela o en cualquier momento. Ambas de verse y encontrarse comenzaban a padecer infartos cerebrales, sangrados nasales o ganas de desmayarse, en el caso de la espadachina por la presencia de la pelirroja o en el caso de la lancera por el aroma de la peliceleste.
Era inevitable que ambas tenían un lindo olor y quizás muy agradable pero en ocasiones era un motivo para despertar algo que nunca antes se había visto… Kyoko era ese ejemplo ya que por una razón de la nada seguía a Homura, es decir entraba a casa de Sayaka sin que nadie lo notara y hurgaba en el closet de Sayaka y encontrar sus pantys.
La tipa se colocaba las prendas interiores y creyéndose Hentai Kamen e incluso Kyubey se metía de lleno en el asunto para comerse una braga ya que pasaba días sin comer en la calle por lo cual ya todo era comestible para apaciguar su hambre.
Toda esa horrible faceta llegó hasta aquel día en que la espadachina le ofreció una visita a su casa, mientras Sayaka preparaba el té, Kyoko iba a lo ninja para hacer de la suya, buscarse unos calzones y pasarlo chido como un cosplay de Hentai Kamen junto con el gato extraterrestre, cuando el olor impactaba en su olfato se sentía como en el paraíso con ese olor a flores que era parecido al que usan para lavar ropa.
Sayaka finalmente terminó de traer de té y en ese entonces conoció el verdadero terror, Kyoko quedó en pausa mientras la peliceleste estaba callada y congelada, toda su bandeja cayó al suelo volviéndose en pedazos y todo para ver como una de sus pantys era usado como una máscara, cosas como esas sólo lo hacían los otakus de nivel extremo o enfermo.
Kyubey como buen compinche huyó del lugar de los hechos dejando a Kyoko a su suerte mientras tanto Sayaka se fue de su cuarto para luego llegar con una katana para que al final esta historia finalizara en la imagen de la casa Miki mientras las ventanas del segundo piso eran manchadas de rojo dando a entender que esto era el fin.
