-Una pequeña advertencia antes de comenzar, posiblemente Cartman este muy OOC, pido disculpas por eso.

Si esto no te molesta, por favor continua tu lectura.


I

Kyle Finds Love.

South Park no es un pueblo normal, Kyle lo sabe mejor que nadie. Quince años teniendo que soportar cada cosa anormal en su pueblo, deberían haberlo preparado para todo.

¡Vamos que uno de sus mejores amigos ha muerto más veces de lo que puede recordar! ¡Hay un mojón con vida! ¡Una toalla drogadicta que chupa pollas para comprar más droga! ¡Conocieron un taco que cagaba helado! ¡Evitaron que la tierra fuera destruida con una foto de dos alíen chupándose sus... algo!

Y eso es solo una pequeña parte de lo que Kyle tiene que ver y a veces vivir.

Pero entonces, cuando crees que nada puede ser peor, el mundo... o mejor dicho South Park se encarga de hacerte saber lo equivocado que estás, te dice que por mucho que te prepares jamás estarás listo.

—¿Kyle?

—Solo... — Su mirada se encontró con la preocupada expresión del castaño, la extraña combinación de colores en sus ojos se veía hermosa, Kyle se preguntó porque no lo había notado antes, el azul y el café se veían bien en él.

Él sonrió y Kyle inevitablemente le devolvió la sonrisa.

—Son muchas cosas que procesar, Cartman. — La sonrisa de Cartman era bonita, suave y tan natural... Kyle nunca antes lo había visto sonreír de esa manera.

— ¿Sabes? Hace años que no me llamas Cartman. No desde que... — Pero el castaño cerró su boca, lucía levemente preocupado.

— ¿Desde cuándo? — Cartman señaló su propia mano, y Kyle pudo notar el brillo dorado de un anillo de boda. — Oh... Es cierto...

Cuando Kyle despertó, pensó que seguía en casa de Stan, que se había quedado dormido, porque lo último que recordaba es a Cartman y Kenny peleando por el mando del juego durante los últimos quince minutos. Lo siguiente que supo es que no estaba en casa de Stan.

El lugar que lo vio despertar era una habitación grande, la superficie bajo él era suave y confortable, una buena cama, las sábanas y almohadas tenían un olor agradable, se sentía increíblemente cálido y Kyle se movió lentamente a la izquierda, el lugar estaba vacío pero la calidez venía de ahí. Alguien había dormido ahí y no hace mucho tiempo se fue. Kyle sabía que debía ser más cauteloso, pero la comodidad que conseguía lo hacía querer olvidar su parte racional.

—Kyle. — Allí, esa era la voz de Cartman, la reconoce, aunque el gordo trate de forzarla para que suene más grave. — Vamos, Kyle... Despierta.

—Déjame dormir culón.

Kyle supo que algo estaba mal cuando escucho la suave risa de Cartman y no uno de sus habituales insultos.

Abrió sus ojos nuevamente, el sueño y el cansancio parecían haber desaparecido de su sistema, arrojó las sábanas a un lado y se sentó en la cama, ¿Cómo pudo pensar que estaría a salvo con Cartman ahí? ¡El culón es la última persona en quien confiaría y la primera persona en tratar de hacerle algo malo!

Kyle busco la pequeña y gorda figura del castaño. Busco en todas partes, pero no encontró a ningún niño con las características antes mencionadas.

No un niño, pero si un adulto.

—¡Carajo, Cartman! — Y Kyle tuvo miedo, ¿Qué es lo que ese jodido nazi había hecho? ¿Dónde estaba Stan, Kenny?

—Bueno, esto si es jodidamente raro. — Dijo el adulto desconocido y después sonrió. Kyle tuvo esa sensación de haber escuchado antes su voz, pero no lograba asociarlo con ningún rostro que conocía. — Yo solo venía a decirte que el almuerzo está listo. Pero creo que eso es lo que menos importa ahora.

Kyle debía tranquilizarse, pensar racionalmente y después formar un plan de escape. La habitación lucia normal, había muebles, y muchas fotos colgadas en las paredes; todas ellas de una pareja, el adulto extraño salía en todas ellas junto a otro hombre pelirrojo. También había fotos de una niña pequeña: tenía el cabello castaño y ojos del mismo color café, tenía pecas y una gran sonrisa que mostraba sus dientes blancos.

Kyle podía decir que era una niña muy feliz.

Finalmente, una última foto colocada estratégicamente al centro de todas las fotos anteriores. Cuatro hombres sonrientes, todos ellos vestidos formalmente, un pelirrojo, un castaño, un pelinegro y un rubio. En letras doradas había una fecha y una felicitación con dos nombres:

12 de Enero del 2029.

