Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Vengo así rapidito, tomándome un breve descanso de mi trabajo (ya saben es cierre de mes y es cuando más trabajo hay, gracias a Dios se termina mañana). Espero les guste, es una locura del universo SNK, intentando no salirme demasiado de las personalidades de los personajes (bueno, excepto Eren, que me quedó más suicida que lo normal, je).
Siento que me han castigado por estar ausente, o será que ya no escribo tan bien como antes je. Lamento haber dejado tanto tiempo de espera en mis historias, lo cierto es que estoy con un tiempo más que reducido, de hecho duermo entr horas por día, excepto el fin de semana que si mis hijos me dejan me recupero un poco.
Como sea, extraño sus reviews, para mi fanfiction siempre será mi primer amor, aunque en Wattpad no dejo recibir comentarios de todo tipo, siempre el primer amor es el primer amor... Ojalá les guste, y si me lo quieren decir, yo seré la mujer más feliz...
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de la autoría de Isayama Hajime, esto sin fines de lucro, así que viejo... no te enojes.
Advertencias: Nada, mucha risa, palabras altisonantes, contenido vulgar, charlas de adultos (?), eso es todo.
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"El primer amor es una pequeña locura y
una gran curiosidad"
George Bernard Shaw
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—Capitán… yo… eh, eh… yo…
Levi lo miró aburridamente, con los brazos cruzados, mientras mentalmente iba repasando los ejercicios que daría para el entrenamiento. No entendía por qué el mocoso estaba tan rojo. ¿Habría corrido antes? ¿Se estaba cagando? ¿Quedaba té?
—Capitán…
¿Cuántas veces iba a decir "capitán"? Iba a soltar un suspiro pero se contuvo, no sería adecuado, además el chico parecía incómodo, o algo por el estilo, ¿tendría un pedo atravesado que no podía salir? ¿Tal vez un tronco de mierda? Eso parecía al menos.
—U-usted… m-me… gusta… gusta…
… … … Recalculando…
— ¿Disculpa? –a Levi no se le movió ni una ceja.
—L-lo siento, lo siento, no debí decir eso, pe-pero es que… es que… sentía que iba a explotar si no se lo decía –el capitán se alarmó, ¿explotar? ¿Se iba a transformar en titán? ¿Qué carajo?-. Lo siento, me retiro.
Levi miró arriba y al fin soltó el suspiro que venía reteniendo. ¿Había una gotera en el techo?
—0—
Tres días después, despacho del capitán Levi, centro de operaciones estratégicas del escuadrón 104:
—Leviiii –dijo Hanji con frustración mientras los ojos se le llenaban de pequeñas lagrimitas-. Es taaaaan lindo, taaaan bueno… ah, me tiene caliente.
—Tch, no me hables de tus aumentos de temperatura Hanji, es asqueroso.
—Sólo míralo, aaaah –decía mientras observaba por la pequeña ventana de la oficina del capitán-. Es perfecto, pefecto… Anoche tuve un sueño… erótico.
—Basta Hanji, en serio, no te lo advertiré de nuevo. Abres la boca para decir otra de tus sandeces y te lleno el culo a patadas. No me desconcentres tengo que entregar este informe al gigantón en una hora.
—Eres tan jodidamente aburrido, Levi… eres como un pedazo de corcho flotando en la marea.
— ¿Qué? No sé de qué carajos hablas, anteojuda, me mareas.
— ¿Nunca tienes sueños húmedos, no te pones duro con nada?
Levi escribió un poco más como si la líder no existiera.
—Es taaaan guapoo, uuuggh.
—Ya basta, eso es acoso sexual, no puedes tener una relación con un cadete. Eres líder de escuadrón.
—Eres taaaaaan aaaaabuuuuurrriiiiiiiidooooooo. Uuuf… ¿alguna vez te gustó alguien Levi?
— ¿Gustar? ¿Qué carajos es gustar? Como… ¿cómo entrena alguien, o mata titanes o algo así?
—No, que te gusta su cuerpo, su forma de hablar, de pensar, como huele, eso, que te gusta.
—Gustar… mmm… -completó uno de los formularios de ingreso de los cadetes y a su mente le llegaron de nuevo ciertas palabras: "Capitán, usted me gusta… gusta". Largó la lapicera y parpadeó un poco… Naaaa, de ninguna manera, no podía ser eso, ¿era eso?
— ¿Te acordaste de algo, Levi? –Hanji se sentó frente a él mirándolo burlonamente.
—No, nada, déjame terminar esto y deja de acosar a Moblit.
—Yo creo que a él le gusta que lo acose, todo el tiempo está enviándome indirectas. ¿A ti te gusta Erwin, no?
— ¿Qué? ¿Tienes mierda en la cabeza? –Levi frunció el ceño muy molesto-. ¿Por qué me gustaría ese rubio con cejas tamaño sandías?
