Hola, ¿Que tál? *Corazón*
Me uní a este movimiento y como trabajo, solo pude subir esto hasta ahora en fin de semana, pero la intención es lo que se cuenta, ¿No?
¡Así que sin más traigo acá el primer día del reto MVL2018!
Canon divergente, con un prisionero!Lance y un galra!Keith.
La alarma retumbando en todos los pasillos le traía un beneficio, llenar su mente de más adrenalina y con ello ignorar el dolor en sus extremidades para obligarse a hacer una cosa; correr. No tenía ninguna idea de hacía donde iba o como podría volver a casa, su propia mente solo repetía una frase cual disco rayado que no había sido usado hace muchos años: ¡Eres libre! ¡Eres libre! ¡Eres libre!
¡Soy libre!
Lo logró, ¡Finalmente pudo escapar de los druidas! Solo tomó un pequeño descuido de su parte para que lanzara todo su cuerpo en contra de uno y aprovechar la distracción para escapar de esa cámara de tortura de la cual pretendía nunca más volver. Podría gritar y llorar de la alegría o quizá ya lo estaba haciendo, todo era muy confuso por el exceso de adrenalina más la fuerte alarma más los pasos de los sentries y guardias que sin lugar a duda estaban persiguiéndolo, si es que el tener que haber esquivado y hasta golpeado a uno para quitarle su blaster no significaba nada.
Solo se detuvo cuando se vio preso de una cruzada, viendo de forma frenética hacía ambas direcciones.
¿Izquierda, derecha? ¿A cuál ir? ¿Cuál le llevaría a la salida? ¡Estúpidos galra, ¿Por qué tenían que ser tan complejos hasta con su propia base espacial?!
Izquierda, derecha. Su respiración se entrecortaba, el blaster en sus manos se resbalaba por sus sudorosas y temblorosas manos. Izquierda, derecha. Todo su cuerpo dolía, más sabía que debía salir de ahí o el dolor será peor, aumenta constante y disminuye tan poco. Izquierda, derecha. Si ellos lo atrapaban lo volverían a meter dentro de esa cámara, si desobedecía lo lanzarían de regreso a la Arena a luchar hasta que este cubierto de sangre, la de ellos.
IzquierdaDerechaIzquierdaDerechaIzquierdaDerecha.
Alguien tomó de su brazo y gritó, girando para disparar ciegamente con el arma y darle por mera suerte al objetivo quién siseaba tomando su brazo sobre su herida humeante. El galra lo miraba con el ceño fruncido, mechones de su casi oscuro cabello cubrían un poco sus ojos, tan diferentes a los que estaba acostumbrado y que por alguna razón no estaban llenos de ese deseo casi salvaje de hacerle daño pero si con la misma curiosidad que a vece veía en los druidas justo antes de insertar cosas dentro de su cuerpo.
-No te muevas –Demandó tratando de sonar lo más firme, esperando que el temblor de sus manos no se notase.
El galra suspiró, poco a poco irguiéndose, mostrando ser más alto que él por un par de centímetros y que en apariencia tenía facciones más humanoides que el resto de los galra con los que se había topado, el purpura de su piel era más pálido y su cabello era, pues… Morado, excepto por las puntas que parecían ser de un tono como rosa y rozaban casi con sus hombros, vestido con los trajes espaciales de los pilotos de guerra de la flota.
-No vengo aquí para pelear –Él dijo, elevando sus manos en forma de rendición.- Vengo a ayudarte a huir de aquí.
-¿A-Ayudarme? –Se rio con sorna, sin dejar de apuntarle con el arma.- ¿Tú, un galra? ¿Querer ayudarme? ¡Pfff! ¿Te crees que soy estúpido?
-Escucha, no tenemos tiempo –El galra frunció más el ceño y se atrevió a dar un paso adelante.- Tienes solo una oportunidad de salir de aquí y hacer algo bueno por el universo, ¿Lo entiendes, verdad Lance?
