Cuando Sylia se aprestaba a cerrar su tienda, la inoportuna llegada del mensajero de Tokio Express le molesto, verdaderamente pensaba que ese no era horario para molestar con alguna encomienda, pero la fría lluvia así como el viento le aplacaron un poco, verdaderamente ese pobre hombre debía estar también fastidiado por tener que trabajar a esas horas.
-déjeme ayudarlo con eso, parece que esta pesado- Sylia trataba de parecer lo mas dulce posible, el mensajero sonrío, empujo la gran caja hacia el interior mientras Sylia tiraba hacia adentro.
-le agradezco señora, lamento el horario, pero el carromato que me dieron para hoy se descompuso a mitad de camino, ¿cuanto falta?- Sylia observo que los ojos del trabajador se dirigían hacia su abultado vientre, este le puso de buen humor
-le espero para el mes que viene, para el 18 o 20-
-¿ya sabe que será?
-un niño, por lo menos eso dicen las ecografías, y por la manera en que patea-
-los niños son la bendición del mundo, no veo el momento de volver a casa y ver al mío-
-pues entonces vaya, y disfrútelos- Sylia firmo las hojas que le paso el empleado y amablemente le empujo hacia la puerta. Este le hizo una señal amistosa, subió a su camión y haciendo un ruido de los mil demonios se alejo, en medio de explosiones de escape y una enorme nube negra.
-hum, si no arreglan ese sistema de inyección lo van a multar- sonrío, trabo la puerta y regreso hacia donde habían dejado la caja, normalmente la hubiera abierto en ese mismo momento, pero estaba cansada, tenia los pies hinchados, se sentía un poco incomoda, tenia que revisar la caja, calcular los costos y ganancia, era lo que hacia todas las noches. recordó lo que le había dicho el mensajero, acaricio su vientre, imaginando el placer de sentir a su niño ya entre sus brazos, apago las luces de la tienda, y se dirigió a la entrada secreta que tanto utilizaran las Knigth Sabers, era la mas corta para bajar a sus habitaciones. La puerta no había terminado de cerrarse cuando la sintió, ensordecedora, potente, asesina, la explosión la arrojo contra la pared de enfrente, la golpeo un poco, por suerte de costado, estaba mareada, la llegada de Nigel le confirmo que no era un sueño.
- ¿estas bien?-
-si, caí de costado, no te preocupes, ¿que paso?
-no lo se, voy a revisar-
Nigel encontró la puerta trabada, la fuerza de la explosión la había deformado, llevo a Sylia a la salida mas cercana, la sentó en unas escaleras de una vieja casa, el matrimonio que vivían allí se mostraron muy consternados por lo que sucedida, así que se quedaron cuidando a Sylia mientras llegaban los bomberos, cuya sirenas ya se escuchaban.
Mientras tanto Nigel daba la vuelta al edificio, lo que vio lo horrorizo, todo el local, así como gran parte de las fachadas de los edificios que estaban enfrente, habían sido destrozados, solo la solidez de esa puerta secreta, había salvado a Sylia de una muerte segura. Mientras veía a los bomberos hacer su trabajo, se preguntaba que pudo haber sucedido para provocar una explosión así.
Linna se encontraba dándole de comer a Kimico, el alimentar a ese regordete niño era una de sus mayores felicidades. También era lo único bueno que le quedo de su matrimonio con Toshiro, un buen hombre, pero que con el tiempo empiezo a hacerse mas y mas mujeriego. Bueno si lo pensaba mejor, la casa y la cuota de alimentos era algo bueno, pero en este caso del divorcio, si a eso se le sumaba la generosa ayuda que Sylia le prestaba, mas la ayuda que le prestaban Nene y Mackey por un lado, y Susan por otro para cuidar al niño, sin dejar de lado su propio trabajo, tenían una vida mucho mas despejada de lo que lograría sola. Kimico sonreía cuando su madre jugaba con la cuchara haciendo sonidos de avión mientras la dirigía hacia su rojita boca.
-y hay va otro, zuuummm-
Kimico aplaudía cada vez que la cuchara aterrizaba en su boca.
-bueno, es hora de un buen baño, señorito, tu padre era un niño como tu, pero no se ensuciaba tanto- levanto al niño, se encamino hacia el baño, mientras llenaba la bañadera, desnudo al infante, lo sentó sobre el inodoro, empiezo a quitarse la ropa, bañarse junto a su hijo era una experiencia que ninguna madre debería perderse, eso le hacia recordar a cuando Kimico era aun mas niño, tenia ya tres años, pronto ya no podría hacerlo.