—Bueno entonces, ¿qué clase de personas te gustan?
—Mmm… me gustan las personas altas.
—Como Erwin.
—Solo dilo una puta vez más y te arranco los globos oculares, maldita.
—Ya, ya, solo era una suposición.
—Pues supones mal.
— ¿Aparte de altos? ¿Algo más? ¿Hombres, mujeres?
— ¡Joder! ¿Me dejas hacer el maldito informe?
— ¿Hubo alguna señora Ackerman en tu vida, mmm? ¿Cómo se llamaba tu última novia o novio?
—Nunca tuve algo como eso –Hanji abrió grande sus ojos-. Como si tuviera tiempo, los malditos titanes no me dejan ni dormir, ¿en qué puto tiempo yo podría pensar en algo así? ¿Para qué? Todos terminarán muertos de una manera u otra.
—Vaya, ese es un pensamiento muy pesimista… Pero ya que de todas formas vamos a morir, sea por un titán o no, yo creo que no hay que perder el tiempo y aprovechar… ¿De verdad nunca te pones duro con nada?
—Con calambres –respondió casi automáticamente mientras seguía escribiendo. Hanji suspiró.
— ¿Cómo será hacerlo con un titán?
— ¡Joder! –Se exaltó Levi mirándola con ira-, ¿y ahora qué idioteces dices? ¡Por todos los cloros, estás más loca que una cabra!
—Bueno, es obvio que con un titán no se puede, no tienen órganos sexuales. ¡Ah, pero…! Eren es un titán, ¿no? –Levi la miró muy seriamente-. Ya, no estoy pensando en hacerlo con Eren, aunque me intriga saber… si se excita… ¿se convertiría en titán al venirse? Tal vez debería pedirle que se masturbe para ver su reacción.
—No molestes al chico, y no creo que lograra venirse si tú lo estás mirando con tus ojos de lunática. En serio, Han, no estoy jodiendo, deja al cadete en paz, no permitiré que hagas esa clase de experimentos con él.
— ¿Por qué no? Es para fines científicos.
—Has rebelado tus verdaderas intenciones, así que no juegues conmigo a que tus intereses son científicos, loca insensata.
—No hables mal de mí, Levi, hemos aprendido mucho con el estudio de los titanes. Pero volviendo al asunto de los novios… ¿en serio nunca tuviste una relación con nadie? –Levi no le respondió-, ¿ni si quiera ocasional? ¿Prostitutas, chicas de paso, alguna recluta que se te confesara?
Levi detuvo su escritura y frunció el ceño.
— ¡Lo sabía! ¿Se te confesaron, verdad?
—En una posición como la mía y con esa maldita reputación, que se ha desparramado como reguero de pólvora, de que soy el soldado más fuerte de la humanidad o lo que sea, es obvio que me han llovido toda clase de confesiones, idiota. Pero el reglamento dic-
— ¡Ya lo sé! Pero a veces uno puede… mmm, uno debería poder… hacer alguna clase de excepción. Yo la haré si Moblit está de acuerdo.
—No te aproveches de tu puesto, Hanji, si ese joven se acerca por sus propios medios es otra cosa, pero no te atrevas a atosigarlo.
—Eso lo dice un treintañero solterón que nunca tuvo la dicha de experimentar las delicias de tener sexo, por lo que tu opinión no cuenta. Ya verás lo feliz que estará ese joven si le doy una oportunidad.
—Ni que fueras tan buena –agregó el capitán por lo bajo volviendo su mirada a los papeles.
—Tú no sabes nada… ¡cof-virgen-cof!… pfff –replicó la líder con muy poco tacto.
— ¿Quieres que te saque el cerebro con mis navajas, anteojuda?
—Supongo que si supieran que además de fanático de la limpieza no tienes experiencia alguna en las artes amatorias, nadie se atrevería a confesarse contigo.
—Di lo que te plazca, sin experiencia y todo, se me han confesado más veces que tú.
—De qué sirve, nunca aprovechas nada, es un total desperdicio.
—No todos estamos tan urgidos por tener sexo.
—Tal vez… solo tienes miedo –esta vez el aura de Levi se puso absolutamente negra-. ¿Acerté?
—Yo no le tengo miedo a nada, idiota.
—No lo sé, tal vez tienes miedo de perder tu fuerza o… eres impotente.
— ¡Que no soy impotente!
— ¿En serio? ¿Cómo lo sabes?
—Ah, eh, porque yo… yo… No tengo por qué darte explicaciones, no soy impotente y ya.
—Bueno, tal vez sólo eres frígido.
— ¡Ya basta! Ni soy frígido, ni impotente.
—Demuéstralo.
— ¿Cómo mierda quieres que te lo demuestre? ¿No esperarás que me masturbe frente a ti, o sí?
—No, por Dios, no quiero tener pesadillas. ¿Pero porque no vas y simplemente gozas alguna vez? No te digo con uno de los cadetes, pero puedes ir al pueblo y buscar alguna mujer… o un hombre.
