La gente ya se había ido.

La ceremonia había sido corta, pero había asistido más gente de la esperada. No era que Draco no fuera una persona querida, pero todas las personas que lo querían estaban muertos, en Azkabán o refugiados. Pero ya no era importante la gente quien lo había querido, ni la que había ido. Nada de eso importaba ya. Draco se había ido. Lo había dejado solo.

El viento le helaba hasta los huesos, pero eso no le afectaba en lo más mínimo. Estaba parado frente a la lápida de la persona a la que más había amado. Estaba parado frente a la lápida de la persona que había sacrificado su vida por el.

Flash back

Estaban frente a frente, por fin la batalla final. Era ahora cuando iba a quedar marcado para siempre el futuro, no solo del mundo mágico, sino del muggle también.

-Por fin llegó el momento – Dijo una voz fría. – Aprovecha y mira alrededor tuyo, va a ser la última vez que veas algo. Es una lástima que tengas que morir, me encantaría que pudieses ver el mundo cuando esté en mis manos.

Harry no podía hablar, sería un gasto de energías innecesario.

El duelo se desató Media hora pasó y la lucha seguía. Voldemort estaba cansado y algo herido, pero Harry estaba tirado en el piso. Apenas podía respirar. La batalla estaba perdida, el mal había ganado. Le había fallado a todos.

-Avada Kedabra – Dijo finalmente Lord Voldemort con voz triunfante,

Harry tenía los ojos cerrados, acto reflejo que se hacía presente antes de que cualquier rayo lo tocase. Unos segundos pasaron y el rayo verde no llegaba, Abrió los ojos, so personas tiradas en frene suyo.

Alguien se había interpuesto en el camino del rayo, y había pasado lo mismo que hacía 18 años. El rayo había rebotado el amor había hecho el papel de escudo. Voldemort estaba muerto, y esta vez para siempre.

Pero el ojiverde no tenía ojos para la victoria. Todo lo que veía era el cuerpo inerte de a persona que lo había salvado. Draco Malfoy. No tenía esa cara horrorizada que tienen siempre las personas que mueren por esta maldición.. tenía una expresión que revelaba valentía, libertad y sobre todo amor.

Fin del Flash back

El no era un héroe. Draco si lo era, él había matado a Voldemort. Draco había dado su vida por el mundo. Draco se había sacrificado para que el viviera. ¿Pero que clase de vida podía vivir si él?

¿Cómo vivir después de ver el cuerpo de la persona a la que amas sin vida? Era una sensación tan rara. Estaba ahí, pero a la vez no estaba. Nunca se había cuestionado la muerte. Nunca le había parecido algo raro, hasta ahora.

No sabía como iba a poder continuar con su vida. Claro que estaban Hermione y Ron, que no había muerto en batalla, pero no era lo mismo. El amor que sentía por ellos estaba lejos de parecerse al que sentía por Draco.

Una vez más se pregunta la pregunta que tantas veces antes ya se había hecho: ¿Para que tener algo si se va a perder más tarde?

Y por primera vez le encontró una respuesta lo suficientemente convincente: Los recuerdos siempre quedan.

Sí. Estaba lleno de recuerdos.

Se miró la mano izquierda, tenía un anillo de plata. Se lo sacó y leyó la inscripción que tenía en su interior. "Por siempre a tu lado"

Rió con un risa irónica. Ese anillos solo lo había lleva do 6meses.

Flash back

Sabía que faltaba poco para la batalla, y por primera vez la temía. Por fin era completamente feliz, tenía todo lo que alguna vez había deseado y no lo quería perder.

Por este miedo a perderlo era que había tomado ese decisión. Era un poco apresurada, pero si no era ahora podría no serlo nunca.

Estaba más nervioso que nunca. Se había pasado la tarde entera arreglando la Sala de Menesteres y siempre encontraba un detalle que no lo terminaba de convencer. También. Le había pedido a Dobby que le preparara un cena elegante.

