Te dejo libre… porque te amo
Simplemente nadie lo creería. Aquel amor tan bello y puro que tenía tiempo se había derrumbado en un segundo. Tras una sola palabra: terminamos.
Agasha quería correr a los brazos de su bello caballero pero este la esquivaba al igual que las primeras veces que la florista intentaba acercarse a él. Sus acciones le partían más el corazón y esa mirada cobalto tan penetrante la estaba haciendo pedazos.
-Ya te lo dije Agasha. No lo hagas más difícil.- sentenció severo el caballero de Piscis.
Agasha… hace tanto que no escuchaba su nombre de su boca, en todos esos meses que estuvieron juntos su nombre había cambiado por "amor". Se escuchaba tan dulce cuando Albafica se lo pronunciaba, tan sincero.
-Pero yo quiero seguir contigo…- habló con gran dificultad la castaña.
-Que no, Agasha- volvió a utilizar ese tono tan gélido, dando un paso hacia atrás luego de que la florista hubiese dado un paso hacia enfrente. Albafica se había dejado acariciar por ella siempre que el santo terminara de revisar meticulosamente su cuerpo varonil para cerciorarse que no tuviese alguna herida que le pudiera sangrar.
Tenían poco más de dos semanas sin mirarse puesto que el santo estaba bastante ocupado con los planes de la Guerra Santa y su tiempo era completamente nulo a tal grado que pasaba incluso días sin poder dormir bien.
-Pero yo… te amo…- soltó Agasha hecha un mar de lágrimas.
Albafica se quedó en silencio, apretando los puños con fuerza por esa ansiedad recorriendo su cuerpo.
No aguantó más.
Caminó rápidamente hasta la joven y la atacó con un ferviente beso. Ese beso que sería el último. Ese beso que sabía a despedida.
-Entiéndelo Agasha- habló con voz suave- la guerra contra Hades está consumiendo todo mi tiempo y estoy bajo una gran presión, a demás que aun me preocupa demasiado lastimarte con mi sangre. Debes de buscar a alguien que no cargue con ese tipo de responsabilidades, alguien con una vida normal, sin veneno en el cuerpo.- Finalizó.
-No…- murmuró la castaña abrazando con fuerza el cuello de Albafica, quien se dejó y abrazó la cintura de ella- contigo es suficiente, eres con quien quiero estar a tu lado…
-No Agasha, no puedo dejar que estés a mi lado- se separó de aquel abrazo- te amo Agasha, te amo tanto…- hizo una pequeña pausa- eres tan bella, linda… y porque te amo dejaré que seas libre para que no sufras junto conmigo.
-Pero yo daría lo que fuera por estar con usted…- volvió a caminar hacia el bello santo pero este se lo prohibió poniendo una de sus manos frente a ella en señal que se detuviera.
-Pero yo no quiero.
Esas palabras fueron una daga para el corazón de la florista.
-Quiero que lo comprendas- volvió a hablar Albafica- nosotros los santos de Athena no debemos tener ni un tipo de relación amorosa por obvias razones… y solo Shion y yo rompimos esa regla.
Agasha se mantuvo en completo silencio con la mirada clavada en el suelo.
Lo último que sintió, fue un beso en la frente, y al levantar la mirada lo único que pudo ver fue la silueta de Albafica alejarse hasta desaparecer en la distancia.
El caballero de Piscis nunca dejaría de amarla y lo haría por siempre. Por eso la dejó libre… porque no quería que sufriera en caso de que él fuera a perder la vida en la guerra, por las largas ausencias o ese aun pequeño temor de envenenarla con su tóxica sangre…la dejó libre porque la ama…
Otro pequeño drabble. Quería usar mi pareja favorita DM y Helena pero me pareció mejor este par.
No me encuentro bien sentimentalmente y encontré refugio aquí haciendo esta pequeña historia.
No creo actualizar pronto "más fácil llega al sol" por lo mismo. Disculpen las molestias.
