Notas de autor: Primeramente este fanfiction esta dedicado especialmente a mi hija Mary. La amo y adoro con mi alma y ella sabe que siempre puede coontar conmigo. En fin. La verdad es que este fanfic lo hice en unas 20 horas de trabajo. Así que espero a todos les agrade y si no pues lloro xD. Bueno. Disfruten. Queria hacerlo un one shot pero me quedo largisimo así que decidí dividirlo en 3 capitulos. En cuanto termine de corregir el resto lo subire.
Aclaraciones: En este mundo Arnold se fue a vivir a San Lorenzo con sus padres, Helga nunca lo conoció en pre-escolar y definitivamente no vivió enamorada de el toda su infancia. Gerald tampoco conoció a Arnold y Phoebe no estaba en el mismo salón que Helga por o que nunca hicieron una amistad.
Fanfic: The mistery behind those green eyes.
Capitulo 1: El misterioso gato vs el misterioso chico.
Era otra fría y lluviosa noche. Una rubia chica caminaba por lo que a esas horas era una desierta calle. No había ni una sola alma y ni era para menos, después de todo se encontraban en vísperas de navidad. Lo más común era que todos se encontrarán disfrutando de una agradable cena familiar con champagne o vino tino, el pavo recién horneado que le había costado horas y horas de trabajo a la ama de casa. La ensalada casera que probablemente algún otro familiar traería a pesar de que a nadie les gustara o talvez en pastel de frutas que provocaba en el abuelo de la familia agruras.
Y entonces estaba ella sola caminando hacia su hogar a pesar de que no había nadie esperándola. Después de que sus padres decidieron ir a visitar a su hermana Olga a Chicago y les había importado muy poco dejarla sola en plena noche buena. Con la excusa de haber "olvidado" comprar un boleto para ella y no darle un segundo vistazo para simplemente dejarla olvidada en su gran casa de dos pisos. Agradecía el pasar de los años que la habían acostumbrado a esa indiferencia, talvez a su yo de diez años esto le hubiera roto, pero no a su yo del presente.
No era placentero saber que su familia ignoraba su existencia, pero por lo menos dolía menos que en el pasado. Una fresca briza atravesó su espalda y tuvo que abrazarse a sí misma. No debió quedarse tanto tiempo en casa de Gerald, su estúpido mejor amigo cabeza de esponja.
Rodó los ojos al recordar los lloriqueos del supuesto joven de 17 años de edad cuando le dijo que Phoebe la chica asiática de la que llevaba enamorado desde la primaria ya estaba saliendo con alguien. Recordó también el golpe que le dio en la cabezota, era su culpa por estúpido, ¿Que clase de idiota esperaba 10 años para hacer algún movimiento sobre la chica que le gustaba? Simplemente no lo entendía.
Aunque también podría influir que ella jamás se había enamorado de alguien, seguro había tenido sentimientos pasajeros por alguno que otro compañero de salón. Y tampoco es como que fuera la joven más inocente del mundo. Pero sus relaciones nunca duraban. Nunca lograba crear un vínculo con sus parejas. Y así terminaba con ellos en un corto tiempo.
Sus ojos se desviaron hacia el vidrio de la cafetería Slausens logrando apreciar su reflejo. Ella sabía que era más alta que las chicas promedio en general, su cabellera larga y rubia le llegaba hasta casi la cintura. Había estado pensando en cortarse el cabello pero cada que lo mencionaba se encontraba con un discurso de diez paginas de Rhonda acerca de "cómo arruinaría su hermoso e increible cabello". Entonces apareció su busto, se sonrojo al recordar cómo en un principio se sintió avergonzada del tamaño de sus senos y lograba ocultarlos -O eso esperaba ella- usando chamarras flojas o sudaderas realmente amplias.
No le gustaba el cambio de aires que tuvo de la secundaria a la preparatoria o más bien no se lo esperaba. Después de todo solía ser la chica abusona del salón con la que nadie se metía. No tenía amistades ni tampoco amores. Ella era simplemente Helga G Pataki la abusona de la primaria. Fue ahí cuando comenzó a llevarse bien con Geraldo, si bien se conocían desde toda la infancia nunca habían cruzado palabras realmente. ¿Para que? Si el era otro chico común.
¿Como se acercaron? Ni ella estaba segura, si no mal recordaba tuvieron que hacer un experimento juntos en 7mo grado y cuidar de un huevo. Al inicio comenzaron a discutir y Gerald perdió el huevo, lo encontraron después de buscar horas y lograron arreglar diferencias tras de ello. Después fue mucho más fácil, no fue dificil para el moreno darse cuenta que Helga en realidad no era tan mala y era incluso hasta divertida.
Poco a poco fueron cayendo las murallas de ambos y lograron llevarse bien hasta el punto que el le confesó su secreto amor platónico por la chica asiática del salón de al lado. Siempre le animo a que le hablará e incluso ella misma se acercó a la pelinegra para conseguir su teléfono o informarse si salía con alguien. Soltó una carcajada en medio de su recuerdo. Eso la había llevado a una situación un poco incomoda y peculiar. La chica Phoebe había concluido que ella HELGA G PATAKI tenía un crush con ella, recordó como los colores de la chica se le subieron al rostro cuando soltó la misma risotada frente a ella al escuchar tal declaración. Había sido muy entretenido tenía que admitirlo.