Estaba caminando de un lado a otro cuando Draco por fin entró a la habitación.

-Te pasaste Potter

-¿Qué? ¿No te gusta? –Pregunto el moreno con cara de corderito degollado.

-¡Me encanta! – Se acercó a Harry y le dio un tímido beso.

-Bueno, siéntate entonces.

Empezaron a comer. El silencio reinaba en la habitación. Muchas veces el rubio había tratado de iniciar una conversación, pero las respuestas de Harry era muy secas..

-¿Me vas a decir por qué estas tan tenso? –Preguntó finalmente un Draco ya malhumorado,

-¿Yo?¿Tenso? ¡No! Eh… bueno…

-¿Estas bien? –Preguntó el ojigris preocupado.

Harry no respondió. Se arrodilló frente a Draco, metió su mano en el bolsillo de su pantalón y sacó un estuche negro. Lo abrió y en su interior había un hermoso anillo de plata.

-Draco, ¿te gustaría casarte conmigo? No ahora. Después de la batalla. Por favor. Te amo.

-¿Estás hablando en serio? –El chico no cabía en su asombro.

-¡Mierda! Sabía que era muy apresurado. –Lagrimas ya se estaban asomando por los ojos verdes. No se había preparado para recibir una negativa. –Crepo que lo mejor sería que me vaya yendo…

-¡No! ¿Te vas a ir sin mi respuesta?

-¡¿Qué?!

-Harry, te amo. ¡Claro que acepto!

Días después Harry tenía un anillo idéntico al de Draco.

Fin del Flash back.

Recuerdos… ¿Y estos de que servían? Están ahí para burlarse. Para mostrar lo que perdimos y no podemos recuperar y lo que alguna vez vivimos que no se va a poder repetir. Para hacernos dar cuenta que nunca vamos a poder recuperar esa felicidad ya pasada

Las lágrimas empezaron a caer junto con la lluvia. Le asombró el echo de que todavía le quedaran, pensaba que estas alguna vez, después de mucho llorar, se agotaban.

Estaba agotado. Se dejó caer en el lodo. No le quedaban ni fuerzas ni ganas de vivir. ¿Cómo continuaría?

Deseaba estar muerto. Se odiaba. Por su culpa él estaba muerto. Todo aquél al que amaba se moría. ¿Por qué tenía que haberlo amado? ¿Por qué tenía que haberlo atado a su muerte?

El suicidio de repente se le antojo una buena idea. Pero un nuevo recuerdo vino a visitarlo y le hizo reanalizar su nueva resolución.

Esta era un recuerdo reciente, uno de una noche anterior a la muerte.

Flash back

Vio a Draco anotando algo en su diario. Siempre quiso leerlo, le intrigaba lo que pudiera estar escrito ahí.

La mirada penetrante en el rubio hizo que este levantara la mirada. Y viendo que el moreno no lo dejaba de ver cerró su diario y caminó hasta la cama seguido por Harry.

Estaban acostados, simplemente abrazándose, cada tanto un beso que se volvía algo pasional, pero era frenado para minutos después reempezarlo.

-Perdón.

-Estás perdonado… Pero ¿por qué?

-Es mi culpa que tengas que vivir todo esto. Si no fuera por mi no estarías metido en esta guerra.

-Nada de esto es culpa tuya, yo estoy acá porque yo lo decidí. Probablemente si no estaría acá estaría ya muerto. A parte, te amo. No quisiera estar en ningún otro lugar, aún si estar acá signifique una muerte segura.

-Tengo miedo –Dijo Harry después de unos segundos.

-No tengas miedo, de alguna forma u otra todo va a terminar saliendo bien. – Dijo el ubio mientras le sacaba un mechón negro de la cara y le daba un beso en la frente. –Y tampoco quiero que te culpes. Nada de esto es tu culpa. Nada.

-¿Qué haría sin ti Draco?

