¡Buenas!
Bueno, vengo con este mini-fic de dos capítulos que hice como premio a narutoxhinatax13 y a 10xXx10 por haber acertado en la pregunta que hice en el fic "Amores De Secundaria".
Ambas me pidieron un GaaMatsu. Se suponía sería un One-shot, pero mejor decidí hacer un fic de dos capítulos jeje.
Además, una de ellas me pidió que tuviera lemon, y tendrá, pero en el segundo capi.
Espero que les guste.
…
Mi nombre es Matsuri. Mi historia comenzó un día a mis 17 años, cuando conocí al hermano de mi novio.
Ese día salía de la escuela como siempre junto a mi mejor amiga Sari. Íbamos hablando sobre lo que haríamos durante la tarde y claro, mi amiga como siempre hablaba como cotorra.
-… Y me dijo que saliéramos hoy en la tarde, ah no sabes que guapo es amiga – Me relataba Sari, que para variar tenía una cita con un chico al que acababa de conocer. Ella era muy aventada con los chicos y cada semana salía con uno nuevo, luego rompía con ellos por el más mínimo defecto.
-Que bien Sari, tal vez este sea el definitivo – Le dije sonriendo, pero ella frunció el ceño y me miró inflando las mejillas.
-Tú sabes que yo soy de espíritu libre, no como tú que estás amarrada a un chico, aunque bastante guapo.
-Sari, Kankuro es mi novio y te agradecería que no te expreses así de él – Le dije un poco celosa. Siempre había sabido que mi amiga le tenía ciertas ganas a mi novio y eso no me gustaba nada, conociéndola. Además ella tenía una especie de imán atrae hombres, que todos se pegaban a ella como sanguijuelas, por eso agradecía que Kankuro se hubiera fijado en mi y no en ella.
-Ya, lo siento Matsuri, no te enfades – Me dijo sonriendo. En ese momento sonó mi celular y yo sonreír al ver en la pantalla el nombre de mi novio.
-¿Bueno? – Respondí.
-Matsuri mi amor ¿Cómo estás preciosa? – Oí su voz entre alegre y melosa.
-Bien amor ¿Nos vemos hoy en la tarde cierto?
-Claro, te espero en mi casa linda, bye – Colgué la llamada y me fijé como mi amiga me miraba atentamente y con los ojos entrecerrados.
-¿Qué sucede Matsuri? – Me preguntó – No me digas que hoy por fin, va a pasar "eso" – Hizo las comillas con los dedos.
Yo me sonrojé; era verdad, la cita de hoy era para que pasara "eso". Era la primera vez que iba a pasar algo entre Kankuro y yo y estaba muy nerviosa porque también era mi primera vez con un hombre.
-P-pues si Sari, por eso estoy algo nerviosa.
-Ah, te felicito amiga, al fin te decidiste – Me sonrió mi amiga. Claro, ella era una experta en el tema, mientras que yo no sabía nada.
-Si, supongo que debes felicitarme, como sea me voy a casa a arreglarme ¡Nos vemos Sari!
-¡Bye Matsuri!
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
Llegué a mi casa y enseguida me encerré en mi habitación para arreglarme y quedar hermosa para mi novio.
Todavía estaba nerviosa, así que apagué mi celular para no recibir llamadas, tal vez si lo oía sonar me espantaría o que sé yo.
Cuando por fin ya estaba lista me miré en el espejo y tal y como lo pensé, estaba perfecta. Mi cabello perfectamente peinado, mi piel suave y blanca y mi ropa –aunque no muy sexy- estaba muy bien. Me puse un poco de perfume y tomé mi bolso para salir de casa. Afuera tomé un taxi y partí hacia la casa de Kankuro.
Él era algunos años mayor que yo, por eso vivía solo. Estaba estudiando ingeniería comercial en la universidad y tenía muchas compañeras muy hermosas, por eso yo a veces sentía miedo de que me fuera a cambiar por alguna de ellas, y más si yo me estaba negando a tener relaciones con él, por eso acepté.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
Ya estaba frente a su casa y era el momento de la verdad, estaría con él. Tragué saliva pues estaba muy nerviosa. Decidí simplemente tocar el timbre y cerrar los ojos. Abrieron la puerta y abracé a esa persona.
