01. Infancia (Modern AU)

La primera vez que se encuentran no es en un sitio agradable, aunque Anastasia es demasiado peque a como para darse cuenta. Solo ve que hay un ambiente triste y que todos hablan en susurros y visten ropas oscuras. Ha o do la palabra "entierro", pero no sabe que es eso. Solo sabe que la gente llora y está triste. A Anastasia le desagrada todo aquello de inmediato, porque también la pone triste.

— ¿Mamá esta bien? — La pregunta parece demasiado madura para una niña de tres años. Su padre le ofrece una sonrisa cansada mientras la coge en brazos

— Mamá está en casa. Está bien. ¿Por qué no vas a jugar con tus hermanas? — Besa su cabeza poblada de tirabuzones pelirrojos y deja a la pequeña de nuevo en el suelo. Anastasia asiente un poco, pero decide que no ir con Olga y Tatiana. No le apetece. Siempre intentan darle órdenes y ella odia las órdenes. María siempre es una mejor opción. Nicholas Romanov ve alejarse a su hija menor con pasos rápidos y descompasados, mientras devuelve su atención al hombre sentado en el sofá.

— Ya sabes, Iván — Le dice, con voz suave y gesto amistoso — Quizás aceptar mi oferta sea lo mejor. Un cambio de aires para ti y para tu hijo... — Los Sudayev siempre han sido de San Petersburgo, pero cuando la mujer enfermó se trasladaron a Moscú. — Quizás ya es hora de volver...

Anastasia encuentra a María, de cinco años, hablando con un niño. Él no parece muy contento y tiene un aspecto que la pelirroja califica inmediatamente como raro. Es flacucho y viste un traje negro que parece demasiado formal para un niño tan pequeño e incluso le viene un poco grande. Tiene el pelo castaño revuelto y los ojos oscuros cristalinos, enrojecidos y algo hinchados, como si hubiera estado llorando. También hay algo de suciedad en su cara, que la niña pelirroja identifica como tierra y que a él no parece molestarle. Anastasia no sabe quien es, ni por que está triste, pero decide inmediatamente que le agrada. No sabe bien que hacer cuando el niño le devuelve la mirada. Su hermana le dice quien es, pero él no parece importarle demasiado.

— ¿por qué estas triste? — La pregunta de Anastasia es demasiado directa y brusca, seguramente inapropiada. Ella no es buena consolando, como María. Ella tampoco termina de entender la situación. Es demasiado pequeña para eso. Solo sabe que no le gusta verle así. Es molesto.

No sabe como ocurre, pero el niño rompe a llorar. María lo sigue y Anastasia acaba llorando también. Es una situación surrealista: Tres niños llorando amargamente en un entierro.

Cuando Ivan Sudayev y Nicholas Romanov acuden a consolar a sus hijos, algo en ellos se quiebra.


Su nombre es Dmitri Sudayev y es hijo del abogado personal y uno de los mejores amigos de su padre. Regresó a San Petersburgo hace tres años, cuando su madre murió y su padre aceptó trabajar para Nicholas Romanov. Tiene ocho años y es el mejor amigo de María. Y ser el mejor amigo de María también implica serlo de Anastasia. O, al menos, ella lo considera así.

Ella se autonombró su mejor amiga sin consultar, ante un atónito Dmitri y una resignada María. Mejor no contradecirla. Ellos tres pasan mucho tiempo juntos, a menudo Anastasia los arrastra a sus travesuras, o los convierte en blanco de sus bromas. A menudo discute con Dmitri, dejando a María en medio. A veces acaban a golpes, con Anastasia arañando o mordiendo. Se gritan. Dmitri decide que no volverá a ser amigo suyo, que no quiere juntarse más con ella y se lo chilla, furioso. Entonces, Anastasia se detiene. Sus ojos Romanov, de un azul grisáceo electrizante e intenso, se llenan de lágrimas y su boca se quiebra en un puchero.

El corazón de Dmitri no puede soportar verla así y corre a disculparse como un loco antes de que la pequeña de los hermanos Romanov (sin contar a Alexei) rompa a llorar escandalosamente. María solo suspira. Ella sabe que Anastasia es buena actriz y que solo lo hace para tener a Dmitri corriendo tras ella. A su hermana siempre le ha gustado ser el centro de atención, que la gente le haga caso. En especial que él le haga caso. Pero María tampoco puede verla sufrir, así que corre con ella también.

Esa dinámica se mantiene durante dos años más.

Anastasia, María y Dmitri juegan juntos, comparten risas, bromas y travesuras. Entonces algo ocurre. Tal vez una broma demasiado pesada, un insulto demasiado afilado o una respuesta demasiado borde. Y ahí esta. Dima y Nastya vuelven a discutir, a gritarse, a lanzarse cosas. Y María puede ver el daño, la terquedad y el orgullo en los ojos de ambos. Entonces Dmitri le suelta un comentario realmente hiriente y Anastasia se detiene y hace un puchero con los ojos en lágrimas. Y él se rompe, porque no puede verla así. Y María empieza a entender. Son solo niños, ella a penas tiene diez años, pero empieza a entender que hay más sentimientos de los que aparentemente se ven. La Mayor del pequeño par suele sentirse algo desplazada en esos momentos, pero sabe que no suelen durar mucho. Un par de minutos antes de volver a lo de siempre. Tampoco le incomoda demasiado. Su hermana siempre ha llevado a Dmitri por donde ha querido y no le extraña. Es su mejor amigo, pero siempre ha tenido una debilidad especial por su hermana menor. A María le hace gracia y ahoga una risita cuando lo pilla mirándola fijamente, casi hipnotizado por su cabello pelirrojo y él se sonroja, porque se supone que nadie debería verlo así. Pero solo son niños y el amor no es algo serio a esas edades. Al menos no para los adultos.

