No soy Rayman y obviamente no sé cómo acutaría él si realmente existiera... aparte de en nuestros corazones. No obstante, creo que este grito es algo que se esconde dentro de muchos fans que se han visto ultrajados por los dichosos Rabbids, aunque no culpo a los que les gustan. Eso sí, puesto que conozco que va a haber otro juego de los conejos, y espero que sea el último, tengo que echar de dentro esta frustración. Pensaréis que estoy loca, pero creo que deberíamos apoyar todos a este personaje que nos permitió pasar tantos buenos ratos con su humor, su valentía, su historia, y sobretodo su buen corazón. Y si Michel Ancel lo sabe, que sepa que le apoyaré cuando decida revivir de nuevo a su hijo perdido.
Un abrazo a todos los que estáis ahí y gracias por leer...!
Mis últimas palabras.
Vinieron y lo echaron todo a perder.
Siempre os he tenido detrás, bastardos. Gritando, riendo, destruyéndolo todo a vuestro paso... ah, pero no conseguiréis hacerme ceder. Quizás ya nadie en el centro de este universo espera mi regreso, pero os aseguro que todavía queda mucha gente que me recuerda, y a mí me queda mucha leña por repartir y mucha guerra que dar. Y no lo haré solo. No. Siempre habrá alguien luchando a mi lado mientras quede gente que confíe en mí. Gente que se acuerde de mí y que luche por devolverme la luz que me arrebataron.
Pero si no estáis satisfechos, sepáis que mi dignidad es lo último que me arrebataréis. Mientras me quede aliento de vida no permitiré que os apoderéis también de esos recuerdos que me mantienen vivo. Fui fuerte, vencí a todos mis enemigos y me mantuve en pie incluso cuando otros empezaban a olvidarme... y no caeré en el olvido jamás. Mientras alguien de esta generación transmita el mensaje no moriré jamás. Ellos, sus hijos, y los hijos de sus hijos, aunque nos sepan realmente quien soy, siempre conocerán mi nombre. Si, esas seis letras que algún día volverán a escucharse. Un eco que se repetirá día y noche en la tierra, y bajo de ella, transmitiéndose por todos esos túneles y agujeros que dejasteis aquí, bestias inmundas. Y si queréis que os lo diga claro, no descansaré tranquilo hasta que os haga pagar todo el daño que habéis hecho. No sólo en las mentes de los inocentes que os miran incluso con adoración, aquellos que creen que sois divertidos, sino también en las de aquellos que saben que no sois más que bazofia y que os destruiréis a vosotros mismos en cuanto el mundo se canse de vuestras burradas.
Incluso ha habido alguien que me ha comparado con vosotros. Poco alentador, y a la vez algo que me llena de ira... pero no os penséis que me importa. No, porque cuando os miren y vean en lo que os habéis convertido, entenderán el daño que sufrí yo por vuestra presencia y os enviarán de vuelta al submundo.
Y cuando llegue el momento, cuando resurja de mis cenizas como el fénix que vuelve a la vida después de tres días, aunque en mi caso sea más tiempo, os miraré otra vez desde la superficie, desde arriba, y vosotros, aunque logréis llegar a la luna, no podréis ni alcanzarme la suela de los zapatos.
Me dais pena, pero no os guardo tanto rencor como creéis. Al fin y al cabo, mi padre se dejó llevar por unas expectativas demasiado altas que se hundirán tarde o temprano en vuestros agujeros. Y si caigo otra vez me encontraré con vosotros y acabaremos lo que empezamos.
Nos vemos en el infierno.
Rayman.
