Nota de autora: Aquí con otra historia, pero esta vez es de Ken.
Dedicado a: Una-demente-suelta. Espero te guste.
Aclaraciones: Tanto Ken como Kuriko tienen dieciséis años aquí (sí, Ken ya no es un enano). Y cuando Ken habla de "aquella vez", se refiere al episodio de "El gran sueño de Ken", donde este decide ser más grande para poder subir a la montaña rusa, pero su altura no se lo permite. Al final se vuelve un gigante.
No fue lo mismo
No había sido lo que él esperaba. No había cumplido sus expectativas.
— ¡Eso fue genial!, ¿No lo crees Ken?
—No fue la gran cosa—contestó el joven con aburrimiento.
— ¿Qué no fue la gran cosa? Estas hablando de la montaña rusa más grande y rápida del mundo entero. Nadie dice que no fue la gran cosa luego de haberse subido —habló Kuriko mientras arreglaba su peinado el cual había quedado desordenado por el juego—. Fue la mejor experiencia.
La mejor experiencia.
Esa no había sido la mejor experiencia, el juego no había sido la gran cosa. Ni siquiera había conseguido que soltara algún grito, ya fuera de terror o de diversión.
Aquella atracción no había logrado hacerle sentir lo mismo que sintió aquella vez, aquella vez que tres chicas lo habían tomado y hecho elevarse por los aires. Esa vez había ido alto, muy alto, tanto que llego a sentir vértigo en algún momento y logro que soltara gritos de auténtico terror. Terror que desapareció, siendo sustituido por diversión.
El aire que había golpeado contra él alguna vez, había logrado liberarlo. Consiguió que sintiera tanta adrenalina y que se divirtiera como nunca antes.
Habían dado piruetas, volado en horizontal tan rápido para luego seguir volando en vertical y dejarse caer en picada, para posteriormente seguir a dar más vueltas y vueltas. Había sido mejor que cualquier atracción.
Esa vez no había habido rieles ni carritos, controles de seguridad o alguna otra persona gritando por su madre. Solo risas, unos brazos sosteniéndolo con fuerza y confianza, confianza en que no le soltarían.
El juego no había logrado tanta velocidad como lo habían hecho las chicas, las bajadas no hicieron que se le hiciera un nudo en el estómago, y menos había podido a hacerle sentir la adrenalina que el vuelo de esa vez con las chicas le provocó.
Sí, ese juego no podía hacerle competencia a las Powerpuff Girls Z. De eso Ken estaba seguro.
—Ken, ¿Quieres ir a ese juego? —la voz de Kuriko lo despertó de su transe.
Miro hacia donde apuntaba la pelirroja y sus mejillas se colorearon al igual que las de la chica. Ella quería ir al túnel del amor.
—Cl-claro Kuriko.