"Felicitaciones para los recién casados: Kyle & Eric"

Kyle observó fijamente la foto.

Era estúpidamente obvio que el pelirrojo se parecía demasiado a él. El estúpido afro carmín, los ojos verdes y las pecas, la pequeña cicatriz que consiguió hace un año justo sobre su ceja derecha. El pelinegro era Stan eso es seguro, Kenny debe ser el rubio... entonces...

Entonces...

—¿Cartman? — El castaño sonrió y asintió.

Kyle tenía dos teorías: la primera se basaba en que finalmente había enloquecido, South Park había ganado y la locura lo había consumido. La segunda, iba con la esperanza. Un sueño.

Un sueño o la locura. Kyle prefería la primera opción, pero en estas circunstancias era seguramente la segunda.

Él no podía haberse casado con Cartman de todas las malditas personas, dejando de lado el hecho de que era un hombre.

¿2029? ¡Cuando se durmió todavía era 2018!

¡No!

¡JODIDAMENTE NO!

Kyle se golpeó y su nariz sangró. Algunas gotas cayeron sobre las sábanas, pero al pelirrojo este hecho lo tenía sin cuidado, porque el dolor era real, y eso significaba que no era un sueño.

—¡No hagas eso, Kyle! — Cartman o quien decía ser Cartman se acercó al mueble cerca de la cama, del primer cajón sacó algunos pañuelos y gentilmente limpio su nariz. Kyle habría alejado su toque, si no hubiese estado más pendiente de su apariencia.

Su cabello castaño lucía un poco desordenado y desprecia un olor a fresas, Kyle se encontró teniendo el impulso de acariciarlo y verificar por sí mismo si era tan suave como se veía.

En las fotos pudo ver que Cartman era más bajo que él, Kyle casi quiso sonreír porque Cartman siempre se había burlado sobre la estatura de Kyle, presumiendo que él era más alto que el "sucio judío".

—Esto no puede ser real. — Susurró.

—Por favor Kyle, es South Park. — Cartman contrario a él, lucía bastante tranquilo. — Te aseguro que esto es nada comparado con lo que te tocará vivir hasta que salgas del jodido pueblo. — Él tenía un punto.

K&E

—¿Kahl? —Cartman agito su mano frente a su rostro, parpadeo varias veces antes de fijar su vista en el castaño.

Su café estaba tibio ya, ninguno de los dos había tocado las galletas en el centro de la mesa.

—¿Cómo pasó? — Pregunto, quería saber cómo es que termino enamorado del niño que odiaba y que lo odiaba ¿Cómo fue posible que dos personas tan distintas terminarán uniendo sus vidas para siempre?

Cartman lo observó fijamente por varios segundos, después ladeó su cabeza y cerró sus ojos.

—Tú me ayudaste mucho, pero en realidad no sé qué te impulso a hacerlo. —Cartman tomó una galleta y la mordió. — Un día, me dijiste que debía tomar terapia. Eso me aterro porque pensé que sabias, que de algún modo habías averiguado todo...

—¿Saber qué?

—Sobre mis complejos, mis inseguridades, las máscaras que utilizaba para pretender que todo estaba bien. La terapia ayudó bastante, aunque al principio me negué. Fuiste un dolor en el culo por casi tres meses hasta que accedí. — Kyle noto que Cartman había cambiado rápidamente el tema de conversación, le hubiese preguntado más, pero noto la desesperación en su mirada, casi suplicándole que no lo hiciera. — Incluso me ayudaste con mi dieta.

Kyle sonrió, veía a Cartman comer otra galleta mientras decía la palabra: dieta.

—No me mires así, son galletas saludables. Además, la mitad de estas son tuyas, sin azúcar y sin nada que altere la glucosa en tu sangre. Una receta que tu madre me enseñó.

No podía decir que Cartman estaba delgado, sin embargo, ya no había sobre peso.

Era una vista realmente agradable. Cartman nunca fue un niño de mal aspecto, pero el sobre peso no te dejaba ver más allá. Aunque las mejillas regordetas y el leve carmín que a veces se pintaba en ellas cuando Cartman se esforzaba era adorable.

Kyle esperaba que ese detalle no hubiera desaparecido, se sentiría muy decepcionado.

—Me diste apoyo cuando más lo necesitaba, muchas gracias Kyle.

¡Oh!

Las mejillas de Cartman se sonrojaron enmarcando bellamente una sonrisa.