Estaba por meterse en la tina cuando sonó el timbre, se puso una bata, bajo las escaleras, miro por la pequeña ventana de la puerta, un mensajero en un destartalado camión estaba esperando del otro lado de la puerta, abrió la puerta, pero asegurándose de que la cadena este puesta.
-¿Linna Yamazaki?
-la misma
-esto es para usted, una promoción de la empresa Sauter Crosed-
-¿es gratis?
-así es- se escucho un sonido de cadenas y la puerta se abrió
-en ese caso, ¿donde firmo?
Linna observo al mensajero irse, dejo el pequeño paquete sobre la mesa de la sala y subió hacia el baño, levanto a Kimico en sus brazos, y ambos cayeron al suelo luego de una violenta explosión, los tímpanos de Linna le dolían, Kimico lloraba, y por debajo de la puerta empezaba entrar un espeso humo negro, Linna estuvo a punto de abrir la puerta, pero imágenes de la película LLAMARADA en su mente la hicieron cambiar de opinión, observo la ventana, y detrás el gran roble cuya sombra tanta disfrutaba, se puso nuevamente su bata, tomo su suéter, lo ato por debajo y coloco a Kimico dentro, se lo ato al cuello por las mangas, abrió la ventana y salto hacia el roble, se tomo de la primera rama grande que encontró. Calculo su próximo salto, se balanceo solamente lo necesario, y alcanzo otra gruesa rama mas baja, en ese momento, sintió que el nudo sobre su cuello se soltaba, antes de que esto sucediera, se soltó y cayo de espalda para proteger a Kimico, sintió el fuerte golpe y como se quedaba sin aire, pero el escuchar a Kimico llorando, le indico que el niño, al menos no estaba muy herido, el dolor en la espalda era intenso, se preguntaba si se la había roto en la caída, se desmayaba en el momento que los bomberos llegaban hacia donde estaba
-Capitán, ¿me llamo?-
-pasa Daley, pasa, mira esto-
Daley observo los papeles que su Roland le paso, levanto la mirada hacia el
-Sylia Stingray y Linna Yamazaki?-
-así es, con un horas de diferencia, ambas explosiones, ambas por paquetes que les dejo un mensajero del Tokio Express, empresa la cual no tiene registrados envío a esas personas-
-dos de cuatro, de la misma manera, es demasiada casualidad-
-¿casualidad?, esto no es ninguna casualidad, pero, ¿cuantas personas lo sabían?
-de la corporación no quedo nadie vivo, por lo menos de los que sabíamos que sabían-
-¿fuera de la corporación?-
-León; el mayordomo de Sylia, no me acuerdo su nombre, y luego usted, de mi parte nadie mas lo supo, no creo que ellas lo hayan dicho, deberemos buscar si no quedaron pistas luego del desastre de los boomer.
-abra que averiguarlo, primero hablaremos con nuestra jefa de informática, luego iras al hospital, ambas están en observación, por ultimo te comunicaras con León, trata de obtener que puede saber el-
Nene Romanova había progresado mucho en la policía, luego de su actuación cuando el centro de operaciones de la policía A. D. fue tomado por los boomer, el Capitán comprendido todo su potencial, el saber que ella era una infiltrada, no hizo más que aumentar su admiración, Creo y puso a su cargo la Sección H, la sección Hacker. Era una sección que solía quedar fuera de las visitas oficiales, pero Nene y sus muchachos, como ella los llamaba, le agradaba que fuera así, odiaban el protocolo, se apegaban poco a el, las directivas de orden y limpieza no estaba hechas para ellos, pedazos de computadoras, cables, gabinetes, discos, etc., etc. estaban tirados por cualquier lado, a diferencia de el resto del cuartel, donde se escuchaba una música suave y relajante, pasar de la oficina de Nene (ordenada y reluciente como cualquier otra) al interior de la sección implicaba meterse dentro de un infierno de Hard Rock a todo volumen, donde la gente se hablaba casi a las señas. El Capitán nada decía, los resultados de la Sección H eran esplendidos, esos chicos podía obtener información de cualquier PC mientras estuviera encendida y conectada en red
La oficina de Nene como se dijo, era lo único normal de la sección, su aspecto pulcro y ordenada contrastaba con lo que uno se podía encontrar detrás de la puerta. La misma Nene evitaba estar allí, prefería estar con "sus chicos"
Alguien golpeo la puerta.
-adelante-
-¿teniente Romanova?-
-así es, no lo conozco-
-soy nuevo, del sector de mensajería interno, me mandaron a traerle esto-
-¿que es?