Lance casi dejaba caer el arma, su boca entreabierta viendo con dolorosa sorpresa hacía el galra frente a él. Ha pasado tanto tiempo desde que escucho su nombre, desde el día en que fue tomado por la fuerza de la seguridad de la academia y terminar a millones de distancia en el vasto espacio en donde solo servía como alguna especie de experimento y entretenimiento para esa raza de salvajes gobernante tiránicos. Tanto tiempo que incluso él comenzó a olvidar como se pronunciaba, como cierta frase se pronunciaba en su lengua materna e inglés, como olía el océano o como se sentía las caricias de mamá y los abrazos de papá.
Dios, extrañaba mucho la Tierra.
-¿No me vas a regresar con los druidas? –Preguntó, el galra asintió acercándose un paso más hacia adelante. Lance miró al suelo un par de segundos y luego hacía la cruzada, habiendo olvidado por completo que todavía no había tomado una decisión, miró hacía el galra otra vez con la duda y el miedo escrito en sus ojos.- ¿No regresaré a la arena, v-verdad?
-No –Concedió acercándose un poco más, y bajo sus brazos para después estirar su mano hacía él.- Confía en mí.
Lance miró hacía la mano que esperaba por él, como la de cualquier otro galra y aun así era diferente, más… Amable. Miró a la suya unos segundos, pequeñas cicatrices que decoraban sus dedos por aquí y por allá, las uñas demacradas por las incontables peleas donde debía usarlas para sacarse al enemigo de encima, al regresar su mirada al galra este le esperaba con paciencia a pesar de la obvia alarma que seguía resonando en el fondo.
Gracioso, recién ahora se fijaba que los ojos del chico eran de una rara combinación entre gris y púrpura.
Dudoso acercaba su mano a la otra, apenas rozando con la yema de sus dedos los contrario y antes de siquiera poder poner palma contra palma, el galra le tomó con fuerza de la muñeca y forzó su brazo tras su espalda seguido del otro, apretó ambas muñecas con una mano y con la otra le cubrió la boca, el blaster que cargaba cayó de golpe al suelo por el súbito movimiento, en ese momento un grupo de guardias aparecieron con blasters en sus manos, los ojos de Lance se abrieron con fuerza en ese momento e intentó ver hacía el chico sobre su hombro, tenía una expresión muy neutra que era difícil de descifrar para él.
No…
-Lo encontré deambulando cerca de los cazas, me disparó pero pude atraparlo –Dijo con cierta sorna, poniendo una sonrisa ladina que mostraba un poco de sus colmillos.- ¿Así que este es el famoso Tirador? ¿Cómo este tipo ha durado con vida en la arena todo este tiempo? Los druidas deben tenerle un cariño muy especial si lo mantienen vivo hasta ahora.
-Escuché que algunos de ellos lo usan para… Complacer ciertas necesidades –Uno de los guardias dijo, poniendo una bastante perturbadora sonrisa que solo logró que un escalofrió recorriera a Lance y comenzará a agitarse, el galra apretaba con más fuerza su agarre en su brazo para mantenerlo quieto.
-Yo solo escuche que el chico es como un lujo por aquí, -Decía otro de ellos, subiendo un hombro al mirar a sus compañeros.- El peleador favorito de la arena, el experimento favorito de los druidas; es una pena que solo los altos mandos pueden poner una mano sobre él –El guardia suspiró, lamentándose que no tuviera el cargo suficiente para hacer con Lance lo que se le plazca, y eso solo ganó que el mencionado se estremeciera de nuevo.- Quisiera poder subir mi rango para poder usarlo apropiadamente, solo tengo la suerte de escucharlo gritar cuando estoy patrullando las celdas de prisioneros.
-Vamos, el sujeto es solo carne y puros huesos –El tercero de ellos comentó, arrugando su nariz con visible asco.- Los terranios son frágiles y débiles, odiaría tener a alguien así en la cama.
Lance lloriqueo con fuerza, sino fuera por la mano que bloqueaba todo el sonido. Se agitaba con fuerza entre los brazos del galra que solo hacía era apretar más su agarre; ¡Lo sabía! ¡Todos los galras son iguales! ¿Qué razones tendría él para confiar en la palabra de un galra? Por ellos es que había terminado al otro extremo de la galaxia, es por ellos que había comenzado a olvidar como luce el rostro de su madre o como se siente el sol quemar tu piel. ¿Por qué debía de confiar en un galra? ¡A ellos no les importa un "terranio" como él! Solo era un objeto con el que se entretenían verlo combatir hasta desfallecer en la arena, o una muñeca con la cual complacerse cuando sentía esas necesidades, o una rata de laboratorio para aprender cosas distintas en un cuerpo débil y huesudo; y siguió agitándose con violencia hasta que el chico lo obligo a ponerse recto y pegarse a su pecho, podía sentir su respiración sobre su nuca logrando que su cuerpo reaccionara estremeciéndose.
