¡Hola hola!
Muy buenas a todos aquellos que se han adentrado a este hermoso y precioso fic Silvaze.
Bueno, no lo digo por que el fic en si sea hermoso. Si no por que me gustó como quedó el inicio. Algo bien.
No diré mucho ya que no es el momento. Simplemente lean y disfruten unos minutos.
Silver acicalaba y peinaba sus púas con un peine fino. Pues aunque sea un chico, le gustaba relucir sus púas plateadas y brillantes. Sonic lo miraba desde atrás sentado frente al televisor central de la sala comiendo un chili dog a medio devorar.
-Así que… ¿ya se te hizo? – preguntó con una sonrisa.
-Sí. – su felicidad se reflejaba en el espejo. – Esta será nuestra primera cita.
-¡Genial, amigo! – levanto su pulgar en felicitación. – Ya pensé que terminarías mas ignorado que Shadow en una fiesta de cumpleaños.
-Te escuche, idiota. – se oyó la voz del erizo negro en la cocina. Silver solo atinó a reír levemente.
-Yo también pensé lo mismo. – dejó su peine en la mesa y se sacudió la cabeza un poco para, según dice él, quedar mas "al natural". – Pero el hecho de que correspondiera a mis sentimientos fue algo… sorprendente. – puso su dedo índice bajo su barbilla. – En serio, me sorprendió.
-Y a mí. – corroboró el azul.
-Y a mí. – Shadow llego con una taza de café y se sentó al otro sillón de la sala. Dio un sorbo a su bebida caliente antes de continuar. – No es muy abierta emocionalmente.
-No eres el más indicado para decir eso, Shadow. – ironizó.
-No quita el hecho que sea verdad. – tomó mas café.
Silver solo guardo silencio.
El y Blaze siempre habían sido muy buenos amigos. Compañeros de batalla y su más grande confidente. Que aunque ella podría ser algo tosca, sus palabras siempre eran amables y certeras. Y eso, más que molestarlo, le agradaba. Ya que era franca y directa. Así también como amable y atenta. No era casualidad que tarde o temprano él se enamorara.
Él solo se declaro por el simple hecho de quitarse un gran peso de en sima. Ya que, la actitud de ella le desalentaba tener algún futuro romántico, no podía quedarse callado y dejar que el tiempo le quitara la oportunidad de hacer el intento. Ya si no era correspondido, tendría la consolación de al menos haberlo intentado.
O al menos, haberse confesado.
Vaya fue su sorpresa al notar que después de su confesión (en una parte alta de una montaña), más que una negación o afirmación; Blaze empezó a notarse con síntomas… interesantes.
Cuando termino de sacar todo lo que tenia dentro (con total naturalidad y sinceridad. Digo: ¿Por qué temer ser sincero con quien tenias la máxima confianza de hasta jugarte la vida por ella?), Blaze empezó a temblar. Sus manos, aunque parecían relajadas, sus dedos temblaban y se movían erráticamente. Un sonrojo intenso abordo su rostro y… juraría que pudo ver sus ojos más brillantes de lo usual. Claro, eso lo noto después de haber pasado todo ese embrollo.
-Flashback…-
-Y eso. – soltó un suspiro al terminar. Quitando un gran peso de en sima al soltar todo lo que tenía en su interior. – Es lo que quería decirte.
Seguía mirando al horizonte después de toda su confesión. Más que ponerlo nervioso, le alegraba poder expresarle toda la verdad a su amiga. Ya que siempre le tuvo en una alta estima. Y como tal, debía corresponder todo ese "afecto" que ella le daba de la manera más correcta posible.
Él, al no notar ninguna reacción de su amiga y no escuchar nada, viro su rostro hacia ella esperando que al menos dijera algo. Más su sorpresa fue ver el estado de Blaze. Un estado, no muy de ella.
Ella se encontraba boquiabierta mirándolo fijamente. Sus brazos se encontraban tensos y temblaban poco. Su rostro era un poema y un sonrojo tal que pensaría que tendría un colapso en cualquier momento.
-Emmmm… ¿Blaze? – soltó preocupado.
Ella pareció salir de un trance tal que con su solo pronunciación de su nombre pego tal brinco que pareciera salir de las caricaturas de inicios de los noventa.
