El salón estaba decorado con motivos típicos. Nada faltaba: las luces, los adornos en las puertas, los calcetines y hasta un enorme árbol excedido en ornamentos. Toda la pensión brillaba en los clásicos colores navideños. Lo odiaba, realmente odiaba esa costumbre que ni siquiera era propia de su país. El rojo y el verde quedan horribles juntos y todo estaba tan iluminado que ya hasta le dolían los ojos. Además, a Tamao se le había ocurrido invitar también a sus padres y los amigos, por ende la pensión estaba llena de gente. Todos dispuestos a comer, embriagarse y ser aún más estúpidos de lo que eran normalmente.
Él estaba junto a su grupo, con su habitual cara de desconformidad. Sólo una persona faltaba aparecer, y su ausencia ya lo estaba poniendo nervioso. Bufó.
-¡Demonios! Odio esto.- dijo de repente, ganándose la atención de sus amigos.
-Y entonces, ¿qué haces aquí? ¿No deberías estar haciéndote el rebelde en tu habitación?- se burló Gakko.
El rubio estaba por responder con un golpe a la broma, pero justo en ese momento apareció la persona que faltaba. Hana clavó sus ojos en ella. Era el motivo por el que cual él había pasado todo el maldito día cocinando, limpiando, colocando estúpidos adornos por toda la casa, incluso quejándose lo menos posible. Pero claro que jamás debía enterarse de eso.
Hana la observaba saludar a los adultos y acercarse hacia donde estaban ellos. Llevaba un vestido blanco y rojo y el pelo, complemente recogido en una sola trenza. Se veía tan adorable que Hana no pudo evitar sonrojarse.
-¡Ay! La casa se ve tan linda.- dijo al sentarse con sus amigos. -¡Adoro Navidad!
-Y pensar que fue Hana-kun quien hizo las decoraciones, con lo que él od...- comenzó a decir Yohane, pero no pudo terminar la frase porque el aludido lo calló de una patada. Yohane sí que era idiota, ¿cómo carajo se le había ocurrido hacer ese comentario? Ahora todos sabrían que él estuvo como un bastardo decorando. Ella lo sabría. Se sentía tan molesto y avergonzado...
-Así que fuiste tú, ¿eh?- le dijo la apache, acercándose a él y evitando que siga golpeando a su primo. -Pues a mí me encanta, ¡muchas gracias!- le susurró al oído y, luego, lo tomó de la camisa y le dio un corto beso en la boca.
Bueno... al fin y al cabo... la Navidad no era taaaan horrible.
FIN
Drabble navideño, oh, sí! qué puedo decir? amo Navidad y a Hana y Alumi juntos!
Estoy muy contenta de haber hecho este fic, aunque sea cortito, lo hice feliz!
Feliz Navidad a todos!
