Y hooola una vez mas, mis queridos lectores n_n.

Hace un buen que no me pasaba por aqui, je, u-u, las ideas se me han esfumado desde que le puse mucho empeño a la escuela, ¬¬.

En fin, y pues ahora que me vino un nuevo trauma Yaoistico, XP, sobre una de mis bandas de musica favoritas (Gorillaz) n.n, les traigo en esta ocasion mi primer intento de Murdoc x 2D, haber que les parece, esperando que le den una oportunidad como muchas veces lo hicieron con las otras historias que he publicado para vosotros -_n.

Esta viene siendo la primera parte, y cuento con que vos sepan apreciarla para asi ir subiendo los siguientes capitulos de esta historia n.n.

Bueno, les dejo esta la introduccion, y espero ansiosa y con una gran sonrisa sus reviews -_n. Denme una oportunidad en este universo de fantasticos seres musicales, no se arrepentirán (asi me dara tiempo de tener mayores ideas, XP n-n)

Un lugar entre el cielo y el infierno


Rating: T

Pareja: Murdoc x 2D; 2D x Noodle.

Serie: Gorillaz

Advertencias: Yaoi, en futuros capitulos, lemon, por lo pronto no hay mas advertencias, con el tiempo les ire informando -_n.

Disclaimers: Gorillaz no me pertenece, todo es propiedad de Damon Albarn y Jamie Hawlett, estos maravillosos artistas musicales.

Esta historia es ficticia y no tiene nada que ver con la realidad que estos personajes viven, todo eso lo podran encontrar en su libro musical "Rise the ogre" -.n.


INTRODUCCIÓN

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Clint Eastwood - Gorillaz

Stuart era el tipo más normal y aburrido que pudiese haber en una escuela, tanto así que era clásico de él echarse una pequeña siestecita en cada clase que tenía. No faltaba momento en que un maestro siempre terminara por llamarle la atención a tal grado (aunque no en todas, pues música y literatura eran sus favoritas, así que ahí siempre se veía animado y muy activo) de mandarlo a prefectura. Esta faceta suya era la que tipicamente tenía en las clases , aunque si lo viéramos por otro lado, fuera del salón no era tan "aburrido" como su cara lo decía (aparte de verse seriamente aburrido, el hecho de que siempre anduviera fumándose un cigarrillo hacía más atractiva esa característica suya), pues tenía una que otra admiradora en cada uno de los salones de al lado.

Diario, esa bolita que se hacia llamar "el club de Stuart Pot" se amontonaba en la puerta del salón del susodicho para admirarle y "cuidarle" cuales guardaespaldas fueran, de todas aquellas "zorras mal agradecidas" que no tenían derecho ni de babear tan solo por que tenían un estatus social inferior al del "rey", según ellas.

Parecía increíble ver que el peli azul no movía ni un solo músculo para alejarlas de su lado, siempre tenía el mismo semblante, sin embargo, con sus amigos parecia otra persona, al verle sonreír de esa manera tan inocente y divertida.

Sí, anque pareciera un ser de otro mundo con cada cara que ponía y cada estado de humor que se le presentaba, Stuart sin duda era único y extrañamente original, razon por la que tenía cierto encanto que atraía a cuanta chica lo viera.

Pero pasando a otro lado del universo escolar, estaba Murdoc, un tipo al que le valía madre lo que el mundo pensara de él, aunque claro estaba que tenía tanto orgullo que no les perdonaba el que hablaran a sus espaldas, prefería que se lo dijeran de frente a que se acobardaran cuales viles gusanos, asi podra disfrutar y deleitarse con los pequeños grititos y quejidos de sus "víctimas" cada vez que recibían un golpe suyo.

Eso era algo que nunca llegaba a comprender de la raza humana, que fueran tan cobardes incluso ante su propia existencia (y quien sabe porque lo pensaba así, siendo que el también pertenecía a ese grupo de seres inteligentes, ¿o no?).

Murdoc is god - Gorillaz D-Sides album

A diferencia de Stu, Murdoc era todo lo contrario en cuanto personalidad...

La mayor parte de sus días escolares se le encontraba en la prefectura, recibiendo molestas palabras en forma de regaño (las cuales le entraban por un oído y le salían por el otro) debido al desastre de persona que era:

Diariamente se la pasaba por los pasillos del edificio, haciendo o planeando vagancia y media, con tal de aprovechar el tiempo que duraban cada una de sus aburridas clases, y no faltaba uno que otro chico que terminaba por sacarle pelea, autonombrandolo asi su club de fans (o.o) el anticristo (aunque muchos otros le apodaban de distintas maneras: el rey del mal, el rey del desastre, el maestro de las peleas, etc...) por la manera en la que barría a sus oponentes en los pasillos del instituto, al igual que por la forma tan peculiar de vestir, caminar, hablar, y mirar. Pareciera como si un autentico demonio, de las tantas leyendas que se impartían en clases, hubiera cobrado vida y estuviera en la escuela con una misión.