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Un fuerte sonido de algo rompiéndose llamo su atención, era una calle muy segura pero para asegurarse saco su teaser del bolsillo derecho y lo sostuvo con una mano, dando miradas alrededor de ella para asegurarse de seguir sola. Volvió a escuchar el ruido extraño y se dirigió hacia el oscuro callejón donde podía escuchar un quejido. Se acercó con más cautela y entonces pudo distinguir mejor el sonido, no era un quejido exactamente era una mezcla entre eso y un maullido. Utilizó la luz que contenía su teaser y pudo comprobar el desolado pasadizo con sólo un pequeño ser herido en el suelo.
Un hermoso, afelpado y adulto minino que se encontraba recostado en el suelo lamiendo su lastimada pata, le tomó unos segundos darse cuenta de la presencia del ser extraño y le dirigió una mirada afilada y un gruñido.
Helga retrocedió un poco, no quería ocasionar una mala impresión en el pobre animal y terminar lastimada por él. A su pesar se sentía angustiada por el pobre animal y no podía simplemente dejarlo ahí. ¿Pero cómo hacer que confiara en ella?. Decidió que por el momento apagaría la luz y así lo hizo. Se acerco cautelosamente al minino y extendiendo su mano le llamaba de forma cautelosa.
"Vamos gato sé amable sólo quiero ayudarte" ¿Que esperaban que le dijera hermoso y precioso gatito?, ni soñarlo. "Bien, si quieres morir aquí por una sepsis o siendo alimento de las ratas bien por mi" comentó levantándose enojada al ver que el gato no cooperaba. Pero tras unos segundos su poca moral parecía volver a ella.
"Anda prometo no hacerte daño. Me llamo Helga" ¿Estaba estupida? ¡Se estaba presentando con un condenado GATO!. Definitivamente algo debía estar mal en su cabeza. A pesar de ello parecía que eso había funcionado ya que el animal había dejado de gruñir y se acercaba a ella con cuidado, olfateando la mano que le extendía.
"Tu pata está muy herida, tengo que curarte o si no podrías morir. Así que sé un buen gatito y ven aquí" Y finalmente el gato se acomodo en sus pies permitiéndole tomarlo con libertad. Satisfecha lo tomó y regresó a casa con el.
Se adentro a su solitario hogar y prendiendo las luces del pasillo dejó al animal en la sala.
"Tenemos suerte que el idiota de Bob no se encuentre en casa. ¿Sabes?. Odia a los animales. Aunque bueno no es como ellos se sientan diferente con él" El hermoso gato la miraba con ojos bien abiertos, como si estuviera escuchándola atentamente.
Se acuclillo frente a el y comenzó a explicarle el por que no tenía en casa nada para ofrecerle. "Iré por un frasco de leche. Me han dicho que no es lo que deben de comer los gatos exactamente pero por ahora no tengo otra cosa, lo siento. Miriam dejo el mandado sobre el carro y condujo desparramando todo en el estacionamiento del centro comercial." Resoplo "No es de sorprenderse que le quitaran por segunda vez la licencia de conducir. Esa mujer es un peligro al volante."
Se fue por unos minutos por lo que el gato intuía sería la cocina, el adorable minino apreció el lugar en donde estaba. Una mirada a la sala enorme de muebles imitación de piel de color blanco, una mesita de madera acomodada simétricamente en la sala. Un enorme cuadro de un paisaje de américa del sur. Y a su derecha habían varios portarretratos.
Observó la primera foto eran dos mujeres y un hombre, la siguiente era una foto donde estaban los mismos sujetos que en la otra pero con la chica llamada Helga aunque en una parte muy lejana de la foto, casi como si fuera ajena a ella. La ultima foto sin embargo era de la rubia con un joven moreno que la abrazaba por el hombro y hacía una seña con la mano en forma de paz. Si pudiera decirse que el gato hacía señas extrañas podría pensarse que le lanzaba una mirada asesina al joven. Con la garra derecha empujó la foto provocando que callera al suelo.
"¡Hey!" escucho que le llamaban y se retiró como si fuera culpable. "Si vas a tirar algo, por lo menos que sean los trofeos de Olga." Tomó la foto del suelo y en su lugar depósito el tazón de leche. "¿Como llego esto aquí?" Pregunto aunque no esperando respuesta obviamente. "Agh le he dicho a Olga que no mueva mis cosas."
Esta vez tomando protectoramente la foto y dejándola en la mesa para regresar nuevamente con su invitado.
Los ojos brillantes la seguían apreciando con curiosidad. Extendió su mano y le dió una pequeña caricia, suave y cuidadosa, sus manos frías pasando por el calido y afelpado pelaje del gato. Finalmente pudo apreciarlo bien ahora que tenía la ayuda de la luz, su pelaje era de un color blanco con manchas amarillas y negras, y una pequeña mancha naranja en el ojo derecho. Sus ojos de color verde esmeralda que seguían apreciandola como si fuera ella un ser divino.
"Que extraño color de ojos tienes" Comentó. No era un color que hubiera apreciado en ningun otro gato antes. Normalmente el verde era mucho más claro y brillante. Pero los ojos de este gato eran verde obscuros casi como si fueran de un … "Que tonterías. Definitivamente tengo que hablarle a la doctora Bliss. Primero habló con un gato y después tengo estas ideas"
El gato termino de tomar la leche y le dirigió una mirada. "Si claro como si tus ojos fueran de un humano" murmuro, el minimo pareció reaccionar ante ese comentario y corrió hasta ella para recargarse en su regazo. "Bueno, bueno ¿Quien se pone cariñoso ahora bola con patas?. ¿Que acaso quieres dormir conmigo?" comentó divertida y por un momento podría jurar que el gato se había tensado.
"Vamos, arriba te limpiare esa pata" Y sin más lo tomó en sus brazos y lo llevo arriba. Tenía suerte de tener algo en el botiquín, normalmente no habia nada en casa.
