Cuando recién se habían conocido se hicieron buenas amigas, Ginny siempre estuvo con Hermione para darle consejos, o mejor dicho, ayudarle a entender y soportar las tonterías de su hermano, por otra parte, Hermione siempre estuvo para apoyarla con respecto a Harry, mas sin darse cuenta ambas sentían algo más que aprecio la una por la otra, "será amor de hermanas" se decían individualmente la una a la otra, creyéndolo ya que ambas eran hijas únicas, obviamente Ginny estaba rodeada de hermanos, pero era la única mujer y pensaba que eso era, Hermione ni se diga era hija única.

Una de las tantas noches en que ambas platicaban de esto y aquello que hacían con los chicos, los dejaron fuera para empezar a hablar de la una y la otra.

-Entonces, tu como cazadora tienes que anotar puntos lo sé, lo leí en "Quidditch para principiantes" lo que no entiendo aún es qué tiene de emocionante, en serio, no encuentro el punto- dijo Hermione cuando Ginny trató de explicarle lo divertido del quidditch.

-¿"quidditch para principiantes"? ¿En serio Hermione? ¡Así nunca sentirás la emoción! Mañana después de clases, nos vemos en el campo, le pediré a Harry su saeta- dijo la pelirroja.

-Pero yo no sé volar, desde primer año las escobas no me han obedecido – agregó Hermione -, además…

-además nada, vendrás conmigo o le diré a mi hermano que lo odias tanto que lo amas- interrumpió Ginny, a lo que Hermione no pudo decir más.

Al día siguiente Hermione esperaba a Ginny en el campo, la pelirroja tenía alrededor de media hora de retraso y la chica de ojos color avellana odiaba esperar, pero por alguna razón no quería irse pues pensaba "si llega y no estoy puede sentirse mal". Un par de minutos después Ginny apareció con la saeta de Harry a hombro y una pequeña bolsa de papel, apenas cruzar miradas con la castaña su rostro mostró disculpa.

-Herm, lo siento en verdad, terminé mi poción con Snape, pero le pareció "demasiado perfecta y en muy poco tiempo" así que me hizo empezar de cero, en verdad lo siento, mira, te traje esto en modo de disculpa- y le extendió la bolsita a Hermione. Dentro de ésta había bolas de chocolate.

- Ginny en verdad te agradezco pero, las bolas de chocolate son… no puedo aceptarlas.

- tonterías, están rellenas de mousse de fresa, esas son tus favoritas ¿no?

-sí, pero…- comenzó a decir la castaña

-pero nada, además, no me costaron mucho, compré los ingredientes y las hice yo misma –continuó Ginny-, ven, voy a enseñarte la razón por la cual el quidditch es emocionante.

Hermione se sintió ruborizada al saber que Ginny había hecho los dulces que le había dado, la pelirroja tomó a Hermione de la mano y caminaron hacia la cancha por debajo de las gradas.

Aunque Hermione no la veía, Ginny se había ruborizado igual, y esperaba fervientemente que Hermione no notara el sudor en sus manos cuando la había tomado y empezado a caminar, extrañamente se sentía apenada, pero no sabía por qué, ya que Herm y ella eran solo amigas, casi hermanas...

-Ok, espérame aquí, voy por una escoba para ti- dijo Ginny

-¿y la saeta?

-Herms, no te haré volar en la saeta aún, quiero que aprendas a disfrutar no que le temas a volar – dijo Ginny regalándole una sonrisa.

Minutos después la pelirroja regreso con una vieja escoba en el hombro y la puso en el suelo.

-bien, levántala- dijo Ginny

- amm.. de acuerdo- respondió la castaña y se agacho por la escoba

-¡Hermione no! Dile que se levante, ya sabes, "arriba"

-Ginny, las escobas no me obedecen, nunca desde primer año

-¿Cuántas veces lo intentaste?

-pues...

-exacto, solo en la clase con Harry y Ron, y te molestaste porque ellos pudieron y tú no, ahora, hazlo, relájate-

-ok – Hermione cerro los ojos, dio un gran suspiro, puso su mano sobre la escoba y terminantemente dijo "¡arriba!"

La escoba inmediatamente se elevó a su mano.

-¿Qué? ¡genial! ¡lo hice! ¡ Ginny lo hice!

-Lo sé, lo sé, estoy aquí lo vi – dijo la pelirroja riendo junto a Hermione y corriendo a abrazarla.

Al deshacer el abrazo, lo hicieron lentamente, sus rostros quedaron bastante cerca, Hermione pudo sentir el aliento de Ginny en sus labios, y Ginny sintió lo mismo, estuvieron unos segundos así hasta que Hermione se separó.

- Ehmmm... ¿y ahora qué?- dijo la castaña

-Sí, ehmmm... monta la escoba y elévate un poco, yo te sigo.

Estuvieron el resto de la tarde volando, Hermione empezó a volar a diferentes velocidades, su cabello ondeaba cuando iba contra el viento e incluso le anoto unos cuantos tantos a Ginny cuando practicaban en los aros.

- Por Merlín esto es genial, la adrenalina, el viento...

- los insectos entrando en tu boca – interrumpió la pelirroja para ambas romper a carcajadas.

Ambas seguían en los aires dando vueltas, cada vez se iban acercando más, la respiración de la castaña era entrecortada, debido a la poca costumbre que tenía a volar, mientras la pelirroja se encontraba bastante bien; sin saber cómo se encontraron flotando en sus escobas una frente a otra, sin hacer ni decir nada, tan solo mirándose fijamente y sonriéndose mutuamente mientras un ápice de rubor se revelaba en ambas, cada vez se acercaban más, hasta el punto de volver a sentir sus respiraciones; no supieron quien fue la de la iniciativa, tal vez fueron ambas, solo saben que se sentía bien, se besaban, era un beso cálido, Ginny tomaba el mango de la escoba de Hermione para no alejarse mientras Hermione tomaba con ambas manos el rostro de Ginny, segundos o tal vez minutos después se separaron, se miraron sin saber que decir y simplemente descendieron.

Regresaron a la sala común, se encontraron con Harry y Ron, Ginny devolvió la saeta y se sentó con los chicos, Hermione tomó un libro cualquiera y disimuló leer...

- y ¿Cómo les fue? – preguntó Harry a Ginny

- bien, Herm es bastante buena volando

- ¿qué? Pero si ella odia volar – interrumpió Ron

- Nunca dije odiarlo, simplemente no encontraba la emoción en ello pero...

- ¿pero? – preguntó Harry

- Empiezo a encontrarla – respondió Hermione mirando por sobre el libro a Ginny, que la miró igual y le regaló una sonrisa cómplice, sonrisa que Hermione también tenía pero ninguno de los chicos podía ver gracias al libro. Ron y Harry pasaron el intercambio de miradas desapercibido pero la pequeña Weasley no pudo evitar sonrojarse un poco.