Era Octubre, un 13 de octubre, más específicamente… un viernes 13 de Octubre, los supersticiosos estaban más que paranoicos dada a la creencia popular de que precisamente ese día era de mala suerte y corrías el peligro de agenciarte alguna maldición temporal y sumando el mes… bueno… podías ver personas como Sid por la calle con un sinfín de amuletos contra el des fortunio e incluso una guirnalda de ajos, por otro lado, nuestro eterno soñador, el siempre amable Arnold tenia especial cuidado este día… anteriormente ya había experimentado en carne propia el poder del tan temible viernes 13… jamás podría olvidar ese día, la odisea que pasó a causa de Wolfgang y su siempre loca pero adorable abuela… sin embargo, señoras y señores, era octubre! Y cierta rubia de largas coletas y ojos azules se encontraba de lo más feliz… era como si hubiera sido remplazada por otra persona totalmente diferente, su humor mejoró considerablemente desde que el calendario marcó el día primero de ese mismo mes, y poco a poco y con el pasar de los días su seño se fue alisando, sus ojos iban adquiriendo un gran brillo de emoción e incluso una gran sonrisa se iba instalando en su rostro… estaba tan de buen humor, contestaba bien, sin gritos ni reproches, con sonrisas divertidas y emocionadas, no había respuestas groseras pero si sarcásticas, no había malos tratos, solo inocentes y amistosas bromas que te divertían en lugar de enojarte, sus compañeros de clase estaban totalmente impactados, barajeaban las hipótesis de una abducción alíen, que fue poseída por algún espíritu o fue víctima de algún experimento del gobierno…
Lo cierto era que la chica amaba ese mes con locura, el clima mejoraba, el ambiente se tornaba fresco pero no helado, había brisas deliciosas que volaban su cabello, y hacía que las hojas de los árboles se volvían naranjas y rojizas, y danzaran al ritmo constante y misterioso, por otro lado, las decoraciones, esas benditas decoraciones tan escalofriantemente divertidas, llamativas y únicas, con colores atrayentes pero no estridentes, ni cursis, y como dejar de lado a todas las historias mitos y leyendas, propios de la época, los disfraces y los dulces por todos lados, simplemente era el mes perfecto.
Ese día se levantó especialmente de buen humor, una gran sonrisa surcaba su rostro, se sentía emocionada y risueña y no podía evitar sonreír como una niña, aunque ya estaba mas en su pubertad /adolescencia, los años la habían favorecido convirtiéndola en una hermosa chica, cabellos largos y ligeramente rizados en las puntas, sujeto por coletas bajas, dos cejas oscuras pobladas, si amigos, dos cejas, obra maestra de su querida hermana Olga y su remedio milagroso de depilación permanente… ojos vibrantes y salvajes de un intenso azul eléctrico y un cuerpo delgado, moldeado y atlético producto de los miles de deportes que gustaba practicar, solía vestir con shorts de jean de cintura alta y holgadas playeras con motivos de los 90, atadas en su cintura que dejaban a la vista una ligera franja de piel, converse de botín blancos, rojizos o negros, una gargantilla de encaje adornaba su cuello y de ella colgaba un camafeo dorado en forma de corazón con motivos rebuscados en repujado, simplemente la chica llamaba la atención… pero su actitud… bueno, la mayor parte del tiempo esta era como el grinch rosa, era muy común, verla abriéndose paso por los pasillos a empujones y gritos malhumorados...
Sin embargo en estos días, su actitud se volvía refrescante y alegre, por lo que tenía a todo mundo de cabeza, llamaba la atención por todas partes, y esta vez por buenas razones, sus sonrisas, y comentarios juguetones habían hecho sonrojar a más de uno, llagaba a hacerlos suspirar como bobos enamorados, y ella lo sabía perfectamente, sin embargo no le molestaba, al menos no en ese mes.
Nuestro buen samaritano había caído en las redes de la pequeña Pataki, y como no hacerlo, precisamente él, que la defendía a capa y espada cuando a sus oídos llegaban comentarios poco agradables sobre la chica, creía y mantenía fielmente que ella no era lo que decía ser, juraba que en su interior, la rubia era una chica de buenos sentimientos, leal a sus ideales y seres queridos, pero que odiaba demostrarlo por alguna razón que desconocía… el caso es que cuando chocó con ella el día 1ro de Octubre, porque sí, lo marco en el calendario… esta no le grito, no lo llamo por sobrenombres, ni siquiera demostró molestia… la chica se limitó a aceptar su mano para levantarse y dirigirle una mirada tranquilizadora y una ligera sonrisa a la vez que le decía no te preocupes en voz baja, seguido por un golpe amistoso y tan ligero que pareció caricia en su hombro, está de más decir que quedó en shock… con un sonrojo nivel Dios en su rostro y obviamente paralizado en su lugar viendo a la nada…
Lo que provocó que todo el día se la pasara en las nubes, embobado y al mismo tiempo intrigado por la rubia, no sabía que había pasado, pero le gustaba y mucho, al principio pensó que era una trampa, algún truco de la rubia para hacerlo caer en alguna broma pesada… no podía siquiera aceptar que toda su atención estuviera dirigida a su tormento personal, por lo que en los días siguientes había causado accidentes para comprobar la reacción de la rubia, Gerald le decía que estaba loco, que se ganaría una buena tunda por parte del terror Pataki, que parecía un acosador y masoquista, pero de igual forma le ayudaba, primero porque era su mejor amigo y cómplice y segundo porque también le daba curiosidad la actitud de la rubia, es decir cuando en toda su vida la había visto… feliz…
Ese día, viernes trece, todos iban con andar precavido a la escuela, atentos a su entorno para evitar algún accidente y o ser acreedores de alguna maldición… el autobús escolar iba mucho más tranquilo de lo normal, los niños y pubertos se aferraban a sus amuletos y evitaban los movimientos bruscos, la última parada antes de la escuela, sube Helga G. Pataki, coletas bajas, Short de jean negro y desgastado, cintura alta y playera negra con ojos verdes de gato al nivel del pecho, holgada y amarrada como ya era su costumbre… sin embargo en su cabeza resaltaba una diadema /bincha de la que sobresalían orejas de gato, lucía tranquila, fresca, un aire travieso la rodeaba...
