Si, definitivamente cometería una locura, pero seria solo la segunda en su vida, el incidente de los piercings, fue hace muchos años, no se arrepentía por ello, lo recordaba con gozo, pero volviendo al tema, mañana empezaría su nueva aventura aunque todos dijeran que estaba loca como una cabra, era eso o dormir como un mapache durante tres meses y veinte días ¡vamos que la locura llamaba a su puerta!

Varios años de explotación laboral, había dado sus frutos, allí estaba, en Tokio, exactamente en Shinjuku su lugar de ensueño, esperaba que todo saliera bien (dado a su mala suerte); perdida entre el mar de magma de personas caminando como locas, agradeció a su amiga Tenten, agradeció por que era japonesa y por que le dio prestada su casa (obviando la parte en la cual ella tenia que pagar renta y servicios) además de enseñarle el idioma en cuestión. En estos momentos… la amaba.

Pero que hacia una chica, de veinticinco años con un trabajo envidiable por donde se le mire, por que ser un medico honorable y genio era algo envidiable, además una chica de cabello largo negro hasta la cintura que podía ser tan maleable como se le quisiera, con una cara de inocente que puede rayar hasta la idiotez, pero por ello no se le quita esas facciones que estadísticamente son perfectas para un mujer; ojos grandes, grises y con pestañas pronunciadas, nariz pequeña y respingada, unos labios (lo cual según los hombres era su mayor atractivo) grandes y rosados; contaba con un cuerpo envidiable debido a los largos años de gimnasio, gracias a sus problemas de salud.

Su aventura comenzaba ahora, era hora de llamar un taxi y por supuesto hacer la llamada…


En un lujoso establecimiento, el cual poseía un nombre, "LOVE", extrañamente no poseia una valla llamativa y si no se le prestaba mucha atención pasaba desapercibida como cualquier tienda; en ella se encontraba la Sra. Imoto, conocida entre sus amigos como, La Dama, era la propietaria del lujoso establecimiento, el cual tenia como propósito ser uno de los mejores en la competencia en la empresa de hombres de compañía, hay que destacar que no era como aquella compañías que ponían su "mercancía" en estrambóticas vallas para las personas, tampoco hacían promociones, además esta institución es la mas cara de la región y de regiones adyacentes, sus hombres eran lo mejores y no era el prototipo japonés deseado, eran hombre con una belleza adquirida desde la cuna, adiestrados para el romance y el hacer sentir bien, un total de quince hombres conformaba la cuadrilla de La Dama, no se describirán por que la imaginación debe volar sola, es lo que dice La Dama a las principiantes.

En una sala decorada al estilo francés, se encontraban los quince perros de La Dama, todos con un entallado traje, tal y como debían presentarse ante ella, La Dama sentada en una silla de madera entalla, destilaba el aire de una reina, por que a pesar de sus años conservaba una figura muy respetable y una cara hermosa que demostraba lo serpiente que podía ser, pero pocos sabían que es como un caramelo dulce bañado en un chocolate muy amargo.

-Tengo un encargo especial, una chica, soltera, requiere un hombre en tres meses y quince días, demasiado tímida, de voz dulce, falta de amor, una persona solitaria, no foto, no descripción, no peligro, no sexo, solo fue recomendada por una amiga intima. – Hablo autómata La Dama a sus perros, sus labios rojos sonreían descaradamente.

En cuanto a los perros de La Dama, cada uno presento en su cara una expresión diferente, algunos fastidiados por no tener sexo y por lo de timidez, otros asustados por la no descripción y no foto, otros escépticos por lo de amiga intima. Pero todos pensaron que era alguna vieja sesentona, babosa con mucho dinero, claro por que estos hombres no prestaban atención en la edad, la mayoría de su clientas eran mujeres mayores con todo caído, pero con muchos ceros en el banco, eso era para la mayoría lo más importantes ¡Oh! Y los regalos que nunca están de mas, desde perfumes chanel a ostentosos autos. Si que se daban la buena vida.

-Número 8, tu serás el elegido – Señalo La Dama – Acércate y toma – extendió su mano con un papel con la dirección y nombre de su clienta, la cual pasaba a ser su amante en estos momentos.