-Dell dono computadoras a todos los cuarteles, como usted es la experta, mandaron a traerla aquí-
-déjela aquí- Nene no se sintió impresionada, como la mayoría de los hackers, prefería los clones a las marcas, y Linux antes de Windows, por otro lado una maquina nueva no era algo despreciable, mas tarde mandaría a alguno de sus chicos a ver que se podía hacer con ella.
El joven cadete dejo el bulto contra la pared, junto frente al escritorio de Nene, hizo un gesto con sus manos y se retiro cerrando suavemente la puerta detrás de si, Nene ni lo noto, estaba consultando algunos mails, cuando la puerta se abrió nuevamente de repente, el Capitán y Daley entraron por ella, Nene apenas los vio por el rabillo del ojo, pero siguió en lo suyo, sin embargo los saludo efusivamente sin apartar la mirada de la pantalla.
-capitán, Daley, ¿a que se debe el gusto?
El capitán se sentó en el sofá al costado de Nene, Daley miraba por la ventana.
-deberías ver esto, creo que te llamara la atención-
Nene cerro su correo, y se levanto para tomar la carpeta que sostenía el capitán, sabia que no se lo había alcanzado hasta su escritorio por que quería verle las pierna, el mismo se lo había dicho una vez, no le molestaba, jamás se propasaría y bastante soportaba el caos y la anarquía en la sección H.
Comenzó a leer los papeles, mientras se acercaba donde estaba Daley y la computadora nueva, se dio vuelta de repente.
-no lo entiendo, ¿quien querría matarnos?
-eso es lo que queremos saber, ¿quien mas lo sabia?-
-no tengo idea, no lo andábamos propalando a los cuatro vientos, en esa época sabíamos que iríamos a la cárcel-
-¿por hacer algo ilegal? Daley intervino por primera vez
-por ponerlos a ustedes en ridículo- Nene rió junto a Daley, y se sentó sobre la caja de la computadora nueva, algo como a cristal sonó romperse, Nene hizo un mueca y continuo leyendo, de como un mensajero de Tokio Express le había dejado un paquete de considerable dimensiones a Sylia, y como se había salvado de casualidad.
Un aroma ligeramente ácido empiezo a manar de la caja.
Luego leyó como, según las descripciones, el mismo mensajero de Tokio Express, dejo una pequeña encomienda en la casa de Linna, y como, también por casualidad salvo su vida al subir hacia la planta alta de su vivienda.
-Parece que sabía que cantidades de explosivos necesitaba, quería matar no hacer daño.
-no había pensado en ello, tienes razón, seguramente pensó que abrirían las bombas inmediatamente, o que se mantendrían cerca de ellas hasta que explotaran.
-¿Tienen la descripción del idiota?
-ante ultima pagina- el capitán había colocado todos los detalles, noto que Nene la miro bien, como buscando los detalles, de repente Nene levanto la vista, estaba muy colorada, miro la caja en que estaba sentada, ahora estaba pálida, trataba de hablar pero tartamudeaba mas de lo que decía
-es, es, es el-
-¿lo conoces? Daley y el capitán se acercaron a Nene, esta seguía moviendo los brazos como si quisiera volar.
-el que me trajo esto, le falta el bigote, pero es el-
-¿el que te trajo que?
-!esto¡- dijo mientras señalaba la enorme caja en la que estaba sentada.
-!OH, por dios- Daley y el capitán también se pusieron pálidos.
-Daley ve a la oficina de al lado y llama a los de explosivos- Daley salio corriendo por la puerta, mientras el capitán llamaba al sector de seguridad del edificio desde el teléfono de Nene al tiempo que le indicaba que no se moviera.
-Jonny, habla capitán, hay alerta de bomba, evacúa el edificio ... y los de junto también- era obvio que por el tamaño de esa caja, si era una bomba podría hacer mucho daño.
Daley llego nuevamente, había informado que los de explosivos llegarían en dos minutos, el capitán se preguntaba si seria a tiempo, Daley empiezo a revisar la caja, primero de un costado y luego del otro, luego sonrío y se metió a husmear la caja por... entre las piernas de Nene.
-!Oye, soy una mujer en pareja¡
Daley se levanto, su cara era pensativa.
-mecanismo de tiempo, y disparador químico, por el aroma roto, no exploto por que Nene no se levanto, pero si el mecanismo de tiempo es corto tenemos problemas-
En ese momento, en tropel, entraron los de explosivos, y Nene debió soportar un poco mas de toqueteo en sus piernas. Con un equipo especial de rayos x y un escáner tomógrafo revisaron la caja, que para desesperación de todo confirmo que era una potente bomba.