-¡Hola mi amor! – Lo saludé eufórica. Aún no había abierto mis ojos cuando dejé que mis labios chocaran con los suyos. Lo besé apasionadamente y él me correspondió de la misma forma, introduciendo su lengua en mi boca. Me di cuenta de lo bien que besaba, mucho mejor que nunca, pero… ¡Momento! Esos labios… no eran como los de Kankuro ¿Entonces a quien carajo estaba besando?
Me separé lentamente abriendo mis ojos. Lo primero que vi fueron dos orbes aguamarina que me dejaron embobada por unos segundos. Lo segundo fue su rojizo cabello, que para mi se asemejaba a las rebeldes llamas del fuego. Y por último lo observé completo. Me horroricé, era un chico realmente guapo, pero no era mi novio.
La sangre subió hasta mi rostro haciéndome sonrojar más que nunca ¡Dios, fue lo más vergonzoso que me ha pasado en la vida!
-¡Lo siento mucho! ¡Me he equivocado de dirección! – Me disculpé apenada mientras ese chico sólo me miraba. Me di la vuelta pensando en que quería que me tragara la tierra, pero luego observé el número de la casa y noté que no me había equivocado – Espera, yo no me he equivocado, tú estás en la casa equivocada – Dije mientras lo apuntaba con mi índice.
-¿Tú debes ser Matsuri, verdad? – Me preguntó él y yo sólo lo observé arqueando una ceja.
-Así es ¿Y tú eres?
-Yo soy Gaara, el hermano menor de Kankuro – Observé como se relamía los labios, con una sonrisa endemoniadamente sexy en ellos, mientras mi boca se abría hasta casi topar el suelo – Es un placer – Me dijo extendiéndome su mano. Yo estreché su mano mientras me carcomían la rabia y el nerviosismo por dentro.
¡Era un desgraciado!
Sabía perfecto que yo era la novia de Kankuro y aún así se atrevió a corresponder mi beso, que le di por equivocación.
Es que lo torpe y despistada no me lo quita nadie, pensé.
-M-m-mucho gusto – Le respondí tan rígida como una estatua.
-Que forma más extraña de conocer a mi cuñada – Me dijo aún sosteniendo mi mano – Aunque he de admitir que besas muy bien.
Dios, sentía mi rostro caliente de lo roja que me había puesto ¿Cómo había podido pasar?
-Lo siento G-G-Gaara – Me costó pronunciar su nombre. Él me sonrió y luego hizo una cara de lo más normal, como si no hubiese pasado nada.
-No te preocupes, guardaremos el secreto entre los dos ¿De acuerdo?
-S-si – Respondió bajando la cabeza. En verdad me sentía terriblemente apenada, sobre todo porque el chico al que acababa de besar era el hermano de mi novio, y era tan extremadamente guapo.
-Kankuro te estuvo llamando para avisarte que yo había llegado de sorpresa, pero tenías tu celular apagado. Ahora fue a comprar algo de beber, pero me dijo que apenas llegaras te hiciera pasar – Él hablaba tan normal, mientras que yo me quería morir. No podía entenderlo, acabábamos de besarnos sin siquiera conocernos y a él no le importaba.
-Gracias y de verdad perdón – Volví a disculparme, aunque ya no estaba tan avergonzada, después de todo a él parecía no interesarle demasiado.
-No pasa nada, fue un accidente y el asunto ya está olvidado.
-Si – Dije mientras pasaba al interior de la casa.
Durante todo el tiempo que estuvimos esperando a Kankuro no hablamos sobre nada. Yo me senté sobre el sillón y de vez en cuando lo miraba de reojo, dándome cuenta de que él no me quitaba la vista de encima en ningún momento. Eso sólo me ponía más nerviosa.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
Kankuro llegó un rato después, pero no me arrojé a abrazarlo, simplemente le di un beso en los labios; había aprendido la lección. Al separarme de Kankuro me di cuenta de que Gaara me observaba y en un momento me guiñó un ojo. Yo me sonrojé y miré a otro lado.
