The Way Back

Su llanto era silencioso, apenas audible en la habitación en penumbras. Sus ojos miel derramaban pesadas lágrimas mojando en el proceso sus mejillas rojas y dejando un rastro salino en el proceso, pero ¿Qué importaba eso? Ella no estaba bien.

Se sentía rota...

Estaba rota.

Por una parte estaba lo que su mente decía, esto es lo mejor, esto es lo que se suponía tenía que pasar, esto está "bien"; y por otro lado estaba lo que su corazón le hacía sentir, un dolor que le impedía respirar, que hacía que la sola imagen de su rostro, el sonido vago de su voz e incluso el recuerdo le oprimía el pecho de una forma dolorosa.

Él chocó contra ella y ahora no era fácil olvidar, ella conoció otra faceta de él y el recuerdo no estaba siendo de ayuda justo ahora. ¿Cómo sabré cuál es el verdadero? ¿Cuántas caras tienes? Él iba jactándose de conocerla, entenderla y leerla sin el más mínimo esfuerzo, y no podía negar que fue así desde el comienzo sin dudar, pero no lo reconocería, jamás lo haría, ya no había oportunidad.

El sonido de la puerta le alarmó, contuvo los espasmos lo más que pudo antes de escuchar las prendas caer al suelo y sentir la cama ceder ante el peso del hombre trabajo ella, Light había vuelto y ella no podía hacer más que hacer uso de sus dotes de buena actriz para encararlo.

–¿Cómo fueron las cosas? –preguntó agradeciendo la falta de luz que delatara su llanto anterior.

–De acuerdo al plan –fue la corta contestación del castaño antes de erigirse y salir de la habitación.

Light no regresaría a la habitación, nunca lo hacía…

Y él tampoco lo hará

Era estúpido pensar que se había enamorado de un hombre tan peculiar como él, que había disfrutado de su compañía e incluso que había comenzado a pensar en un futuro a su lado, era simplemente estúpido.

–¿Cuántas caras tienes? –había preguntado en su último encuentro y Él se marchó sin mediar otra palabra con ella.

Ahora sabía la respuesta a su incógnita, Él solo tenía una, la de ese niño curioso que salvaba a los débiles sin siquiera notarlo, que castigaba a los malos por el puro placer de encontrar un desafío a su intelecto, Él intentó ser su salvador y su verdugo, y ella se enamoró de Él.

–Conoces el camino de regreso Amane, y te aconsejaría tenerlo presente –fueron las palabras que Él pronunció en una charla casual acusandola de ser cómplice de un asesino.

La verdad era que ella no conocía el camino, ni para ese tonto amor de adolescente, ni para ese amor extraño, ni mucho menos para este dolor desgarrador. Cuánto desearía que sus palabras fuesen ciertas.

Con las lágrimas aún deslizándose por sus mejillas y los espasmos siendo las esporádicos ella encontró una similitud entre lo que la razón y su corazón le dictaba, porque aún partida en dos podía llegar a una conclusión, no había un lugar al cual correr y esconderse de ese dolor infernal. Había dejado que el chocase contra ella, cuán difícil era ahora encontrar el camino de regreso a lo que fue antes de conocerlo, a ser esa chica plástica e ingenua.

Y tirada sobre su cama, Misa deseo encontrar el camino de regreso hasta el momento en que L Lawliet murió en manos de Kira.

Notas de la autora:

1.-Debería pensar en hacer trabajos más extensos… pero esto fue lo que salió, espero les guste y me digan que les pareció.

2.- Agradezco a quienes leen y un poquito más a quienes dejan review.

3.- Personajes de Tsugumi Ōba, historia mía, sin más me despido, cuidense y sayonara.