UNA VIDA DIFERENTE

OUAT no me pertenece

Este es un SQ fic, AU que simplemente comencé a escribir hace mucho tiempo y pues esto es lo que salió. Swan-Mills family.

Una Vida Diferente

Él nunca había estado antes en un lugar como este, tan "limpio", con aquel olor de antiséptico que casi lo mareaba, pero eso era lo menos importante en aquel momento. De nuevo estaba a punto de hacer "magia" de nuevo, o al menos lo que en esta tierra era considerado como tal. Hasta ahora habían transcurrido 22 años desde que la maldición fue lanzada y aunque se acercaba el tiempo en el que la salvadora regresara para romperla, la vida que ella llevaba no le daba la suficiente confianza. Si bien había tenido el don de predecir el futuro, este era como un gran rompecabezas, donde cualquier ficha podría simplemente no encajar y así todo habría sido en vano. Él no se había tomado tantas molestias para simplemente no lograr su objetivo, es por esto que tenía que tener un plan de soporte, sin importar cuánto tiempo le tomara de más, esa maldición iba a romperse, el quien completara la tarea era lo menos importante.

- ¿está seguro que quiere hacer esto señor? – Preguntó el hombre con la bata blanca, quien estaba notablemente excitado por lo que estaba pasando en aquel instante, incluso temeroso, quizás aterrado – estamos jugando un juego peligroso, estamos jugando a ser Dios

- Dios no tiene nada que ver en esto - le respondió el hombre – esto es mi refugio para un día de tormenta – fue lo único que dijo el hombre mientras hacía una mueca. Olvidando por un momento, que toda magia tiene su precio, incluso aquella de la que estaba siendo testigo en aquel momento.


Era tarde en la noche y Regina no podía parar de dar vueltas en su cama. Desafortunadamente para ella, Emma había sido forzada a dejar la ciudad hace un par de días, luego que fuera llamada para hacer parte del jurado en un juicio que se estaba llevando a cabo en Boston. Y por ese motivo en particular, Regina no estaba durmiendo bien, dado que ya se había acostumbrado a tener a Emma cada noche su lado, después de un par de meses juntas, dormir sin ella, se había vuelto una tarea imposible.

Luego que la maldición se rompiera hace dos años y todos los problemas que vinieron después, el pueblo finalmente había llegado a un punto de equilibrio y de paz, donde por regla general, debía respetarse y tolerarse unos a otros, sin importar quién era o quién hubiera sido en el bosque encantado, acuerdo al cual todos se acogieron con agrado, porque aunque les doliera a muchos reconocerlo, la vida a la que la entonces "Reina Malvada" los había maldecido, era para muchos más una bendición que cualquier otra cosa. La comodidades y costumbres de este nuevo mundo, no podían compararse en lo más mínimo con las del bosque encantado, aquí todos tenían derechos, voz, voto y una vida más digna.

La relación entre Regina y Snow era cordial, aprendieron a la fuerza podría decirse a soportarse la una a la otra y a llevarse "bien", tenía que ser de esa forma si querían ser parte de la vida de Emma, pues estaban conscientes que una vida donde la rubia no hiciera parte de ella, no era más una opción; a su manera ambas la amaban y no estaban dispuestas a perderla. Llegar a ese punto, no había sido algo sencillo pero finalmente lo habían logrado.

Regina continuaba dando vueltas en la cama, pensando en cuanto extrañaba a Emma, ya que ni siquiera podía hablar con ella por teléfono, estaba prohibido que los jurados tuvieran algún contacto con el exterior mientras el juicio se llevaba a cabo. Así que la única esperanza que tenía era que el juicio terminara pronto.

Sus pensamientos sobre Emma se detuvieron cuando escucho que golpeaban a la puerta. Miró la hora en el despertador sobre su mesa de noche y vio que eran más de las dos de la mañana. Y una llamada a la puerta, entrada la madrugada en su pequeño pueblo de cuentos de hadas, no era el suceso más común que podría esperarse.

Rápidamente se levantó de la cama, buscó su bata, se abrigó y se dirigió a la puerta intrigada de quién podría estar llamando a su puesta en medio de la noche. Quienquiera que fuera, tendría que tener una muy buena explicación, aunque no la hubieran despertado, el ser perturbada en la tranquilidad de la noche, no era algo que le agradara.