-Supongo que tú y mi hermano ya tuvieron tiempo de conocerse ¿Cierto? – Me preguntó Kankuro mientras rodeaba mi cintura en su abrazo – Él vivirá conmigo por ahora – Completó.
Oh, claro que nos habíamos conocido, pensé yo.
-Matsuri ya me saludó – Dijo Gaara con una media sonrisa. Supuse que estaba pensando en el maldito beso y no pude evitar avergonzarme.
-Ah, ya veo – Habló Kankuro.
Después de eso nos sentamos a hablar los tres. Noté a Kankuro un poco molesto, de seguro porque nuestros planes se habían arruinado. Llegó la hora de irme, así que me puse de pie y me despedí de mi novio, ya era algo tarde y comenzaba a oscurecer.
-Hey Gaara ¿Por qué no vas a dejar a Matsuri?
-¿Eh? – Exclamé. Observé a Kankuro y él me sonrió – Yo pensé que irías tú.
-No puedo… tengo que estudiar – Lo vi un poco nervioso. Pensé que estaba muy presionado por la universidad, así que no insistí. Gaara me observó con ese rostro tan serio, pero que con lo poco que llevaba de conocer hacía que mi corazón se agitara de forma alarmante.
-No te preocupes Matsuri, yo te llevo en mi moto – Me dijo. Yo simplemente asentí con la cabeza. Ya había subido a la moto de Kankuro antes, así que las motos no me daban miedo.
Los tres salimos de la casa, yo volví a besar a Kankuro para despedirme y me monté sobre la motocicleta roja de Gaara. Me entregó su casco y después de ponérmelo me aferré al cuerpo de Gaara para no caer.
-Tendrás que indicarme hacia donde queda tu casa – Me dijo mientras encendía el motor.
-Si – Le dije. Entonces partimos. Yo iba abrazada a él y mi corazón bombeaba fuertemente. El aroma masculino de Gaara era realmente agradable, así que cerré mis ojos y me quedé así, sintiéndolo.
Podía sentir el viento sobre mi cara y el estar con ese chico me producía un no sé que. Mi corazón latía tan fuerte que hasta temía que él pudiera oírlo.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
Nos estacionamos frente a mi casa, pero me tardé unos segundos en darme cuenta de ello. Después nos bajamos y me quité el casco.
-Gracias por traerme Gaara – Le dije sonriéndole. Él esbozó una media sonrisa que lo hacía lucir realmente sexy y al darme cuenta de lo que estaba pensando me espanté – B-bueno, ya voy a entrar, gracias otra vez – Me comencé a alejar de él caminando de espaldas.
-Matsuri, cuidado con ese poste – Me señaló. Yo me volteé y me vi frente a un poste de concreto. Pasé junto a él y me dirigí a la puerta de mi casa muy apenada. Observé como Gaara se ponía el casco y se iba, no sin antes hacerme una especie de saludo marcial. Yo no pude evitar soltar un leve suspiro y una sonrisa, y noté que alguien me observaba.
-¡Matsuri! – Me gritó y di un enorme salto.
-¡Sari! – Grité yo un poco exaltada.
-¿Quién era ese bombón Matsuri? Wow, no puedo creer que te haya traído un chico así, era como soñado – Yo sólo la observaba mientras ella hablaba y hablaba de lo guapo que era Gaara, hasta me dio la impresión de que se había imaginado con él en una situación comprometedora.
-Hey Sari, ya – Le dije para que parase de hablar.
-¿Y quien era?
-Su nombre es Gaara, y es el hermano menor de Kankuro.
-¿Estás de broma? Está guapísimo, cielos – De pronto se quedó callada, viéndome fijamente. Yo me puse algo nerviosa - ¿Por qué llegaste con el hermano de tu novio? ¡No me digas que te lo has cambiado!
-¡C-como crees! – Grité exaltada – Él sólo se ofreció a traerme, y ya tengo mucho sueño así que me iré a dormir, mañana te cuento.
-Pero no me contaste que pasó con Kankuro.
-No pasó nada – Suspiré – En serio mañana te cuento, tengo sueño.
-De acuerdo amiga – Sari se despidió de mí y se fue a su casa, la cual quedaba junto a la mía, pues éramos vecinas.