Ninguno de los dos se conocía antes, ni idea tenía el uno de que existiera el otro, hasta cierto momento en que drasticamente el ritmo de sus vidas comenzó a acelerarse, y el destino terminó por juntarlos.

Quien imaginaría que un tipo tan desastroso y alborotador terminaría relacionandose con uno demasiado "aburrido". Lo mas extraño de todo el asunto era que esa relación se iba profundizando día con día. A tal grado de que soportarse el uno al otro quedaba en segundo plano cuando el corazon demandaba su sentir.

Este acontecimiento, que dio paso al inicio de su unión tuvo lugar aquel cierto día...

Con el cielo nublado y el clima en contra, dentro de uno de los tantos salones de la institucion se encontraba aquel peli azul. El solo hecho de ver hacia el cielo y encontrar tanta nube gris le daba la sensación de que algo extraño pasaría ese día; al menos cuando el clima estaba así muchas cosas le pasaban (era propenso con mayor facilidad a accidentes).

-¡Esto no tiene buena pinta, será mejor que no salga hoy del salón!-el solo hecho de imaginar cuanto accidente le pasaría le hizo cerrar y apretar los ojos del miedo.

-¿Estás bien, Stu chan?-sentada al lado suyo siempre se encontraba aquella linda y simpatica niña de morados cabellos y mirada de travieza. Era de nacionalidad japonesa, por lo que había sido transferida a esa escuela desde sus 10 años; todo debido a problemas personales, o eso era lo que le hacía creer a los profesores que en cada clase al presentarla le preguntaban. En realidad tenía un pasado muy misterioso, nadie en esa institución conocía su verdadera procedencia.

-¡Ah, Noods, si, je, e-estoy bien!-fingía sonreír, cuando en realidad estaba mas que asustado; y es que ellos, sus amigos, ya sabían el secreto que Stuart le guardaba al mundo: Extrañamente, desde el día en el que el cabello se le tornó de un extraño color azul, a la edad de 10, junto con este acontecimiento le llegaron también poderes, pues tenía la capacidad de presentir el clima, no solo con ver el cielo o sentir un vientecito, a veces le daba por estornudar (a tal grado que desde pequeñito no solo sufria constantes migrañas, si no también intensas fiebres), o caerse o tropezarse mas de la cuenta, cosa que era mala señal con respecto al cambio climatico.

Ese día había presentido el clima justo antes de comenzar a resfríarse, por lo que al darse cuenta el maestro le pidio a uno de sus compañeros lo encaminara hacia la enfermeria, donde le darían una pequeña ayuda contra esas extrañas alergias que padecía.

Llegando a la habitación de la enfermería, el muchacho que le había acompañado le dejó bajo el cuidado de la doctora que ahí atendía, para marcharse después al salón.

Instastes después Stu tomó asiento en una de las bancas blancas que ahí había, y bajo las indicaciones de la doctora permanecio paciente esperandola dentro de la habitación misma.

Entre tanto silencio, y sin mucho que hacer, el peliazul se quedó como menso observando la lampara de la enfermería, la cual daba vueltas al mismo tiempo que hacía aire, cosa que relajaba al peliazul, quien reaccionado a eso cerró los ojos y dejo que se le alborotara un poco el cabello. Parecía niño ahi dentro de la enfermeria, solillo y con una sonrisa de oreja a oreja (lo que pasa cuando no tienes nada en que pensar...¡aunque viendolo asi él nunca tiene pensamientos en la cabeza!)

Pero el silencio no le duró mucho, pues sus pensamientos fueron interrumpidos al ver como entraba por la puerta la doctora junto con un chico mas, a quien, muy molesta, le pidio se sentara también, el chico de muy mala gana, y haciendole musarañas a la mujer (a sus espaldas, claro estaba) se sentó en la misma banca (era la unica que ahi habia) donde se situaba Stuart; apartir de ahi se cruzó de brazos y comenzó a bufar de tanto fastidio, para después comenzar a soltar palabrería y media en forma de susurros y cuchicheos.

-[¡No puede ser, como demonios llegué a parar a la enfermería!, ¡creí que tenía que estar en la prefectura, ja, aunque creo que después de tanto escandalo ya me creyeron loco, jajaja!]-mientras tanta cosa pensaba, sin siquiera tomarlo en cuenta, hacía extraños movimientos con el cuerpo, riendose como desquiciado de lo que al parecer eran sus propias desgracias, cosa que al peliazul le sorprendía un poco (no por el hecho de que el mayor se burlara de si mismo, si no por los movimientos tan locos y poco comunes que hacía con los brazos).

-[¿Quien es este chico?, ¿Por que esta aqui?]-con suma atencion comenzo a observarlo de pies a cabeza (un entretenimiento mas le llegó), [¡Es extraño, nunca antes habia visto a alguien con semejante color de piel, y-y su cara, s-se ve un poco macabra! ¿Se-será alguna especie d-d-de z-zo...!]-pero el solo hecho de mencionar la palabra hacía que se le pusiera la carne de gallina, no sin antes dar tremendo salto de la banca por el susto que el susodicho le había causado al devolverle la mirada tan repentinamente.

