Trick or Hueso
En cierta ciudad de México, se encontraba una casa muy tranquila, de un hermoso estilo colonial, adornada con enredaderas que cubrían la fachada y le daban un cierto toque natural, todo era serenidad y silencio en esos momentos, pero este se vio perturbado por unas pisadas rápidas que provenían de la entrada.
-¡México!-exclamo Alfred gritando, mientras tumbaba la puerta de la casa de una patada-
-¡México! he venido a invitarme a mi súper genial fiesta de halloween que…-pero al ver que nadie respondía, dejo de hablar y miro a su alrededor buscando al otro
-México ¡¿donde estas? No trates de esconderte de Hero!-grito por toda la casa, esperando que el otro lo escuchara e hiciera acto de presencia, reviso baños, recamaras, la cocina, todo, pero no pudo encontrar rastros del moreno en ninguna parte, ya se iba a dar por vencido en su búsqueda hasta que cierto rezo, proveniente del patio, le llamo la atención.
Con lentitud asomo su cabeza por la puerta para llevarse la sorpresa de una imagen que no esperaba encontrar, ahí frente a una mesa, decorada espléndidamente con adornos de colores y calaveritas azucaradas, varias cruses y comida de la región de su compañero, se encontraba sentado el moreno arrodillado frente al altar con una cruz en la mano, sosteniendo febrilmente mientras rezaba unos cantos en una legua materna.
Se quedo extasiado contemplando aquella bella imagen poco usual, no era normal encontrar al otro tan calmado y concentrado, espero por unos segundos, hasta que la otra nación termino de rezar y haciendo una señal de cruz con sus manos para luego pararse del lugar donde se encontraba.
Esto, lo tomo como una señal para entrar, por lo que con lentitud se escabullo a las espaldas del otro para hablarle.
-¡Hello México!-sorprendió al otro gritándole prácticamente al oído y haciendo que se sobresaltara.
- ¡ah!, Alfred idiota, ya te dije que no me sorprendas de esa manera, además, ¿Quién te dio permiso de entrar a mi casa?-el enojo del mexicano era evidente, pero el otro prefirió ignorar sus insultos y su pregunta, acostumbrado a la personalidad explosiva de su compañero
-¡hahaha!, tranquilo brother-le dio unas palmaditas en las espalda haciendo enojar mas al otro- además, he venido aquí a invitarte a mi súper genial fiesta de halloween que celebro cada año-exclamo feliz, mientras le extendía la invitación al mexicano.
-¡no ignores mi pregunta!, además-protestó mientras dejaba escapar un largo suspiro, dejando que su cara y sus facciones se relajaban un poco, pero sin dejar de reflejar molestia- sabes muy bien que no puedo ir, yo también tengo preparativos para mi fiesta, todos los años te vengo diciendo
-¡ah~!-inflo las mejillas el americano- pero eso es injusto, ya hice tu invitación, mira, hasta le puse figuritas de esos luchadores que tanto te gustan-dijo señalando las calcomanías de la invitación, la cual estaba llena de imágenes de luchadores enmascarados, lo cual hizo enojar mas al mexicano.
-mira Alfred, llevo años diciéndote que no puedo ir, a diferencia de ti, yo realmente tengo una celebración entera que realizar, no puedo dejar que el día de muertos se arruine solo por ir a tu fiesta
Alfred lo vio confundido por unos segundos como si no entendiera de qué estaba hablando el otro (y de hecho, no lo entendía), por lo que el mexicano solo atino a darse una palmada en la frente.
-hola, tierra a Alfred, el día de muertos-lo llamo tratando de captar su atención
-día de… ¿ah? –Lo miro más confundido-
-de lo que te hablo cada año, desde que nos conocimos y que se celebra en mi país
-¡ah~!…no, lo siento
-las historias que te cuento cada 1 de noviembre que me vienes a ver para invitar a tu fiesta, el motivo por el que no puedo ir, una de las celebraciones más importantes en mi país, que es internacionalmente reconocida, incluso en alguno de tus estados se celebra, los altares, la decoración, hasta lo anuncian en la tele, cosas como: "el día de muertos ha llegado", las obras de los niños de primaria, etc., ¿no te recuerdan a nada?-empezó a cabrearse el mexicano-
-…-el americano no respondió
-¡ah, sí serás pen…!, lo que se celebra en mi país en lugar que tu halloween-grito ya encolerizado por la idiotez del estadounidense
Y como si los dioses le hubieran iluminado con su luz la mente del americano, la cara de Alfred se ilumino y por fin logro comprender al otro.
-¡Ah~!, la copia barata de mi halloween que se celebra en tu nación-exclamo con ligereza como si hubiera descubierto algo sin importancia.
