¡Hola!

Bueno, como les dije, este es mi nuevo fic, me ah encantado escribirlo y pues, espero que así como a mí me gusto escribirlo, a ustedes les guste que es lo principal, ¡Gracias! Y sobre todo, este fic va dedicado a mi amiga "Rintsu" Que aunque esta algo loquita y no lo admite [Como yo] La quiero mucho, n_n eh aquí el prologo.

No tengo nada más que decir, así que aquí ésta el prefacio:

Pareja: NaruHina / SasuSaku.

Summary: Después de su escape, su vida comienza a cambiar drásticamente, llevándola al borde de la locura y la muerte.

Disclamer: Naruto no me pertenece, solo la historia.

Créditos: Originalmente, parte de la historia es basada en el libro "El príncipe maldito – Ramón Obón"

Prefacio.

Primer día de la muerte.

Miré una vez más mi reflejo en aquel charco de agua, la imagen distorsionada me impedía ver mi reflejo, por un momento mire el cielo gris, pequeñas gotas caían de él, surcando el cielo de un negro pálido, mientras yo, ahí sentada aun trataba de descifrar aquel enigma de mi vida. El cielo comenzaba a obscurecer, me levante de aquel lugar, y sosteniendo mi paraguas en una mano, comencé a caminar lento y sin prisa, aquella tarde había sido la peor, tal vez de toda mi vida, y analizándolo bien, toda mi vida había sido un desastre.

Un suspiro salió de mis labios, ¿Por qué? Aquella mañana aun era la persona más feliz de la tierra, pero él tenía que llegar, arruinar mi vida en un solo instante, odiaba ya todo en ese momento, a mi familia, mi vida, todo. Cerré lentamente mis ojos, dejando que el tiempo y el mundo me absorbieran, no había prisas, la paz era mi único objetivo, tal vez el único y primordial en aquel momento, ¿Por qué la vida era así? Dura, fría y sin sentido.

Mis ojos se abrieron, algo sorprendente, mis pies eran mis únicos guías, perdida entre mi mundo y la irrealidad, mirando la infinita obscuridad del cielo nocturno, sintiendo el frio recorrer mi piel, erizándola. Aun recordaba la mañana, había sido normal como todos los días, todos, sentados alrededor de la mesa, sin decir o comentar algo, lo único que se escuchaba era nada. "Nada". Que palabra tan vacía ¿No lo crees? ¿Pero qué significa "Nada"?

Tal vez eso era yo, Nada. O al menos eso era para mi familia, Nada, un cero, algo invisible, y si no era así ¿Por qué nadie nunca me decía siquiera un "Buenos días"? Sí, eso era yo, Nada. Poco a poco, mis pasos se perdían entre la negrura de la noche, dejando huella profunda en el frio suelo, a lo lejos pude divisar mi hogar desde hacía 15 años ya nada había cambiado, después de la muerte de mi madre, todo se volvió frio y obscuro, ella murió cuando yo simplemente tenía 3 años, así que literalmente no la extraño mucho, aunque siempre eh pensado como era, aun viéndola en retratos, aun su recuerdo sigue vivo en mi corazón a pesar de que nunca llegue a verla a conciencia cierta.

Eche una última mirada a la obscuridad, a aquella luna tan hermosa que en ese momento se veía tan viva como la misma noche, di un enorme suspiro antes de entrara a mi infierno personal, cada día la misma y estúpida rutina, dolorosa, sí, en verdad lo era, pero a final de cuentas esa era mi realidad.

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Día Final.

Un nuevo día había comenzado, la misma tonta y aburrida rutina, tomé un par de ropa y me metí a la ducha, algo raro pasaba aquella mañana, mi mente divagaba por diversos momentos de mi vida, mientras sentía las gotas de agua recorrer cada parte de mi cuerpo, delineándolo por su pasar. El cálido vapor proveniente de la ducha me relajaba, lentamente sentí mi cuerpo volar, como la más ligera pluma.

Lentamente tome la bata que descansaba a un lado de la ducha, me la coloque para después salir, hoy sería el día de ingreso a mi colegio, estaba ansiosa de por fin ver una cara amistosa, mi amiga estaría ahí, y ya no andaría sola por ahí. Mire mi uniforme escolar, era un conjunto muy sencillo pero lindo. La falda era de un verde, mientras que la camisa tenía la insignia de la escuela y el suéter tenía pequeñas rayas rojas y blancas.

Bajé rápidamente por las escaleras de madera, pintadas con un tenue color blanco, todo a mi alrededor era callado, más de lo habitual, caminé hacía el corredor que conectaba con la cocina, y ahí, me encontré con mi familia todos mirándome únicamente a mi sin mirar para otro lugar, concentrados en un punto inusual de mi mente, que en aquellos instantes divagaba sin rumbo alguno. Cansada me decidí a preguntar.

-¿Qué pasa?-Pregunte cansada de tanto rodeo, el silencio cruel del lugar me hacía temblar.

Una terrible sensación se sopesaba por todo mi cuerpo, un extraño sentimiento me albergaba y me hacía temblar, detrás de mí pude notar la figura fémina de mi hermana menor, con aquella mirada fría e insensible.

Sentí la necesidad inmensa de correr, con una mirada insegura, torpe, eso era, o al menos la pequeña resolución que desde mi niñez se me había adoptado; baje la mirada entristecida, siempre era así, y cuando llegaba a mirarle, era un delito indeleble ante los ojos de cualquiera.

-¿Aun no lo sabes?-Preguntó maliciosamente ella mientras yo entornaba los ojos.

-¿Qué es lo que debo yo de saber?-Su mirada me atemorizaba, tal vez era otra de sus bromas pesadas.

-Hmp, será mejor que lo sepas a su tiempo-no supe bien a lo que se refería, su sonrisa maliciosa y siniestra me daba escalofríos.

Pronto salí de mi hogar completamente aliviada de respirara el puro y fresco aire de verano que agitaba grácilmente mis cabellos, removiéndolos de mi rostro y azotándolos en el mismo. Era tranquilizador el trayecto, sin ruido y sobre todo, sin alguna abrumadora presencia. Simplemente sola, así me gustaba estar, sin gente cohibiéndome a mí alrededor, a excepción de Sakura-san y Sasuke-kun.

Ah, desde que recuerdo, los únicos dos mejores amigos desde la infancia, únicos y verdaderos, sin mentiras, gente real que existía a mi alrededor y que me quería por quién soy y no por lo que puedo llegar a ofrecerles, o mejor dicho, yo no, si no mi falsa familia.

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/Lunes, 23 de Agosto/

-Te irás y punto de la discusión-Fue aquello lo último que escuche ¿Realmente todo terminaría así?

Salí corriendo de aquella oficina, rodeada de gente que solo me hacía un nada un creo un estorbo, ¿A qué venía todo eso? A mi cobardía, lo sabía sí, un simple "No" Podría cambiarlo todo; pero yo no era como los demás ¿Por qué? ¿Por qué?...

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El comienzo del fin

Hoy, hoy sería el día de mi gran y esperada marcha, aquella que me llevaría hasta lo más recóndito de la obscuridad, para al fin llevarme al borde de la locura promiscua, recuerdos de sucesos tan impactantes quedarían por siempre grabados, no en la mente, el corazón.

Mi primer viaje a América, lo que cambiaria mi vida, ¿Qué me esperaría haya? Tal vez tragedias, mi única compañía…Mi fiel y leal amigo, confidente y hermano…

Un único y Preciado recuerdo…

El diario de una acecina

Mis manos de sangre están manchadas, lo único que queda es enfrentar el pasado…