Desvió su mirada y trato de componer su compostura, mas los temblores de su cuerpo y su propia cara delataban su incomodidad y nula visión de que hacer en este momento.
-T-todo lo que me acabas de confesar... – le daba la espalda al hablar. Era una auto defensa a conversaciones incomodas o no deseadas que ella aplicaba estando en aquellas situaciones. - … ¿estás seguro de lo que sientes?
-Estoy cien por ciento seguro. – arqueo una ceja. Confundido. – ¿Por qué no debería de estarlo?
-¡Pues porque eres un ingenuo! – grito encarándole para al instante taparse la boca sorprendida de sí misma.
-¡Oye, no tienes que gritar! – aclaro.
-Perdón. – dio un suspiro. – Es que, con todo lo que me has dicho… me es increíble que pienses y sientas todo eso por mí. – se rascó la nuca. Apenada y sonrojada. – No soy el tipo de chica que busque estas cosas, la verdad.
-Y lo entiendo. – en verdad la entendía. – Pero no podía quedarme callado por ello. Más que otra cosa, eres mi amiga. Una que aprecio y estimo demasiado. – no diría "que también quiero" si no es que deseara que su amiga tuviera un ataque de nervios por todo lo que podría decir. – Y me sentí con el derecho que debieras saberlo.
-Entonces… - su estado ya era calmo. Mas su sonrojo era intenso. Silver siempre hallaba la forma de tranquilizarla. - … ¿no esperas ser correspondido?
-No sabes cuánto deseo ello. – sonrió ilusionado y levemente sonrojado. – Pero no puedo saber o forzar algo en lo que tú no estés interesada. – y su sonrisa se ensancho amable. – Mas que otra cosa, deseo tu bienestar.
-Y… - movió la punta de sus pies jugando con el pasto del suelo. - … ¿si eres correspondido? – le preguntó desviando su mirada.
Ahora era Silver quien se mantuvo sorprendido. Mas viendo como ella se sobaba el brazo y no se atrevía a mirarle a los ojos. Una pose tímida.
-¿Hablas en serio?
-¿Parece como si no hablara en serio? – le miro ofendida. - ¡Parezco una colegiala pre-puberta! – se tapó el rostro con sus manos. - ¡Solo mírame! Me siento como una tonta.
-A mi me pareces tierna. – rió él.
-¡Cállate! – grito mas sonrojada. – ¡No ayudas, erizo idiota!
-¿Y ayuda el hecho que saques humo de la punta de tu coleta? – le señalo arriba de su cabeza.
Blaze agarro su coleta de cabello y viro su rostro hacia arriba. En efecto, una pequeña llama sobresalía en la punta del mismo.
Hasta sus propios poderes la delataban.
-¡Ya! ¡Me rindo! – se volteo indignada y avergonzada. Y Silver no pudo evitar reír ante lo evidente de su, ahora, más que amiga.
Camino calmado hacia ella y le tomo del brazo, haciendo que ella se voltease a él instintivamente.
-Ya, lo siento. – se disculpo. – Es solo que me emociona el hecho de ser correspondido. – hizo que ella se voltease completamente a él. Ella se dejo ser. – Perdona.
Ella inhalo y exhaló aire. Necesitaba calmarse si quería entablar bien las cosas entre ellos dos.
-Tranquilo. – hablo calmada al fin. – Supongo que fue algo muy fuerte para mí sincerarme al respecto.
-Si te soy sincero, también ando afectado. – ella le miro bien el rostro y, en efecto; estaba sonrojado. Levemente. Pero lo estaba.
-Lo puedo notar. – le sonrió al erizo.
Ambos se miraron fijamente por unos segundos sin dejar de sonreír. Ya no había palabras, solo aciertos. Pues era obvio lo evidente. No negaban que se gustasen y quisieran algo más.
Silver bajo su mano que sujetaba el brazo de ella y lo pasó directo a la mano de la felina. Ambos la apretaron y sonrieron mas sonrojados.
-Así que… - preguntó el. - ¿somos pareja?
-Supongo que si. – habló tímida. – Diablos, no estoy acostumbrada a esto. – rió apenada.
-Ya nos acostumbraremos. – ella asintió feliz.