"Me voy a casar con ella" le suelta un día Dmitri a su padre mientras ambos desayunan. El hombre le mira asombrado. "¿Con María?" le pregunta, intentando entender. El niño niega con la cabeza "Con Anastasia" corrige, mientras se mete una cucharada de cereales en la boca, como si eso fuera lo más normal del mundo. Ivan Sudayev rompe a reír, revolviéndole el pelo a su hijo. Sin embargo, no pasa por alto el comentario y lo comparte con Nicholas esa tarde, mientras comparten una copa de Vodka. Dmitri y Anastasia Solo son niños, pero son obstinados. Ambos padres piensan que no es una ocurrencia tan descabellada.


Entonces ocurre el accidente. Ivan Sudayev se ha ido y otra vez visten de negro y la gente está triste. Anastasia tiene ocho años y entiende perfectamente la situación, pero sigue sin gustarle aquel ambiente. Sigue sin gustarle ver a Dmitri triste. Dmitri se queda a vivir con los Romanov mientras su padrino, Vlad Popov, termina de realizar unos trámites para su custodia. El hombre vive en París, así que tendrá que mudarse con él.

Anastasia ve como Dmitri esquiva a todo el mundo. No habla con nadie, se vuelve hosco y malhumorado y hace llorar a María, que decide dejarlo tranquilo. Pero Anastasia, la obstinada y caprichosa Anastasia, no está dispuesta a ceder. Le persigue por todos lados, como un patito, obviando sus palabras duras y sus desaires. Él intenta evitarla, pero no puede. Primero, porque la niña parece tener una habilidad especial para encontrarlo, segundo porque su fuerza de voluntad con la pelirroja tiene un límite. Finalmente, tras una semana, acepta su compañía. Dmitri se sienta en una esquina de uno de los cuartos de invitados o en cualquier rincón solitario de la casa. Anastasia va con él. Por lo general no hablan mucho. Ella apoya la cabeza en su hombro y deja que le acaricie el pelo con la mirada perdida, o a la inversa. Son solo niños pero parecen mucho mayores. La muerte les hace crecer.

A veces ella lee un poco en voz alta. Otras, si hay un piano cerca, toca para él. En un par de ocasiones lo arrastra a sus ensayos de ballet (no es como si fuera la primera vez, de todas formas) y él se deja arrastrar, porque la encuentra adorable viendo como intenta demostrar que sabe más de lo que realmente sabe. Aún no ha empezado con las puntas y no lo hará hasta los doce años, pero Dmitri se encuentra a sí mismo olvidando la muerte de su padre cada vez que la ve bailar. Es como un pequeño duendecillo envuelto en tul y cintas de colores. Un pequeño ratoncillo nervioso que no se está quieto. Y a ella le agrada su atención absoluta. Ella no entiende bien qué significa ese hormigueo cada vez que está con él o por qué se sonroja cuando la besa en la mejilla o le dedica una de sus sonrisas. Ella solo sabe que le gusta estar a su lado.

Cuando Dmitri se va, Anastasia llora. Llora mucho. Llora cuando se entera, exigiendo que se quede como una niña malcriada, como si su mero capricho pudiera cambiarlo todo. Llora cuando se despiden, enroscando sus brazos alrededor del cuello del chico, negándose a soltarlo. Llora durante días sin consuelo, rompiéndole el corazón a María y Aleksei, que ya no saben que hacer para animarla.

Con el tiempo, el llanto se va. Con el tiempo, vuelve a ser la misma. Pero María ve un fondo de melancolía en sus ojos, que se vuelve esperanza cuando se mudan a París dos años después. Sin embargo, al no reencontrarse con el chico, Anastasia vuelve a recuperar ese fondo melancólico. María sabe. María entiende. Ella siempre lo ha sabido. María recupera el contacto con Dmitri, pero él está estudiando fuera y cuando visita París su hermana nunca está, demasiado inmersa en el ballet.

Cuando Dmitri regresa definitivamente al ser aceptado en La Sorbone, María se las arregla para hacer que se reencuentren. Arrastra a Dmitri a ver El mago de oz en versión Ballet. Una producción pequeña, amateur, no muy ambiciosa. Anastasia, a sus dieciseis años, está increíble en su papel de Dorothy. Lleva el cabello pelirrojo recogido en dos coletas bajas, decoradas con lazos y el vestido del personaje es un mar de tul azul y blanco con cintas de colores. Las puntas que utiliza a partir de la muerte de la bruja son rojas, con lentejuelas, simulando los zapatos de rubí. María sonríe al ver la mirada de su amigo, totalmente hipnotizado al ver a su hermana bailar después de tantos años, pero no dice nada. Sin embargo, él huye antes de que Anastasia salga de los camerinos. María está molesta por su cobardía, pero no piensa renunciar.

Queda con Dmitri en el puente Alexandre III para tomar algo una tarde y hace lo mismo con Anastasia. No se presenta. La idea es que ellos vuelvan a verse. Y cuando vuelve a ver a su hermana y encuentra esa chispa brillante de nuevo en sus ojos, sabe que ha dado resultado.


Hasta aquí el primer Drabble de la colección. Se aceptan comentarios, opiniones y tomatazos.

¡Gracias por leer!

TIPS:

La Familia Romanov es dueña de una multinacional bastante importante a nivel europeo.

Los motivos de su traslado a Francia se sabrán en otro Drabble.