[Uruha - Aoi - Kai - Aoi (The GazettE)]

Te abrazo. No puedo ayudarte y lo sabes. No has venido a mi casa por ayuda, ni por compasión, sólo por un amigo. Eso es lo que soy, un amigo, un gran amigo para ti, uno en el que puedes confiar y contarle eso que te aterra, que hace que te alejes del resto de la banda. El ser gay no entraba en tus planes, nunca lo quisiste ni lo intuiste; simplemente pasó; y ahora te aterra que el resto no sean tan comprensivos como lo fui yo. Te costó tanto, tanto decirlo...; estuviste días rondando el tema, viniendo a mi casa sin razón, invitándome a beber, tratando de explicarme algo que nunca terminabas de contar. ¿Cuánto tuve que presionarte? Cuando lo entendí por fin, no pude estar más feliz, eso me abría el paso a tu corazón, al menos me ponía una alfombra roja para entrar en él. Pero tú llevabas mucho más dentro: aquella noche me dijiste mucho, mucho más. Y yo te odie, y le odié a él, y quise morirme, pero no pude, porque tú llorabas, me necesitabas, como hoy, preguntándote cómo ibas a hacer para que él entendiera lo que sientes y no te rechazara. Y yo sólo deseaba que él no lo entendiera y que te dejara en mis manos. Y no puedo evitar odiarme por pensar así, sabiendo que por quien lloras es por Kai y no por mi. Y lo único que puedo hacer es abrazarte.

Me paro justo en la acera de enfrente de la casa de Uruha. No sé como he llegado allí, yo conducía al mercado a por comida y de pronto estoy ahí. Y no puedo parar de mirar la entrada, porqué sé que tú estás dentro, con él; lo sé porque antes hemos discutido y siempre que discutimos acabas en su casa, en sus brazos, siempre igual, entonces yo me enfado más y lo odio más a él y te odio más a ti por estar tan apegado a él. Yo no quería quererte, ni siquiera me gustaban los chicos hasta que te conocí, y luego traté de evitarlo tanto, tanto tiempo..., pero ahora no somos capaces de estar en la misma habitación sin que cada cosa que hagas haga explotar mis nervios, pero es que tu sola presencia me pone nervioso. No sé qué hacer; ¿llamo a la casa de Uruha? ¿Y qué le digo? "Hola, ¿estás abrazando a Aoi? ¿Me dejas hacerlo a mi?" Mierda, no, eso no.

¿Eh? ¿Es Uruha el que se está asomando a la ventana? Me acaba de ver. Ha cerrado la ventana. ¡Mierda, me ha visto y ha cerrado la ventana! ¡Maldito pato celoso!

Salgo cerrando de un portazo, seguramente Aoi se ha asustado dentro por el ruido pero me da igual, tengo que aprender a que Aoi me de igual, o nunca podré seguir adelante. Bajo corriendo las escaleras y salgo del portal. Ahí sigue el idiota ese, apoyado en el coche y mirando mi ventana con cara de enfado. Me acerco con premura y abre los ojos a más no poder en cuanto me ve.

-¡Dejad de hacer el imbécil! -Le grito antes de llegar a su altura. Él me mira confundido. Le tiro las llaves de mi casa con demasiada fuerza y al idiota le rebotan en el pecho y se agacha a recogerlas. Cuando aún no se ha levantado le sigo gritando -¡Dejad de meterme en vuestros líos, joder! ¡Yo ya no aguanto más, Yukata! ¡No quiero saber nada más! ¡No aguanto más! ¡Haz lo que tienes que hacer y dile que no me busque más! Yo no sirvo para paño de lágrimas..., me rindo..., todo tuyo... -me voy corriendo antes de que Kai levante la cabeza, no quiero verlo. Quizás pida al manager unos días libres, realmente necesito salir de todo esto por un momento, alejarme de ellos. Al final encontré la manera de ayudar a Aoi... Sólo espero que Kai no pierda las llaves de mi casa.