Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer... yo sólo juego con ellos con mucha ilusión y sin ánimo de lucro... mi único pago son vuestros comentarios

Summary: Emily escribe una especie de Diario para que sirva de guía a los nuevos miembros de la manada y sus parejas de imprimación. Historia paralela a Eclipse, pero contada desde el punto de vista de Emily en forma de diario.


~ Emily ~

{ Eclipse }

Capítulo 1: 'En la fogata'

Aquí estaba, rodeada de mi nueva familia. No podía pensar en ningún otro lugar donde me gustaría estar. Sentados alrededor de una fogata, en la playa, de noche, escuchando las historias ancestrales orales. Con el permiso del Consejo, estaba transcribiendo las Leyendas Quileutes para que éstas no cayeran en el olvido y poder transmitirlas a las futuras generaciones. Por eso estábamos allí... La reunión del Consejo de esta noche era para dar la bienvenida a los nuevos miembros: Leah y Seth Clearwater, mis primos.

Todo empezó para mí el día que conocí a Sam. Estaba de visita en casa de mis tíos Harry y Sue cuando llegó el novio de mi prima Leah. Se me quedó mirando y mi mundo se tambaleó. Nadie, jamás, me había mirado así. Era como si me conociera desde siempre, mis más profundos secretos, mis más íntimos pensamientos, los más oscuros deseos de mi corazón. No podía apartar la mirada de él, ni él de mí y entonces estalló el infierno.

Cuando fui consciente de que me encontraba en el salón de mis tíos mirando embobada al novio de mi prima la vergüenza pudo conmigo. ¡Estaba babeando por el novio de mi mejor amiga, por amor de Dios! Que Leah además fuera mi prima, como mi hermana, sólo era un punto más en el horror y la vergüenza que me rodeaban. Quería salir corriendo de allí, para que nadie se diera cuenta de nada, pero… ¿Qué excusa le iba a dar a Leah? Tenía que soportar la presentación lo mejor posible y salir volando de allí, volver a casa y no regresar jamás. Tendría que inventarme algo y Leah no lo iba a entender.

Pero no tuve ocasión. Antes de todo eso Sam pidió hablar con Harry en privado y los dos desaparecieron por el resto de la tarde. A la noche Leah estaba llorando y Sam quería llevarme con él para ir a hablar con los ancianos. Después de esa noche, todo cambió. Jamás había pensado que existieran los hombres-lobos, pero al parecer había que dar crédito a las leyendas ancestrales y creer que todo era real. Lo peor a lo que me tendría que enfrentar era que no podía contarle nada de esto a Leah, mi mejor amiga y confidente desde siempre. Pues además de ser un secreto, la imprimación de Sam conmigo le hacía imposible el estar con ninguna otra chica que no fuera yo… Lo que dejaba a Leah fuera de su vida y del futuro que habían planeado juntos. Ella tenía tantas ilusiones, estaba tan enamorada… ¡¿Cómo podía hacerle eso a ella, precisamente yo? Sam me explicó que él no tenía elección, pero que yo sí. Su mirada mientras me lo contaba decía a las claras que yo era el centro de su mundo y que sin mí no sería nada. Tan sólo sugerir que yo podría alejarme de él le estaba matando. Me dijo que me tomara mi tiempo y pensara con calma quería hacer el resto de mi vida…

Así que tomé la única decisión posible: quedarme con Sam. A pesar del daño que eso le causaría a todos, especialmente a Leah, los sentimientos que estaban naciendo entre Sam y yo era algo que no podía evitar. Intenté hablar con Leah, pero me pidió tiempo y distancia. Después de todo este tiempo, ahora por fin Leah iba a conocer los motivos que nos llevó a Sam y a mí a hacerle sufrir. Los ancianos habían percibido las señales del cambio en Seth y en Leah y los habían convocado a esta reunión para hacerles partícipes del secreto.

A la reunión también asistían el resto de los lobos, de los cuales mi prometido era el jefe: Paul y Jared, sus mejores amigos desde siempre de Sam y Jacob con sus amigos Quil y Embry. Así mismo también estaban Kim, la novia de Jared, y Bella, la 'amiga' de Jacob y novia de Edward Cullen, uno de los vampiros 'buenos' con los que teníamos firmado un tratado desde unas generaciones atrás. Los miembros del Consejo actuales eran Bill Black (padre de Jacob), el Viejo Quil (padre de Quil), mi tía Sue (en sustitución de mi tío Harry desde su reciente muerte) y mi Sam, como 'Cabeza de la Manada'. Cuando todos estuvieron dispuestos, Bill empezó con las narraciones.