-Confía en mí, ¿Ok? –Abrió sus ojos cuando escucho la voz susurrante del chico sobre su nuca. Giró con la intención de verlo de reojo sobre su hombro otra vez, el chico galra no le estaba mirando pero podía notar por la manera en como apretaba su mandíbula y fruncía el ceño que no estaba de acuerdo con lo que pasaba. Por unos míseros segundos los ojos grises del chico le miraron y con eso fue suficiente para que la mente sobrecargada de adrenalina de Lance pudiera captar esa pequeña pero fuerte decisión en aquellos ojos.
Confiar o no, igual no tenía muchas elecciones.
-Yo lo llevaré de regreso a su celda –Dijo, reforzando el agarre en su brazo y obligándolo quedarse quieto.- Quién sabe que podría hacer si nos descuid-¡AUCH!
Yep, Lance le mordió la mano y no se arrepiente en nada por ello.
-¡Son imbéciles si creen que volveré a ese lugar de nuevo! –Siseó, agitándose con violencia de nuevo.- ¡Me importa una mierda si termino sin un brazo o un ojo, como sea posible saldré de este basurero lejos de ustedes, malditos gatos purpura!
-El chico tiene agallas –El guardia menos interesado dio un paso hacia adelante, importándole poco o nada que el humano lo viera con odio y le gruñera mientras le tomaba de forma brusca del mentón.- Ya veo porqué el comandante de la flota está interesado en ti.
Alejó su mano rápido cuando intentó morderle, Lance siseó al sentir al chico jalándolo obligándole a avanzar hacia adelante, haciendo que de vez en cuando se tropezará con sus propios pies y le mirara con molestia. El chico lo miró diciendo un "camina" con voz fuerte para disimular con sus otros compañeros, tomándolo con brusquedad de su hombro para sostenerle más recto.
Lance caminaba mirando hacía el suelo y chasqueando su lengua, no mentía cuando dijo que no le importaba perder un brazo (La dignidad la perdió en el justo momento que vio sus manos llenas de la sangre de otros esclavos por primera vez). Con fuerza mordía su labio inferior pensando en mil y una formas de planear su siguiente escape y añadir a su lista negra al galra de ojos multicolores con un apretado traje espacial, abrió los ojos al sentir como el pulgar de ese chico hacía pequeños círculos sobre su muñeca en el justo lugar donde podía sentir su acelerado pulso; ¿Acaso el galra trataba de calmarlo y algo? Puede que sea un muy raro y peculiar gesto, ojalá Lance pudiera verlo de esa forma.
-Sigue caminando –Escuchó al chico hablar por lo bajo, solo para él.- Tenemos que hacerles creer que vamos a tu celda.
De nuevo, volvió a mirarle de reojo sobre su hombro y esta vez el galra le miraba de regreso. No sabía que pasaba por la cabeza del alíen o cuales eran sus verdaderas intenciones con respecto a él, ese galra solo asintió como si con ello todas y cada una de las preguntas de Lance podría contestarse con ese gesto y el humano estuvo muy cerca de decirle gracias muy sarcásticamente, que gracias a él es posible que termine otro mes más peleando en la arena o en confinamiento solitario, o ambos si los druidas se sentían desolados.
Pero, como se dijo antes, no tenía muchas opciones más que seguir su juego y ver hasta donde llegaría.
-0-
Todo parecía volver a la normalidad en la flota, cada quién volvía a su puesto designado y la alarma había sido apagada, aunque quizá se apagó ya hace un tiempo pero Lance no había prestado la suficiente atención para eso.
