Disclaimer: Los personajes utilizados pertenecen a Stephanie Meyer. La historia es de mi propiedad y se prohíbe el uso de ésta sin mi previo consentimiento.
Capitulo 1
Reviviendo los Recuerdos
Mi cuarto seguía igual que siempre. Las paredes aun resguardaban mi olor y mis recuerdos. La cama estaba protegida con un cobertor rojo y había sido agregada una lámpara en la mesa de noche.
Deje mi maleta en el suelo mientras mi madre hablaba sin parar.
El viaje a Phoenix había sido exhaustivo. Entre aviones y salas de espera, habían logrado sacar la poca energía que había en mi interior.
-Cariño, debes conocerlo. Estoy segura que se llevaran muy bien…
Llevaba aproximadamente tres horas escuchando a mi madre hablar de su nuevo novio. Después del divorcio con Charlie, no había esperado mucho para abrirse camino en el campo de citas. Salía con uno, y a la siguiente semana salía con otro.
Sin embargo, en todos estos años, jamás había tenido una relación con un hombre menor que ella. No es que yo desapruebe ese tipo de relaciones, yo no soy quien para juzgarla. ¡Pero el chico tiene mi edad!
-…saldremos con él hoy en la noche. Nos invito a cenar; ya sabes, para conocerte – sonrió – probablemente se quede a dormir en esta semana.
Imágenes desagradables se arremolinaron en mi cabeza, y trate de que se fueran tan rápido como llegaron.
-Nena, debes estar lista a las ocho, es muy puntual y odia que lo hagan esperar.
-Seguro, mamá – musité.
Se sentó en la cama y continuó contándome un sinfín de cosas, sin que yo se lo pidiera. Termine de desempacar mi maleta, y ella aun no concluía sus relatos. Esto era algo que definitivamente no extrañaba de mi madre.
Estar en Phoenix me recordaba una parte de mi niñez y mi adolescencia, aunque el resto de mi vida estuviera en Forks, Washington. Sin duda, en ese pequeño poblado había vivido lo más memorable de mi existencia.
Conocí a mi mejor amiga, termine mi preparatoria y mi carrera, y lo conocí a él.
Jamás podre olvidar su rostro. Sus facciones perfectas. El color esmeralda de sus ojos, contrastando con su cabello broncíneo. Su tez pálida que rebozaba de color cuando se sonrojaba. Esos labios carnosos y rosados que me besaban con premura en los lluviosos días de mi adolescencia.
Edward Cullen había marcado la etapa más importante de mi vida, y sin duda alguna, él siempre sería el amor de mi vida.
Aun recuerdo el día en el que nos despedimos. En medio del bosque aledaño a la casa de Charlie, me dijo que su madre estaba en la etapa terminal de su enfermedad, y debían ir a Los Ángeles a intentar curarla. Yo que estaba en mi último año de bachillerato, le pedí que me trajera con él. Que podríamos formar la familia que siempre habíamos soñado.
Él negó con la cabeza y tomo mi mano entre las suyas. Beso mis nudillos suavemente y me miro a los ojos para decirme: El hecho de que no podamos estar juntos ahora, no quiere decir que no nos volveremos a ver. Te amo, y te seguiré amando por el resto de mi vida, prometo que algún día, tú serás mi mujer.
Esas palabras retumbaban en mi mente cada que lo recordaba. Aquellas imágenes que en un principio resultaban desgarradoras, ahora son un grato recuerdo. Las únicas personas que supieron de nuestra relación fueron Charlie, sus padres, y nuestros amigos.
A mamá jamás le importo mi vida mientras estaba en Forks. Es decir, por algo me mando a vivir con mi padre cuando tenía 17. A pesar de que lloré de la frustración al tener que irme de Phoenix, ahora se lo agradezco.
A mis 25 años era una mujer independiente, profesionista y se podría decir feliz. Con un novio que me ama y con la mejor amiga que conocí hace 8 años en lo que yo solía llamar 'El pueblo de mis pesadillas'. Alice era la única persona que sabia todo lo que había sucedido con Edward y entendía el porque de mi sonrisa cada que mencionaban Forks.