Al mexicano casi le dieron ganas de destrozarle el cuello al estadounidense y que este se uniera a las fotos que ahora estaban colocadas en el altar, pero logro contener su ira, respiro unas cuantas veces y logro calmarse (o mínimo lo intento)
-si, ese, el día de muertos
-¡hahaha¡, pero México, esa cosa no tiene importancia, vamos ven a divertirte mejor a mi fiesta, será más divertido que estar aquí haciendo esto-señalo el altar y rio divertido el americano mientras abrazaba al otro por la espalda sin notar el aura oscura que invadió al otro.
El mexicano sintió como la sangre le ardió en las venas debido a la ira, ahora si quería matar a Alfred, no solo se osaba a entrar en su casa sin permiso (Aunque el también lo hiciera) si no que también, se atrevía a insultar una de las mayores tradiciones que tenia, de la cual se encontraba sumamente orgulloso, oh si, el americano merecía morir.
Con fuerza, México se deshizo del agarre del otro y con esa misma lo agarro del cuello de la camisa de su suéter de aviador y lo alzo.
-Mira pequeño imbécil, vuelves a insultar mi tradición, y juro que quedaras peor de como deje a España cuando me independice-con esto soltó al otro y lo dejo caer dándole luego la espalda para dirigirse a su casa.
El estadounidenses se quedo sorprendido ante el enojo del otro e intento ir tras él, casi nunca lo veía tan enojado como en esa ocasión, más valdría disculparse, aunque no supiera porque el otro estaba tan enojado
-pero México-lo intercepto antes de que entrara a su casa- yo quiero verte en mi fiesta, vamos, no seas malo, please-suplico, mientras perseguía al otro, el cual lo había logrado esquivar e intentaba escaparse ante sus suplicas, pero al final termino cediendo.
-mira, no voy a ir a tu maldita fiesta porque tengo mucho que hacer...-observo los ojos de tristeza del otro –pero…-Alfred lo miro con esperanza-…si me vienes a buscar y me esperas cuando termine mi celebración, puede que valla…solo un rato.
La mirada del americano se ilumino, tal cual niño cuando le dan sus regalos de navidad, con rapidez envolvió en un abrazo de oso al otro mientras sonreía triunfantemente.
-¡Hahaha!, ya lo veras México, te encantara mi fiesta y te la pasaras tan genial que todos los años vas a querer ir.
-hey, ya tranquilo, suéltame-se intento zafar el mexicano, pero el abrazo del otro era demasiado fuerte.
-ya lo veras, habrá disfraces…
-Alfred suéltame…
-calaveras por todos lados, luz y sonido…
-Alfred
-los mejores dj de la ciudad…
-a...Alfred…
-podremos molestar a Arthur…
-¡Alfred!
-¿ah?, ¿México?-cuando por fin el estadounidense se percato de los gritos de su amigo, lo soltó y dejo de asfixiarlo con su abrazo -México, ¿estas bien?, te vez pálido-dijo inocente ante la mirada de víbora del otro
-¿tu...porque…crees?-exclamo molesto, mientras trataba de recuperar todo el aliento que había perdido.
-bueno, entonces toma-le extendió la invitación al mexicano - te vendré a buscar a las 7, también quiero ver un poco de tu celebración o lo que sea y luego nos iremos a la fiesta ¿okei?
-ah, sí-dijo mientras agarraba la invitación con desconfianza y miraba las figuritas de los luchadores-"idiota" bueno si ya terminaste de fastidiarme, es mejor que te vayas, tengo mucho que hacer- diciendo esto, camino a su casa y dejo a un Alfred algo desconcertado.
-pero me…
-¡adiós!- con esto, le cerró la puerta en la cara al americano, evitando que este continuara su oración
-bueno…-exclamo feliz el rubio dándose la vuelta y comenzando a salir de a casa del otro- todavía me faltan muchas invitaciones que repartir y será mejor que me ponga en marcha-volvió a recobrar sus entusiasmos y con una sonrisa en la cara salió de la casa del mexicano.
Esta vez lo había conseguido, por fin México iría a su fiesta de halloween y le demostraría que su fiesta era mucho mejor, solo tendría que esperar hasta esta noche.
*ding dong*
El sonido del timbre de la casa sonó por todo el lugar, haciendo un eco sonoro en todos los
Pasillos, pero nadie respondió a su llamado.
*ding dong ding dong*
Volvió a sonar el timbre, esta vez mas rápido y con insistencia, buscando que alguien lo escuchara
*ding dong ding dong ding dong ding dong ding dong ding dong*
El sonido resonó tantas veces como fue posible creando una melodía fastidiosa, pasos apresurados se escucharon bajar por las escaleras para luego que un moreno encolerizado abriera la puerta
-¡¿Puedes dejar de tocar el timbre Alfred?- grito molesto el mexicano, por fin, haciendo que el otro dejara de producir aquel sonido infernal
-ah, México, por fin contestas, te tardaste demasiado ¡hahaha!-rio el americano
-ah, sí "quería ver si te ibas" pero bueno, porque estas vestido así –señalo con extrañeza las ropas del otro
Y no era por nada, el americano iba vestido de un esmoquin negro con rallas blancas, camisa blanca abajo, una corbata del mismo color que el chaleco, unos hermosos zapatos negros de marca, con la cara completamente pintada de blanco con sombras negras bajo sus ojos, y dibujada en la boca, una línea con rayas verticales.