Lance y su acompañante se han mantenido silenciosos todo ese tiempo, solo el ocasional gruñido del humano cuando un galra volteaba a mirarlo y el recordatorio del chico que tenía que seguir caminando, justo habían llegado a otra cruzada de las tantas que debía tener ese lugar y se detuvieron, el galra miró hacía varias direcciones antes de soltarlo y alejarse un paso, mirando hacia atrás por si alguien venía.
-Bien, -Masculló.- Tenemos que-
De nuevo se vio imposibilitado de terminar esa frase cuando Lance había girado rápido para tomarle del brazo y arremeterlo contra la pared, le sostenía con fuerza del brazo herido contra su espalda. Movió la cabeza a cuesta para poder ver al humano sobre su hombro mientras apretaba los dientes.
-Te lo voy a preguntar una sola vez –Exigió Lance, tratando de sonar lo más amenazante que podía.- ¿Por qué tengo que confiar en ti?
-Por qué soy la única opción que tienes para regresar a la Tierra –Decía, siseando de dolor cuando Lance lo apretó más contra la pared.- Y detener el Imperio Galra antes de que invada tu sistema solar.
-¿Por qué debería creer en tu palabra? –Exigió otra vez, y para dejar el punto más en claro, sobre el cuello del galra coloco el filo de la daga que le había quitado minutos antes, sorprendiendo al alíen por ello.- Tu raza no ha hecho más que joderme a mí y al resto de los prisioneros, ¿Por qué tengo que creer que uno de ustedes tiene corazón y que quiere ayudar a los demás?
-Escucha, no creas en mí si es lo que quieres, pero no voy a descansar hasta tenerte a ti fuera de este lugar dentro de una capsula de escape –De nuevo había ese brillo en su ojo, una determinación fuerte que quemaba con la misma intensidad que una bala de un blaster.- ¡Si me cuesta la vida hacerlo lo haré, no hay mejor gloria para un galra que morir haciendo lo que es justo!
-¡Basta! ¡No quiero que nadie tenga que morir por mí, aún si es un galra! –Chasqueó con la lengua, apretando el filo de la daga sobre la yugular sin llegar a cortar la piel, aún.- ¿Qué es lo que tú quieres de mí? No creo que ningún otro galra se hubiera lanzado a ayudar a un ser tan débil como yo sin esperar una cosa a cambio; ¿Qué quieres? Porqué si es lo que pienso eso no lo tendrás tan fácil.
El galra resopló por la nariz, negando como pudo con la cabeza y fisurándose de forma no intencionada la piel, un hilillo de sangre descendía por la pulida hoja de la daga, Lance apretó el mango de la daga y contuvo su respiración, fijando sus ojos azules en el rostro del galra y no en la sangre que brotaba de su herida, que ni siquiera estaba ni un solo centímetro de tocar su piel. Que Lance no pensaba en verdad en cortarle la yugular, o en apuñalarlo por la espalda, o golpearlo hasta dejarlo semi-consciente, o de dispararle tantas veces hasta quedarse sin una sola bala de plasma, o de gritar y rasgar con sus propias manos para sacarse al monstruo de encima y arrancarle un ojo y oído con tal de que no lo maten.
Ese chico no lo iba a matar, ¿Verdad? ¿Verdad?
Porqué sino tendría que matarlo él primero, no tenía opción, era su vida o la de ellos. Esa era la regla de la Arena, él necesita sobrevivir, debe hacerlo para volver a casa. Necesitaba volver a la tierra, volver a su hogar, a casa…
-Lance –Su nombre dicho por una suave voz lo hizo salir de su tramo de pensamientos parpadeando un par de veces.- No puedo hacer que me creas, tan solo juro que no quiero lastimarte, mi única petición es que nos ayudes a terminar esta guerra.
-¿C-Cómo? –Titubeo confuso, no tomando en cuenta como hablaba en plural.
-Voltron –De nuevo había determinación en sus ojos.- Uno de sus partes, el León Azul, está en la Tierra, puedo enviarte de regreso a la tierra para que puedas buscarlo.
-N-No, no lo entiendo –Poco a poco fue soltando al galra para alejarse de él, pasando su mano por su cabello, estaba más largo, mucho más desde la última vez que se lo había cortado con sus propios medios.- ¿Por qué yo? ¿Por qué me escogerían a mí?