Tal vez no pareciera una confesión directa o no le correspondiera como en las novelas que había leído con anterioridad. Pero al ver esa sonrisa y ese brillo en sus ojos al decir que si eran algo, era suficiente evidencia para saber que ambos se querían. Y para eso, a él le bastaba.
-… fin del flashback.-
-¡Hey, Silver! ¡Silver! – gritaba histérico el erizo azul aventándole cojines del sillón y moviendo sus brazos.
-Ya olvídalo. – dio vuelta de hoja a un libro que tenía en sus manos. – Lo perdimos.
Silver miraba hacia la nada con una sonrisa de idiota en su rostro mientras un sonrojo intenso adornaba sus mejillas.
-En esta si le atino. – aseguró el azulado
Sonic agarró un cojín más grande que los anteriores, y dando varias vueltas al mismo, lo aventó tan fuerte que el rostro embobado y perdido de Silver dio media vuelta de su posición. Tal fue el impacto que las películas de Rocky se quedaban cortas comparándolas con ese cojinjazo.
-¡Oye! – se sobo la mejilla el plateado. – No era necesario.
-Pues si no lo hacía, te quedarías perdido en Blazelandia por una eternidad. – se mofó divertido.
Silver iba a alegar. Pero, vamos… si se hubiera quedado.
-Touché. – chasqueó sus dedos señalando a su amigo haciendo que Sonic hiciera lo mismo.
-Silver – Shadow miró su reloj un momento y volvió a su libro. – Seis con quince.
-¡Demonios! – agarro su camisa rápido y se la puso en un suspiro. – Debo retirarme, chicos. Nos vemos al rato. – Fue directo a la entrada del departamento pero se detuvo a medio camino. – Sonic: había tres chili dogs guardados y te comiste dos. Guárdame uno para cuando llegue, por favor. – Sonic le guiñó el ojo y levanto su pulgar con aprobación. – Shadow: Por favor, que no se coma el chili dog. – este sin despegar su vista del libro solo hizo un ademan de su mano señalando que se fuera tranquilo. – Gracias. ¡Nos vemos!
Y cerró la puerta.
Ambos erizos de quedaron en silencio unos momentos en la soledad de la sala. Con un tic tac del reloj de mesa que había en medio de ellos. Sonic mirando el techo y Shadow leyendo aun el libro.
Pasando unos minutos, fue Sonic el que se levanto de golpe.
-No irás a espiarlo, remedo de corredor. – sentencio con desinterés el negro.
-¡Tenemos que! – alegó Sonic. - ¿Y si lo arruina? ¿Y si comete alguna torpeza que haga que Blaze lo vuelva cenizas? ¡No quiero un amigo ceniciento!
-¿Qué no ya lo es? – preguntó al recordar como Silver es quien limpia y arregla los desastres tanto de Sonic como los de él mismo.
-Ja-ja. Buen juego de palabras, Shadow. – Se fue directo a la puerta. – Así que, ¿Te vienes o no?
Shadow dejo el libro por un momento y lo medito unos segundos.
Si iba, tendría que andar lidiando con un erizo con hiperactividad crónica severa múltiple. Pero si no iba, de seguro el mismo erizo con hiperactividad crónica severa múltiple arruinaría la cita de Silver.
Y a diferencia de Sonic, Silver si le caía bien.
Exhaló con desgana.
-Solo iré para que no arruines algo, Nutty. – se levanto y agarro su abrigo.
-¿Nutty? – arqueó su ceja.
-Cállate y vámonos. – agarro la camisa de Sonic y lo empujo fuera del departamento.
Solo esperaba no haberse metido en una gorda.
Hahahaha. Si supiera.
To be continue...
Bien... ¿que tal? ¿les gusto esta primera parte? ¿Le faltó mas? ¿Debí poner gore? ¡Sabia que debí ponerle gore! ¡TODO LO QUE TENGA GORE FUNSIONA!
Ah, ejem ejem. Bueno, es todo por hoy. Actualizare el siguiente domingo. Puede que sea antes. Pero es seguro que el domingo estara el siguiente capitulo. Así que, no mendigaré reviews. Pero seria bueno que si ven alguna falla, me lo hagan saber. Con antelación, gracias por haber llegado hasta aqui.
Hasta el siguiente capitulo.
See yaa.