Bajó rápidamente las escaleras, encendió las luces y se dirigió a la puerta. Cuando la abrió se sorprendió de no ver a nadie, pero al bajar la mirada se sorprendió aún más al encontrar una pequeña niña, a la que escasamente se le veía el rostro debido a toda la ropa que la cubría, y que alternaba su mirada entre ella y el papel que tenía en su mano.

- tú no eres Emma Swan – dijo la niña con convicción.

- no – respondió Regina – y tú no deberías estar a estas horas de la noche en la calle – miró de un lado a otro buscando algún acompañante de la pequeña – y mucho menos sola. Entra - le dijo con su típico tono autoritario llevándola hasta la sala y haciendo que se sentara en el sofá - ¿quién eres y por qué estás aquí? – le preguntó, sería tonto llamar a las autoridades pues Emma no estaba en la ciudad, tampoco David y el auxiliar de turno a los ojos de Regina era un perfecto idiota, así que ella podía perfectamente lidiar con la situación que se le estaba presentando; era más que capaz de tratar con una niña pequeña, aunque tuviera aires de superioridad y exceso de confianza.

- soy Clare y busco a Emma Swan – respondió sin titubeos.

- y ¿por qué buscas a Emma Swan, Clare? – le preguntó Regina intrigada ante la presencia de la pequeña, entre exasperada e impresionada por la actitud de la niña.

- porque ella es mi mamá – respondió Clare tranquilamente mientras se quitaba el sombrero que llevaba puesto y la bufanda.

En ese momento, el color se fue del rostro de Regina, aquella niña era una pequeña fotocopia de Emma, cabello rubio ondulado, ojos verdes, piel extremadamente clara. Sin duda aquella niña lucia como la hija biológica de Emma. Regina trató de mantener la compostura, lo que acababa de decir Clare había causado un gran impacto en ella, justo ahora cientos de pensamientos golpeaban su mente, por lo que tenía que calmarse si quería tratar de descubrir que había detrás de todo esto.

- ¿cómo puedes estar segura de eso? – le preguntó Regina tratando de obtener información, aquella pequeña parecía no intimidarse ante su presencia.

- mira tengo una foto – le respondió Clare acercándose a ella para mostrársela – es la misma que está en esas fotos – señaló Clare, indicándole algunos de los portarretratos que había en la mesa auxiliar – ¿puedo hablar con ella? – Preguntó con inocencia – es importante – completó.

Regina no podía dar crédito a lo que veían sus ojos, indiscutiblemente la mujer de la fotografía era Emma, varios años más joven, pero no había duda que alguna de que se trataba de ella.

- Em, Emma no está – logró decir Regina aún sin salir del shock, no podía creer que Emma no le hubiera hablado de algo tan importante como el que tenía una hija en algún lugar del estado, o del país.

- Oh! – Dijo la niña mostrándose un poco decepcionada - Ok, volveré luego – dijo Clare colocándose de pie y dirigiéndose a la puerta, colocándose de nuevo el gorro y la bufanda.

- Espera! – Dijo Regina acercándose a la niña con rapidez y deteniéndola del brazo – ¿a dónde crees que vas?

- afuera, esperaré por Emma – respondió con tranquilidad

- eso es una locura – dijo exasperada Regina – aún no sé cómo lograste llegar aquí sola, en plena madrugada, pero estás equivocada si crees que te dejaré ir así como así. Ven conmigo – le dijo tomándola de la mano y llevándola hacia el segundo piso a una de las habitaciones de huéspedes – es tarde así que descansa – hablaba mientras sacaba algunas mantas del armario – mañana hablaremos con calma y trataremos de aclarar esta situación – eso era lo mínimo que podía hacer, justo ahora no tenía sus pensamientos en orden para tomar decisiones. Salió un momento de la habitación y regresó instantes después con una camiseta de Emma en la mano – ten usa esto para dormir – entregándole la prenda a la niña.

- Gracias señora… - dijo Clare

- Regina, mi nombre es Regina Mills – le respondió – hablaremos en la mañana – fue lo último que dijo antes de salir de la habitación y apagar las luces.


Regina se dirigió nuevamente a su habitación, no sabiendo aún que pensar, miro el reloj nuevamente y había pasado casi una hora desde que se levantó de su cama, sin pensarlo mucho, tomó su celular y llamó a Emma aunque sabía que no le iba a responder, porque el celular estaba apagado, pero tenía que desahogarse de alguna manera.