Bill empezó su relato con la 1ª y más antigua de las Leyendas Quileutes, la de los Espíritus Guerreros, mientras alrededor de la fogata se hacía el silencio. Los lobos habían estado tragando todo lo que estaba al alcance de sus manos dejándome asombrada hasta a mí, que les alimentaba normalmente en nuestra casa cuando Sam y los chicos volvían de patrullar la frontera. Menos mal que habíamos llevado comida de más por si acaso, porque sino no habría habido nada para los demás. Ahora, después de hartarse de comer, estaban todos tranquilos escuchando cómo la carismática voz del Jefe del Consejo desgranaba la historia de cómo los Quileutes adquirieron la capacidad de convertirse en lobos cuando su tribu estuviera en peligro.

Saqué mi libreta y me puse a tomar nota de la historia, para guardar un registro de la misma y que sirviera de utilidad en un futuro. Según Bill iba hipnotizando a todos con su narración, yo garabateaba furiosamente en mi libreta intentando seguirle el ritmo. La mayoría de los presentes ya habían escuchado en alguna ocasión todas estas historias, pero aun así estaban totalmente centrados en el relato, extrayendo todos lo necesario para la lucha real a la que se enfrentaban como lobos para defender a su pueblo. Para algunos como Leah y Seth, ésta era la ocasión para descubrir las Leyendas y la verdad que había tras ellas. Incluso para Bella, que ya estaba al tanto del secreto, el relato de las Leyendas era toda una novedad, pues no conocía casi nada de las historias que habían detrás del secreto.

Leah seguía sin mirarme a la cara. Ya no sabía si era por el shock de convertirse en la única loba de la manada, por el rencor hacia Sam y hacia mí por guardarle semejante secreto o si no podía mirarme por culpa de las cicatrices que desfiguraban mi rostro. En otra situación, estas cicatrices habrían podido ser parte de ella para siempre, pero me tocó a mí afrontarlo. Un día, cuando Sam y yo ya estábamos juntos, él perdió el control y entro en fase demasiado cerca de mí. Los demás estaban más acostumbrados a verme, pero Leah y yo nos habíamos mantenido alejadas demasiado tiempo y quizás aun era demasiado duro enfrentarse a ello. Siempre hay que verle el lado positivo a las cosas: mi cara era un recordatorio constante para los lobos… Ninguno perdería el control fácilmente delante de sus parejas de imprimación. Todos podían ver en la mente de Sam a diario lo duro que eso había sido y seguía siendo para él. Para mí, lo único que importaba era mitigar el dolor de Sam, el amor de mi vida.

Bill seguía contando la Leyenda de los Espíritus Guerreros, de cómo su antepasado Taha Aki fue el primero de todos los lobos, del cual descendían todos los demás. Los chico habían ido uniéndose a Sam en la manada poco a poco, según iban sufriendo el cambio, y formaban el núcleo de mi nueva familia. Si hace un tiempo me hubieran dicho que acabaría cuidando de este grupo de chicazos no me lo habría creído, pero era tan fácil quererlos. Estaban muy unidos entre ellos, aunque eso podía ser fruto de estar conectados mentalmente mientras están en fase. Ya eran amigos antes de todo esto, se conocían de toda la vida, pero el haber pasado juntos por el trauma de convertirse en lobos los había unido de una forma que nadie más podía comprender. La única relación que se le podía comparar, o competir según se mirara, era la imprimación entre un lobo y su pareja. Pensaba que Sam y yo éramos un caso especial hasta que Jared descubrió en su compañera de clase Kim a su pareja de imprimación. Ahora, el resto de los chicos buscaba a su alrededor para encontrar su pareja, ya fuera con alegría o con recelo.

El pobre de Jacob entraba en una categoría a parte del resto. Estaba desesperadamente enamorado de Bella y luchaba por ella, a pesar de que salía con uno de los vampiros y de que tenía claro que no era su pareja de imprimación. Nadie podía quitarle de la cabeza que Bella era 'ELLA' para él y como los chicos se comunicaban sin barreras en su forma lobuna, traía a los demás de cabeza con su obsesión. Ahora mismo los podía ver al otro lado del fuego, sentados en la playa, abrazados, inmersos en el relato de Bill. A pesar de lo complicado de esta situación, Bella se había integrado bien en el entorno de la manada desde el principio y llevaba mejor que muchos todo el tema este de lo sobrenatural. Sobretodo mejor que Leah. Espero que con él tiempo ella empiece a sobrellevarlo algo mejor, pero no me hace ninguna gracia pensar que va a ver 'en todo su esplendor' a Sam continuamente mientras desarrollan sus tareas de protección de la tribu... Mejor dejo de pensar en eso o voy a saltarme alguna parte importante del relato.

