Descripción:

Dejando de lado los hechos ocurrido en Advent Children, Cloud finalmente decide declararle abiertamente a Tifa sus sentimientos y se propone pedirle matrimonio, sin embargo su intento se ve frustrado, cuando a su lado pasa una sombra del pasado que no era conciente.

Pasan cuatro días. Tifa se pregunta que ha pasado con Cloud y sale junto con Red XIII a buscarlo. Al encontrarlo, descubren a un Cloud inconsciente en medio de un prado. Su espada comienza a brillar y antes de que Tifa pueda tocar su mano, Cloud se transforma en un lobo momentaneamente y aulla. Tras dar el aullido, su pecho comienza a brillar y una materia sale de él. La materia es rota en miles de fragmentos, pero no era una materia cualquiera, era una materia color gris y para variar el alma de Cloud.

Para salvar Cloud, Tifa deberá buscar los fragmentos de aquella materia perdida que se han exparcido alrededor de todo Gaia, pero para salvarlo tiene solo dos meses, de lo contrario Cloud jamás recobrará la forma humana y se convertirá en un lobo cualquiera, sin recuerdos de su vida pasada.

Una historia de aventura, acción, romance, fantasía, comedia (no al principio, pero posteriormente habrá bastante) y muchos giros de trama esta por comenzar, y Tifa nos dara a conocer como combatirá contra toda adversidad con tal de salvar a su amado Cloud.

Prefacio:

Lo conocí desde mi infancia, y siempre me pareció un chico bruto y aterrador, pero nunca dejé de admirarle. Deseaba tener su determinación, quizás así mamá no habría muerto, quizás así hubiese detenido a Sephiroth y mi padre seguiría vivo. Si sabía que debía hacer algo lo hacía y ya, yo en cambio siempre dudaba.

Me enorgullece haber sido capaz de salvar a Cloud de sí mismo, me enorgullesco de haber luchado contra Sephiroth, pero siempre me pregunto, ¿Habría sido lo suficientemente fuerte para enfrentarmelo yo misma, sin ayuda de nadie como lo hizo Cloud dentro de sí? Jamás imaginé que tendría que llevar la fuerza de mi puño a otro nivel, jamás pensé en lo mucho que dependía de los demás. Esta vez, quiero ser yo quien pueda proteger a Cloud y no tener que ser rescatada por él.


Primera Parte: Busqueda

El reflejo del fragmento


-Uno, dos, tres... y está listo- le dije al señor, sirviendole su cerveza.

-Muchas gracias señorita- el señor tomo un buen trago y luego me miró fijamente-. ¿Es usted Tifa Lockhearth?

-Efectivamente.

Ya era conocida por muchos, al igual que Cloud y los otros. Nos hicimos famosos y reconocidos, la gente nos respetaba. Ese hombre de mediana edad, con un mostacho desagradable parecía ser tan curioso como el resto de los clientes. Mi bar se hizo más conocido por el hecho de que yo fui uno de los grandes guerreros que lucharon contra Sephiroth y lo llevaron a su caída, la gran guerrera, pero no venían específicamente por mí, yo era un agregado, del que estaban realmente curiosos era de Cloud, el chico que lo acabó.

El lugar estaba repleto de esos curiosos, pero no importaba cuanto vinieran nunca lo venían, la naturaleza de Cloud evitaba que llegase cuando el lugar estuviese repleto.

Ya eran las siete.

-Lo siento, no podré responder preguntas, voy a cerrar.

-¿En serio? Pero...

-Mañana es festivo, hoy cerramos más temprano, venga pasado mañana y estaré encantada de responderle sus preguntas.

Siempre me fue fácil sonreirle a la gente, iba con mi forma de ser. No solía ser antípatica, a menos de que en verdad estuviese enojada.

Tras echar a la gente del bar, subí a mi habitación. Allí saqué mis guantes, con el deseo de practicar el último cielo. Aún tenía que perfeccionarlo, a pesar de lo bien que lo había aprendido, todavía no estaba al máximo. No entendía por qué quería hacerme más fuerte, no debían haber más peligros que Cloud y el resto de nosotros no pudiesemos sobrellevar, sin embargo quería hacerlo.

Abrí la cajonera y vi el lazo de Aeris con nostalgia. A pesar de todos los celos que le tuve, siempre fue una gran amiga para mí, la consideraba mi rival, pero mi mejor amiga. La quería mucho.

Claro, Aeris, tú quieres que cuide de Cloud. Eso era lo que quería creer, no podía estar segura, aún así alguien tan pura como ella jamás me habría deseado mal alguno.

Recordé como su infantilismo me molestaba y al mismo tiempo nos alegraba a todos. Tenía celos de ella. Tan capaz, con poderes que sólo ella poseía, por ella ganamos y aún en su muerte, Cloud... era inegable, que deseaba tener lo que ella tenía. No habría sido tan apuesta como yo, ni tan fuerte tan físicamente, pero fue capaz de hacer cosas que yo no habría podido, cosas que cautivaron a Cloud.

Decidí que era suficiente, era hora de practicar.

Miré la fecha en el celular. Ya habían pasado cuatro días desde la última vez que había visto a Cloud. Me preocupé un poco, pero sabía que no debía, después de todo, era Cloud. Seguramente tenía algo en la mente.

Salí del bar. Extrañamente no había nadie en la calle, todo era solitario, y eso que hacía unos minutos el bar estaba repleto.