- ¿Cómo rayos se te ocurrió ocultarme algo de semejante magnitud Emma Swan? Tienes suerte de no estar aquí en este momento, mucha suerte – y sin más colgó. Sin dar mucha espera hizo otra llamada

- ¿Regina? – Dijo Snow somnolienta – ¿está todo bien? ¿Por qué llamas a esta hora? ¿Le sucedió algo a Emma, Henry o David?

- ¿tienes alguna idea de por qué tú hija no se dignó a decirme que tenía otro hijo? – Preguntó sin intentar siquiera responder a las preguntas de Snow quien estaba evidentemente perturbada por la llamada que acababa de recibir – una niña para ser exactos.

- ¿Regina de que estás hablando? – Dijo una Snow ahora muy despierta - ¿cómo que Emma tiene una hija?

- tengo una niña de uno años que es una fotocopia de Emma durmiendo en mi habitación de huéspedes, de eso estoy hablando Snow – finalizó Regina en un tono más alto del que usualmente utilizaba

- en serio no sé de qué hablas, pero estaré allí a primera hora de la mañana – dijo Snow

- gracias Snow – dijo Regina antes de finalizar la llamada. Y si antes estuvo dando vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño, ahora con certeza no iba a poder dormir mil escenarios diferentes se paseaban por su cabeza.

Tal como lo había prometido, Snow llego a la casa a las 6 de la mañana, Regina abrió la puerta de inmediato, hacía ya un buen rato que estaba lista esperando que Snow llegara.

- ¿ahora si podrías explicarme de que hablabas cuando me llamaste en la madrugada? – Preguntó Snow – ¿de dónde sacas que Emma tiene una hija? – preguntó de nuevo

- sígueme – fue lo único que dijo Regina dirigiéndose al segundo piso con Snow tras ella, hasta que finalmente se detuvo frente a la puerta de una de las habitaciones, abriéndola con cuidado – lo saco de allí – dijo en tono bajo mostrándole a Snow la niña que dormía en la cama – se presentó a las dos de la mañana preguntando por Emma Swan, dijo que era su mamá y tenía esta fotografía con ella – enseñándole la fotografía que Clare tenía de Emma – ¿por qué no me dijeron nada? – Preguntó dolida – yo lo hubiera entendido y lo hubiera aceptado.

- Regina – habló Snow – te aseguro que estoy tan sorprendida como tú, Emma nunca dijo una palabra al respecto – le explicaba mientras salían de la habitación y se dirigían a la cocina – esto no tiene sentido Regina, ¿por qué Emma iba a ocultar algo así? Olvídalo - fue lo que dijo Snow luego de ver la mirada que le lanzó Regina – ¿has tratado de comunicarte con Emma? – Preguntó

- le dejé un mensaje en la madrugada, su celular está apagado – fue su respuesta – me alegra que Henry esté con David fuera de la ciudad acampando por unos días, cuando se entere de esto no va a estar complacido – continuó hablando – no quiero ni pensar cómo va a reaccionar.

- pero ¿cómo podemos estar seguros que esa niña es hija de Emma? – Dijo Snow – podría tratarse de una broma o una equivocación – habló de nuevo.

- cuando la veas, no tendrás ninguna duda, el parecido es increíble – contestó Regina – felicidades, parece que tienes una nieta – dijo en un tono algo irónico, pues realmente le dolía que Emma no hubiera confiado en ella, después de todo lo que habían tenido que pasar juntas.

- Regina – comenzó a hablar Snow, pero antes de que pudiera continuar fueron interrumpidas por una dulce voz.

- señora Regina – dijo la niña entrando a la cocina con el cabello alborotado frotándose los ojos – ya no quiero dormir más – habló la niña.

- Oh por Dios! – fue lo único que pudo decir Snow al ver aquella niña que estaba frente a sus ojos.

- te lo dije – le respondió Regina – Clare – comenzó a hablar de nuevo – ella es Snow, va a preparar algo de desayuno mientras yo te muestro el baño para que te duches y te alistes – le dijo - ¿puedes hacerlo sola? – le preguntó a lo que la niña asintió con la cabeza -y después que desayunes podemos hablar, ¿qué te parece? – finalizó Regina

- ¿y luego puedo esperar a Emma? – Preguntó la niña – ¿a qué hora va a llegar?