— ¿Cómo se supone que un hombre puede tener sexo con otro hombre? Ay que ver la cantidad de excremento que puede salir de tu boca a veces.
— ¿Acaso no lo sabes? Bueno, supongo que no, eres virgen, pero los hombres tienen sexo entre ellos, incluso me atrevería a decirte que son mucho más promiscuos que las mujeres. Dicen que es más fácil, porque no se tienen que cortejar tanto, y además no pueden quedar embarazados, te sorprenderías lo mucho que las personas tienen sexo estos días. Eso escuché… por ahí…
— ¿Para qué buscan tanto fornicar en primer lugar? –está vez había auténtica curiosidad en el capitán.
— ¡Levi! Eso te libera, te hace sentir taaaan bieeennn, y es una forma de aliviar el estrés. Muchos cadetes buscan hacerlo antes de las expediciones, para tener un alivio temporal, es lo normal, es parte de nuestras necesidades básicas. Aunque dudo que tú seas siquiera humano, eres tan… diferente a lo normal.
— ¿Necesidades básicas? Para mí las necesidades básicas con comer, cagar y dormir un poco.
—Te lo digo, Levi, que tendrías menos arrugas y sonreirías más si lo hicieras de tanto en tanto.
El capitán se llamó al silencio unos minutos. De ninguna manera, no le gustaba que lo toquen, y cualquier actividad, que no fuera luchar, que incluyera tocarse con otros le resultaba repugnante.
—Mi cuerpo es un templo, es el único que tengo y lo cuido como tal.
—Un templo muuuy aburrido y triste, si quieres mi opinión.
—No, no la quiero.
—Admítelo ya, tienes miedo. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Cuando lleve flores a tu tumba será tan triste, recordaré que moriste virgen.
— ¡Joder! Que eres un dolor en el culo cuando algo se te mete en la cabeza. ¿Y por qué carajos ya te estás imaginando que vas a mi tumba a dejar flores?
—Mira, ten sexo una vez, una sola vez, y si es taaan malo como dices te juro que yo… que yo… me comeré las correas del uniforme.
Levi la miró con los ojos brillando, Hanji se sintió emocionada, era como un experimento de su laboratorio, eso era… excitante.
—Te comerás las correas del uniforme, todas, y además te bañarás a diario durante un año entero.
— ¡Trato! –Dijo saltando de su asiento-, pero si tú pierdes… te le confiesas a Erwin.
— ¿Qué?
—Pongamos un tiempo o esto puede alargarse eternamente, a ver… un mes.
—No me jodas, ¿por qué mierda yo me le confesaría al cejón?
—Porque yo también tengo que tener algo que ganar, Levi.
— ¿Y qué carajos ganas tú si yo confieso algo que no siento?
—Porque es la presión que necesitas para cumplir con tu palabra. Bañarme a diario durante un año es mucho, que sean seis meses.
— ¿Sabes? Déjalo, ya no quiero verte comiendo nada, no sé ni para qué te hago caso en primer lugar.
— ¿Lo ves? Tienes miedo.
— ¡Joder, maldita sea! ¡Que no le temo a nada!
— ¿Entonces?
—Tres meses, dame tres meses, y sí, te bañarás durante un año a diario.
— ¡Trato!
—0—
¿Qué carajo había hecho? Todavía no podía creer como era que había terminado accediendo a eso. Bueno, tampoco era para morirse, era ir, hacerlo y ya. Pero el problema ahora era ver con quién hacerlo. Bueno, había un candidato, el chico titán, pero era un cadete, era hombre, aunque los hombres no se embarazaban, ni andaban llorando luego… pero era un adolescente, podía ser problemático, pero era lindo ¿no? ¿Qué? ¿Quién era lindo? Bueno, admitía que le gustaba su mirada, cuando ponía esa cara de loco fuera de sus cabales y decía "Tatakae", en esos momentos era como que algo le pasaba en la panza, y estaba seguro que no eran pedos.
Suspiró y se refregó las sienes. Tenía que apurarse, de ninguna manera dejaría que Hanji le ganara, y de ninguna manera se le confesaría a Erwin. Sí, lo quería y lo respetaba, pero para él era más como un hermano, nunca se había imaginado en una situación comprometida con su comandante. ¡Iugh! De solo pensarlo le parecía grotesco. Hablando de Roma…
— ¡Capitán! –dijo el cadete Jaeger mientras hacía el saludo correspondiente-. ¿Me mandó llamar?
—Así es, acompáñame, Eren, quiero hablar un par de cosas contigo.
—Sí, capitán –el joven fue por detrás de sus pasos, siempre lo dejaba al frente cuando caminaban cerca. Levi buscó una zona despejada detrás de las barracas y se giró para enfrentarlo con una terrible cara. Eren comenzó a transpirar sin poder evitarlo.