Me puse en guardia tan pronto como ví caer plumas de la nada. Pensé que podrían pertenecer a Sephiroth, pero no podía ser. Eran completamente blancas, como la nieve.

En medio de las plumas, apareció frente a mí una extraña mujer vestida de azul, con el pelo tan largo como yo y una especie de lanza disco en su mano derecha, volando con sus alas hacia mí. Tenía algo parecido a mí en su aspecto, aunque se veía más joven.

Aterrizó en frente a mí, pero yo no descuidé mi postura.

-¿Tifa?

No era una sorpresa que supiese mi nombre, la sorpresa es que no me dejó contestar.

-Cloud te necesita.

Me quedé helada. Esperé a que mencionara algo más.

Silencio puro. Las alas seguían botando bellas plumas que a caer al suelo se desvanecían como si nunca hubiesen existido.

Ésta extraña mujer evitó que yo hablase solo con su profunda mirada, como si fuese un reflejo de mis sentimientos oprimidos, solo por eso no pude aclarar mi garganta para cuestionar su afirmación.

-Mi nombre es Rinoa, he venido específicamente para advertirte.

-¿Dónde esta Cloud?

-No tengo el tiempo para describirte el lugar.

-¡Dimelo!

Sabía que no me mentía, no podía siquiera cuestionarme acerca de sus palabras, y no sabía por qué. Me era imposible. La veía, verla era como contemplar la verdad absoluta, por lo cual debía ser verdadero el hecho de que tenía poco tiempo.

-El pasado y el futuro residen en tí. De ti depende que yo exista, de ti depende que el futuro sea lo que es. Para salvar a Squall he hecho aquello que no debiese hacer, he usado mis poderes de hechicera, pero no puedo durar más tiempo aquí. Una amenaza que solo tu puedes vencer, al menos hasta que pueda mantenerme aquí por más tiempo, se acerca. Tifa, encuentra a Cloud antes de que sea tarde...

Rinoa desapareció en medio del reconstruido Midgar como si nunca hubiese existido, y tras desaparecer, la gente volvió a pasar a mi lado.

No sabía que había ocurrido, pero estaba seura de que algo deía hacer.

Corrí devuelta a mi habitación en busca de mi PHS, luego saqué materias que pudiese necesitar. Cura, Vida, Electro y Bahamut en el caso de mucha necesidad. Las equipé y luego volví a ponerme en marcha.

Mientras me dirigía a la salida de Midgar llamé a Cloud. Como lo esperaba, no contestó. Llamé a los números del resto de mis compañeros, Barret, Cid, Vincent, Yuffie, Caith Sit, Red XIII. Ninguno contestó.

Para mi sorpresa, al salir de Midgar, me encontré con Red XIII.

-Tifa, justo venía a visitarlos.

-¡Red! ¡Necesito encontrar a Cloud!

Le hice un breve resumen de lo ocurrido. Para nuestra suerte, el olfato de Red nos permitió captar la esencia de Cloud a unos kilómetros, cerca de Kalm. Esperaba que corriendo alcanzasemos a llegar a tiempo.

En las afueras de Kalm, en medio del espeso follaje, Red XIII y yo vimos como Cloud se acercaba a nosotros tambaleante. Tenía el brazo ensangrentado y la pierna herida por lo que parecía la mordida de un lobo.

-¡Cloud!- gritamos al unísono.

Cloud cayó al pasto.

Me acerqué y puse en práctica la materia cura, no obstante, fue inútil. Por alguna razón las heridas no curaban por más energía espiritual que pusiese, hasta que en un momento Cloud gritó.

Red y yo retrocedimos y vimos con horror como una metamorfosis comenzaba a llevarse a cabo.

La BusterBlade de Cloud brilló y éste se conviritió en un lobo blanco, para luego proferir un aullido a un cielo que se ocultaba en las estrellas.

Red y yo vimos como de su pecho salió una gricea materia que tan pronto tuvo contacto con el aire, se partió en miles de fragmentos que volaron a nuestro alrededor.

Tuvimos que cerrar los ojos y cubrirnos para evitar que perforaran nuestros ojos. Al abrirlos, el lobo que alguna vez fue Cloud se encontraba recostado en la hierva sin respiración. Me acerqué a él y con terror me di cuenta de que la presión le bajaba.

Los fragmentos de materia que había en mi ropa brillaron y luego se unieron a la piel del lobo, el cual recuperó la respiración poco a poco.

Tan pronto como me di cuenta de que recuperaba la respiración supé cual sería mi misión, de la cual Rinoa me había advertido ser la única capaz de llevarla a cabo. Debía reunir todos los fragmentos.

Al lado del lobo Cloud, vi una pequeña caja. Al abrirla me saltaron las lágrimas. Un anillo de compromiso.

-¿Qué ha...?

-Red, puedes preguntarme después, pero ya sé que haremos- le dije con convicción-. Debemos encontrar un lugar en el que cuiden a Cloud y luego buscar los fragmentos de la materia.

-Ya lo suponía- me contestó Red-. Pero, ¿Acaso no te preguntas cómo y por qué pasó?

-Habrá tiempo para eso después, no es el momento de dudar, sino de actuar.

Bueno, comienzo así la historia y pienso continuarla luego, ya verán que se pondrá interesante, eso lo puedo jurar