-¿que tiempo queda?- el capitán estaba sudando
-el mecanismo de tiempo parece detenido, el ácido del disparador químico lo afecto, por suerte de esa manera, también pudo provocar su explosión inmediata, pero en cuando la saquemos a ella de esa caja, el químico hará explosión-.
-¿me piensan dejar aquí?
-no, te vamos a congelar- El oficial le sonrió a Nene
Nene, el capitán y Daley se quedaron mirando, luego el oficial explico que congelarían el disparador, eso le daría unos dos o tres segundos para sacar a Nene de allí y colocarla en lugar seguro.
La teniente estaba color rojo tomate, la mejor posición para lanzar el congelante estaba nuevamente entre sus pantorrillas, por donde un hombre con un pequeño taladro y luego otro integrante del escuadrón de explosivos introdujo un compuesto de hidrógeno liquido por el agujero. Nene refunfuñaba, ante las risas nerviosas de sus ocasionales compañeros.
-quemare las copias de seguridad, ya lo veo, vídeo pornográfico de policía ¡ encuéntrelo en Internet!-
Se coloco unas planchas de titanio, a modo de protección, en donde Nene y las personas que lanzarían la caja al vacío se protegerían de la explosión. Se coloco un chaleco de protección a Nene, y cuando todo estuvo listo, se rompió la enorme ventana, los expertos concluyeron que la mejor manera de no arriesgar vidas era lanzar la bomba al vacío, causaría daños, pero no víctimas, la enorme altura (estaban en un piso 22) haría que explote aun en el aire, el edificio de la policía así como el de enfrente habían sido evacuados, y la calle despejada, cuando estuvieron listos dos policías del escuadrón antibombas se colocaron a los costados de la caja, un teniente asió las manos de Nene.
-¿Lista?
Nene suspiro
-lista-
-a la cuanta de tres, a la una, a las dos , a las tres...
Apenas había desaparecido de la vista de la oficina, la bomba exploto, con una enorme llamarada, Nene y los oficiales apenas pudieron protegerse tras las planchas de titanio, un calor abrasador los cubrió, y el sonido les lastimo los tímpanos, desde la calle podía verse como la enorme bola de fuego caía consumiéndose rápidamente, tras de ella una lluvia de vidrios y mampostería golpeaba furiosamente la acera.
Segundos después entraban a la carrera, el capitán Roland y el jefe del escuadrón antibombas, junto a enfermeros y médicos
-están todos bien?, están todos bien?- Nadie contestaba, la oficina estaba destruida, las cortinas habían prendido fuego, en medio del desastre, pudieron observar como las planchas de titanio, que fueron armadas en forma de caja, estaban caídas sobre algo, ese algo eran los integrantes del escuadrón de explosivos y Nene Romanova.
Con desesperación, los asistentes, enfermeros, y comandantes retiraron las planchas, para luego empezar a atender a los inconscientes, si bien parecían tener a primera vista solo golpes, cada uno de ellos tenían hilos de sangre manándoles desde los oídos, indicativo de que el ruido de la explosión debió haber sido atroz aquí adentro. Lentamente, por medio de sales, fueron despertándoles, parecían en estado de shock, pero contestaban a las preguntas que se les hacían.
Cuando, los tres hombres y Nene fueron retirados por el equipo medico rumbo al hospital, el capitán y Daley se quedaron contemplado el desastre.
-fue una casualidad que llegar amos a tiempo, y que ella intuyera que era una bomba-
-verdad capitán, si eso hubiera explotado aquí adentro, tal vez hubiera destruido un par de piso por arriba y por debajo.-
-estuve averiguando, no entro ningún paquete del tamaño de esa caja por algunas de las puertas, los guardias no la tienen registradas-
-eso quiere decir...-
-exacto, fue armada aquí dentro, avisa a León, que se cuiden de la correspondencia, tres de cuatro, seguramente ira por la que le falta, y si pudo infiltrarse aquí dentro, no es un aficionado-
Las mansiones de Holliwood siempre tenían ese glamour, por lo menos eso pensaba Priss, la hermosa casona de tipo ingles, con sus tejas negras y ladrillo a la vista, amueblada al estilo ingles, el piso de madera en algunos lugares rechinaba a sus pasos, pera un detalle que a ella le encantaba, se encontraba al borde de la piscina con forma de riñón, en una reposerá bajo una sombrilla, muchas veces había visto a Sylia así como se encontraba ella misma en este momento, en esos momentos, pudo haberse burlado de ella, pero ahora, que ella misma se encontraba en esa situación, comprendía por que parecía gustarle a Sylia, el sentir como el sol acariciaba su piel, era de lo mas relajante, en unos quince días comenzaría una nueva gira con su grupo, y tal vez no podría tener otro momento de paz, ahora que era conocida y su segundo disco, PRInSSes, era uno de los mas escuchados y vendidos, la compañía le advirtió que las giras serian en lugares medianos y grandes, el cierre del tour para su satisfacción seria en Tokio, era una pequeña revancha personal, después de todo, si las compañías japonesas hubieran confiado en ella desde un principio, no estaría aquí, pensándolo bien, tal vez fue suerte. Casi dormida, pensó que era hora de volver a la casa, tenia que revisar su correo electrónico, confirmaciones de fechas, cambios de último momento, y la llegada del mail de Nene.