Un ruido hizo que el humano se sobresaltara y diera vuelta en dirección a donde creía haberlo escuchado, sosteniendo con fuerza la daga en una posición de pelea mientras que su cuerpo temblaba de forma violenta. No le importaba irse incompleto a la tierra, como sea regresaría allá así tuviera que atravesar el frio corazón de Zarkon con sus manos desnudas, y un chillido agudo escapó de su garganta cuando por segunda vez le habían tomado del brazo y estaba por clavarle a quién sea que lo sostuviera la daga. Solo que se encontró siendo rodeado por un par de brazos y pegado tanto al pecho como al hombro del galra que quería ayudarle.
El galra le estaba dando un abrazo, y era tan raro que el humano se tensó de forma automática quedando con sus brazos extendidos a los lados y con una cara de sorpresa, más el chico le rodeo la cintura con un brazo y el otro subió para palmear la cabeza de Lance de forma suave.
¿Acaso estaba tratando de calmarlo? Porqué… Porqué…
-Si fuera mi decisión, -Le decía en su oído con la misma voz suave de antes.- Te enviaría directo a la Tierra y me aseguraría de que nunca más vuelvas a pasar por este infierno otra vez, pero necesitamos más ayuda de lo que creíamos y Voltron es la única arma en todo el universo que podría detener a Zarkon de una vez por todas.
Se separó tan solo unos centímetros de él y las manos del galra se movieron hasta tomar con suavidad su rostro y pegar su frente con la del humano. Lance volvió a contener su aliento viendo hacía los profundos ojos del alíen, tan cerca estaba que no solo podía sentir su respiración sino que podía ver que sus irises eran de un oscuro tono de púrpura que fácilmente se enmascaraba como gris.
-Por favor ayúdanos, Lance MCclain, eres nuestras únicas esperanza –Ok, Lance no quiso reírse de eso, en verdad, ¡La carcajada se salió sola! No pudo más que alejarse y poner su mano en la boca para evitar reír con fuerza.
-Lo siento, lo siento –Se limpiaba una lágrima con su pulgar.- No creía que ustedes conocieran Star Wars.
-¿Star qué? –Preguntó el galra subiendo una ceja, Lance se rio por lo bajo negando con la cabeza. El galra frunció su ceño y abrió su boca, probablemente queriendo preguntar que tiene que ver una guerra de las estrellas con la guerra que estaba sucediendo ahora, y ahora era su turno de mostrarse sorprendido cuando el humano se lanzó sobre él para abrazarlo con fuerza, pegando su barbilla en su hombro.
-Eres raro, pero bueno… Para ser un galra –Dijo y su sonrisa solo se amplió al escuchar al galra bufar. Cuando por fin se separaron, Lance tomó su brazo derecho con su mano y miró hacía la cruzada.- Muéstrame el camino.
-Sígueme –Se le adelantó un par de pasos caminando hacia la derecha, girando a verle y estirar su mano hacía él- Varios agentes están ayudándonos justo ahora para que lleguemos a salvo a la capsula de escape.
Esta vez Lance solo le vio la mano un par de minutos, estirando la suya para tomarla y estrecharla.
-Ok, líder de equipo, te sigo…. Espera, ¿A qué te refieres con agentes?
-0-
En efecto, al parecer si habían otras personas ayudando al chico a escabullir a un prisionero bajo las narices del comandante de la flota, por lo menos tuvo tres infartos cuando creyó que habían sido descubiertos solo para que los sentries de repente se apagaran o los bots de vigilancia pasaran a su lado como si no lo hubieran detectado o que el galra lo hubiera empujado hacía un depósito de implementos de limpieza para esconderse cuando una patrulla pasaba y que por ello solo lograra que Lance lo mordiera de regreso por el súbito movimiento, esta vez en el hombro y de nuevo no se arrepentía. Habían llegado a las capsulas de escape, una de ellas ya se encontraba abierta por lo que entraron sin problemas, en lo que el humano miraba a su alrededor el galra avanzó al panel de control agregando las coordenadas del destino.
-¿Sabes? Si tuviera que pensarlo bien, diría que tenías planeado todo esto –Dijo, mirando hacía la espalda del chico.