"Tengo Microdacyn pero no se si sea bueno usarlo en animales" Comentó sacando el pequeño frasco. Dudando unos segundos lo volvió a guardar. "Creo que mejor te lavare con jabón y agua. Ven bola de pelos y más te vale que no me arañes o te arrancare las uñas" Y así terminó de limpiar la herida y envolverla con una venda. No había sido muy dificil, la herida no era tan grande como pensaba, algunas veces era más el sangrado que la herida en realidad. Sonrió complacida al ver que el animal caminaba ya con mayor comodidad.
"¿Te gusto esto verdad?" preguntó enseñándole la botlela de lidocaina. "Es mágica" Comentó soltando una risita. "Ah...soy una idiota. Aqui estoy en visperas de navidad teniendo un monólogo con una bola de patas apestosa" Por un momento juraría que si las miradas pudieran matar, la de ese extraño gato lo habría hecho.
"Sólo bromeo. ¿Sabes?"Entonces escucho el sonido de su celular y se levantó a buscarlo, ignorando que era seguida por el animal.
El felpudo amigo se acercó a la cama y de un salto se acomodó en el regazo de la rubia que hablaba desanimadamente con la persona al otro lado de la línea."Estoy bien cara de mono. Sisi saludame a tus padres. No, no podía quedarme más tiempo y lo sabes. Ya me impuse demasiado. No, no sería diferente si fueras una niña. Es incomodo que esté en tu casa en navidad cuando no pertenesco a tu , no estoy siendo dramática, tu eres una niña. Vale nos vemos mañana" terminó al fin la llamada.
"Algunas veces creo que estaba mejor sola. No sé quién se comporta más princesa si Johanssen o Llyod" comentó rodando los ojos hacia arriba. Para después dejarse caer de espaldas sobre la cama.
Su nuevo amigo peludo saltó de su regazo y la observaba detenidamente desde muy cerca, con sus ojos esmeralda chocando con los zafiros de la chica. Se asercó un poco más hasta que su lengua tocó su mejilla y ella le extendió una sonrisa. Una dulce y suave sonrisa. El gato se paralizó como si la escena le hubiera asombrado. La rubia sin embargo no se percató de ello y nuevamente le acarició la cabeza.
"¿Te quedarías hoy a hacerme compañia bola de pelos?" La denominada bola de pelos se acurrucó en su cuello y ronroneando le dio la respuesta. "Gracias".
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Al día siguiente Helga pudo percatarse con tristeza que su pequeño nuevo amigo la había dejado. Aunque talvez era lo mejor por que Bob y Miriam regresaron un rato después y convirtiendo el resto de las vacaciones en un tormento. Tuvo que permanecer con la memoria del adorable y esponjoso gato de ojos verde esmeralda.
Lo bueno de que terminasen las vacaciones es que regresaba a la escuela y eso significaba que pasaría menos tiempo en casa y a su vez menos tiempo al lado de Bob y Miriam.
"Bueno y que conseguiste de regalo esta navidad" Escuchó que le preguntaba Gerald. Se giró a verlo y se encogió de hombros. No es como que le interesaran muchas cosas, normalmente le daban suficiente dinero para que no molestara en toda la semana así que podía comprar casi cualquier cosa.
"Ni siquiera te compraron algo, ¿Verdad?" Preguntó esta vez molesto.
"Me dieron dinero, es mejor a que Olga me regale otro estupida diadema de flores"
"Jajaja bueno eso es verdad. Aunque lucías como toda una dami-
"Termina esa frase Johanssen y estas muerto" Y fue suficiente para callarlo.
"¿Que hiciste en navidad?" Preguntó con cuidado. Sintiéndose aún culpable de no haberla convencido de pasar esa fecha con su familia.
"Lo usual ya sabes, ver películas y comer hasta hastiarme" contesto despreocupada.
Entonces el recuerdo del gato vino a su mente, nunca había conocido a un animal tan extraño. Los movimientos que tenía o la forma en la que la miraban, era tan peculiar que podría jurar que aquel animal reconocía y entendía todo lo que estaba haciendo. Miró a su moreno amigo una vez más mientras este se sentaba en su pupitre y comenzaba una charla animada con Sid.
¿Debería de comentarle sobre la experiencia con la bola de pelos?. Nah. Probablemente se burlaría de ella y de su noble acción llamándole Mary Sunshine como solía llamarle a Lila Swayer. Hablando de ella . . . Y fue cuando sintió que algo se atoraba en su cuello. Resoplando molesta se quitó a la pelirroja y le lanzó una mirada molesta.
"Ya te he dicho que no te me cuelgues así señorita perfección" La pelirroja tan sólo rio.
"Lo siento Helga es que estoy más que segura que te extrañaba mucho!". La rubia rodó los ojos y dándole un pequeño coscorrón la dejo a un lado.
"¡Patakiiiiiii!" Helga se apartó de la pelirroja de la impresion del grito.
"Calma tu histeria princesa. ¿Que diablos quieres?" preguntó lanzándole una mirada asesina. Por poco le daba un infarto.
"Sesión ahora"
"Princesa no sé si te has dado cuenta pero las clases están por comenzar." Pero la mano de Rhonda la obligo a obedecer.
"Agh no me fuerces a usar a la gran Betsy princesa" Rhonda sin embargo la ignoro y la sentó a un lado de ella. A ellas se unieron el resto de las chicas o casi todas, Nadine, Sheena, Kat y por supuesto Lila. Helga miró con fastidio como Rhonda con su actitud de doncella se sentaba en su pupitre con las piernas cruzadas y lanzaba una mirada a Nadine para que iniciara la *Sesión* que no era más que otro chisme rodante.
