"Conseguiremos la tercera victoria consecutiva del Rikkai, como emperadores que somos"
Esas fueron mis últimas palabras. Te prometí que ganaríamos el torneo de Kantou y que, junto a ti, conseguiríamos ganar una vez más el torneo Nacional. Falsos sueños y falsas ilusiones. Fuimos unos ilusos y nos confiamos demasiado, perdimos el torneo ante el Seigaku. Me maldije a mí mismo sin parar, "¿Cómo pude permitírmelo?" me preguntaba una y otra vez.
Al terminar, me dirigí al hospital para darte la mala noticia. Estaba seguro de que ibas a salir de esa operación y que contaríamos contigo para los desafíos que se nos presentarían más adelante. Pero todo se acabó.
Nada más llegar, me encontré a todos los miembros llorando, sus caras rojas guardaban gritos de tristeza. Contenían su rabia. Habíamos roto nuestra promesa. No pudimos cumplirla. Nos aferramos falsamente a un sueño inalcanzable. Perdimos el torneo, pero también te perdimos a ti.
Aquel día fue el peor de la historia del Rikkai.
Lo siento Yukimura, por no haber podido cumplir mi promesa ese día. Por haberme confiado en que saldrías ileso de esa operación.
El mundo es cruel al llevarse la vida de chicos jóvenes como tú, que sólo querían cumplir un sueño. Hubiera deseado que la muerte me hubiera llevado a mí antes de que se llevara la vida de mi capitán… de mi mejor amigo.
Perdóname Seiichi.