-Si –Contestó simple sin apartar su mirada del panel.- Estábamos planeando sacarte hoy mismo, pero parece que te nos adelantaste.
Un pitido indico al galra que las coordenadas estaban lista y la capsula se encendió por completo, listo para ser lanzada en cualquier minuto.
-Lance, -El galra giró, se acercó hasta donde él mientras que sacaba una cosa de su traje, entregándoselo al humano.- Esto contiene las coordenadas del León Azul en la Tierra, si encontramos a Voltron tendremos posibilidades de terminar con la guerra.
-Bueno viejo, tú me ayudaste a escapar –Colocó su manos sobre su cintura, rascando su cabeza. - Supongo que te debo una.
Tomó el objeto en su mano, era una especie de celular super avanzado y bastante alienígeno, y si Lance pudo aprender a como hackear el Iphone de su hermana cuando tenía 12 años entonces podría con esto.
-Es mejor que te vayas ahora, no sé cuánto tiempo más mis compañeros podrán mentirle a los druidas y al comandante de que en realidad no estás en tu celda y yo no estoy en mi puesto –Apenas hizo el ademan de moverse para salir de la capsula, justo cuando el humano le tomó de la muñeca.
-Espera, yo eh… -Bajo su mirada un momento, mordiendo su labio tratando de meterse en la cabeza que sí, él estaba a punto de hacer eso y debía ser educado, tal como se le había enseñado.- Gracias por, eh, sacarme de aquí y eso. Y creo que uhm, debo pedirte disculpas por haberte disparado y golpeado, y amenazado con tu daga, supongo que debería lamentarme el haberte mordido pero la verdad es que no, te lo merecías.
El galra solo resopló negando con la cabeza, una minúscula sonrisa se dibujaba en su rostro colocando la mano sobre el hombro del humano.
-Eres más valiente de lo que no dejas ver, Lance –Le apretó el hombro de forma amistosa.- Tu puedes, no… Tú serás un excelente paladín cuando sea el momento.
¿Paladín? ¿Qué demonios era eso? Ojalá a Lance pudieran darle una ración de comida por cada vez que un galra le hablaba sobre cosas de las cuales es posible que nunca tuviera una respuesta en concreta, pero de forma muy dura aprendió que lo mejor era no preguntar siempre y solo asentir aunque no comprendiera, por lo que eso hizo por fuerza del hábito, y al parecer era la respuesta que el galra necesitaba para que su sonrisa se ensanchara y palmeará su cabeza de forma juguetona.
-¿Cómo te llamas? –Preguntó, pasando su mano por su cabello.- No puedo seguir llamándote chico galra o estúpido todo el tiempo.
-Keith –Respondió. Salió de la capsula, volteando a ver hacía Lance una última vez en lo que estiraba su mano hacía el panel en la pared.- La Espada de Marmora está de tu lado, recuerda eso. Nos volveremos a ver en otra ocasión.
-¿Espada de Marmora? –Preguntó al aire cuando las puertas de la capsula se cerraron y la pequeña nave comenzó a temblar hasta ser expulsada a gran velocidad al espacio, estando en piloto automático lo que le daba todo el tiempo posible a Lance de poder descansar.
Y no podía.
Debería ya no tener nada de adrenalina generándose en su cabeza al estar fuera de peligro, y ese cosquilleo que sentía en sus brazos y piernas no era más que la emoción de saber cómo cada segundo la nave se alejaba más y más de aquella terrible prisión en la que estuvo viviendo por quien sabe cuánto, no más druidas, no más experimentos, no más peleas a muerte en la arena. No más ofrecimientos como un trofeo para un alto cargo. Quería pensar que no volvería a ver otro galra en su vida si tan solo eso no fuera mentira.
Keith, quizá era el único galra al cual valía la pena volver a ver, y mantendría esa promesa de que lo haría cuando menos se lo esperara.
Y mientras más y más se alejaba la capsula, surcando estrellas y constelaciones, su sonrisa más se ensanchaba y el nudo en su garganta más se aflojaba dejando que los sollozos que se contenía desde hace mucho salieran con más libertad, por primera vez en mucho tiempo podría dormir en paz.
Porqué es libre ahora.
Regresaría a casa.