Después de eso me recosté en mi cama y me dormí rápidamente, pensando en aquel exquisito beso con Gaara.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
Al día siguiente, muy temprano por la mañana, Sari no me dejaba en paz con sus preguntas. La única forma que hubo para que se detuviera fue cuando entró la profesora al salón.
-Buenos días alumnos - Nos dijo la maestra. Todos nos pusimos de pie.
-Buenos días señorita Suzuki – Respondimos al unísono. Luego nos sentamos nuevamente.
-Hoy tenemos a un nuevo alumno, espero que lo reciban bien.
En ese momento sentí como el aire me faltaba y mi corazón se aceleraba al verlo entrar a él a mi salón de clases. Primero pensé que estaba alucinando, de seguro ya me había vuelto loca, pero cuando Sari me dio un codazo me di cuenta de que no estaba loca ni nada, todo estaba sucediendo.
-Me llamo Sabaku No Gaara, es un placer conocerlos a todos – Dijo aquel apuesto pelirrojo observándome sólo a mí. No pude evitar quedarme con la boca abierta; mi cuñado, el hombre al que besé por accidente y aunque me costara reconocerlo, era el mejor beso que me habían dado en mi vida, estaba en mi salón, era mi nuevo compañero.
-Bueno Gaara, pasa a sentarte.
Gaara asintió con la cabeza y me volvió a mirar. Mi cuerpo se tensó al recordar que detrás de mi estaba el único puesto vacío del salón. Gaara caminó por el pasillo, llegó frente a mí y se fue acercando lentamente. Besó mi mejilla mientras yo me sonrojaba y algunas chicas hacían exclamaciones como "¡oh!, ¡Ah!" y esas cosas.
-Hola Matsuri – Me saludó con una leve sonrisa.
-H-hola Gaara – Le respondí bajando la mirada. Justo después de eso se sentó.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
Las clases pasaron relativamente tranquilas, así que cuando llegó la hora de irme yo salí con Sari como siempre. Íbamos hablando sobre una película en estreno, la verdad mi amiga no siempre me hablaba de hombres, pero sí lo hacía la mayoría del tiempo.
-Yo creo que sí voy – Le dije.
-Claro, va a ser un estreno buenísimo.
En ese momento vimos a Gaara salir desde el estacionamiento montado en su motocicleta y se detuvo frente a nosotras.
-¿Quieren transporte chicas? – Nos preguntó con aquella sonrisa tan seductora que él tenía ¿Por qué tenía que ponerme tan nerviosa? Y lo peor era la cara que puso Sari al verlo.
-No gracias Gaara – Respondí con una sonrisa un tanto forzada, pero mi amiga tenía planes distintos.
-Claro, me encantaría Gaara ¿Puedo llamarte así cierto? – Preguntó Sari con esa típica sonrisa que le ponía a los chicos que le gustaban. No sé por que, pero no me gustó esa posibilidad.
-Puedes llamarme como quieras ¿Sari cierto?
-Si, que bien que recuerdes mi nombre – Decía Sari muy emocionada. De verdad me molestó tanta buena onda que hubo entre los dos, pero no dije nada.
-Oye Sari, pero nosotras siempre nos vamos juntas – Me quejé con mi amiga. Ella me dio la mano y me jaló cerca de un árbol - ¿Qué te pasa Sari?
-Matsuri, por hoy deja que me vaya con él – Me suplicó mi amiga.
-Pero… - Yo iba a replicar, pero me interrumpió.
-Él está guapísimo y esta es mi oportunidad, quiero conocerlo más, tal vez pase algo entre nosotros, por favor, tú eres mi amiga.
-Ya, está bien, vete con él – Dije algo enfadada. Regresamos frente a Gaara y noté como Sari me susurraba un leve "gracias".
-¿Entonces vienes Sari? – Preguntó Gaara mientras ofrecía el casco a Sari. Ella lo recibió con ambas manos y con una enorme sonrisa en los labios.
-Claro que voy – Respondió.
-¿No vienes Matsuri? – Me preguntó Gaara. Vi como Sari negaba con la cabeza, así que decidí hacerle caso, además, ni que cayéramos los tres en la moto.