En ese momento Bill terminó y Quil Anteara empezó a contar la Leyenda de la Tercera Esposa. En esta parte es donde aparecían los fríos, también conocidos como vampiros, por lo que pude apreciar un aumento de la atención por parte de Bella…

El Viejo Quil empezó a contar la Leyenda de la Tercera Esposa con una cadencia algo más rápida que la de Bill Black. La aparición de los fríos en esta parte del mundo sucedió cuando el jefe Taha Aki era ya anciano y había vivido el equivalente a tres vidas normales. En esta etapa de su vida estaba con su tercera esposa, a la que más amó. Era para él lo que ahora llamamos su pareja de imprimación. No puede evitar mirar a Leah. Las anteriores esposas de Taha Aki no tuvieron que sufrir su rechazo al imprimarse éste con la tercera espesa, pero Leah no lo había tenido tan fácil con Sam y conmigo. Hasta ahora le habíamos dado todo el espacio que habíamos podido, viviendo en el mismo lugar y con familia en común. Pero con la integración de Leah en la manada todo se volvía mucho más complicado para todos.

Ahora Leah tendría que compartir mucho tiempo con Sam y conmigo. Ni que decir tiene que el compartir la mente de la manada no sería nada agradable para ella, pero no hay nada que pudiéramos hacer al respecto. Todo lo que Sam y yo habíamos compartido estaría ahí para herir aun más a Leah y no podría escapar de ello. Mejor no pensar en que todos ellos conocían nuestras intimidades a través de los pensamientos y recuerdos de Sam. La parte positiva es que ellos siempre tendrían presente nuestra experiencia para evitar que volvieran a darse errores como el que dio lugar a mis cicatrices. Estaba recopilando para ellos y sus parejas toda la información posible para que nunca volviera a darse un caso como el de Sam, que tuvo que enfrentarse a toda la situación completamente a oscuras.

Nuestra casa era el hogar oficial de la manada, donde se reunían para repartir las guardias, ponerse al día con las novedades cuando no estaban como lobos y sobretodo para alimentarse con todo lo que cayera dentro del alcance de sus manos. Al menos Sam y yo contábamos con el apoyo del Consejo, porque alimentar a semejantes chicarrones habría acabado con la economía de cualquiera. Eso formaba parte de las ventajas de ser jefe de la manada y parte integrante del Consejo. No sé lo que habríamos hecho en otro caso. Intentaba ayudar en lo posible a Kim para que se adaptara lo mejor posible a la nueva situación. Lo mismo llegará según el resto encuentre a sus parejas. Bella era un caso a parte. Estaba involucrada en el mundo sobrenatural mucho más de lo que nadie habría supuesto, tanto como novia de un vampiro como amor no correspondido de Jacob. Así que la situación de Bella en brazos de Jacob podría dar confusión a error a cualquiera.

Según transcurre el relato, Bella se estremece con algunas partes de la Leyenda de la Tercera Esposa. Pude comprenderlo perfectamente, la impotencia de la esa mujer al ver a toda su familia en peligro. Ser la observadora mientras todos los que quieres se enfrentan diariamente al peligro es muy duro. Estar en casa esperando recibir noticias es lo más duro que he hecho en mi vida. Pero tener miedo de que tus seres queridos pudieran matarse mutuamente debe ser aun peor. La verdad es que no envidiaba la situación de Bella, para nada. Por suerte ahora los lobos y los vampiros estaban en una tregua forzosa, provocada por un enemigo común. Esta noche todo estaba tranquilo y aquí junto a la hoguera tan sólo éramos un grupo de amigos contando viejas historias.

Cuando el Viejo Quil terminó su relato se relajó la reunión y por fin pude soltar el bolígrafo. Tenía la mano ligeramente agarrotada, pero mi Sam me refugió entre sus brazos y con un suave masaje me relajó los músculos provocándome sueño. Bella también se estaba quedando dormida y poco a poco la reunión se fue diluyendo. Cuando Jacob se llevó a Bella fue la señal para que todos nos retiráramos para enfrentar mañana a un nuevo día lleno de peligros.


N/A: Espero que os haya gustado este capítulo… Animaos a dejadme vuestra opinión en un review... Recordad que los coments son el único pago de los escritores aficionados como yo

Esta fue una de mis primeras historias y reconozco que es un poco rara… pero la escribí para poder ver la historia de Emily, Sam y Leah desde otro punto de vista más amable…

Es un relato corto, de tan solo 8 capítulos y Epílogo… Así que tened un poco de paciencia conmigo y con este relato, que muy pronto llegaremos al quid de la cuestión por aquí…

Voy a subir esta historia en los días intermedios de Nessie, es decir los Martes y Jueves… Por lo que nos vemos el Martes aquí con el Capítulo 2: "Tensa espera" Muchos besos a todos