Los ojos de los individuos del aula eran enormes. Habían incrementado su tamaño por lo que había pasado. Todos atónitos y con el corazón martillando contra su pecho.
Nadie se atrevía a dejar salir ningún sonido de su boca o hacer ningún ruido. Ellos primero lo observaron, sin saber que decir, solo mirándolo de forma incrédula por lo que había hecho, por supuesto accidentalmente, porque no había forma de que sea a propósito.
Estos lo siguieron mirando. Hasta el momento donde el aludido alzó la mirada mostrando la furia en sus ojos como una amenaza silenciosa.
Inmediatamente todos dejaron de observarlo. Nadie hablaba, nadie se atrevía a hablar. El silencio dominaba el lugar. Uno que seguía durando luego de pasados unos minutos. Al rato volvieron a retomar sus actividades sin decir ni una palabra.
Pues claro nadie se atrevía a comentar que Sasuke se había tirado un pedo.
