13 de Febrero, 23:45 PM. Deidara miraba nervioso el reloj. Sabía que no le servía de nada estar despierto hasta que fuera 14, pero no podría dormir así de intranquilo, como estaba por pensar en el chocolate que le daria a Zetsu. Volvió a mirar la hora. 23:54 PM. ¿Por qué se demoraba tanto el tiempo en pasar?… "Ya, deja de mirar el reloj, si con hacerlo no vas a lograr que el tiempo pase más rápido" Sus ojos se centraron en una pequeña caja al lado de este. Había trabajado todo el día preparando ese chocolate y haciendo esa caja con forma de corazón, hacer figuras de arcilla explosiva no era lo mismo, no estaba acostumbrado a crear algo que no explotara. Volvió a mirar con ansias el reloj. 0:02 AM. Su día al fin comenzaba, una sonrisa se apoderó de su rostro y con satisfacción cerró los ojos y cayó en un profundo sueño.
Era la mañana del 14 de Febrero, y en la cueva de Akatsuki no había mucho movimiento. Hidan seguía haciendo sus oraciones y rituales masoquistas matutinos, Kakuzu peleaba con Itachi de que era más valedero ser millonario a que ser famoso por matar a tu propio clan. Kisame miraba despreocupado la cara de histeria de Kakuzu y, como siempre, se mantenía al lado de Itachi; y Tobi estaba contemplando el ritual de Hidan, entretapandose su ojo… Deidara siguió buscando con la mirada, pero no parecía que él estuviera en la cueva. Se dirigió a la salida, encontrándose con el tupido bosque que los escondía, caminó hacia el interior y luego de alejarse bastante de la cueva, se dejó caer sentado en el suelo, apoyando su espalda en un árbol. Apretó cu mano derecha en el pecho, soltó un suspiro y cerró los ojos...
-Al parecer, haz vuelto a salir temprano, Zetsu…- Dijo, sacando del interior de su capa, con la mano izquierda, la caja con el chocolate en el cual tanto trabajó.
-Sabía que vendrías hasta aquí.- Desde un árbol situado al frente de Deidara, un rostro empezó a distinguirse del tronco, y poco a poco se hizo mas claro. Esos ojos dorados se centraron en los celestes de Deidara, que los había abierto al ecuchar tan esperada voz.
-Zetsu…-dijo mirándolo como si fuera un fantasma. Zetsu terminó de materializarse enfrente del chico.- no… creí que estarías aquí.
-Yo sí creí que estarías aquí… sabes qué día es hoy, no?- Miró hacia la caja que aún sostenía Deidara en su mano, caminó hacia Deidara y lo miró de forma seria y tranquila.
-¡¿Cómo crees que me olvidaría de algo como eso?! Toma, he hecho esto para ti, un!- Un rubor apareció en sus mejillas, y le entregó la caja. Zetsu la recibió, y antes de siquiera poder abrir la boca, Deidara se le abalnzó en sus brazos y le susurró al oído.- No podría ignorar este día teniendote aquí conmigo, aishiteru, Zetsu.
Zetsu apartó un poco a Deidara de su cuerpo, para poder mirarlo a los ojos con su seria expresión. Con una mano acarició la mejilla del joven, y, acercando su rostro al de él, murmuró un "también te amo" y unió los labios con los suyos en un apasionado beso.