Su corazón se aceleró.

Era mucho más hermoso ahora.

Kyle subió su mano hasta su pecho, posicionó su mano sobre el lado de su corazón y oprimió con fuerza, se sintió tan cálido, se encontró deseando poder ver la sonrisa de Cartman todos los días, desayunar con él, hablar con él de cualquier tema intrascendente como el clima o la nueva serie que verán esa noche, desea los besos, las caricias... el amor.

Una familia.

— ¿Quién es la niña?

—Tres años antes de casarnos oficialmente, la adoptamos cuando tenía cinco meses de edad. Se llama Irene. — Luego Cartman sonrió. — Pero no te preocupes, ella no es adicta a los abortos.

Kyle sonrió también.

Podría acostumbrarse a eso.

Podría enamorarse de Cartman.

— ¿Dónde está ella?

—Son vacaciones de verano, así que está en la playa con sus abuelos, tus padres.

— ¿Soy feliz? — Todas las fotos que había visto hasta el momento le decían que sí, que era realmente feliz. Su gran sonrisa, el amor que había en sus ojos, la forma tan natural que posaba junto a Cartman, lo tocaba, lo abrazaba y lo besaba sin dudas.

—Yo espero que sí, porque yo realmente soy muy feliz. — Cartman tomó su mano, las galletas quedaron olvidadas, y su café ya estaba completamente frío. —Fue gracias a ti que me convertí en alguien capaz dar cariño. Antes no sabía cómo hacerlo, supongo que antes estuve tan solo que no lo noté hasta que tú me lo recordaste.

Sí.

JODIDAMENTE SÍ.

Kyle quería esto con Cartman.

—Anda, prueba una galleta, y dime si te gustan. — Cartman dejó ir sus manos y Kyle se sintió abrumado y vacío sin su gentil toque.

—Gracias. — Kyle tomó la galleta que Cartman eligió para él, abrió su boca y antes de poder morderla, el sonido de una puerta al abrirse y una risa infantil fue lo único que escuchó, después todo fue oscuridad.

.

—¡PAPI, PAPI, PAPI!

—¡Irene no corras o te vas a caer! — Sheila se escuchaba preocupada. Eric le diría algún día que esa preocupación innecesaria le sacaría canas.

El día que tuviera ganas de morir.

—¡Papi! — Irene corrió hacía él, Eric abrió sus brazos y la sostuvo en sus brazos.

—¿Como te fue en la playa? ¿Te divertiste? — Kyle revolvió el cabello de su pequeña.

—¡Me divertí mucho papá! — Irene observó a Kyle por varios segundos, antes de darse cuenta. — ¿No fuiste a trabajar?

—No.

Eric y Kyle se sonrieron en complicidad.

—Hoy visite a un viejo amigo, y papi tuvo una visita inesperada.

—¿Visita inesperada? — Gerald y Sheila entraron a la cocina, ambos lucían agotados, pero felices.

Eric era consciente de que Irene era una niña con mucha energía, pero sus suegros parecían adorar que fuera así.

—Un viejo conocido de South Park. — Respondió Eric, sin darle demasiada importancia a eso.

Sheila se alzó de hombros, si Eric no quería decir más, estaba bien para ella. Un viejo conocido quizás era Kenny ó Butters.

—¿Puedo tener a mi nieta favorita de vuelta?

Irene se fue con sus abuelos. Las carcajadas de la niña se perdieron por los pasillos que los llevaban al jardín.

—Y, esta visita inesperada ¿Se portó bien?

—Se rompió la nariz y mancho tus sabanas favoritas, también pensó que estaba loco... pero por algún motivo extraño, le hable tan bien de mí, desesperadamente intente que me amara.

—Lo conseguiste, Eric.

—Sí, lo conseguí. — Kyle se inclinó suavemente, tomó los labios de Eric en un corto y dulce beso. — Y todo tiene sentido para mí, incluso la nariz rota en casa de Stan hace años.

—Oye, yo tuve que esperar casi siete años para volver a probar tus galletas.

—¿Acaso la espera no valió la pena?

—Lo valió, cada maldito segundo.

Kyle tomó las manos de Eric, hubo solo una vez que Eric buscó sus manos, después... siempre fue Kyle quien lo hacía.

—Te amo Eric.

—También te amo.


.

.

Que tal, les gusto?

Probablemente tenga una segunda parte. Adivinaron si pensaron que se trataba de lo versión de Kyle adulto yendo al pasado.

Pero no adivinaron si creen que se encontra con Cartman.

¿Adivinan al viejo amigo que visitó Kyle?