"Hay un alumno o alumna nueva"
"¿Eso es todo?" Preguntó irritada la rubia. "Nunca haces sesiones por esas-
"Déjala terminar Pataki" Le corto Rhonda mientras la animaba a seguir.
"Escuche que viene de un lugar llamado San Lorenzo" continuó la rubia de piel azabache.
"¿Esta conversación tiene algún punto?, por que me estoy fastidiando"
"San Lorenzo?, ¿Eso donde es?" Pregunto curiosa Kat.
"Es en Centro America. ¡Pero lo interesante no es eso!" Nadine estaba demasiado animada. "San Lorenzo es una isla y según escuche él viene de la jungla"
"¡Increible!" Contestaron todas impresionadas, menos claro . . . Helga.
"¿Crees que utilice taparabo?"
"¡Iugh Sheena que asco!" Helga giró los ojos.
"Bueno si ya terminaron con su plática racista me retiro"
"No es racista Helga, creo que las chicas solo están emocionadas por tener un compañero tan diferente de nosotras" Comentó Lila.
"Querida Lila, creo que esa sólo eres tú y tal vez Nadine pero ella por que ama los bichos" Diciendo esto hace un gesto de asco.
"Oh vamos Helga. ¿No estas ni un poco curiosa de conocer al chico o chica nueva?"
"Sólo si logra saltar de arbol en arbol y me ayuda a salir de este infernal lugar" contesto. Cuando sintió un peso incómodo en su cabeza. "Geraldo quita tu codo de mi cabeza o te lo romperé y no podras jugar la temporada"
"Diablos Helga a veces eres como un gato irritado" contestó divertido mientras desordenaba sus dorados cabellos. Antes de que la chica reaccionara y tratará de arrancarle los ojos se hizo presente el profesor arrebatándole así su oportunidad de vengarse.
"Bueno, bueno chicos ya basta. Probablemente ya escucharon algo pero ahora vengo a confirmarles. Les vengo a presentar a su nuevo compañero de clases, denle un saludo a Arnold Shortman. Por favor pasa Arnold" comentó el profesor Simmons mientras le daba paso a un joven avergonzado.
Varias chicas soltaron un quejido de sorpresa, no era nada como le esperaban. Su piel algo bronceada por el sol, sus brazos trabajados y su pecho fuerte pero no musculoso, mientras que sus cabellos dorados caían distraídamente sobre sus ojos esmeralda.
"Arnold. ¿Por qué no nos cuentas algo sobre ti?" Le animó el profesor.
"Buenos días mi nombre es Arnold Shortman, tengo 17 años de edad y vengo de San Lorenzo. Solía vivir en una aldea junto con mis padres y mi hermano menor. Pero hace masomenos 2 meses decidimos regresar acá."
"Vaya Arnold. ¿Y siempre viviste en la selva?" Preguntó el profesor tratando de disimular su curiosidad.
"Si, bueno estuve viviendo un tiempo aquí en Hillwood pero cuando cumpli 3 años mis padres necesitaron regresar a San Lorenzo y decidieron quedarse alla."
"Veo que no tienes problemas con el ingles ¿Alguien te enseñó?"
"Mis padres principalmente. Con ellos hablaba siempre en inglés mientras que con el resto de la gente lo hacía en español"
"Vaya que interesante. Bueno creo que son suficientes preguntas por ahora, no se quejen chicos podrán seguir conversando con él en la hora del receso" Interrumpió al fin ante la queja del resto. El rubio asintió, sintiéndose algo incómodo, podía sentir como todas las miradas del lugar se encontraban clavadas en él y no podía evitar que un ligero color carmesí se posara en sus mejillas.
Ya debería sentirse acostumbrado a esas atenciones ya que en San Lorenzo era considerado una divinidad prácticamente, pero no, Arnold seguía siendo un chico casi común y corriente, noble, amable y servicial. "Creo que te daré el lugar que está … frente a Pataki. Es la chica que tiene el mejor promedio así que si tienes problemas con alguna materia no dudes en preguntarle"
¡Hey!, ¿Que yo no tengo voz ni voto en esto?. Penso la rubia.
"Pero profesor ese es mi lugar" Reclamo Mickey. Pero haciendo caso de igual forma y tomando asiento frente a Kat.
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El rubio le miró de reojo sintiéndose avergonzado. No quería ser molestia para nadie y definitivamente no quería tener enemistades tan pronto. Pero dejando eso de lado noto a la chica que hasta ahora mantenía el rostro gacho, escondido entre los mechones de cabello que caían alborotadamente. Al fin la chica notando la presencia de la molesta nueva compañía alzo el rostro y pudo observar los ojos azules chocar contra los suyos.
Un poco sacado de lugar dio un salto hacia atrás casi tropezando con la mochila de Nadine, mientras un quejido de sorpresa salía de sus labios. Helga pudo distinguir que las pupilas del chico se dilataban y no pudo evitar enarcar una ceja inquisidora. ¿Cuál era su maldito problema?.
"¿Ocurre algo Arnold?" escuchó que le llamaba el profesor, pero él siguió admirando a la rubia chica frente a él.
Su pálida piel semejando a la porcelana, con los labios de color cereza que se fruncian en una mueca de molestia, podría haberse quedado observandola por horas y horas, pero ya estaba dando suficiente espectáculo así que simplemente asintió y tomó su lugar.