-¿Y tu que me ves, idiota?-entrecerraba los ojos, aun cruzado de brazos

-¡ah, e-este, n-no, n-nada, je, je! [¡gulp!]

-[¡Ah, está bien, calentemos un poco las cosas, después de todo, no parece un tipo muy rudo!, ¡ja, mas bién parece retrasado, jajaja!]-¡oe, cual es tu nombre!

-¿ah?, ¡S-Stuart!-le respondio sin pensarla mucho, pues aun seguía un poco asustado por la cara de demonio que ahora observabandolo.

-¡ooh, no es un mal nombre, para un idiota retrasado como tu, jaja!-el mencionado solo atinaba a reir nerviosamente-¡mmh, no es malo, peero, creo que después de un tiempo se me olvidará, tanto tu nombre como el hecho de que te conocí, y mejor alegrate, por que si te llegas a cruzar nuevamente en mi camino te irá peor que como en feria, carnal!-le miraba perversamente, dejando entrever aquella unica cosa que lo distinguía de un humano "normal", su larga y mordaz lengua de serpiente.

-¡a, ja, ja, s-si, ya te entendi! [¡cielos, no sabía que había personas tan vulgares y macabras como este chico en este extraño universo de locos!]

Sin duda su extraña intuición enfermiza había dado en el clavo hoy; no solo el clima estaría en su contra, también la sociedad, quien con semejante tipo entrando tan de repente a su vida, tendría que aprender a salvarse su propio pellejo el mismo cada vez que anduviese lejos de sus amigos (siendo que el grandulon de Russel siempre trataba de mantenerlo fuera de los peligros que la naturaleza le deparaba diariamente, cuidándole las espaldas).

Continuaron cruzando palabras durante un buen rato, sin contar que serían interrumpidos por la aparición de la prefecta, quien venía acompañada de un chico, aparentemente no bien recibido en esa habitación, y eso lo notó el peliazul al verle la cara de burla al satanista.

-¡Vaya, vaya, al fin lograron acabar con el problema!-le sonreía desafiante, y el susodicho le sonrió pero de oreja a oreja. Se trataba de un chico de estatura mayor a la de ambos chicos; de complexión robusta, y cara de "estupido niñito inocente"

-¡Yo creo que no, señor satanista!-con eso se refería a que el problema era él.

-¡¿Qué dijiste?, ¡Yo te voy a enseñar quien es el culpable aquí, maldito pedazo de animal!- se tronaba los dedos, mientras se saboreaba con la lengua y una risita macabra la posible victoria que tendría.

Y mientras comenzaba a nacer un aura oscura entre ambos sujetos, del otro lado, mas al fondo de la habitación, se veía un peli azul muy asustado, tratando de evitar que el satanista hiciera algo "malo" con el "pobre" chico; muy alterado, pero con determinación en su cara fue como decidió acercarse al mayor y comenzó a detenerlo de los hombros.

-¡Eh…chicos, s-se podrían calmar po-por favor!-reía nervioso y temeroso.

-¡No te metas donde no te llaman, face-ache, hazte a un lado o si no a ti también te costará!

Quiso detenerlo, pero no pudiendo hacerlo mejor retrocedió, aunque desafortunadamente no fue lo suficiente, pues tremenda bola de humo se lo llevó a él también; cuando Murdoc iba a darle el "golpe final" al otro chico, sin esperarselo se lo dio a Stuart, mandandolo a volar y dejandolo inconsciente al golpearse con la pared de enfrente de la banca.

-¡Ay, Satán!—al darse cuenta del daño que había cometido caminó hacia donde el peli azul y trató de despertarlo antes de que alguien lo supiera, desafortunadamente el chico no respondía...

-¡Oe, face-ache, levanta!

-¡Uy, creo que ya cavaste tu propia tumba, amigo!

-¡Tu cierra la boca y ayudame a despertarlo, idiota!

Ambos le daban de palmaditas en la cara, y ni con un salpicón de agua lograban despertarlo. Hasta que para su mala suerte llegan la prefecta y la enfermera, descubriendo el cuerpo de Stuart en el suelo y a Murdoc en el acto como si fuera a golpearlo con el puño, sosteniendolo del cuello de la blanca camisa y con el puño mismo en el aire.

-¡Señor Niccals!—le llamaba la atención la prefecta.

-¡Ya se armó la gorda!—decia para sus adentros, fingiendo demencia con una sonrisa en la cara dirigida a las dos mujeres, mientras se levantaba del suelo y se sacudía, poniéndole cara de muérete al otro.

Para mala suerte del moreno, como castigo por haber lastimado de semejante manera al peli azul (con tremendo golpazo en el rostro terminó por dejarlo semi ciego, sin un ojo) se quedó a cargo cumpliendo 3000 horas, lo que contaría como su servicio social; eso era una ventaja porque terminaría mas rápido con los deberes escolares de lo que pensaba, pero era desventaja también porque nunca antes había cuidado de alguien que no fuese él mismo.

Y aquí es donde comienza la historia de nuestros dos amigos, uniendo sus vidas un lamentable accidente dentro de la enfermería de la institución St. Wilfred…