—Veamos, mocoso de mierda. Hace unos días me dijiste una cosa…
—Oh, e-eso… bueno… olvídelo por favor, no era mi intención importunarlo y-y-
—Cállate, pareces una gallina a punto de poner un huevo, habla con voz firme, detesto la gente que titubea. Además no tengas miedo de mí, no tengo motivos para rajarte un diente… ¿O los debería tener? –dijo mirándolo de manera asesina, Eren casi se mea los pantalones, casi.
—No, señor. Hice todo bien estos días.
—Eso es. Bueno, estuve pensando, pero quiero estar seguro de lo que escuché. Dijiste que te gusto o algo por el estilo, ¿verdad? –Eren asintió sin poder sostenerle la mirada-. ¿Eres consciente de que ambos somos hombres?
—S-sí… Sí, señor…
— ¿Y eso no te molesta? ¿Estás bien con eso? ¿Por qué no pruebas con la mocosa esa que está pegada a tu culo casi todo el día?
— ¿Mikasa?
—Esa.
—Mikasa es como una hermana para mí, yo… yo jamás podría verla con otros ojos, jamás…
— ¿Y a mí sí? –Levi relajó el semblante y se acercó dos pasos a Eren, que casi se mea de nuevo, de hecho se le aflojaron unas gotitas en los calzones.
—Sí, señor… usted, sí… y, perdóneme por esa impertinencia.
—Ya deja de pedir disculpas por algo que no se puede evitar. Bueno, como sea, parece que estás bastante seguro, pero solo por si las moscas, tú "gustar" es de… ¿capitán a cadete, de padre a hijo o de pareja?
—M-me gus-gusta de gustar… para pareja, señor –el joven estaba rojo que parecía lava hirviendo. Levi lo fulminó con la mirada unos momentos y al fin suspiró.
—Bueno, supongo que no hay remedio. Está bien Jaeger, hoy es tu día de suerte, seré tu pareja de ahora en adelante –Eren se puso pálido y lo miró con los ojos abiertos-. ¿Qué? ¿No querías eso, acaso? Tch, mocoso de mierda.
—Es… ¿es de verdad? –dijo con suave voz mientras temblaba un poco.
— ¿Acaso te parece que estoy jodiendo, pendejo? –el joven negó-. Bien, cuando terminemos de cenar sube a mi cuarto, hoy no dormirás en el sótano. Y por favor, sé discreto, esto es ilegal, eres menor, eres mi subordinado y para colmo de males eres un jodido titán, no tengo ganas de que vengan a investigarme o me encarcelen, ¿está eso claro?
—Sí… sí, capitán…
—Y también te me bañas bien, quiero que brilles de limpio, eso es todo.
Levi se fue a terminar con los papeleos del día. Bueno, las cosas habían sido relativamente fáciles. Ganarle a la anteojuda era pan comido.
Esa noche Eren apenas pudo probar bocado, estaba muy callado y concentrado en su sopa. Lo cual llamó un poco la atención de sus colegas y amigos, pero sólo dijo que estaba algo cansado. Apenas terminaron, esperó en un pasillo obscuro que todos se fueran a dormir. Temblando y con el corazón que se le salía del pecho, se fue hasta el cuarto de su capitán… ¿y ahora pareja?
Antes de que tocara a la puerta Levi abrió y de un ágil movimiento lo metió adentro de manera brusca. Luego cerró y puso pasador. Estaba ya sin el uniforme, con el consabido pantalón negro y una remera marrón algo holgada. Se cruzó de brazos y encaró al joven.
—Bueno, empecemos –dijo al fin.
— ¿Em-empecemos? ¿Empecemos qué?
— ¿Cómo qué? Sexo, claro está.
Eren se puso pálido y tuvo que apoyarse en la mesa que había a un costado. Levi enarcó una ceja.
— ¿Qué sucede?
—A-así, tan… tan de repente… es un poco rápido me parece –dijo mientras su frente se perlaba de sudor frío.
— ¿Qué esperabas? ¿No es eso lo que hacen las parejas?
—No… digo sí, también, pero antes de eso pasan muchas otras cosas.
— ¿Otras cosas? ¿Otras cosas como qué?
—Bu-bueno… yo… mucho no sé, pero esperaba que usted… como sea… ya sabe, b-be-besos… citas, e-esas cosas.
Levi frunció el ceño pensando un poco.
—No podemos tener citas, ya te dije que esto es ilegal, supongo que no está demás advertirte que absolutamente nadie puede saber lo que sucede entre nosotros. Pasemos esa parte de las citas y vamos a lo importante.
—Pe-pero… capitán… -exclamó Eren con decepción, mientras sus dedos se enredaban nerviosamente y sus ojos se aguaban un poco.
— ¡Bueno, ya, joder! Tú fuiste el que quería esto, ahora no chilles como niña en apuros. ¿Vamos a hacerlo sí o no?