-ah, es mi traje de *Jack, ¿te gusta?, me lo hizo uno de los mejores diseñadores de mi país, hasta *Tim dijo que era una réplica exacta-se jacto el americano, dando una vuelta para mostrar por completo el traje
-ah, sí como digas-miro inquisitivo México, mientras abría mas su puerta y volvía entrar a la casa, el americano solo se quedo parado en la entrada como esperando algo - ¿Qué, no vas a pasar?-con esto el americano sonrió y entro a la fachada dando saltitos de alegría
-¡haha! Gracias, por cierto, te traje algunos dulces de mi casa
-si, como sea, puedes dejarlo en la mesa-ignoro el otro mientras volvía a subir las escaleras
Alfred, siguió sus ordenes y dejo los caramelos en el lugar designado, para luego sentarse en el sillón más grande de esta, con curiosidad observo alrededor y vio algunas fotos que se encontraban sobre la mesa, en una se encontraba México cuando era una colonia, abrazado por España, ambos sonrientes, en otra se encontraba el mexicano y todos sus hermanos latinos y solo en la última, que parecía algo arrugada y vieja, se encontraba el mexicano, mattie y él cuando apenas eran unas pequeñas colonias, en la época en que se habían conocido y estaban bajo el mando de sus tutores.
Ah, la vida era tan tranquila en esa época, los hermanos del norte se querían mucho, pero igual que todas las cosas, todo cambio, mattie casi ya no le hablaba (o más bien el se olvidaba de el) y México comenzó a odiarlo, las cosas ya no eran como antes, ya no eran tan unidos y sus relaciones se habían hecho más efímeras
Apenas escucho unos pasos provenientes de arriba, dejo las fotos y se puso de pie rápidamente para recibir al mexicano.
-México, ¿ya estas li…?
Pero se quedo boqui abierto ante la imagen frente a sus ojos, ahí se encontraba el mexicano, con un traje de charro negro con todo y guitarra en espalda, pero lo único diferente era que tanto su cara como sus manos, estaban de un completo blanco, en su rostro y dedos había detalles de rallas en negro, como reflejando la forma de un esqueleto y al igual que él, sus ojos estaba contorneado de negro, solo que en el caso del otro, lo estaban más.
-¿nos vamos?-exclamo el mexicano, viendo como el otro se quedaba anonadado
-¿M-México y-y esa ropa?-aun no salía de su estupefacción
-¿no habías dicho que era una fiesta de disfraces?-lo miro confundido- pues me disfracé, ahora vámonos que vamos a llegar tarde
-wow, esta…esta… ¡increíble tu traje!-exclamo emocionado dándole una sonrisa al moreno el cual solo se sonrojo levemente y murmuro un débil: "gracias"
-bueno, vamos que la marcha al cementerio va a empezar-jalo de la mano a Alfred y se lo llevo a la calle, no sin antes cerrar bien la casa y sacar a su chihuahua "Papi", para que no le robaran nada, pues en estos días, el crimen estaba un poco, "alteradito".
-¡Hey, doña chela, ya llegamos!-saludo el mexicano, a una mujer de aspecto adulto
-oh, México, querido, que bueno que ya llegaste, estábamos a punto de partir-le sonrió la mujer débilmente- y dime amor, ¿Quién es este galán que te acompaña, porque no me lo has presentado? -le guiño al americano, el cual solo se tenso y rio nervioso.
-¡haha!, hay doña chela, usted, tan coqueta como siempre-rio México, feliz de la desgracia del americano- este es Alfred, un "conocido" de hace tiempo
-¡hey! No solo soy un…-se iba a quejar el americano pero fue interrumpido por la señora
-oh ya veo, se ve que no es de acá, *Javier, ¿estás seguro de que es bueno traerlo?, recuerda que en estas épocas, aquí es más peligroso, y mucho más para una persona que no conoce nuestras tradiciones -dijo la mujer algo preocupada
-tranquila doña chela, yo lo mantendré vigilado y veré que no le jale lo pies el muerto-sonrió para tranquilizar a la anciana
-bueno, siendo tu, confió plenamente que todo estará bien, pero bueno, ya es hora de partir, buena suerte muchachito- dio unas palmadas en la espalda de Alfred- y ve que nadie te sorprenda con un "regalito"-con esto último la mujer se dirigió al frente de las personas y comenzó a llamarlas para iniciar la procesión
-haha, si –rio nervioso el americano y luego se dirigió a México, el cual solo trataba de contenerse la risa- México, ¿Q…que trato de decir con eso?