La clase inicio ya sin menos contratiempos y de vez en vez Helga podía constatar que el chico de la jungla le lanzaba miradas furtivas. Se estaba comenzando a fastidiar. El rubio debería agradecer a los cielos que ella se encontrará de buen humor como para no haberle roto ya la nariz por ser una mosca molesta.
Apenas sonó el timbre cuando media clase se acercó al pobre chico para seguir haciéndole preguntas. A las que contestaba lo mejor que podía.
Helga por su parte ignoraba todo el bullicio y se mantenía escribiendo en su cuaderno rosado, cuando escucho que Lila mencionaba algo que llamó su atención. "¡Ay Arnold tu mano!, ¿Te paso algo?" Helga alzó el rostro y se percató de la venda que cubría su muñeca derecha.
Inmediatamente el rubio se cubrió la mano como tratando de encubrirla. "No es nada" contestó sonriendole a la dulce chica.
Helga no entendía por que pero eso le había llamado la atención y por alguna extraña razón su mente voló a unos días antes cuando había rescatado a aquel extraño minino. Que también había sido herido en su pata derecha.
"¿Te paso mientras peleabas contra alguna bestia?"
"¿Fue un oso?, un león?"
"No seas tarado Harold, no hay leones en la jungla" Intervino por primera vez la rubia. ¿De verdad era tan estúpido?"
"Tampoco hay osos de donde vengo. Son principalmente panteras, jaguares"
Fue ahí donde Helga cortó toda comunicación con el exterior y se coloco los audífonos, esperando el profesor llegase pronto.
Y así fue.
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Después de varias horas por fin llegó la hora del almuerzo y Helga no podía sentirse más contenta, moría de hambre y ya no soportaba estar con tanto mequetrefe. Eso claro hasta que una mano amiga le impidió huir a su solitario rincón.
"Oh no Pataki, comerás conmigo y Gerald" comentó Mickey mientras la jalaba a la fuerza al comedor.
"Mickey estás siendo muuuuuuy afortunado de que no te encuentres con el regreso de la gran Betsy"
"Vamos ya Pataki deja de ser una niña" Agregó Gerald mientras depositava el almuerzo que había recogido mientras Mickey la obligaba a sentarse frente a la chica. Ella gruño pero de mala gana pero acepto.
Y así comenzaron a disfrutar del almuerzo amenamente. Aunque desconocido para ellos un par de esmeraldas los vigilaban desde la lejanía. Especialmente a la rubia mal humorada.
"Bueno, ya comí ya me voy gracias" Y con eso trato de huir pero fue perseguida por Johanssen y acorralada en las escaleras del segundo piso.
"¿Que quieres Johanssen?"preguntó lanzándole una mirada asesina. Gerald la ignoro girando los ojos.
"¿Que paso?" le exigió.
"¿A que te refieres con eso?"
"Oh vamos no empiezes con tu actitud tsundere Pataki. Estabas de buen humor en la mañana y ahora parece como si quisieras matar a un oso"
"No tengo idea de que estas hablando" El moreno se llevó una mano a su cabello, desordenandolo como si con eso lograra sacar la frustración que algunas veces le ocasionaba su mejor amiga.
"Pataki" advirtió.
"Recibí una llamada de la editorial" El moreno arqueo una ceja. "Están interesados en mi libro"
"¡Esas son excelentes noticias!, ¿Entonces por que estas de mal humor?"
"Olga me acaba de llamar, llegó una carta y ellos lo vieron. Quiere acompañarme a ver al editor" Contestó y Gerald pudo notar la ira en los ojos zafiros de su amiga. Soltó un suspiro y pensó por un momento abrazarla, pero conociendo a la rubia eso no era lo que querría en ese momento.
Así que hizo lo único que sabía hacer cuando pasaba algo así con ella, le dio un pequeño coscorrón en la cabeza. "¿No puedes hablar con ella?"
"Ya sabes como es Olga. No se va a cansar hasta conseguir lo que quiere. Este es MI libro, mi trabajo, no quiero que ella se entrometa en nada."
"Entonces no la dejes y punto. Helga estás por cumplir 18, pronto iremos al colegio y te mudaras. No necesitas su aprobación"
"¡Ya sé!"
"¿Pero…?" indago frunciendo el entrecejo.
"Agh… no lo sé. ¿Si?. No se como decirle que no me interesa saber nada de ella y que menos quiero que ella tenga que ver con mis asuntos"
"Pero no quieres ser tan cruel. Vaya los años te ablandan Pataki" Ya sintiéndose un poco mas confiado paso su brazo por los hombros de la rubia y le dio un medio abrazo. "Sólo no hagas nada que no quieras, tonta"
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Terminaban de tener su amistosa conversación cuando Gerald se percató que había olvidado algo en el casillero y se fue corriendo, recibiendo varios insultos y burlas por parte de la rubia, quien decidió esperarlo en el pasillo. Tenía libre la siguiente hora así que acompañaría al idiota de Johanssen a su clase y de ahí iría a la biblioteca. Esos eran sus planes iniciales pero cuando escucho un aullido ronco y conocido se giro y observo asombrada al enorme, imponente y hermoso gato que había cuidado la otra vez.
Satisfecha observó como aún tenía colocado el vendaje que le había colocado y ahora lucía mucho más repuesto. Cuando se agachó para acariciarlo el gato salió corriendo en la dirección contraria. Helga se sintió confundida y antes de poder evitarlo se encontró corriendo tras el felino animal hasta que salió del edificio y se encontró en el patio trasero de la escuela, que ahora se encontraba desierto.
Se llevó una mano al pecho tratando de recuperar la respiración al darse cuenta que le había perdido la vista, cuando a la distancia alcanzo a notar una cola esconderse en una pared y corrió nuevamente, doblando la esquina. Cuando sintió que alguien tomaba de su brazo y la acorralaba contra la pared.