Eren miró al suelo y se ruborizó por completo. Suspiró largo y tendido y finalmente lo miró con vergüenza y turbación.
—Está bien… si es lo que usted quiere… no me negaré…
—Me gusta tu actitud, Jaeger, ahora empecemos –se acercó unos pasos y Eren tembló un poco, pero se quedó estático frente al cadete-. Bueno, haz lo tuyo que yo te sigo –le dijo con voz firme.
— ¿Qué yo haga qué?
— ¡Joder! No me hagas repetir las cosas, ya sabes, lo del sexo, anda que no pienso perder toda la noche en esto, empieza.
— ¿Yo? ¿Yo primero?
— ¿Ves a alguien más? –Levi se estaba impacientando y lo miró con molestia.
—Es-está bien, pero sepa que es… bueno, no tengo casi experiencia en esto, así que disculpe si soy algo torpe.
—No te preocupes, te perdono –aceptó el capitán ladeando la cabeza.
—Bueno… creo que sería mejor empezar con… un… b-be… beso…
Levi se rascó la nuca.
— ¿Es necesario?
—Bueno, desde luego que lo es –ahora era el joven el que empezaba a cabrearse-. ¿Acaso espera que nos desnudemos y hagamos las cosas así sin más? Si no hay besos, no haré nada –se plantó inflando los cachetes. Al hombre esa mueca le pareció divertida y bonita, aunque infantil.
—De acuerdo, joder, nos besaremos, una vez… y sin lengua.
Eren abrió los ojos bien grande.
— ¿Una vez? ¿Sólo una vez?
— ¿Acaso hay una regla que diga que tienen que ser más?
—Capitán… usted es muy tacaño… -puchereó el joven y Levi casi que sonríe.
—Ya, niño llorón, ven y besa cuanto quieras, pero sin lengua.
Eren se le tiró encima al hombre y Levi casi se caga del susto.
— ¡Ah, capitán, es taaaan lindo! –comenzó a besarlo con breves besos en el cuello, mientras el otro intentaba esquivar la cara del joven.
— ¡No me digas lindo, carajo, o te romperé toda la mandíbula a patadas!
—Capitán, no sea malo –Eren suplicó con cara compungida-, usted dijo que aceptaba ser mi pareja –lo abrazó con fuerza apretándolo contra su pecho-, esto es lo que las parejas hacen.
—As-asqueroso… -se quejó el más bajo-. No me aprietes tanto, jo-joder…
Eren intentó levantarle la remera y Levi le asestó un cabezazo mientras se alejaba a un rincón y lo miraba asustado. Eren se sobó el mentón y lo miró dolido.
— ¿Qué intentas hacer, mocoso de mierda?
— ¿Cómo que qué intento hacer? ¿No fue usted acaso el que dijo que quería tener sexo en primer lugar? ¿Cómo se supone que lo haremos si estamos vestidos?
—No es necesario sacarse todo –contestó algo ruborizado-, sólo hay que sacarse lo necesario y ya.
—De acuerdo –accedió Eren con una asombrosa madurez mientras se acercaba de nuevo con semblante decidido y algo aterrador-. Ahora, sáquese los pantalones.
Levi se quedó mudo, lo que era mucho decir y tragó en seco.
— ¿Qué le pasa? Dijo que nos saquemos solo lo necesario –Eren tomó el cinto de su pantalón y comenzó a desprenderlo. Levi se aplastó contra la pared como una lagartija.
—Oi, oi, es-espera un poco…
—No, usted dijo que no íbamos a perder toda la noche aquí, así que si quiere que esto se haga rápido, quítese los pantalones y gírese.
— ¿Qué me gire?
—Sí, abra las piernas y levante un poco las caderas, me encargaré de prepararlo bien.
— ¿Perdón?
—Capitán, disculpe si esto lo ofende, pero usted luce como un virgen que no sabe lo que va a suceder a continuación.
Levi se ruborizó por completo y Eren abrió grande sus ojos.
—Escucha mocoso engreído, tal vez no sepa exactamente como carajos funciona esta mierda, pero eso no te da derecho a faltarme el respeto. Ahora dime exactamente para qué quieres que me gire y levante las caderas.
—Usted dijo que quería tener sexo, ¿verdad? Entre hombres solo hay un lugar que puede ser invadido en el cuerpo, dos si contamos la boca, ¿quiere que le explique el resto o puedo dejarlo a su libre interpretación?
La mente de Levi estalló, casi literalmente, al dar el alcance de las palabras del recluta.
—No me jodas, el único lugar que puede ser invadido… es el que se usa para tirar mierda…
—Bueno, con la higiene adecuada no debería ser un problema.
Levi se aferró a la pared una vez más porque las piernas le fallaron, mientras el rubor se mantenía en su rostro.