-jumm….nada-rio entre dientes el mexicano y volteo hacia la procesión-bueno vamos, no vaya a ser que te pierdas o alguien haga que te pierdas– susurro esto último y le dio la espalda al americano para comenzando a seguir a la procesión
-¿eh? México, espera-le siguió, pero aun le quedaba cierta duda en su mente, ¿a que se había querido referir la señora y México?, bueno, mínimo tenía a México y no le pasaría nada…o eso creía
Llevaban minutos caminando y el camino cada vez se le hacía largo al americano, el cual, no se separaba ni un minuto del mexicano, debido a la neblina y temiendo a que le pasara algo, entre rezo y rezo, el americano se iba aburriendo y el cansancio le empezó a ganarle, así que decidió tomar un pequeño descanso.
Con lentitud, tratando de que el otro no se diera cuenta, se sentó por unos minutos en una banca a descansar y de paso comió un dulce, cuando dijo levantarse y seguirlos, la neblina había cubierto todo por completo y apenas podía ver por donde iba, con paso lento comenzó a caminar, buscando a los demás.
-"México ¿Dónde estás?"-pensó preocupado, mirando por todos lados buscando alguna señal de la procesión, camino sin rumbo por unos minutos, hasta que de la nada empezó a escuchar unas risas-"ah, deben ser ellos"-con este pensamiento, comenzó a correr buscando el origen de las risas.
Aquellos pequeños ruidos, parecían ser producidas por unos *niños y cada vez que sentía que se acercaba estas volvían a sonar más lejanas, mientras más se acercaba al origen le pareció empezar a ver sombras que se paseaban de aquí por allá.
-"ya estoy cerca"-pensó mientras corría más rápido-"¡jah!, ya te tengo"
Cuando por fin logro llegar al origen las risas, estas dejaron de sonar y todas las sobras que había visto, desaparecieron, miro a su alrededor tratando de buscar a alguien pero lo único que vio fue arboles y mas arboles, trato de buscar la carretera pero esta, no aparecía a la vista, ahora sí, se encontraba perdido.
-"god, ahora ¿qué hago?"-paso su mano por sus cabellos en señal de nerviosismos e intento buscar por segunda vez la carretera, pero, mientras más avanzaba, sentía que más se perdía en el bosque, estaba a punto de rendirse, cuando una voz lo llamo.
-¿estas perdido cariño?
Alzo la cabeza para ver quién era y frente a él, subida en un árbol, se le apareció la muchacha una *hermosa muchacha, su cabello era hermoso, largo y ondulado, negro, suave a la vista, con unas piernas hermosas y largas con un cuerpo hermosos, lleno de dotes, pero, lo que más llamaba la atención eran sus ojos, los cuales eran como dos piezas de carbón negras, pero con un brillo sin igual, apenas y llevaba un pequeño vestido blanco, ligero pero impecable y sus pies estaban descalzos.
Con lentitud y con mucha agilidad, la mujer se bajo de su árbol y aterrizo frente a Alfred, el cual seguía embobado con su belleza.
-¿te encuentras bien?-volvió a preguntar, tratando de llamar la atención del americano
-¿ah? Ah sí, no te preocupes, el Hero siempre está bien ¡hahaha!-rio falsamente tratando de aparentar su nerviosismo.
-oh ya veo, ¿así que estás perdido?-exclamo, mientras observaba a Alfred con sus bellos ojos, examinándolo de arriba abajo
-¡haha!, el Hero nunca se pierde-murmuro nervioso al sentir la mirada de la otra sobre de el- además de segu…
Pero otra vez fue interrumpido, debido a que la chica le agarro de la cabeza y hundió entre su pecho su rostro, el americano se sonrojo de inmediato e intento zafarse, pero la mujer lo tenía bien agarrado.
-oh, pobrecito, estás perdido y no sabes cómo llegar a casa-dijo con voz lamentada, mientras apachurraba mas al americano contra su pecho-tranquilo, aquí estoy para cuidarte
El americano se tranquilizo un poquito e intento volver a zafarse pero no podía, poco a poco se relajo y con delicadeza también abrazo a mujer como hipnotizado por su voz
-tranquilo, aquí me encuentro yo-susurro en el oído del americano mientras sonreía con satisfacción – yo te complaceré por completo
El americano se sentía como adormilado ante la angelical voz y sentía como sus músculos se iban destensando por completo, un pequeño bostezo salió de su boca y se aferro mas al cuerpo de la otra, empezó a sentir sueño y quería descansar.