-No, yo prefiero caminar, pero que les vaya bien, nos vemos – Les sonreír mientras me retiraba, pero un extraño sentimiento de intranquilidad crecía más en mi con cada paso que daba. Mi pecho se apretó al oír el sonido del motor arrancar y al voltearme sólo pude ver una estela de humo, ellos dos ya no estaban.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
Ya eran las ocho y media cuando oí el sonido de una motocicleta acercarse. Salí por la ventana en forma disimulada, ocultándome tras la cortina.
La moto de Gaara se estacionó frente a la casa de Sari. Ella bajó de su motocicleta y se quitó el casco, dejando caer su largo cabello, el cual cubrió toda su espalda. Gaara también se quitó el suyo y pude ver como sacudía su cabeza, haciendo que sus hermosos cabellos se sacudieran también, para luego sonreír de medio lado, haciendo que mi corazón se agitara.
Él se veía tan sexy sobre la moto, con esa sonrisa perfecta y soñada. No podía entenderlo pero con sólo mirarlo me enloquecía.
Pero sentí un intenso dolor al ver como Sari se le acercó a besar su mejilla y no alcanzó a alejarse lo suficiente para ir por sus labios. Ella lo tomó por la nuca y él a ella por la cintura, y siguieron besándose frente a mis ojos.
Me alejé de la ventana y me senté sobre mi cama. No podía entenderlo ¿Cómo podían besarse cuando acababan de conocerse?
-Yo hice lo mismo – Dije un poco sonrojada, aunque lo mío fue diferente, muy diferente. Me sentí tan triste, me gustaba cuando pensaba en que Gaara y yo nos habíamos besado, pero ahora que lo había visto besarse con Sari ya no sabía que pensar, sólo sabía que me sentía como una estúpida.
Y lo peor de todo era que no tenía por que afectarme lo que ellos hicieran, yo tenía ya un novio, uno que creí que amaba, hasta que conocí a Gaara, la persona que más me confundía en el mundo.
-Matsuri tonta – Me regañé.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
Al día siguiente, mientras Sari me hablaba de lo bien que la había pasado con Gaara, yo no le ponía atención en nada, estaba observando a Gaara hablar con otros chicos del salón. Él estaba sentado sobre una de las mesas y se veía tan guapo. No sabía ni por que pero no podía dejar de mirarlo, me tenía hipnotizada.
-¿Matsuri me estás oyendo? – Escuché la voz de Sari. La miré aún algo atontada.
-¿Eh?
-Matsuri, llevo media hora hablándote ¿Y lo único que me dices es eh? – Me miró frunciendo el ceño, seguro estaba molesta porque no le estaba prestando atención a su cuento de hadas con aquel príncipe tan hermoso, todo por estar viendo al príncipe.
-Perdona Sari, es que estaba pensando ¿Me repites lo que decías?
-Bueno – Mi amiga suspiró – Te decía que ayer Gaara y yo nos fuimos al mirador en su moto, y no sabes, es tan inteligente, tan interesante… y besa de una manera increíble.
-Si, ya lo sé – Dije sin pensar, seguía distraída. Sari me miró entre sorprendida, escandalizada y enfadada.
-¿Cómo dices?
-Q-quise decir que se nota, es que ayer los vi por la ventana cuando llegaron y por la cara de felicidad que traías me lo supuse – Expliqué algo nerviosa.
-Si, Gaara es maravilloso, creo que ahora sí me enamoré – Dijo suspirando. Suerte que me creyó, ya que yo no le había dicho toda la verdad de cómo conocí a Gaara y no pensaba hacerlo tampoco.
Volteé a mirar a Gaara una vez más y él me miró también, me sonrió levemente y volvió su vista hacia sus amigos, sin haber notado lo roja que me hizo ponerme.
_.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._
Después de eso los días fueron pasando. Gaara y yo nos llevábamos muy bien como amigos, pero me dolía ver que lo suyo con Sari iba cada vez en progreso. Kankuro y yo no nos habíamos visto casi nada, él siempre decía que estaba muy ocupado con la universidad y sus trabajos, o al menos eso me hacía creer.
Cierto día mi novio hizo una fiesta en su casa, con sus amigos universitarios. Por supuesto que asistí con Sari, la cual no se veía muy contenta desde la mañana de ese mismo día, por alguna razón la vi medio deprimida.
