Disclaimer: Naruto es de papá Kishimoto… hasta que me conozca y me regale los derechos.


SALVAJE

Capítulo Único

¿Qué le gustaba de ella? Era una pregunta que a menudo se formulaba y para la que no tenía respuesta.

Hanabi era una chica bonita, sí, pero su belleza era promedio; su hermana Hinata era mucho más agraciada a su parecer. No era amable y portaba un férreo orgullo hacia su nombre y su clan. Además, ese gesto permanentemente molesto que poseía en su semblante arruinaba cualquier característica dulce que hubiera heredado de su madre, quedando únicamente con el frío legado de su padre. Sus pechos eran pequeños, sus caderas estrechas. Probablemente porque aún era una adolescente de catorce años y no una mujer, como todas las chicas de su edad.

Empero, incluso con todas estas características desfavorables en su contra, Kiba se encontraba a sí mismo mirándola únicamente a ella cuando la veía pasar. No había otra mujer para él y se reprendía constantemente por ello. Si no le gustaba, ¿por qué demonios la miraba? Era estúpido e irracional. Pero más estúpido e irracional fue el haberla besado. Ella tenía la culpa de su arranque, pues había salido a pasear sola con un kimono rosado, tan diferente a ella, dándole un aire de debilidad que no encajaba con ella y él quería probar su punto.

Siendo el hombre impulsivo que era, la había arrinconado en un callejón pegándola contra la sucia pared violentamente. Ella no había hecho ningún gesto ni sonido de sorpresa, como su hubiera estado preparada para ello, como si lo hubiera estado esperando. Fue entonces al ver esa expresión tan suya que la había besado sin contener sus ganas. Ella le había correspondido al instante, llevándolo todo a un nivel más lejos, arrastrándolo a la momentánea locura y mordiéndolo cuando finalizaron.

Kiba, sujetándose el sangrante labio inferior, había odiado la desafiante mirada que ella le dedicó y las ganas de besarla nuevamente se debatieron con el deseo de hacerla sufrir. Era una niña, pero también toda una perra.

Intenta tomarme por sorpresa otra vez —lo retó, sonriendo con altanería y luego se marchó de allí.

Eso había sucedido hacía aproximadamente una semana y Kiba no podía quitársela de la cabeza. Tampoco quería. Porque él todavía quería besarla nuevamente, quería que conociera el dolor.

Quería ser salvaje con ella.


Me ha quedado más pequeño e inconsistente de lo que creía. Bueno, tanto si les gustó como si no les agradezco por leer y, pues le doy las gracias a Emiita por inspirarme a escribir de estos dos mortales. Si no hubiera leído su fic de Inmoral (les recomiendo que lo lean) jamás se me hubiera pasado escribir de estos dos.

Agradezco de antemano cualquier review que me pudiera llegar y les mando besos embarrados de Nutella a todos.

M.P.