-aquí no hay preocupaciones…-volvió a decir la chica en un susurro
-si, no hay preocupaciones-repetía el americano somnoliento
-aquí puedes descansar…
-si…descansar…
-todo estará bien, yo te cuidare
-si todo, ah~-bostezo- estará bien…
-ahora, ya eres mío…
El americano ante estas palabras se despertó un poco, pero lo que más le alarmo, fue sentir como la muchacha se aferraba mas a él y sus uñas crecían drásticamente, pudo sentir un filo en su espalda y como un escalofrió lo recorrió
Con rapidez aparto el cuerpo de la chica de él y se le quedo viendo, pero gran sorpresa se llevo al ver que ya no era la hermosa chica de antes, ahora su cabello era más largo y cubría su cara, su cuerpo era mas delgado, casi esquelético y sus uñas parecían garras.
-tu…-murmuro la chica acercándose a Alfred, haciendo que este retrocediera- tu… ¡serás mío!-la muchacha desconocida alzo la mirada y mostrando sus ojos, los cuales ahora eran completamente negro y huecos
Al ver esto, el estadounidenses no dudo ni un segundo y se puso a correr como loco, ni siquiera pensó el voltear a ver, debido al temor que le daba ver a la mujer de nuevo, corrió y corrió a todo lo que sus pies le dieron sin mirar en ningún momento atrás.
El cansancio puedo más con el americano por lo que por fin paro de correr, debido a esto, callo rendido al piso, donde trato de recuperar el aliento, se encontraba demasiado cansado de tanto correr, sentí que solo con aquello ya había bajado todo los kilos que había subido esa mañana por haber comido tanto dulce.
-"definitivamente, cuando quiera bajar de peso, debo venir aquí"
Cuando por fin recupero por completo el aliento, se dispuso a pararse, aunque aun se encontraba cansado, pero mas valía estar alerta, al menos de que quisiera que ocurriera, "otro" incidente.
Ya parado, observo a su alrededor y trato de ubicarse, milagrosamente la neblina había bajado un poco y ya podía ver donde se encontraba.
Gran sorpresa que se dio, al ver que por fin había logrando volver a la carretera, quiso victoriar, pero sabía que lo mejor ahora era buscar otra vez a la procesión.
-"como dije, el Hero nunca se pierde"-volvió emprender su camino, observando cada detalle de la calle como tratando de ubicarse.
Iba caminando tranquilo, con una sonrisa en la cara, deseando por fin encontrar a la proceso, que, aun se preguntaba, como misteriosamente había desaparecido, miro por todos lados pero aun no encontraba nada que le indicase donde estaba, hasta que un lamento infernal lo saco de su ensimismado.
-¡hay, mi hijos!
El sonido fue tan estridente y tan agudo que tuvo que taparse los oídos para que el tímpano no se le rompiera.
Cuando logro volver a recuperar su sentido, libero levemente sus oídos, pero otro chillido, igual de horrible que el anterior, volvió a sonar, solo que esta vez, más cercano, con miedo y aun con los oídos atapados, lentamente se volteo para observar que producía aquel lamento, tal vez tendría suerte y era una persona que quisiera ayudarlo.
-¡¿Dónde están mis hijo?
No, no tenía tanta suerte.
Justo atrás de el, acercándosele lentamente, se encontraba una figura fantasmagórica de una *mujer vestida de blanco, emitiendo gemidos de dolor a cada paso que daba, su cara se encontraba total mente demacrada y con lagrimas negras en los ojos, como sangra coagulada.
El pobre americano se quedo estático en su lugar, imposible de mover un musculo debido al miedo, intento hacer que su cuerpo reaccionara pero este se negaba.
-"vamos cuerpo, ¡muévete!"
La mujer fantasmagórica, cada vez se fue acercando mas a él, su paso era lento y con forme se acercaba su llanto se oía mas sonoro, cuando por fin llego a estar a unos cuantos pasos del americano, acerco lentamente su mano y casi le roso la mejilla.
-hijo…por fin… ¡estas aquí!-grito esta vez con una voz que parecía un desgarramiento y su boca se abrió para mostrar unos colmillos impresionantes.
Por fin el americano no pudo más y se puso a correr otra vez a todo lo que pudo, esta vez sí pudo voltear atrás y observo como el fantasma se le acercaba desde lejos persiguiéndolo y lanzando mas lamentos al aire.
-hijo, no escapes, ven a ¡mi!-gritaba la voz más macabra y volviendo a mostrar sus dientes
El americano apuro el paso notoriamente y trato de alejarse lo más que pudo, pero cuando ya el fantasma lo iba a alcanzar, choco con una pequeña piedrita y cayo, rodo por algunos minutos, hasta que por fin se asentó en el piso.
-"¡auch!, eso dolió"-se sobo la cabeza, tratando de minimizar el impacto que había tenido, así estuvo unos segundos, hasta que se volvió a acordar del fantasma por lo que volvió a mirar para todos lados-"fantasma, ¿Dónde, cuando, como?"
Trato de buscar con la mirada aquella figura fantasmagórica, pero para su suerte, no encontró ni rastro de él, ya ni los sollozos se escuchaban y lo único que quedaba era el silencio.