-

Así continuaron hablando la noche entera, llorando, riendo, abrazándose, en fin, amándose…

-Draco, prométeme que si algo me pasa vas a continuar con tu vida y vas a ser feliz.

-Harry… ¿Qué estas diciendo? Nada va a pasarte.

-Solo promételo.

-Pero… -La cara del moreno no daba opción a réplicas.

-Lo prometo…. Pero solo si tu prometes lo mismo.

-Nada te va a pasar….

-¡Yo lo prometí!

-Pero…

-…- Cara de enojo.

-Bueno.. Si eso es lo que quieres realmente te lo prometo. Pero igual nada va a pasarte, yo voy a protegerte.

-Te amo.

Continuaron así, abrazados. Viendo un posible último amanecer, preguntándose que sería del futuro.

Fin del Flash back

Draco le había prometido que todo iba a salir bien. ¿Por qué había roto la promesa?

El al igual que Draco había roto su palabra. Le había dicho que iba a protegerlo, y ahora él estaba muerto. ¿cómo podía ser tan idiota? ¿Cómo lo había podido dejar morir? ¿Por qué no evito que se metiera en el camino del rayo?

No se le ocurrió pensar que no había tenido forma de evitarlo. Aparte, siempre es más fácil culpar a alguien, aunque sea uno mismo a quién haya que culpar.

Tumbado en el suelo todavía y lleno de barro, llorando a más no poder se dio cuenta de su promesa. La última voluntad, se podría decir, de Draco. Le había prometido seguir con su vida y ser feliz y no pensaba romper su promesa, por lo menos esta la iba a cumplir, o por lo menos lo iba a intentar. Se lo debía.

Con mucho esfuerzo se levantó.

-Te amo, y siempre te amaré. No te preocupes por mi. Te hice una promesa, y esta vez no pienso faltar a mi palabra.

Trataba de calmarse, regular la respiración, parar el llanto, perro el dolor era simplemente demasiado grande. No podía soportarlo, era demasiado como para no explotar.

-¿Por qué me abandonaste? Dijiste que nada iba a pasarte. Yo te amaba, te sigo amando. Lo eras todo, todo para mí. ¿Por qué? –El llanto era histérico, incontrolable. El dolor en su más pura forma.

Cayó ora vez al lodo, respiró profundamente un par de veces y volvió al levantarse.

-Nunca te voy a olvidar.

-Miró por última vez la lápida, se secó los ojos con la manga de su camisa, pero en vano ya que las lágrimas resurgieron otra vez. Se dio vuelta, y muy lentamente, debatiendo internamente por si debí irse o quedarse un rato más, o tal vez para siempre salió del cementerio.

A lo lejos, y borrosa por las lágrimas vio una lechuza negra con plata acercándose. La reconoció enseguida. Era Ravus, la lechuza de Draco. Aterrizó sobre el hombro de Harry. Tenía un gran paquete atado a la pata. Un libro forrado de piel marrón, el diario de Draco.

Harry abrió el libro y una carta estaba entre la portada y la primera hoja. Estaba escrita con la letra más perfecta y hermosa antes vista.

"Harry: si te llega esto es que ya no estoy contigo. Nunca antes te dejé leer esto. Nunca había sido necesario. Pero ahora que no podemos vivir nada juntos, ni puedo decirte cuanto te amo, quiero que lo puedas leer cada día..

Perdón por no cumplir mi palabra. Daría lo que fuera por poder estar contigo por mucho tiempo más, y vivir todo lo mucho que nos falto.

Mi leoncillo, por favor no hagas ninguna locura. Vive la vida el doble. Por ti y por mí.

Nunca olvides todo lo que vivimos, ni olvides que alguien te quiso más que a su vida misma.

Con todo el amor que una persona es capaz de sentir,

Para siempre, Tú Draco."

-Yo también te amo, y siempre lo haré.

Una lágrima mías acarició la suave mejilla del moreno. Probablemente la última que le quedaba ya.