-Esta es tu primera vez tan larga, eres el mejor entre todos, haz que valga, no quiero devoluciones, no pidió sexo en el contrato, si lo desea y tu también, esta permitido, ha pagado muy bien, recibirás tu paga cinco días antes de que termine tu trato, como opinión personal: ten paciencia y con ella se autentico, nada de mentiras, se que te descubrirá y número 8 obedece, la señora Tayuya tuvo una queja sobre ti la semana pasada; te puedes retirar a preparar tus cosas. – La Dama batió la mano para que se largara.

-Número 5, tu sigues….

Nuestro número 8 salió de la ostentosa habitación para prepararse, en el camino abrió el papel doblado…

Hinata, ¿eh? – Una sonrisa divertida se poso en su cara, que comenzara la acción.


Estaba con el corazón en la mano, hasta podría decirse que un poco excitada, si algo salía mal culparía a Tenten, pero era hora se hacer algo que la sacara del mundo donde vivía, no le importaba salir herida, pero quería probar cosas nuevas, cosas que hace tiempo dejo de sentir, por que Hinata era una "mojigata de primera" tal como la llamaba Tenten. Ahora sentía miedo acompañados de temblores, por su mente pasaban pensamientos negativos como siempre, tenia sueño, encantada con el suelo de madera de la casa de Tenten, allí recostada, realizo la llamada, tenia que cambiarse, por que no quería recibir a su invitado en bóxers femeninos y una camisola inmensa, pero allí en el suelo de madera de la sala se quedo dormida con un bóxer femenino, una camisola inmensa y una cebollita en el cabello.

Un barrio refinado, seguro es un vejeta pensó Número 8 resignado, ahora que iba de camino a su nueva locación, recordó que La Dama le mando a cortar el cabello, esa vieja desgraciada, como la odió, sus hebras doradas y largas ya no estaban, pero su nuevo corte lo hacia ver mas joven según La Dama, así esperaba que fuera, además le informo que su clienta era extranjera ¡Una extrajera para completar! Toco la puerta unas diez veces, esa era la dirección, por que La puta Dama nunca se equivocaba, de pronto el foco de su inteligencia aparecio, era extranjera, cambio de horario, a lo mejor ni la puerta había cerrado y voala la puerta se abrió luego de forcejearla un poco y lo que encontró lo dejo atónito, ¡Era una niñata! ¡Una puta niñata! Para completar en bóxers femenino y en el piso durmiendo, inmediatamente cerro la puerta de nuevo, quedándose afuera (de nuevo), tocaría de nuevo, pero ahora tenia que pensar dos cosas: ¿Por qué carajos era una persona tan joven? Y ¿Por qué jodidamente no podía sacarse la imagen de aquellos bóxers femeninos?


Algo zumbaba en sus oídos, no no, no era un zumbido, era un sonido rítmico, toc toc, toc toc, de pronto su corazón se acelero y empezó a hiperventilar, seguro toda la sangre proyectada se encontraba en su cara como era normal, se miro, estaba hecho un desastre normal, miro los pantalones en el piso y se los puso volando prácticamente, frunció el ceño, no se cayo al piso, no le importaba que no cargara maquillaje ni nada de eso, no era su estilo pero su camisa era un asco, suspiro y se relajo un poco, noto como sus ojos adoptaban ese semblante que odiaba, tristeza, eso la deprimió, su ritmo cardiaco bajo al igual que su respiración, volvió hacer ella, se dirigió a paso lento a la puerta, era él… lo sabia.

Abrió la puerta con cuidado…

Hola Hinata, soy Naruto Uzumaki, en estos momento tu tienes control sobre mi, pero también yo tengo control sobre ti – Expreso el hombre que se encontraba en la puerta, con una mirada seria y penetrante, no coqueteo, no acción.

Hombre, eso ha sido lo más sexy que había escuchado en su vida, se quedo sin palabras, abrió más la puerta para aquel ostentoso hombre pudiera entrar, ni siquiera lo había mirada a la cara correctamente cuando él le hablo, que tonta era, pero aquello no era nada.

Muéstrame tu identificación o algún papel que sepa que eres tú – Expreso estoica, hasta sus cejas se fruncieron

Estoy jodido y con una loca pensó Naruto al momento que vio aquella mirada, no era una mujer fácil… Se joderia la vida estos meses.