Con tranquilidad, dejo escapar un suspiro de alegría, agradeciendo que ya nadie lo estuviera persiguiendo.
-"ah, por fin a salvo"-suspiro aliviado, pero eso no le duro mucho, debido a que de la nada empezó a escuchar unos gruñidos-"no, otra vez no"
Si, entre las tinieblas se podía observar unos grandes y *enormes ojos rojos, como inyectados de sangre, que miraban fijamente al americano acercándose con lentitud, poco a poco conforme mas avanzaban, por fin se pudo distinguir la figura de un perro que más bien parecía lobo, de un pelaje negro noche.
Con lentitud el animal, empezó a rodear a Alfred, sin quitarle la vista de enzima y sin dejar de gruñir, como esperando el momento exacto para atacar.
El americano solo trago duro y en su mente empezó a rezar para que el animal desapareciera y que toda esta pesadilla acabara, intento todo lo que pudo, cerró los ojos, pero cada vez que los abría, el can seguía ahí, mirándolo, ya estaba a punto de atacar a Alfred y lanzarse contra él cuando una voz sonó.
-¡shu!, demonio, aléjate
Una *señora con capucha blanca le empezó a lanzar *sal al animal y este como si fuera quemado ante su toque, se alejo corriendo.
-Estos demonios fastidiosos, oye tu, güero, ¿estas bien?-se dirigió al americano, mientras le tendía la mano para ayudarlo
-¿ah?, si gracias-acepto la ayuda y se levanto, aun si apartar la mirada de donde se había ido el perro- ¿Qué era eso?
-¿eso?, era un demonio chico, tienes suerte de que le haya lanzado sal para que se valla o si no te hubiera destrozado y comido tu alma
Alfred se quedo anonadado ante la explicación de la mujer y otra vez un escalofrió recorrió su espinilla, cuando por fin dejo de ver el lugar donde había pasado el perro, se voltio dispuesto a dar gracias, pero recordó todo lo que había pasado anteriormente por lo que se puso en pose de defensa
-hey chico, ¿Qué rayos te pasa?-pregunto la mujer extrañada
-¿n…no quieres comerme, verdad?-pregunto nerviosos el americano, dudando si aquella persona era igual que todo los espectros que se había encontrado.
-puf, ¿para qué querría yo, hacer eso?
-b…bueno…yo pensé que como…
-chico, yo no soy de esos fantasmas que ya viste y que querían comerte-contesto rápido, ante la mirada estupefacta del americano- además yo tengo una procesión que dirigir y aun falta mucho que caminar
-u...una procesión, pero si aquí no hay….
Pero antes que pudiera contestar cualquier cosa, a espaldas de la señora, se comenzaron a vislumbrar luces de velas, una por una se fueron encendiendo, mostrando a millones de personas que cargaban con ellas, cuando Alfred se dio cuenta, prácticamente toda la calle estaba iluminada gracias a las velas que se encontraban encendidas.
-¿¡d…de dónde demonios salió eso!-señalo anonadado el americano mientras señalando a toda la multitud de personas que había salido de la nada.
-mas respeto niño-le golpeo la cabeza la mujer- además, estamos aquí para esperar a nuestra reina, tú también deberías tener tu vela, te toma- con un movimiento manos, alzo su brazo y de la nada una luz se ilumino, mostrando una vela que antes, juraría el americano, no estaba ahí.
-m…muchas gracias-la agarro desconfiado, pensando que si no hacia lo que decía, lo iban a comer, hubo un silencio incomodo por unos momentos hasta que el americano volvió a decidir a hablar- y bueno, decían que esperaban a su reina ¿Quién es ella?
-ahora que lo mencionas, acaba de llegar-dijo la mujer, mientras con su dedo señalaba el cielo
La mirada del americano siguió las señas hasta que sus ojos dieron a parar a la luna, su mirada aumento drásticamente y por el miedo caso tiro el objeto que le habían dado.
Justo frente a él, en el punto más alto del cielo, bailando entre la luna, se encontraba un esqueleto, vestido de el más hermosos vestido, lleno de flores de colores y adornos, sus huesos se veían mas blancos y hermosos y la luna les daba un brillo espectral-
El esqueleto se encontraba bailando y sus sombrero se movía con el viento y de su lado derecho e izquierdo, se podía ver como una masa de gente bajaba desde los cielos, para cualquiera que lo viera, esa imagen era simplemente perturbado, pero al mismo tiempo, increíblemente bella, si, solo alguien podía causar esa impresión tan terrorífica y hermosa a la vez, y esa solo era una persona: "la *catrina".
Si, ahí, en pleno baile, se encontraba la esquelética bailando, con sus huesos iluminados por la luna, guiando a las almas al mundo de los vivos, su mirada hueca observaba y cuidaba todo lo que pasaba por ahí, pendiente de que ninguna alma se lograra escapara.
