Hola! estaba en una de mis clases un tanto aburrida así que comencé a escribir esto, la verdad aún no sé bien si podré continuarlo, pero esperaré a ver que tanta recepción tiene. Si hay alguien a quien le guste trataré de continuarlo.


Él.

Recuerdo que ese día era lluvioso y yo estaba caminando por una calle desierta, sí me lo preguntan, ese día no tenía ánimos de nada o al menos no en ese momento, más que de perderme y pensar las cosas. Acababa de tener una discusión con TK, últimamente las cosas van de mal en peor. Al principio salir con él era lo mejor que me había pasado, era atento, cariñoso, entusiasta, era perfecto. Conforme fuimos creciendo todo cambió, muchos me han dicho que lo que pasa es que reacciona ante el miedo a perderme y es que, según mi hermano, el tiempo no ha pasado en balde para mí, que me he puesto más bonita y que simple y sencillamente no puedo pasar desapercibida para el sexo masculino. Pero mi percepción no es la misma y por lo tanto no entiendo su miedo ese a perderme.

Yo por mi parte no me siento taaan especial, y eso precisamente es lo que me causa cada vez más problemas; y con problemas me refiero a que TK cada vez se muestra más posesivo. Ese día justamente, estábamos en su casa y habíamos terminado discutiendo, me harté y simplemente salí de su casa sin hacer más caso a lo que él decía, ni siquiera me inmuté de su intento por seguirme. Llevamos casi 4 años de relación, y lo conocí gracias a uno de los amigos de mi hermano, al principio nos caímos bien y compartíamos mucho tiempo porque nuestros hermanos también lo hacían hasta que tiempo después ambos confesamos nuestra atracción por el otro.

Gracias a la última pelea fue como llegué al inicio de eso, y no es que sea supersticiosa, pero, después de lo que me pasó no puedo dudar de la existencia del destino. Más o menos llevaba media hora andando bajo la lluvia, sin ningún rumbo; triste y mojada. Preferí distraer mis pensamientos llevándolos a otras cosas, cualquiera mientras no me hiciera pensar en los problemas que tenía con TK.

De pronto sentí una presencia familiar, me hallaba pensando en el pasado, así que lo asocié a la nostalgia. Pero no estaba satisfecha, así que para comprobar que soy demasiado sentimental, levanté poco a poco la vista. Lo único que ví fue a un tipo con sombrilla y a su perro. Hasta ahora no soy muy afecta a los perros y menos a los de tamaño grande como el que ví en esos momentos, así que no pude tener otra reacción más que miedo. Me paralizé y luego, como si hubiese prendido alguna señal, el perro comenzó a acercarse a donde estaba yo. Paralizada por completo fue como me quedé, además de que cerré los ojos esperando lo peor.

-¿Estás bien?- fue lo que alcanzé a escuchar.

Sí, del miedo juro que hasta me había olvidado del chico del paragüas. Poco a poco abrí los ojos, me quedé muda y es que cuando terminé de abrirlos no pude creer lo que estaba viendo. Eran los ojos azules más profundos y hermosos que había visto, enmarcados por unas cejas perfectamente delimitadas; era un chico tremendamente guapo, facciones finas, cuerpo atlético, cabello largo y oscuro y esa mirada que me dejó anonadada.

- Oye, ¿Me escuchas?, ¿Estás bien?

Esa última vez lo escuche porque para llamar mi atención me había puesto una mano en el hombro, así que sólo pude contestar con un tímido asentimiento de cabeza.

- Vaya, no creí que Tyler fuese a causar tanto miedo

Sonrió, de manera tímida, como si no lo hiciera a menudo, al verme negar con la cabeza. Ahora que lo pienso, creo que de haberme visto en una especie de estado comatoso y negando con la cabeza yo también me hubiera soltado a reir. Pero lo que él no sabía es que esa especie de trance no era a causa de Tyler, que así fue como se refirió a su perro, sino de él.

- De acuerdo… comienzo a asustarme un poco, ¿realmente estás bien?

Tenía razón, me estaba comportando realmente de forma anormal, quizá incluso estaba pensando que se había encontrado con una loca. Pensando en eso fue cuando reaccioné realmente, porque, ¿quién querría verse como una loca frente a un chico como él?.

- Sí, lo siento, estoy bien de verdad -dije como en un tono de disculpa- es sólo que tu perro me llamó la atención

Y eso era verdad hasta cierto punto, cuando bajé la mirada de nuevo para ver al perro volví a tener la sensación de que había algo familiar en él. Y el sentimiento parecía ser mutuo porque Tyler se acercó y comenzó a juguetear conmigo como si me conociera de algo, lo sé quizá eso sí suene loco, un perro que se acuerde de mí, pero juro que así lo sentí. Para ese momento era más que obvio que me había olvidado del miedo que tuve al principio y el dueño no lo pasó desapercibido. De hecho, él fue quién interrumpió los jugueteos con Tyler.