-¿Qué pasa Sari? – Le pregunté caso gritando, ya que la música estaba a todo lo que daba.
-Gaara me cortó – Dijo con tristeza. Yo me la quedé mirando asombrada.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Me dijo que le gustaba alguien más – Sari bajó la mirada. Jamás la había visto así, a ella nunca la había dejado un chico, era ella quien los dejaba a ellos, seguro sentía su orgullo herido o que sé yo, porque en verdad no creía que fuese capaz de enamorarse. Aunque en el fondo de mi corazón me sentí feliz de saber esa noticia ¿Pero quien le gustaría a Gaara entonces? Porque yo no lo había visto con ninguna otra chica a parte de nosotras dos.
Sari me dijo que no tenía ánimos de nada, así que decidí levantarme del sillón donde estábamos sentadas. Me sentía muy animada, tenía deseos de bailar y disfrutar de esa fiesta, aunque estaba llena de desconocidos, así que tuve que ir a buscar a mi novio.
Lo encontré hablando con muchos chicos y chicas totalmente desconocidos para mí, pero no le di mucha importancia a eso y lo jalé del brazo.
-¿Qué pasa Matsuri? – Me preguntó algo molesto.
-Kankuro, quiero bailar un rato – Dijo muy animada, pero él me miraba con cierto fastidio.
-No puedo ahora, estoy hablando unos asuntos muy importantes con mis compañeros de universidad ¿Por qué no bailamos luego?
-Claro… - Bajé la mirada, me sentía un poco triste, él y yo nunca estábamos juntos y no teníamos casi nada en común, realmente ni siquiera lo amaba, pero no sabía si era mi culpa que lo nuestro no estuviese funcionando – Yo sólo quería estar un rato contigo.
-Después ¿De acuerdo? – Me abrazó y yo simplemente asentí - ¿Por qué no bailas con Gaara? Él también se ve algo aburrido – Señaló a su hermano, el que estaba parado en un rincón completamente solo y con un vaso de licor en la mano. Para mi se veía tan sexy con aquella camisa negra y esos jeans desgastados, así que no pude evitar acercarme a él y alejarme de Kankuro.
-Gaara… - Lo llamé un tanto apenada - ¿Qué te sucede? ¿Por qué estás tan aburrido?
-No conozco a los amigos de mi hermano, es normal que esté así de aburrido – Me respondió con su expresión seria.
-Bueno… pero a mí me conoces – Dije mirándolo un tanto avergonzada. Lo observé sonreír, Dios como me gustaba esa sonrisa.
-Es verdad – Me dijo extendiéndome su mano - ¿Entonces bailamos?
-De acuerdo.
Me sentía muy feliz al bailar con Gaara, ambos nos sonreíamos mutuamente y nos movíamos al ritmo de la música.
-Bailas bien – Me dijo poniendo una mano en mi cintura. Yo me sonrojé en el acto, además en ese momento la música cambió a romántica, por lo que todas las parejas fueron obligadas a abrazarse.
Gaara comenzó a acercarse a mí más de lo normal. Sentía su respiración tan cerca que mi corazón comenzaba a latir demasiado rápido otra vez y mis piernas parecían gelatina ¿Por qué tenía que pasarme esto con él? Era mi cuñado yo no debía, pero no podía evitarlo.
Yo lo miré a los ojos y él me miró a mí, nos estábamos acercando más, casi se mezclaban nuestras respiraciones, estábamos a punto de volver a besarnos y no me importaba que fuera en la fiesta y en la casa de mi novio, sólo deseaba sentir sus labios una vez más, sin embargo alguien me empujó por la espalda y todo el contenido del vaso de Gaara cayó sobre mi vestido blanco, dejándole una horrible mancha rojiza.
-Lo siento – Se disculpó el que me había empujado.
-Ay no, mi vestido – Me lamenté, pues ese era mi vestido favorito y ahora estaba arruinado, por algo mi horóscopo me decía que no saliera con nada blanco, pero yo no le hice caso, aunque también me decía algo de un encuentro especial, pero que va ¿Quién cree en los horóscopos?