Alfred solo se quedo mudo ante esa imagen y otra vez se congelo, quería escapar, irse en ese momento, o despertar de aquel sueño tan horripilante.
-es hermosa ¿no?
Pudo sentir como la mano de la mujer se apoyo en su hombro, pero esta no era la misma que antes, esta vez se sentía totalmente fría y sin vida.
Con lentitud el americano voltio su cara con miedo, pero lo que encontró lo espanto más de lo esperado, justo frente a sus ojos, la mujer que había conocido ya no era la misma de antes, ahora era pudo esqueleto y sus ojos solo eran huecos.
Intento zafarse pero está, lo tenía bien agarrado, cuando por fin aplico más fuerza, logro zafarse, pero por desgracia, cayó al suelo dándose con un fuerte golpe, se sobo levemente la cabeza y pudo sentir como un liquido viscoso manchaba su mano, sangre.
Lo último que vio antes de desmallarse fue a la mujer que ahora era puro hueso y a la catrina, bailando en el cielo, viéndolo fijamente y sonriendo.
-tranquilo Alfred, todo estará bien
-Alfred…
Escucho como alguien lo llamaba como un susurro
-Alfred…despierta…
Volvió a escuchar a la misma voz que lo llamaba pero se sentí demasiado débil para abrir sus ojos.
-Demonios, Alfredo despierta
El americano, con lentitud comenzó a abrir los ojos lentamente, acostumbrándose a la luz del lugar, su cuerpo se sentía fatigado y cansado como si hubiera corrido varios kilómetros.
-Por fin despertaste gringo
Observo a su alrededor, aun desconcertado de donde estaba, notando que se encontraba en una cama acostado y cubierto con sabanas de color rojo, el lugar tenía una fachada muy humilde, con apenas un escrito con una lucecita prendida y varias hamacas colgadas alrededor.
Con lentitud se paso una de sus manos por entre su cabello incorporándose de su posición y recuperando mas la conciencia y sus sentidos, tenía una sensación de mareo y cansancio y cierto frio en su cuerpo, trato de recordarlo que había pasado pero su mente aun se sentía un poco aturdida, cuando por fin logro despejarse un poco lo recuerdos le vinieron de golpe
-¡AHHH! ¿¡Que, como, cuando, donde!-grito alterado mientras miraba a todos lados como buscando a todos esos espectro que había visto-¿Dónde están los fantasmas y el esqueleto flotante en la luna y la señora esa huesuda y…y…?
-¿esqueletos, fantasmas?, Alfred, ¿de qué estás hablando?- el mexicano lo miro raro, sin entender las especulaciones del otro.
-México –el americano con rapidez agarro los hombros del otro aun alterado y lo comenzó a zarandear de adelante hacia tras-México, no me vas a creer, pero vi un montón de almas que bajaban del cielo y…y…-hablo tartamudeando debido a él nerviosismos- a la muerte bailar en la luna, se me apareció el demonio en forma de perro y….
Imposible de continuar debido a lo alterado, el americano solo se quedo viendo al mexicano con sus ojos bien abiertos debido al susto, el mexicano solo lo vio raro y de un movimiento se soltó de su agarre y se paro.
-Alfred ¿de qué estás hablando?, si lo único que has hecho es dormir en toda la noche, tuve que irte a buscar después de que te perdieras de vista y te encontré plácidamente dormido en un baca de la acera-especto el mexicano molesto mientras miraba con reproche a estadounidense
Alfred solo se quedo anonadado ante la declaración y poco a poco se fue calmado, así que era eso, todo había sido un mal sueño, nada de lo que había pasado era real, todo ese sufrimiento, los seres malvados persiguiéndolo, todo, nada mas había sido una pesadilla.
Con una risa nerviosa y revolviéndose el cabello con una mano el americano se volvió a tender en la cama ya completamente calmado.
-haha, así que…todo fue un sueño-especulo, aun no muy seguro de todo aquello.
-si Alfred todo fue un sueño-se sentó el mexicano junto a él- bueno, será mejor que te prepares, ya es tarde y de seguro llegaremos tarde a tu propia fiesta, tienes suerte que uno de mis amigos nos presto su casa para que durmieras un rato porque si no te hubiera dejado ahí para que te robara el alma el demonio
Con esto el mexicano se paro y se dirigió a la puerta, pero antes de irse se voltio a ver al americano.
-Por cierto, será mejor que te apures, ah y no se te vaya a olvidar devolver la *vela que te dieron, no vaya a ser que te "lleven"
Y con esto el mexicano salió de la habitación dejando muy desconcertado al americano, el cual solo se quedo viendo por unos segundos la puerta
-una vela, ¿de qué estará hablando?-poco a poco el americano voltio la cabeza hacia la mesita, y justo ahí, como el mexicano había dicho, se encontraba la vela mencionada, pero lo que más le sorprendió no fue eso, si no, que la vela era la misma que le había dado la señora en el sueño, pero no, eso, no fue lo peor, lo peor fue lo que vino después, si saber cómo, la vela poco a poco se hizo más traslucida y en su lugar comenzó a parecer un hueso.
