Disclamer: Ninguno de los personajes o luagres me pertenecen, todos son de Jo y su inmesa imaginación.
Porque yo ténía que escibir algo de Ginny, y se ve tan tierna junto a Neville que no me pude resistir a escribir algo de ellos. 538 palabras, un fic sin sentido.Una vuelta, un pisotón, un torpe "Lo siento Ginny, otra vez", respondido con un tranquilo "No te preocupes, Neville".
La melena pelirroja que caía por la espalda de la menor de los Weasley, con su cabella apoyada en el hombro de Neville. Descansando giro tras giro después de tanto brinco al compás de las brujas de Macbeth. Ginny curvó sus labios hacia arriba, mostrando sus dientes, agradeciendo en silencio a Neville por haberla invitado.
Pero algo en ella estaba diferente, según Neville. Su pelo nunca había sido tan rojo, ni sus pecas tan numerosas. Neville nunca la pareció ver a Ginny tan Weasley.
Y sonrió.
Se alegró de haberla invitado al baile de navidad, justo después de haberla encontrado con ojos tristes mirando desde una punta del comedor como a Harry se le caía la baba por la oriental.
Se puso feliz, pues los gemelos no lo habían golpeado por bailar con su hermanita menor, al contario un "Qué bueno que la enana pudo venir a divertirse" dicho por Fred cortó la tensión, y un "Si, pero que conste que sigue siendo nuestra hermanita. Que no se te pase la mano con ella, ¿Eh, Neville?"
Con sus manos en su cintura y los suaves labios de la pelirroja sobre los suyos, que con las mejillas sonrosadas lo había mirado tímidamente, ocultando su personalidad chispeante, Neville no puedo dejar de sentirse dichoso.
Porque al fin alguien lo veía como Neville y no como un Longbottom, porque la abuela no le estaba recordando que debía ser más como Frank, que no estaba Snape asustándolo mientras le decía que era un inútil. Por un momento dejo de ser el chico casi Squib que usaba la varita de su padre, para convertirse en un adolescente torpe cualquiera que adoraba las plantas y reía divertido junto a una chica genial de Gryffindor (que aparte, era la hermanita menor de uno de sus amigos, ¿un poco cliché, tal vez?)
Entonces sintió lástima por Harry, que la tenía enamorada de él y no le prestaba atención. Que a pesar de ser el uno de los campeones del torneo, temía hablarle a una chica (más incluso que él mismo) y bailar con ella.
Y por Ron, que por estupidez había olvidado (y después decían que él era el que necesitaba una recordadora) que Hermione era una chica y que tenía los dientes más pequeños, que tenía un corazón de oro y que su cabello enmarañado le quedaba hasta bien; y terminaba dando furiosas miradas al búlgaro Victor Krum desde una mesa casi vacía, con la noche arruinada.
Neville tomó una vez más la pequeña mano de Ginny, llevándola hasta la pista de baile, donde después de algunas miradas furtivas, bastantes pisotones y demasiadas risas despreocupadas, podrían terminar de buena forma la velada.
Porque no eran pareja oficial, pues Ginny había danzado un rato con Michael Corner y Neville se había pasado un buen rato hablando con Hannah Abbot, pero se la estaban pasando genial.
(Aunque eso no evitaba que Ginny tuviera que poner al día siguiente los pies en agua caliente por el dolor, o que Neville llegara sin aire a su dormitorio, con los zapatos colgados al cuello ante las risas de Dean y Seamus).
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