-Perdón Matsuri, no fue mi intención – Gaara se disculpó apenado, pero yo le sonreí, al fin y al cabo no había sido su culpa sino del idiota que me había empujado.
-No te preocupes Gaara.
-¿Vamos a la cocina? Tal vez podamos arreglarlo.
-Si
Fuimos a la cocina y noté como Gaara cerraba la puerta detrás de él. Yo me acerqué al lavabo y tomé la esponja para limpiar la mancha roja de la falda de mi vestido, pero no salía, sólo se veía cada vez peor. Por más que trataba de limpiarlo no podía quitar ni un poco.
-Las manchas de vino no salen – Me dijo Gaara con una sonrisa. Yo lo miré con el ceño fruncido.
-¿Si lo sabías por que no me lo dijiste antes? – Pregunté algo enojada con él, sólo me había hecho arruinar aún más mi vestido favorito.
-Quería estar a solas contigo – Dijo acercándose a mí y acorralándome contra el lavabo con ese cuerpo tan delicioso que poseía y que me provocaba comerlo a besos. Apoyó ambas manos sobre el mueble, alrededor de mi cintura y se acercó a mi oído.
-¿Qué haces Gaara? – Pregunté muy nerviosa y desviando la mirada para que él no notara mis mejillas sonrojadas.
-No hago nada malo, es sólo que quiero estar contigo – Me dijo mientras me obligaba a verlo a los ojos.
-¿Pero que dices? – Cuestioné - ¿A que te refieres con eso? ¿No deberías estar con Sari? Tú la abandonaste…
-¿Y eso que?
-¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué dejaste a Sari? – Pregunté demasiado intrigada, después de todo quería saber quien demonios le gustaba a Gaara, lo necesitaba saber.
-Porque me gustaba alguien más – Me respondió con total normalidad.
-¿Quién?
-Tú – Me dijo a sólo centímetros de distancia de mis labios. Me quedé atónita, totalmente sorprendida, no podía creer lo que había oído ¿Yo le gustaba a Gaara? ¿Él había dejado a Sari por mí? Me sentía casi como en un increíble sueño.
-¿Ah si? ¿Y si yo te gusto entonces por que salías con ella?
-Porque tú no podías gustarme, eres la novia de mi hermano, traté de sacarte de mi mente al estar con ella pero la verdad es que desde que me besaste me quedé prendado de ti – Dijo con esa mirada tan penetrante que hacía que me perdiera en sus ojos aguamarina.
-¿Por eso la dejaste? – Mi voz casi no se oía, no podía hablar al tenerlo tan cerca.
-Me enteré de algo que hizo mi hermano, él no te merece…
-¿Qué hizo Kanku…? – Y ya no pude seguir hablando porque Gaara me había besado. Al principio traté de rechazarlo, pero no pude hacerlo, besaba tan endemoniadamente bien que me hizo olvidarme de todo.
Enredé mis dedos entre sus cabellos rojizos mientras nuestro beso se volvía cada vez más intenso. Su lengua entró en mi boca y se paseó con destreza, se notaba que era todo un experto, logró dejarme sin respiración.
Cuando se separó de mí sólo alcancé a tomar aire y volvió a besarme de forma aún más intensa.
Comencé a recorrer su espalda con mis manos y él me levantó tomándome por las caderas, sentándome sobre el mueble del lavabo, mientras comenzaba a besar mi cuello. No pude evitar dejar escapar un leve gemido de mis labios al tiempo que él bajaba más y más, llegando al nacimiento de mis pechos. Con su mano derecha acariciaba mi pierna izquierda, deslizándola por debajo de mi vestido y sus labios comenzaron a subir otra vez hasta encontrarse con los míos.
Podía sentir su lengua entrar en mi boca y sus labios moviéndose sobre los míos con pasión y deseo mientras sus manos acariciaban mis piernas una y otra vez. Estaba enloqueciéndome.
No me importaba nada, ni siquiera la parte de mí que me decía que parase, no podía parar, no podía detenerme, y tampoco quería hacerlo.
Continuara…
…
Bueno, la próxima semana dejo la segunda parte y final.
Espero que les haya gustado.
Nos leemos.
¡Bye!