—Debe ser una broma…
—No, no lo es, pero no se preocupe capitán, con los cuidados adecuados se siente muy bien. Ya verá que le gustará.
— ¿Y desde cuando tú tienes tanta experiencia, eh? ¿Cuántas veces hiciste esto?
—Bu-bueno… casi… casi una.
— ¡Eres un maldito virgen!
—Sí, lo soy, pero al menos tengo una idea de lo que hay que hacer, ¿o acaso usted sabe?
—Espera, vamos a detenernos aquí un momento, cierra tu pantalón por favor –el hombre fue a sentarse a la cama tratando de procesar la nueva información. Eren se sentó a su lado mientras lo miraba de reojo-. ¿No hay otra manera?
—La anatomía masculina no ofrece muchas posibilidades… -dijo Eren apenado.
— ¿Y por qué yo debo ser el que ofrezca mi culo? –exclamó algo cabreado.
—Bueno, es lo natural, usted es más pequeño, bien formado, es el más fuerte, puede resistirlo.
—No estoy de acuerdo, tú te regeneras ¿no? Entonces no habrá problemas si eres tú.
—Hombre terco –dijo el joven algo molesto y Levi lo miró con reprobación-. Todo tiene que ser como usted quiere… Si me deja besarlo a mi antojo… entonces yo dejaré que usted vaya primero.
—Joder, tú y tus besos. Está bien.
Eren de nuevo se le tiró encima y comenzó a besarlo por todo el rostro con desesperación.
— ¡Ey, ey, despacio! ¿Qué eres? ¿Un perro?
—Deje de comportarse como un niño –le soltó ya cabreado-, pusimos las reglas, ahora cumpla con su parte.
—Sé más paciente, carajo.
Eren lo tomó del rostro y asentó sus ardientes labios sobre los del capitán, que parecía una figura de cartón de lo tenso que estaba. Era un bombardeo de sensaciones nuevas, incómodas, que le producían un mar de cosas en el estómago. Se dejó besar pero sin colaborar. Eren intentó sacarle los pantalones y el hombre estuvo en dos segundos en el rincón respirando agitado.
— ¿Y ahora qué?
—Mira, espera, espera, no puedo hacer esto. Te diré qué. Vamos a empezar despacio, tal vez… tal vez no sea lo más adecuado hacerlo así tan de repente.
Eren sonrió para sus adentros.
—Es lo normal –dijo compadeciéndose un poco y algo envalentonado de saber que el capitán nunca había estado en una situación así antes, ¡sería completamente suyo y de nadie más!-. No es necesario apresurarse, estas cosas… llevan su tiempo.
Se puso de pie y se acercó al capitán que intentaba no temblar ante su cercanía.
—Tal vez, deberíamos acostumbrarnos a estar más cerca, ¿está de acuerdo? ¿Podemos empezar con eso?
—Está bien –aceptó Levi tratando de retomar su compostura.
—Venga conmigo, sólo nos sentaremos y charlaremos un rato.
Se sentaron en la cama, Levi suspiró, esto era por lejos mucho más complicado que matar titanes. Ahora se daba cuenta el por qué Hanji estaba tan emocionada. Maldito orgullo de ceder antes sus propuestas.
— ¿Puedo tomar su mano? –preguntó Eren con suavidad.
—Está bien.
—Bueno, hablemos un poco –ofreció el chico titán.
— ¿De qué carajos quieres hablar?
—Cuénteme algo de usted… siempre quise saber… las cosas que le gustan, las que lo molestan, alguna anécdota de su infancia… no lo sé, lo que usted quiera.
Levi pensó un poco, no le gustaba hablar sobre sí mismo, y mucho menos de su infancia. Pero tenía que ceder un poco o las cosas no avanzarían.
—Bueno… me… me gustan las escobas… y los plumeros… pero no cualquier plumero, me gustan esos de tiras de estopa que son inflados, esos limpian bien. Los de pluma se llenan de polvo –Eren sonrió mientras lo miraba embobado-, me gusta el jabón blanco de lavar, la lejía, el desinfectante, el olor a limones, me gusta que los vidrios estén bien limpios para que la luz entre bien y se vea el paisaje de afuera sin manchas. No… no me gusta mucho que me toquen… Pero haré una excepción contigo, sólo no me atosigues, eso me molesta demasiado, y cuando algo me molesta suelo reaccionar con violencia. Siento haberte golpeado, es que me tomaste por sorpresa… Bueno, ahora tú…
—Está bien, a mi… a mí me gusta el capitán…
—¿Puedo saber por qué te gusto, eh? Además de que estoy algo grande para ti –la culpa se filtró por el pecho de Levi.
—La edad no importa en el amor… eso decía mi madre, mi padre le llevaba diez años. Como sea, usted me gusta porque… yo lo admiro. He visto su desempeño en las exploraciones al exterior, siempre está atento al escuadrón, a diferencia del comandante, no se limita únicamente a seguir sus órdenes, intenta hasta lo imposible para que nadie salga lastimado, usted tiene un fuerte instinto protector, ¿verdad?