- eso no lo sabemos cariño – habló Snow – pero nos encantaría hablar contigo y escuchar sobre ti mientras la esperamos – le dijo sonriendo.

- ok – fue lo único que respondió tomándole la mano a Regina esperando que la guiara.

Unos 20 minutos después Snow había preparado el desayuno, estaba colocando la mesa cuando vio entrar a Regina seguida de Clare.

- tienes que estar bromeando – dijo Snow al ver el atuendo de la niña, jeans, camiseta blanca, botas y unas gafas de marco negro que se veían bastante maltrechas – no me digas que también tiene una chaqueta roja – preguntó divertida Snow.

Tomaron el desayuno en silencio y una vez hubieron terminado y recogieron la mesa, se dirigieron a la sala para comenzar la charla. Clare se sentó en el mismo sitio que en la madrugada y Regina y Snow se sentaron frente a ella.

- Clare – comenzó Snow – vamos a hacerte algunas preguntas y nos gustaría que las respondieras con la verdad, ¿está bien? – preguntó, a lo que Clare asintió con la cabeza.

- ¿cómo te llamas y qué edad tienes? – comenzó Regina.

- Clare, Clare Swan, acabo de cumplir 7 – respondió.

- ¿cómo se llaman tus padres y donde vives cariño? – preguntó ahora Snow al ver el rostro desconcertado de Regina al escuchar la respuesta de la niña.

- umm Emma Swan se llama mi mamá, no tengo papá y vivo en – se detuvo un momento - en un orfanato en Boston – respondió.

- ¿cómo llegaste sola hasta aquí? – preguntó ahora Regina, porque no terminaba de entender como una niña tan pequeña había llegado hasta su puerta

- en autobús y luego caminando – les dijo

- ¿cómo se llama el internado dónde vives? Deben estar preocupados porque no estás – le preguntó Snow

- no, no lo están, y si les digo me llevaran con ellos y no podré esperar a Emma – dijo con firmeza cruzándose de brazos, dándoles a entender que no les diría nada al respecto.

- ok – dijo Snow – ¿cuándo fue la última vez que viste a Emma? – preguntó Snow.

- nunca – fue la respuesta de la niña.

- y ¿cuándo hablaste con ella por última vez? – preguntó ahora Regina.

- nunca – fue de nuevo la respuesta.

- Parece que a la señorita Swan le gusta ir dejando hijos tirados – fue el comentario de Regina - si nunca la has visto, o hablado con ella, ¿cómo sabes que ella es tu mamá y cómo obtuviste su foto? – preguntó tratando de ocultar su enfado obteniendo respuestas.

- la tomé del archivo de la directora – confesó Clare

- ¿y cómo sabías donde encontrarla?, a Emma – preguntó Snow.

- mi amigo en la biblioteca me ayudo – les dijo – ¿tengo que responder más preguntas? – les preguntó a ambas mujeres pues ya estaba cansada.

- sólo una más – dijo Regina – ¿por qué viniste a buscar a Emma?

- no quiero estar más en el orfanato, quiero preguntarle si puedo vivir con ella – fue la respuesta – ¿creen que ella acepte? – Preguntó esperanzada - siempre me porto bien, tengo buenas notas y puedo comer poco y ayudar en la casa – les dijo, tratando de vender sus mejores cualidades para ganarse la estancia en aquella casa.

Ambas mujeres guardaron silencio, estaban bastante decepcionadas de Emma, cómo después de lo que ella misma había pasado, dejó a una niña para que tuviera su misma suerte, la de crecer sola, sin una familia que la amara y apoyara. Todo esto era muy extraño, debía haber una buena explicación para que hubiera abandonado a su propia hija de aquella manera, pero tendrían que esperar que ella regresara y se las diera.

Sin darse cuenta eran más de las 10 de la mañana y ni Snow o Regina tenían muy claro que hacer, las tres estaban sentadas en medio de un incómodo silencio.

- Señora Regina – habló Clare - ¿puedo ir al baño? – preguntó.

- por supuesto, está justo allá – indicándole el camino.