Abrió la boca para gritarle a quien se había atrevido a atacarle cuando sintió que su respiración se cortaba. Unos ojos esmeralda la atravesaban en todo su ser, como si quisiera ver hasta su espíritu. Helga se percató de la proximidad del chico de la jungla con ella y trato de empujarlo lejos pero parecía que él no tenía intenciones de alejarse. Por el contrario se acercó más a ella y la seguía observando inquisidor, intimidante.
Por un momento pudo jurar que la mirada se afilaba como si fuera la mirada un gato, pero vamos eso era imposible. Trago saliva ya que no entendía cuáles eran las intenciones del extraño chico. Cuando sintió que se acercaba aún más hasta que casi se estaban rozando sus narices.
"¿Q-que te crees zopenco?" pregunto tratando de sonar amenazadora y fallando en el patetico intento.
"¿Que relación tienes con el moreno?" La rubia no pudo evitar parpadear en respuesta. ¿Cual moreno?, ¿Hablaba de Geraldo?. Bueno tendría que serlo, Mickey era más blanco que la leche.
"¿Gerald? es mi mejor amigo.." Soltó sin pensar realmente. Estaba demasiado en shock como para poder procesar cuales eran sus intenciones.
"Bien" Contestó relajando sus hombros y extendiendole una sonrisa dulce. Antes de llevar su mano por detrás del cuello de Helga y sin previo aviso jalarla hasta él, sus labios casi se rozaban, el corazón de Helga podría jurar que iba a mas de docientos y estaba por tener un espasmo coronario. Cuando escucho que alguien le llamaba. "¿Helga eres tu?" la rubia no pudo evitar desviar su rostro a su amiga pelirroja que la miraba con preocupación. "¿Esta todo bien?, ¿Que haces aqui sola?"
¿Sola? preguntó y se percató que efectivamente estaba sóla, con gran incredulidad busco por todos lados al chico de la jungla -Arnold- Sin mucho éxito, no había rastros de él. ¡Pero como era posible!, si el único lugar por el que pudo haber corrido era por donde Lila había venido y no pudo escalar el muro tan rápido.
"¿Hell?" le volvió a llamar Lila. Esta vez tomando su brazo con cautela, como si tuviera miedo de que le causara un gran susto al roce.
"E-estoy bien Mary Sunshine" contesto tratando de convencerse más a ella misma que a la pelirroja. No sintiéndose tan convencida su amiga le ofreció llevarla a la enfermería o más bien la forzó. Helga dió un último vistazo hacia las canchas y pudo percatarse que en la cima del muro estaba su bola de pelos. Observando todo. ¿Estaba ahí cuando el chico de la jungla la había atacado?. ¿Y no le defendió?, ¿Qué clase de lealtad era esa?. Bien lo decía Gerald los gatos son traidores y tramposos.
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No pudo por más que lo intentó zafarse de la molesta preocupación de Lila, así que se vio forzada a ir a la enfermería a fingir sentirse mal para que Lila estuviera tranquila.
Ya que había sido obligada por la señorita perfección decidió que tomaría una siesta.
En sus sueños volvió a encontrarse con su gato, soñaba que corría y corría tras de él pero que nunca llegaba a alcanzarlo. Cuando parecía que al fin lo lograría. Se encontraba de nuevo cara a cara con el chico de la jungla, sus ojos esmeralda hechizando a su gusto. Aún podía sentir su aliento sobre ella, el olor a menta invadía sus fosas nasales y podía aún sentir el agarre sobre sus muñecas presionadas por encima de su cabeza …
De acuerdo, eso aun se sentía como si estuviera pasando. Y de pronto abrió los ojos saliendo de su excéntrico sueño sólo para darse cuenta que no estaba soñando completamente. Al cruzar miradas con un par de esmeraldas, pero nuevamente antes de que pudiera reaccionar los labios del rubio se posaron sobre los suyos. Invadiéndolos sin el más mínimo arrepentimiento. Sentía la lengua de Arnold lamer como un gato sus labios, disfrutando cada sabor y sensación que le daban, mientras su mano derecha permanecía aprisionando sus muñecas y la otra le daba soporte contra la camilla del lugar.
Tras varias caricias recibidas por esos carnosos y varoniles labios, Helga comenzó a sentirse poseída y antes de darse cuenta estaba respondiendo aquel beso. Mordiendo el labio inferior del rubio. Fue hasta ese momento que Arnold decidió que era oportuno que soltó su agarre y la liberó, bajando su mano hasta su cuello donde trazó varias líneas antes de sentirse con la suficiente poder para tomar la nuca de la chica y atraerla más a él. Como si con eso le estuviera dando a entender que se estaba adueñando de ella.
"Helga vine a ver como seguías" La voz de su amiga la trajo de vuelta a la tierra. Desvió su mirada para ver a la chica que entraba sonriente. Una fuerte ventisca interrumpió el encuentro, causando que ambas cerraran los ojos al sentir que el viento lastimaba sus ojos. Y al momento siguiente Arnold ya no estaba. Helga abrió los ojos incrédula.
"¡Aww que hermoso!" Chillo emocionada Lila mientras cargaba al minino. Helga se quedó estupefacta.
Era la segunda vez que pasaba esto. ¿Se estaba volviendo loca acaso?. Dirigió su atención de nueva cuenta a su amiga la señorita perfección mientras acariciaba a su gato Quien aparentemente le estaba acompañando y no el chico de sus recientes fantasías.