—No lo sé, no es como si lo hiciera a propósito…
—A pesar de todo lo que ha sufrido, no deja de luchar, su espíritu de lucha es algo que yo tengo siempre presente. Es un ejemplo para todos, es el ideal de soldado –Levi se ruborizó levemente ante tantos halagos juntos, era algo molesto, pero a la vez… cálido-. Usted limpia tan bien… me refiero a que hace las cosas con el mayor de los ahíncos, poniendo todo de sí mismo… Ah… yo, solo soy un mocoso que no sabe mucho de la vida, pero… Cuando estoy cerca suyo, mi corazón –su mano subió hasta su pecho donde apretó en la zona-, es como si quisiera huir de mi cuerpo, no sé cómo explicarlo en palabras… Siento que… debajo de toda esa fachada de hombre rudo y sin alma –Levi hizo un mohín con la nariz-, hay una persona muy cálida, que simplemente está esperando que la amen.
—Joder, ¿cómo llegas a una conclusión de ese calibre? Lamento decepcionarte pero el objetivo de mi vida no es enamorarme. Para nada. Mi objetivo es acabar con todos esos titanes de mierda… Los que son enemigos de la humanidad quiero decir –agregó lo último con un tono más suave.
—Entonces… ¿por qué aceptó mi propuesta? –Eren lo miró algo herido en su orgullo-. Usted… ¿siente algo por mí capitán?
Levi se quedó mudo por largos minutos, intentando formular una respuesta para eso, y Eren esperó pacientemente.
—Bueno… no me eres indiferente… a veces creo que… tu mirada es interesante…
Eren casi se larga a llorar de la felicidad, en el tosco lenguaje que empleaba el hombre, esa frase tomaba significados asombrosos en su cabeza y en su corazón.
— ¿Puedo besarlo, por favor?
Levi lo miró de reojo y suspiró largamente. No contestó, y el cadete tampoco esperó que lo hiciera. Se acercó muy lento y esta vez lo besó con los ojos cerrados, imprimiéndole el mayor significado posible. El hombre tuvo que admitir que algo se removió dentro de él, y que sentir otros labios de esa manera, era algo por demás de agradable.
Hasta muy entrada la noche estuvieron conversando afablemente. Eren le contó muchas anécdotas de cuando vivía en Shiganshina, y de cómo aprendió muchas cosas de medicina de su padre, de lo linda pero también estricta que era su madre, y de divertidas aventuras infantiles entre Mikasa, él y Armin. Cuando lo vio bostezar con ganas le dijo que se fuera a descansar, no sin antes darle una de sus frazadas.
—Toma, debe sentirse helado allá abajo –luego salió por detrás del chico.
—Capitán, ¿usted no va a acostarse? ¿No tiene sueño?
—Debo vigilarte, y no te preocupes, yo no duermo en cama, duermo en la silla, ya estoy acostumbrado.
— ¿Pero su cuerpo no le duele? –dijo Eren con asombro.
—Ya te dije que estoy acostumbrado. Las camas son molestas, están llenas de polvo… y de malos recuerdos…
Eren agachó la cabeza, sopesando las palabras de Levi, y antes de entrar al calabozo lo abrazó con ganas, esta vez el hombre no huyó, tampoco corrió la cara cuando depositó un casto beso en sus finos labios.
—Gracias, capitán, por todo. Espero descanse, debería descansar, se lo merece.
—Mocoso molesto. Esto estuvo bien. ¿Vendrás a mi cuarto mañana? –dijo cruzando los brazos y poniendo su apático semblante, como si no le importara en verdad la respuesta.
—Claro que sí –respondió Eren de inmediato con alegría, el hombre cerró con llave la reja y fue a sentarse mientras se servía té negro caliente del termo que había preparado previamente.
Eren se durmió con una amplia sonrisa.
—Tch, mocoso lindo –susurró muy despacio.
—0—
—Por cierto, anteojuda –dijo Levi mientras llenaba otros cientos de informes-. Ya tuve sexo.
— ¿Quéeeee? ¿De verdad? ¿CON QUIEN? ¿Con Erwin? –aire caliente salía de sus fosas nasales y Levi la miró como si fuera un bicho raro… bueno, era un bicho raro de por sí.
— ¿Se puede saber por qué mierda me sigues emparejando con ese inspector de edificios? ¡Que no es Erwin, joder!
—Ooohhh… -exclamó con decepción-. Yo los shippeaba, pero como sea, ¿con quién fue?
—Se dice el pecado, no el pecador –acotó Levi con tono sabiondo.
—No mames, Levi, si no me dices con quien, donde, a qué hora cuantas veces y de qué manera, no te creeré en absoluto. ¿Hombre o mujer?
—Indefinido.