El americano no hizo más que abrir los ojos de sobremanera, su cuerpo empezó a convulsionar del miedo y su garganta se sintió más seca
No, no podía ser posible, todo aquello que había vivido, había… ¿había sido real?, no, no podía, no debía, eso…eso nada mas fue un sueño, pero no, aquel hueso que antes era vela lo comprobaba por completo, aquello no había sido un sueño, era…era real.
Con lentitud el americano acerco su mano al objeto y aun tembloroso, lo tanteo lentamente, confirmando que no era una ilusión, su tono de piel se disminuyo unos grados, dejándolo pálido y sus ojos se ensancharon mas mientras que su boca se abría por completo y dejaba escapar un grito desgarrador que se oiría en todo México.
El mexicano se encontraba apoyando en la pared escuchando el grito del americano riéndose a carcajadas imaginando la expresión y el trauma que le había dejado al pobre estadounidense
-No fuiste muy duro con él, México-una voz espectral sonó en el pasillo y poco a poco una figura de blando, vestida de un traje colorido que hacia resaltar la belleza de su hueso se fue apareciendo frente al mexicano, hasta que se manifestó por completo.
-no, no lo creo, bien se lo tenía merecido, catrina-exclamo el mexicano, mientras miraba fijamente a la esquelética
Por unos momentos se quedaron en silencio, compartiendo miradas, para al final, el espectro solo se encogió de hombros.
-Mandarle todo tu repertorio de "amiguitos" no te servirá de nada, muy bien sabes que la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena.
En mexicano la observo por unos minutos más y luego bajo levemente la mirada, para luego subirla y empezar a caminar hacia la salida.
-el insulto mi tradición y bien se lo tiene merecido-fue todo lo que dijo el mexicano mientras le daba la espalda a la huesuda.
-Más te vale ver que regrese ese hueso, o me lo llevare a finales de noviembre-comento severamente
-Si, si como digas, estaré pendiente-dijo vacilante el mexicano mientras abría la puerta de la salida- por cierto-se volteo para mirarla- salúdame a abuelo azteca y abuela maya, diles que les deje su comida favorita en mi casa de aquí, ¿entendido?-la huesuda solo asintió- bueno ya me tengo que ir, cuida muy bien de las almas, nos vemos-y con esto salió de la casa por completo y cerró la puerta con un golpe sordo
La muerte, solo se quedo mirando la puerta por unos segundos y poco a poco se fue desvaneciendo.
-maldito mocoso, es igual que sus abuelos, poco respeto me tiene-con esto, desapareció por completo, dejando un silencio sepulcral en el pasillo.
Aclaraciones:
Primero que nada quisiera aclarar sobre el mito del hueso y la vela, bueno cuenta la leyenda, que si un ser misterioso (un fantasma) te da un (velas, monedas, etc) en días de muertos, este realmente es un hueso, el cual si no lo devuelves antes que termine noviembre, el ultimo día que parten las almas, estas te llevan.
*Jack: del "maravilloso mundo de Jack"
*Tim: Tim Burton
*Javier: el nombre que le puse a México en este fic.
*niños: son xaneques en el sureste de México, los chaneques son espíritus traviesos con aspecto de niños que esconden cosas y se aparecen a la gente distrayéndolos para hacerles perder el camino o desaparecerlos.
*hermosa muchacha: es la Xtabay, mujer hermosa que se les aparece a los borrachos y los seduce para luego matarlos, en este caso se le apareció a Alfred, quien estaba perdido.
*enormes ojos rojos: El diablo en forma de perro, se les dice que a algunas personas se les aparece en la noche.
*señora con capucha: la antigua norte-América, la abuela de Alfred que vino como alma.
*sal: dicen que la sal es purificadora por lo que el demonio huye de ella.
*catrina: también conocida como la muerte.
Ohhh mi dios, me tarde un buen en hacer esta cosa, maldita flojera -patea a su weba ¿?- bueno, esta un poco atrasado el fic, pero es debido a que era para un concurso y shalala shalala y pues me atrase y eso XDD, originalmente esta es la version full de ese fic, pero bueno, espero que les haya gustado, y pues...mmm ¡QUE VIVA EL DIA DE MUERTOS! obvio tambien que viva el halloween, solo queria hacer ver lo que haria México si alfred insulta su celebracion y eso, pero ya, gracias por su lectura, dejen comentarios, me despido, bye.
PD: habrá 2 omakes mas XDD
Nota: solo por si acaso: los personajes de hetalia y otros mencionados no me pertenecen si no a sus respectivos actores.