Corrigió eso mentalmente -¡No estaba teniendo fantasías con el niño de la jungla! Definitivamente no!.
"¡Ay Helga es tan hermoso!, ¿Como se llama?"
"Bola de pelos" contestó ella y casi podría jurar que el gato le miraba indignado. A lo que ella sólo respondió con una carcajada, sintiéndose ya más calmada. "¿Que no te gusta?, Si quieres Mary sunshine puede darte otro nombre aunque créeme no creo que quieras llamarte copito de nieve o esponjita jajajaja"
"¡Helga!" replicó la pelirroja haciendo un puchero.
"Sabes que es broma señorita perfección" La pelirroja asintió con su típica sonrisa colgate. "Gerald te estaba buscando, dijo que iría a tu casa como a las 6"
"Ah si prometí ayudarle con su tonto proyecto de arte. No entiendo cómo alguien puede ser malo en arte."
"Oh vamos todos somos malos en algo Helga. Tu tienes dificultades en matemáticas y álgebra"
"Y no es broma pero yo tengo problemas con números, ecuaciones y todo eso. Y el tiene problemas para poder dibujar dos palitos y dos círculos"
"Ay Helga que mala eres, sabes que eso no es cierto. Las clases de arte aqui son muy difíciles" Helga rodó los ojos.
"Y eso no explica porque el cabeza de cepillo eligió arte si no le gusta. Fue estupido y punto" Terminó la conversación, elevando los pies y dando un salto fuera de la cama para acercarse la pelirroja y tomar al gato de entre sus brazos.
"Ahora que hare contigo bola de pelos. Aun tengo clases que atender"
"Yo podría cuidar de él, tengo la próximas dos horas libres" la rubia pareció pensarlo un momento, no se sentía bien dejarle la responsabilidad a Lila. Pero por otro lado no quería que el gato tonto estuviera corriendo por todo el lugar y que algún idiota pudiera lastimarlo.
"Creo que iras con Mary sunshine bola apestosa" Le dijo dándole unas caricias debajo de la barbilla. Pero cuando pensaba pasárselo a la pelirroja el gato saltó de entre sus brazos y salió por la ventana.
"¡Agh! Maldita bola de pelos!" grito frustrada. Genial ahora tendría que ir a buscarlo. Y como si fuera una premonición, a la enfermería entro Gerald y arrastró a la rubia hacia su próximo salón.
"¡Examen sorpresa!" fue lo único que le anunció y suspiro resignada, ya buscaría después a su fugitivo amigo.
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Cuando entro al salón ya todos conversaban sobre lo que podría tratarse el examen, observó a Gerald que alzaba su mano para llamar su atención y se dirigió a él. "¿Como saben que habrá examen sorpresa?"
"Dos palabras Fuzzy slippers"
"Ah si como olvidarlo tu amigo soso" Gerald le miro indignado, pero ella simplemente lo ignoro "Bien gracias por el dato cabeza de cepillo"
Helga busco con la mirada y cuando por fin encontró lo que buscaba lo observó con cautela. El chico de la jungla que hasta ahora no había cruzado palabras con ella y sin embargo toda la mañana le había estado volviendo loca.-Literalmente.-
El chico era la versión masculina de Mary sunshine definitivamente, siempre tan sonriente y amable, respondiendo cada una de las preguntas que le hacían sus compañeros por más estúpidas que fueran. Se preguntó por un momento que tanto había sido alucinaciones. Tal vez si se enfrentará a él se daría cuenta si había estado ahí ….
Aunque seguía sonando imposible. ¿Cómo podía explicar que había desaparecido DOS veces frente a sus narices?. La primera en el patio de la escuela y la segunda frente a Lila y a ella, claro que la pelirroja refiere no haberlo visto para nada.
Se levanto decidida hacia ellos pero sus planes fueron echados abajo cuando la profesora entro a clases anunciando los benditos examen sorpresa.
Por fin terminaron las clases, otro día tedioso, no podía sentirse más contenta y sin embargo no podía sacar de su mente al joven rubio que le estaba atormentando desde la mañana.
"¿Nos vamos Hell?" le preguntó Gerald tomando sus libros y la mochila de la rubia.
"Hmm… un segundo Geraldo" Se giró nuevamente al rubio pero seguía consumido entre las admiradoras, un gruñido escapó de sus labios. ¿Es que no conocían lo que significaba espacio personal?.
"Pobre chico de la jungla siento pena por él" Comento el moreno como adivinando su pensamiento
"¿Pobre porque?, ¿No ves que lo disfruta el muy tarado?" Replicó cruzando sus brazos y dirigiéndole al occiso una mirada asesina. Gerald extrañado ante aquel gesto arqueo una ceja. ¿Estaba realmente molesta de que el rubio estuviera rodeado de chicas?. Nonono eso era imposible, Helga nunca se pondría celosa por nadie. Pero nuevamente . . . La mirada de la rubia permanecía fija en Arnold.
Sintiéndose un poco envalentonado tal vez por que nunca había visto a su amiga actuar de esa forma, se adelantó entre la multitud y jalo del brazo al pobre chico que ya no encontraba como zafarse de su aparente club de fans.
"Vamos Arnie amigo" El rubio arqueó una ceja ante el apodo pero se dejó llevar sin replicar. "Tenemos que irnos, Hell nos está esperando y ya sabes cómo es"
"¡Hey Gerald! estábamos charlando con él. Además ¿Desde cuándo son tan amigos?" Pregunto Steffanie tomando del brazo a Arnold evitando asi que se lo llevara.