- Parece que alguien hizo un nuevo amigo

Y luego, sucedió. Levanté la mirada y me encontré con la de él, nos encontramos y hubo un momento en el que todo pareció detenerse para darle cabida a él y sólo a él. Sonreí torpemente y él me correspondió, como si por su mente hubiera pasado algo similar. Los ruidos y el mundo regresaron a la normalidad después de lo que yo juro fueron minutos y entonces caí en la cuenta de que sólo sabía el nombre del perro.

- Hikari -dije con una sonrisa y extendí la mano

El correspondió con el saludo revelándome además que se llamaba Kouji. Si algo debo decir es que cuando me dió su mano casi puedo jurar que sentí algo especial recorriendonos, a ambos, como una especie de conexión invisible para todos excepto para nosotros dos.

- Vaya, estás toda mojada, seguramente pescarás un resfriado

Después de esas palabras, se acercó con su chaqueta en brazos y la puso sobre mi hombros, yo hice gestos de sorpresa e incluso traté de regresarsela asegurando que no tenía problema alguno con el agua o el clima, pero él no me dejó devolverla. Estaba completamente emocionada, enserio.

- Déjalo, de todas formas le caes bien a Tyler, y mira que él es muy huraño, así que debes de tener algo especial para que haya sido tan desinhibido contigo -me miró de arriba hacia abajo- bueno además de lo empapado…

No pude evitar sonrojarme ante el comentario, me dijo que tenía algo especial, todo estaba tan extraño, pero yo estaba tontamente feliz así que me dejé llevar por la situación. Kouji primero me preguntó si vivía cerca y cuando yo le dije que no amablemente se ofreció para acompañarme hasta la estación del metro, ya que le había dicho que es era el lugar hacia donde me dirigía. Yo, acepté dándome cuenta que no tenía más sentido quedarme ahí, bajo la lluvia.

Durante la caminata hablé mucho, raro en mí ya que no suelo ser muy platicadora, pero es que se estaba tan bien a su lado. Le conté un poco acerca de TK y de lo lejano que estaba, claro no suena muy lógico que le cuentes tus problemas personales a un desconocido, pero él había querido saber el motivo por el que estaba hecha una sopa. Yo con la misma curiosidad pregunté qué hacía él con un perro bajo la lluvia porque eso tampoco suena muy lógico, además de que todas las calles estaban muy vacías debido al clima.

- Melancolía, tal vez…

Sólo una frase. Volví a mirarlo, era tan apuesto y más con esos aires de misterio, quizá un poco solitario, lo que me hizo tener unas ganas inmensas de abrazarlo pero no lo hice ya que estaba empapada y bueno además era la primera vez que lo veía como para darme ese tipo de confianzas.

Él volvió a dirigir su mirada al frente y yo lo imité: ya habíamos llegado a nuestro destino. Me puse delante de él y agradecí de nuevo por acompañarme.

- Hasta luego Kouji

Me acerqué más para darle el beso de rutina en la mejilla. El contacto con su piel blanca y su olor me hicieron perder la cabeza de nuevo, lo bueno fue que en ese momento no volví a entrar en shock y de manera casi inmediata me dirigí hacia su perro.

- Adiós Tyler

Lo acaricié con las mejillas más encendidas que nunca y para evitar ser vista así, me dí la vuelta y entré al subterráneo. Tenía una sonrisa de tonta, frío y estaba mojada, pero estaba feliz, tanto que había olvidado el detalle de la chaqueta hasta que la jalé para cubrirme más.

La olí y sonreí. Pero como no todo tiene que ser miel sobre ojuelas, y eso, nuestro interior lo sabe, mi conciencia comenzó con las cuestiones. Tenía un novio, había peleado con él y yo estaba feliz. Me sentí culpable por unos momentos, porque sabía perfectamente que a pesar de haber sido un encuentro tan breve, me había enamorado de ese chico.

Me quedé dormida de nuevo sobre una chaqueta azul, cierto, estaba recordando lo que pasó ese día de lluvia. Desde ahí las cosas con TK no han mejrado mucho, de hecho, siento que va peor si es que eso se puede. Yo no puedo dejar de pensar en Kouji, pero no tengo manera de saber más de él, jamás intercambiamos números, ni siquiera sé sus apellidos y todo porque estaba demasiado embelesada como para pensar con coherencia en esos momentos.

- Kari -ese era mi hermano- TK está aquí, tiene cara de perro apachurrado…

Sí, creo que tendré que deshacerme de la idea de volver a encontrar a Kouji, a fin de cuentas ha pasado un mes y jamás lo he vuelto a encontrar a pesar de que voy seguido al lugar donde nos encontramos por primera vez.