En un lejano pueblo del que casi nadie conocía el nombre, vivía un niño llamado Adrián, él le temía a los títeres, tanto era su temor que provocó mucha preocupación en sus padres.

Su padre desesperado por el terror de su hijo, llamó a un titiritero chino muy conocido en la región pero que estaba bastante avanzado de edad…el titiritero le explicó a Adrián que los títeres sólo eran muñecos de madera y que no poseían vida , que no podían hacerle daño, al no ver muy convencido al niño decidió invitarlos a una de sus presentaciones con los títeres.

Llegó el día de la presentación del anciano titiritero que lastimosamente también era la última, puesto que estaba muy enfermo y no tenía más energía para continuar con sus presentaciones.

Al comenzar el acto sólo salió un títere bailando al son de una canción china, con sus trajes muy detallados y hermosos, de colores muy vívidos, Adrián prestaba mucha atención al títere y la sonrisa que el muñeco estaba parecía dirigida a él..le pareció muy real, un títere muy parecido a un humano, sus movimiento era muy flexibles, no se veía como si fuera manipulado por hilos, ese parecido con los movimientos de humano en vez de fascinarlo como hacía con el resto del público a Adrián le asustaba demasiado, tanto que se sentía enfermo.

Saliendo de la función notó que el taller del titiritero estaba abierto, y con curiosidad se acercó, pero lo que allí vio nunca lo hubiese imaginado, la esposa del titiritero lanzaba unos polvos sobre un gato que en medio de sus confundidos maullidos se convirtió en títere, cerca del recién transformado gato estaba el títere de la función que luego de un pestañeo se convirtió en el viejo titiritero.

Más que asustado Adrián regresó a su casa confiando que no había notado sus presencia, al llegar a su casa sólo quiso olvidar todo así que muy asustado en su cama se metió.

Pero aunque deseaba olvidar las pesadillas lo acosaron durante toda la noche y en cada una de ellas se veía transformado en títere obligado a presentarse frente a un público escalofriante.

Cuando despertó agotado por las pesadillas deseó no haberlo hecho, su cama estaba llena de ellos , tantos que ni siquiera veía su cuerpo, asustado y gritando de pánico corrió al cuarto de sus padres, pero los encontró hechos pedazos, sangre por todos lados, lleno de terror Adrián sólo grito y grito hasta quedarse sin voz y cuando fue encontrado nunca más habló…