— ¡Levi!
— ¡Aaarrgh, qué molesta! Hombre.
— ¡Oh por Diosssss! –A Hanji le salían estrellas por los ojos y comenzó a babearse-. ¡LO SABIA, LO SABÍA, LO SABÍIIAAAAAAA! ¡GRACIAS DIOS, GRACIASSSS! –Levi comenzó a mirarla con miedo-. Ya, ya, me calmo, me calmo, uuuufff… Esto es mucho para mi cuerpo… bien, entonces… es un hombre. ¿Y quién fue el activo, eh? –sus ojos comenzaron a brillar de nuevo.
— ¿Activo?
—Ya sabes, el que la puso, el que puso la salchicha en el pan, je, je, je. El que peló su pichil-
— ¡Ya entendí, carajo! Y luego Erwin dice que mi boca es una cloaca, bien que te portas como una dama delante del cejón, desgraciada. Por supuesto que yo lo fui –dijo con cierto aire de suficiencia.
— ¿Y cuantas veces?
—Eh… unas tres –Levi trataba de sonar seguro, pero algo en Hanji le pedía que siguiera presionando.
— ¿La primera vez? Así, tres, como si nada.
—Bueno tú pediste detalles.
—Supongo que… buscaré al culpable… -Hanji se puso de pie mirando por el vidrio de la ventana y observando a los reclutas. Justo llegó Eren con un té para el capitán.
—Heichou, te traje su tecito –aprovechando que Hanji estaba de espaldas tocó sutilmente la mano de Levi mientras lo miraba con cara de cachorro hambriento. El hombre no quitó su mano y le semi sonrió casi imperceptiblemente.
— ¿Oh, Jean está rengo? –preguntó la líder.
—Sí, esta mañana no podía caminar muy bien, dijo que ayer en las prácticas se lastimó las caderas al caer muy duro –explicó solícito el cadete.
— ¡Oooooooh! ¡Definitivamente es él! –Gritó Hanji tomando por sorpresa a los otros dos-. Levi, pero que pícaro resultaste.
— ¿A qué se refiere? –dijo Eren algo serio.
—Bueno, no puedo contarte en verdad, es un tema de adultos –habló la líder asentando sus manos en los hombros del capitán-. Quiero que me des los detalles.
—Estás entendiendo todo mal, anteojuda, en serio, no saques cualquier conclusión de tus locuras.
—Entonces dime quién.
— ¿Quién qué? –preguntó el de ojos verdes sin amedrentarse por dirigirse de esa manera a sus superiores.
—Eren, ¿qué sucede? ¿Por qué tanto interés en el cap… -Hanji se quedó sin palabras un momento y luego chilló como murciélago apretado por una puerta-. ¡Eres tú! –Dijo señalando al cadete-. No hay dudas, eres tú. Ayer no estuviste en tu calabozo hasta muy tarde, lo sé porque envié a Moblit a avisarte que tendríamos experimentos que hacer hoy.
-Eren, vete –indicó el capitán poniéndose de pie y mirando con aura asesina a Hanji.
— ¡Claro que no! Dime ya mismo cadete, es una orden, ¿estuviste con el capitán Levi anoche?
—Bue-bueno, am, eh… sí, u-un rato…
— ¿Tuviste sexo con él?
Eren se puso rojo por completo, mientras abría la boca abochornado.
— ¡Si serás desubicada, joder! No respondas Eren, y tú le pides disculpas por tu impertinencia.
—No hasta que me lo confirme, o no me comeré las correas.
—Por favor, líder, ¿de qué está hablando? –Eren no entendía nada.
—Una apuesta, si Levi tenía sexo hasta antes de tres mes-
— ¡Ya basta! –dijo Levi poniéndose de pie como un resorte, pero era tarde.
—Oh, ya veo… -dijo Eren completamente decepcionado-. Ese era el verdadero motivo… Disculpen, debo retirarme ahora…
— ¡Eren, oi, Eren! –El hombre salió tras sus pasos y lo detuvo en medio del pasillo agarrándolo del antebrazo-. Espera, esto… es un malentendido… yo…
— ¿Es verdad lo de la apuesta? –Preguntó el joven devastado, y Levi no pudo mentirle, por lo que no dijo nada-. Está bien, no se preocupe, yo entiendo –dijo tirando de su brazo-. Pensé que… usted de verdad… no importa… discúlpeme capitán, debo ir a los entrenamientos ahora. Con su permiso.
-0-
Voz de locutor:
¿Podrá el capitán Levi salir de este terrible aprieto?
¿Podremos convertir a la eruri Hanji en una fan ere-riren?
¿Quién será el activo finalmente?
¿Habrá continuación?
Todo esto y mucho más, no se lo pierda en el próximo capítulo en este mismo dial, aunque pero no sabemos cuándo…
¿Continuará?
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By Luna de Acero… con sueñooooo… zzz…
