Disclamer: Nada que puedan reconocer me pertenece, aunque ya lo sabían ¿Verdad?
Gracias a mi Beta por toda la ayuda que me está brindando al corregirme los capítulos (:
—Lo detesto.
Bien, era genial poder decir finalmente lo que pensaba. Era gracioso, porque hacía diez minutos que estábamos recorriendo la ciudad —casi habíamos terminado, no es que fuera muy grande—, y ya la odiaba.
—¡Vamos Alice! No es tan malo —dijo mi madre, Esme. No entiendo cómo ella podía soportar este sitio; tenía que estar muy enamorada de ese tal Carlisle, de verdad. Porque si no fuera así, no nos estaríamos mudando de Nueva York a… ¿cómo se llama este lugar? Ah, sí… Forks.
—¿No es tan malo? ¿Hablas en serio? —dije casi gruñendo—. Mira a tu alrededor y dime eso de nuevo.
Tal vez estaba comportándome como una niña caprichosa: ésas que irritan a todo el mundo y que se quejan de todo; podría culpar a mi edad, y con ello a las hormonas. Créanme, no es fácil tener diecisiete.
Traté de mantener mi bocaza cerrada un buen rato a fin de no molestar más a mamá. Pero ver siempre lo mismo no ayudaba… Verde, todo verde. Los árboles, el musgo, incluso empiezo a pensar que las casas por dentro son también de ese color.
Definitivamente Forks no era para mí.
—¿Cuándo conoceré a Carlisle? —pregunté. Siendo honesta, era lo que menos me preocupaba en ese momento, pero necesitaba sacar algún tema de conversación. No quería concentrarme en otra cosa.
—En un par de horas sale del hospital… Ya verás, se llevarán muy bien —Respondió Esme.
Siempre tan optimista. Yo también lo era, claro, pero no en una medida tan... amplia.
—Grandioso.
Genial, tenía tiempo antes de conocer al causante de mi calvario. Por mi cabeza pasaron mil y una maneras de presentarme:
"Hola soy Alice, la persona a la cual arruinaste su vida. Mucho gusto"
"Hey, soy Alice"
"Hola… sí, soy la hija de tu futura esposa y ya que has arruinado vilmente mi existencia, ¿podrías decirme dónde duermo?"
No solía ser tan dramática, el cambio me estaba afectando... ¡Oh vamos!¿A quién engaño?
Solía ser así. Decidí desechar esas ideas… ya vería que decirle.
Lo único que sabía de él es que era un doctor del único hospital de por aquí. Esme lo conoció en una conferencia, pues ella también se dedicaba a lo mismo, razón por la cual casi nunca la veía. No quiero ser malinterpretada, tenemos una relación muy fuerte, especial… pero trabajaba demasiado para poder mantenernos. Mi verdadero padre nos dejó cuando yo nací, por lo cual mamá debió hacerse cargo de todo.
En fin, decidieron mudarse juntos, y allí estaba yo, siendo arrastrada en estas ideas.
Cuando terminamos nuestro recorrido, decidimos ir a lo que de ahora en adelante llamaría mi casa. Después de pasar por lo que me pareció un bosque interminable, llegamos a mi hogar…
No me detuve a inspeccionar como lucía exteriormente —acción que, en Nueva York, hubiese hecho—; no estaba de ánimos, y la realidad es que tampoco me apetecía observar una casa decorada por un hombre.
Gracias a Dios no pienso en voz alta.
La casa no solo estaba bien decorada, sino que parecía esas que salen en las portadas de revistas de diseños de interiores. El interior era amplio, y estaba decorado en tonos blancos, negros y color piel. Había un hermoso sillón de cuero en el que casi podía verme sentada. A un lado, se encontraban dos más pero de menor tamaño. Había una televisión enorme y varias plantas cerca de la escalera que daba al segundo piso, donde yo creía estaban las habitaciones.
Si yo me mudara, lo decoraría así. Es más, hace algunos meses, recuerdo haberle contando a mamá eso...
—¡Ey!
—Ya te diste cuenta, ¿verdad? —inquirió con una sonrisa. Yo sólo pude asentir—. Decoramos esta casa a tu gusto… no me pareció justo que, además de alejarte de tus amigos y costumbres, tengas que vivir en una casa que no te agrade. Le di la idea a Carlisle y él aceptó encantado.
No podía creerlo, literalmente, me había quedado sin palabras… y es muy raro que Alice Brandon se quedara sin saber qué decir.
—Muchas gracias mamá, enserio —dije abrazándola. A pesar de todo, fue un muy bonito detalle por parte de ambos.
—De nada hija, ahora ve a dormir… debes estar muy cansada.
—Pero, ¿y Carlisle?
—Lo conocerás por la mañana, no te preocupes.
Realmente estaba agotada, por lo que le di un beso en la mejilla y subí. Había varias puertas, caminé por el pasillo y noté que una tenía un papel pegado con mi nombre. Sin dudarlo entré: cama blanca, paredes del mismo color… ¿era esto un manicomio? Debía —una necesidad, así como suena— hacer un cambio, porque sino creo que me volvería loca de verdad. De todas maneras, tenía tiempo para pensar en eso mañana. Ahora lo único que anhelaba era acostarme.
Sin pensarlo siquiera saqué el pijama de la maleta y me metí a la cama. No pude dormir mucho, porque siendo aún de noche, escuché unos ruidos extraños provenientes del primer piso. Al principio decidí ignorarlos, pero no pude…
Soy de esas personas que se enojan porque en las películas de terror las víctimas van hacia su asesino, entregándose a una muerte segura; sin embargo, casi sin darme cuenta, estaba al final de la escalera preguntando ridículamente: ¿Quién anda ahí?
Genial Alice, simplemente genial. ¡Como si un asesino te pudiera decir: "ey, vengo a matarte, así que no hagas ruido"!
Encendí la luz.
Y grité.
Delante de mí había un joven rubio tirado en el suelo boca abajo. Esme y quien supuse era Carlisle bajaron corriendo segundos más tarde.
Debía admitir que mi futuro padrastro era muy buen mozo, alto, rubio, poseía unos hermosos ojos azules con una mirada que irradiaba tanta amabilidad que casi olvido que había un posible asesino tirado en el piso de mi casa quien, sin previo aviso, empezó a toser, sacándome de mis pensamientos.
—Oh Dios, Jasper —le escuché murmurar, y sorprendiéndome aún más, se sentó al lado del chico. ¿Qué rayos pasaba aquí?—. Está ebrio de nuevo.
Miré a mi madre esperando una explicación, estaba completamente segura que ella conocía al muchacho, pues lo miraba con la compasión escrita en sus ojos.
—Alice, querida, ¿Te mencioné alguna vez que Carlisle tiene un hijo?
Definitivamente no lo había hecho.
De una buena vez por todas me decidí a hacer un long fic, no lo hacía antes por falta de tiempo, pero empezé escribiendo varios capítulos de esta historia y tachán, acá está. No voy a actualizar muy seguido, por más que tenga los capítulos, porque siempre termino atrasándome, así que mínimo tengo que tener dos o tres capítulos escritos.
Esperemos que salga bien (:
¿Reviews?