"Desde hace unas horas, si nos disculpas Arnie quedó de venir a mi casa"
"¿Asi? A que?" Ehm… Gerald miró incómodo a la chica quien había sido su novia en 9no grado, si hubiera sido cualquier otra chica no habría tenido problema, ¿Pero por que justamente su ex? le pidió ayuda mentalmente a la rubia. Quien giró los ojos en respuesta y de una patada en las costillas tumbó a la castaña.
"Para que pueda enseñarles a romper uñas princesa. Así que si sabes lo que te conviene te vas a ir como buena chica y dejarás al chico de la jungla en paz" Steffani le lanzó una mirada odio desde el suelo mientras una de sus amigas le ayudaba a levantarse
Otra de ellas le encaró y dejo salir una palabra fuerte."Perra"
Helga solto una risita casi inocente, claro que nadie pensó de esa forma más que dos cabecitas masculinas.
"Y con rabia querida" Le contesto antes de tomar de la mano a cada uno de los chicos.
Ya una vez fuera de la escuela y lejos muy lejos del séquito Helga soltó al rubio y le lanzo una mirada extraña a Gerald.
"Bueno chico, aquí nos separamos" Inició el aunque un poco confundido aún de la escena que acaba de armar. "Creo que ya nos conoces pero bueno yo soy Gerald Johanssen y . . . ella es Helga G Pataki"
"Tu peor pesadilla cabeza de balón"
Arnold frunció el ceño.
"¿Que?, ¿Tienes algún problema?"
Al parecer al chico no le había agradado el sobrenombre pero no dijo nada. En vez de eso se giró a ver al moreno para agradecerle.
"No hay problema Shortman"
"Puedes llamarme Arnold" le dijo extendiendo la mano para dar un saludo. El moreno asintió sonriendo y contestando el gesto.
"Entonces tu llámame Gerald"
"Y a mi me pueden decir Ama y señora Pataki, pero por ahora nos vamos Geraldo"
Su moreno amigo giró los ojos pero se acercó a ella y la rodeo con un brazo.
"Si claro en tus sueños Pataki" Y se dirigió al chico de la selva. "Bueno Arnold fue un gusto saludarte. Quería decirte que si gustas unirte a un club eres bienvenido en el club de bascket ball"
"Creo que deberías hacerle caso y alejarte del fútbol americano, no vaya a ser que confundan tu cabezota con el balón." intervino la rubia con una risa sorda. Gerald le reprendió con la mirada pero ella tan solo giro los ojos.
"Bueno . .."respondió notablemente incómodo por los comentarios de Helga "Lo pensaré gracias por ayudarme allá atrás. De verdad no sabía que hacer para que las chicas dejaran de seguirme"
"¿Que tal decirles que se esfumen Arnoldo?. Eso podría ser un inicio."
Arnold o mejor conocido como el chico de la jungla le lanzó una mirada de desaprobación.
"No me gusta ser descortés"
"Entonces sufre el resto de tu vida escolar así. No creas que vamos a ir en tu rescate cada que te encuentres en problemas. Aquí cada quien se rasca con sus propias uñas" el ambiente comenzó a ponerse tenso y así lo percibió Gerald. De acuerdo definitivamente algo pasaba entre esos dos y él no estaba al tanto. Conociendo a su amiga y desconociendo hasta qué punto podía tolerar Arnold ese tipo de ataques tomó nuevamente los hombros de la chica y comenzó a encaminarla hacia el coche. Pero nooo el chico no entendía indirectas y contestó.
"Es mejor que pasarme el día molesto y vociferando contra el mundo solo porque mi vida no es fácil"
Eso fue suficiente para activar el encendido en la rubia quien ni sorda ni perezosa regreso sus pasos haciendo a un lado a Gerald de paso y lo encaró.
"¿Dijiste algo cabeza de balón?"
"Creo que me escuchaste" contesto aunque ya un poco menos seguro, cómo si la actitud de la chica hubiese disminuido su valentía.
"Te escuche fuerte y claro pero no creo que tengas una idea de lo que estas hablando. Mira niño bonito tu piensas que lo sabes todo, pero esto no es la jungla, esto no es la aldea donde solías vivir y donde todos se conocían y se llevaban de manera cordial y amable y eran todos una gran familia feliz. Estás viviendo en Hillwood. Donde nadie te lo aseguro nadie dudara un segundo en aprovecharse de esa cara de tarado y niño bueno que tienes encima. Y si sabes lo que te conviene te mantendrás alejado de mi. ¿Me escuchaste?"
"Perfectamente" contestó con frialdad.
"Bien. Vamos espagueti con patas, ya es hora de comer muero de hambre" y sin más se giró sobre sus talones y se encaminó al coche por segunda vez. Estaba tan enojada todavía, que no sé dio cuenta que estaba dejando atrás al dueño del mismo.
"Ahm Arnold" Gerald comenzó aun con la mirada sobre la espalda de la rubia que se alejaba para después dirigirse a él. "Puede que no te guste como suene lo que dijo Helga, pero tiene razón. Si no les pones un alto te aseguro que vas a tener un infierno en la escuela. Talvez Helga no lo supo expresar bien, pero en nombre de mi mejor amiga te lo aseguro y hombreee créeme que comprendo que es difícil verle un lado buena a esa chica a veces. Pero … No la juzgues. No es tan mala."
"Lo sé" contestó Arnold extendiéndole una sonrisa. Gerald asintió satisfecho y corrió hasta la chica que ya refunfuñaba por la espera.
"Lo sé muy bien" volvió a decir ya cuando el coche se alejaba.
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.notas finales: ¿Y bien que les parece?. Espero les guste. En la semana subire el reto de los captulos xD.
:) Byebye.
