Disclaimer: Si Harry Potter fuera mío, no estaría aquí, la verdad. Esto es sin ánimo de lucro.
Compañía
Cuando él les dijo que era un licántropo, ellos se rieron. Cuando él les dijo que era un monstruo, ellos se rieron. Cuando él les dijo que podía matar a alguien sin darse cuenta, ellos se rieron. Cuando él les dijo que se transformaba por cada luna llena al mes, ellos se rieron.
Pero cuando él les dijo que, por tanto, no podían ser amigos por más tiempo, Sirius le pegó un puñetazo, James masculló "¡Y una mierda, Remus!" y Peter lo miró con reproche, como si acabara de comprenderlo todo.
Desde entonces, y hasta el fin de sus días, estuvieron unidos. Todas las noches de la semana, del mes, del año. Se convirtieron en animagos ilegales para acompañar a su amigo, para contenerlo y, sobre todo, para decirle sin palabras que lo querían, y que les importaba un comino su condición de hombre lobo.
Y lo acompañaron… hasta la muerte de los merodeadores; hasta su propia muerte.
NdA: Es una viñeta muy corta, pero por algo se empieza. Acepto que me queráis degollar.
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