Snow y Regina guardaron silencio, y justo cuando iban a comenzar a hablar, sintieron la puerta abrirse

-Regina, cariño estoy en casa! – se escuchó la voz de Emma emocionada y luego el sonido que produjo su maleta al chocar contra el piso – finalmente acabó el maldito juicio – hablaba mientras se dirigía a la sala de estar – hola mamá – dijo sorprendiéndose de encontrar a Snow en la casa a tan temprana hora – hola Regina, te extrañe – dijo acercándose a ella para darle un beso, pero en lugar de ello, se encontró con la palma de la mano de Regina justo en su mejilla – pero qué demonios! – fue lo único que dijo Emma mientras se acariciaba el rostro.

- eso es lo mínimo que te mereces Emma Swan – le respondió Regina mirándola con furia.

- que el juicio demorara tanto no fue mí culpa Regina – dijo en un tono más alto. – Eso dolió maldición!

- ¿cómo pudiste ser tan irresponsable?, ¿cómo no me dijiste nada? – le preguntó Regina dolida, al punto de las lágrimas, tratándose de controlar para no mostrarse débil.

- cariño – comenzó Snow – pudiste haber confiado en nosotras y habríamos encontrado la manera de arreglar las cosas.

- ok, ok, ¿de qué demonios están hablando y por qué recibí semejante golpe de bienvenida? - les preguntó.

- hola – dijo Clare sonriente al ver a Emma

- y ella, ¿quién es? – Preguntó Emma – no me digas que conseguiste una versión mía a escala mini porque me extrañabas – dijo Emma mirando a Regina sonriente.

- eres increíble señorita Swan – respondió Regina más furiosa aún – al menos ya que estás frente a ella ten la decencia de reconocer a tú propia hija, pero claro cómo ibas a hacerlo si nunca la has visitado o hablado con ella, la dejaste simplemente sin mirar atrás ni una sola vez en un orfanato.

- Wow! – Dijo Emma – ¿de qué demonios estás hablando?

- de tu hija Clare – hablo Snow – Emma Swan, Clare Swan – dijo haciendo las presentaciones.

- hola Emma – dijo Clare sonriente – espera tengo algo para ti – dijo antes de salir corriendo en busca de su mochila.

- ¿cómo pudiste abandonarla?, a tu propia hija en un orfanato por 7 años – le reclamó Regina

- ok, cálmate, ¿por eso fue que me recibiste con una bofetada? – Habló Emma – te puedo asegurar que el único hijo que he dado a luz se llama Henry.

- Emma ella es idéntica a ti – dijo Snow tratando de hacerle a entender a Emma su punto de vista.

- pues no sé qué juego están jugando, pero si hubiera tenido otro embarazo junto con su parto, no lo habría olvidado. ¿Y cómo demonios llegaron a esa conclusión? – preguntó exasperada.

- se presentó como a las dos de la mañana tocando la puerta completamente sola y preguntando por ti – habló Regina – cuando le pregunté, dijo que eras su mamá. – le dijo Regina.

- ¿y le creíste así no más? ¿Tú de todas las personas? – le preguntó, pues sabía perfectamente lo difícil que era para Regina confiar en la gente.

- ¿qué querías que pensara?, tenía tu nombre, parece una copia tuya y traía consigo una fotografía de ti y lo más importante, pudo atravesar la barrera mágica, lo que significa que en su sangre tiene vínculos con este lugar.

Antes de que pudiera preguntar algo más Clare había regresado con algo en su mano, quedándose justo delante de donde estaba Emma sentada.

- ¿Clare, verdad? – Le preguntó Emma a lo que la niña respondió afirmativamente con la cabeza– no sé quién te dijo lo contrario, pero yo no soy tu mamá; eres una niña hermosa pero en serio, yo no soy tú madre – le dijo sonriendo tratando de manejar la situación con la pequeña de la mejor forma posible

- si lo eres mira – le dijo Clare entregándole un papel doblado junto con la fotografía

Emma de inmediato desdoblo el papel y comenzó a leer, no dando crédito a lo que leía

- Oh por Dios!, rayos! De verdad eres mi hija – dijo Emma colocándose de pie – necesito un trago dirigiéndose al mini bar.

- ¿Emma de qué estás hablando? – preguntó Regina intrigada ante la reacción de Emma y mucho más con sus palabras. Emma le pasó el papel que ella acababa de leer, era algo similar a una ficha clínica, pero lo más importante en esa hoja eran las palabras "donador de óvulo Emma Swan"– oh por Dios! – fue lo único que pudo articular Regina.

Continuará... Si? No? todo depende :)