Los alumnos la veían impresionados, no solo no portaba ningún amuleto que la protegiera ese día, sin tomar en cuenta su fiel camafeo el cual llevaba siempre…, sino que también vestía cual gato negro… en un día 13!!! Es que acaso estaba más de loca de lo que creían?!! Bueno… pues al parecer sí, porque la chica vestía como uno de los principales emblemas de mala suerte, ese que tenía poder todo el año, junto al espejo roto y pasar bajo la escalera, uno siempre debía evitar a los gatos negros… y ella vestía como uno precisamente ese día, y lo hacía con gusto…
Con un alegre y animado buenos días se dirigió al asiento doble donde se encontraba Phobe Heyerdahl, justo detrás de Johansen y Shortman… y como si fuera lo más normal del mundo empezó a cantar Ooh Eeh Ooh ah Aah Ting Tang walla walla bing bang Halloween mientras picaba cariñosamente a su amiga, Phobe no podía parar de reír y regresarle los gestos cariñosos a Hell y es que, cuando se podía ver a esa rubia tan cerca y jugueteando de esa forma, simplemente no podía darse el lujo de perder esa oportunidad, además, no era supersticiosa, es más, no creía en nada que no estuviera comprobado por la ciencia, así que ese día para ella era como cualquier otro… y si a la rubia le hacía feliz una canción infantil… pues ella con gusto le haría segunda.
Pronto sus voces se elevaron y eran escuchadas por sus compañeros que las observaban incrédulos, entre ellos un moreno y un rubio, el primero presionaba contra sí su pata de conejo pensando en las grandes consecuencias que eso traería para su fortuna… y a su vez trataba de no reír por ver a las chicas en ese estado, la siempre seria Heyerdahl y la temible Pataki… cual niñas pequeñas y por otro lado, el rubio que no dejaba de observar a la de ojos azules, tan alegre y juguetona, tan fuera de sí misma y al mismo tiempo sentía que realmente la veía por primera vez como realmente era…
Al poco tiempo llegaron a la escuela y mientras que todos bajaban cuidadosos la rubia lo hacía a saltos y sin dejar de tararear la pegajosa canción, en un inesperado movimiento paso uno de sus brazos por los hombros del rubio con cabeza extraña y el otro sobre su amiga y con una gran sonrisa avanzo a las instalaciones educativas.
Nervioso, colorado y avergonzado, pero en el quinto cielo Shortman no rechazó el contacto, se preguntó que tanto estaría tentando la suerte su pasaba su brazo por la cintura de la chica, pero cuando al fin se decidió, esta ya se había separado… dejándolos atrás, al de ojos verdes con los sentidos retrasados y a la morena con una alegre sonrisa, y cuando se repuso un poco volteo a ver a la de ascendencia china con duda en los ojos, preguntando silenciosamente por el estado de animo de la oji-azul
-no es nada del otro mundo Arnold… ella simplemente ama esta época del año, y es casi imposible ponerla de mal humor en este mes y si sumas que este año Halloween Town estará en la ciudad… bueno… este es el resultado…- concluyo viendo al frente, observando ala de coletas, quien entraba al aula.
El día paso sin pena ni gloria, la rubia se divertía de lo lindo observando a todos siendo unos paranoicos y el rubio se entretenía observando las reacciones de la chica vestida de gato… algo tan simple la ponía de tan buen humor, era una locura, pero era una locura totalmente cierta, la rubia era feliz como nadie en la ciudad, ni siquiera la pecosa pelirroja mostraba una sonrisa así.
Y hablando de la pelirroja… bueno, ella era otra que era feliz, más que nada por el increíble buen estado de ánimo de la rubia y por qué desde hacía ya un tiempo notaba que el interés del rubio cabeza de balón sobre la de coletas y ojos azules iba incrementando, que podía decir, el Shortaki era su ship favorito y si todo seguí así pronto sería canon… seee… era una freeky, pero le encantaba, decidió que haría todo lo que estuviera en sus manos para que su ship fuera real, así que aprovechando el buen ánimo de la rubia, empezó a acercarse cada vez más a ella, conocerse mutuamente, y hasta se podía decir que ya eran amigas, la primera parte del plan estaba lista… ahora debía provocar el Shortaki!!
Al principio eran cosas simples, como acercarlos un poco, dejarlos a solas disimuladamente, un fracaso total… con la rubia en las nubes por Halloween Town en la ciudad y al cabeza de balón denso como tabla… era más probable un apocalipsis zombie… y más con lo metiches que eran sus compañeros!!! Se estaba desesperando… cada que uno de sus muy lindos y dulces compañeros de clases se interponían quería gritar " Estupido mi ship idiota" y zarandearlos hasta que el estómago se les saliera por la boca…
Que curioso… todo esto estaba sacando un lado obscuro y violento en ella… por primera vez comprendía a Helga y su actitud de Grinch… y la verdad, se sentía fantástico… debía cambiar de estrategia y debía hacerlo pronto, tal vez… si provocaba los celos en el rubio… después de todo, en los últimos días Shortman estaba más que cooperativo al quedarse a solas con la Pataki… y Halloween Town en 31 de Octubre debía ser la indicada.