-¡Bella! ¡Bella! – exclamó mamá agitando una mano frente a mi.
-¿Qué sucede? – pregunte frunciendo el ceño.
-Te quedaste como pensativa – rió – Presiento que estabas pensando en Jake. ¿Cuándo conoceré a mi yerno?
-Pronto – musité.
-¿Vendrá a verte mientras estas aquí en Phoenix?
-Tal vez.
-Deberíamos hacer una cita doble, ¿no crees?
-Claro.
-¿Qué tienes, cariño? Estas… callada.
-Nada…
-Aunque bueno, tu siempre fuiste asi. ¿Recuerdas aquella vez en la que fuimos a celebrar la pascua con la abuela Mary? Todos intentaban hablarte y tu solo respondías moviendo la cabeza…
Y así siguió parloteando por el resto de la tarde.
______
-¡Bella! ¡Son las 7:45! – gritó mi madre desde la sala.
-¡Enseguida bajo!
Me di un último retoque en el maquillaje e inspeccione mi aspecto. El vestido azul turquesa flotaba por mi cuerpo, dándole un realce a mi cintura con la cinta negra, que se amarraba atrás. Mis accesorios eran negros, al igual que mi cartera. Amarré mi cabello en una coleta baja, para que cayera en cascada sobre uno de mis hombros.
Intente bajar las escaleras sin matarme en el camino con mis amadas zapatillas Jimmy Choo. Reneé me esperaba al pie de estas, mirando su reloj de muñeca y moviendo la pierna con impaciencia.
-Estoy lista.
-Excelente, vámonos.
En unos minutos ya estaba ingresando al asiento del copiloto de su Honda Element negro.
Mamá se detuvo afuera de Marriet, uno de los hoteles más lujosos de la ciudad. Le entrego las llaves al aparcacoches, y bajamos del auto.
-¿Dónde cenaremos? – pregunté.
-Hicimos reservaciones en Top of the Rock.
Me mordí el labio. Al parecer el chico tenía buenos gustos. Top of the Rock, era uno de mis restaurantes favoritos.
-Buenas noches, ¿a nombre de quien están sus reservaciones?
-Edward Cullen – respondió mi madre con una sonrisa.
Mi corazón se paralizo por un segundo, y reanudo su marcha con velocidad. Sentí que el suelo se abría y me engullía completamente.
Aun anonadada seguí a la hostess camino a nuestra mesa.
En uno de los privados del restaurante, mi madre se acercó con rapidez al divisarlo. Él se levanto y la envolvió con sus brazos. Los mismo que me habían abrazado innumerables veces. Deposito un casto beso en los labios de Reneé y ella rió nerviosa como una colegiala.
-Edward, te quiero presentar a mi hija.
Dio un paso atrás, pasando un brazo por mis hombros.
Nuestras miradas se encontraron, y sus hermosos orbes se agrandaron al verme. Estoy segura que mi rostro estaba tranquilo. La sorpresa ya había pasado. Sus ojos me recorrieron de arriba abajo y una sonrisa jugueteo en su boca. Verlo a él, era recordar toda nuestra historia juntos. Sin embargo, la realidad era otra.
Ya no éramos una pareja. Ya no tenía derecho a correr a sus brazos y besarlo como si mi mundo dependiera de él. Ahora el tenia una relación con otra mujer. Con mi madre.
-Amor, ella es Bella – dijo Reneé.
¡Hola! Aqui yo abusando de los personajes de Meyer una vez mas :)
Esta idea andaba rondando en mi perversa cabezita desde hace unos días, y ayer me decidí a escribirla mientras twitteaba con mi chica suicida :)
¡Gracias a todas las chicas que me han agregado a favoritos y alerta en Simplemente Irresistible, y por todos sus maravillosos rr's! :) Espero ésta tenga la misma respuesta :D
Me divertí tanto buscando coches, restaurantes y vestidos en Google que les dejare los links en mi perfil :)
¿Le das al verdecito de aqui abajo? :D
-Elissa!