Ese era casi el único contacto serio que le quedaba con Tokio, si bien algunas veces, se había comunicado con Sylia o Linna, la llegada del correo de Nene era diario, con el tiempo tuvo que admitir que si bien la actitud casi infantil de Nene le era insoportable, empezaba a extrañar sus ocurrencias. En los mails comprendió también lo que había madurado Nene, y había comprendido la angustias de ella. no le era fácil llevar una relación con Mackey, en si ella le había dicho, que mientras ella cada día era y parecía mas adulto, Mackey seguía sin cambios físicos, seguía pareciendo un niño de quince, para una mujer como Nene, las posibilidades de salir con el se estaban reduciendo, no podía darle un beso apasionado sin llamar escandalosamente la atención, si salían, los conserjes les miraban extrañados si pedían una habitación con cama matrimonial,... para consternación de Nene, algún cegato en un restaurante le dio algunos años mas y le pregunto que se serviría su hijo. Nene le dijo que solamente cuando se reunían Sylia, Linna, Daley, el capitán y algunos miembros de su oficina podía comportarse con Mackey de manera normal sin llamar la atención, darse algún beso de labios o bailar temas románticos abrazados. Priss pensó que invitaría a Nene y a Mackey en las próximas vacaciones que tuvieran, en California una mujer adulta junto a un borrego no llamaría mucho la atención, sonrío al imaginar a Nene y Mackey en la sección de embarques y algún despachante preguntándole a Nene que edad tenia su hijo, la sonrisa se fue pronto, no seria gracioso tener ese problema. Ella era afortunada en tener a León, era un hombre fiel, tan seguro de si mismo como ella era. Se había transformado no solo en su amante, si no también en su jefe de seguridad. Y sabia que alguna colegas y grupies se lo envidiaban, por lo que ambos preferían estar juntos, algo que normalmente en el mundo del rock era algo mal visto.
-señora llego esto para usted por correo-
Sin levantar la vista Priss le contesto
-de donde viene Gloria-
-lo envía la señorita Romanova, desde Tokio-
-déjalo sobre la mesa-
-como usted ordene-
Priss movió la cabeza molesta, algo ocultaba el sol, y ese algo era León.
-podrías dar dos pasos al costado, o tienes la opción de mover el sol?-
León se acerco a Gloria y Priss y les dijo al tiempo que tomaba el pequeño paquete que acababa de llegar en sus manos.
-tengo algo en la sala que les interesara señoras por favor acompáñenme-
Priss le miro algo enfadada, no tenía intenciones de levantarse, pero al ver el rostro de León vio que algo andaba mal, estaba tenso, y tenía algunas gotas de sudor corriéndole por la frente.
Se puso de pie y comenzó a caminar, con Gloria y mas atrás León, el cual suavemente lanzo por sobre su hombro el paquete que cayo en el agua de la piscina, León apuro el paso, y casi a los empujones metió a las mujeres dentro de la casa, las puso tras una pared, y se tiro al suelo gritando a las chicas que hicieran lo mismos, así esperaron unos segundos, León levanto la cabeza, nada había pasado, se encontró con la mirada de Priss.
-¿me podrías decir por que mandaste a nadar el paquete que me mando Nene?
-pensé que era....-
No termino de pronunciar las palabras cuando una fuerte explosión les obligo a bajar nuevamente la cabeza, afuera se escuchaba el agua aun cayendo, junto con algunas sillas y la mesa de jardín
-eso justamente - León apunto con un dedo hacia fuera- Daley me aviso que Nene, Sylia y Linna sufrieron atentados similares, me pareció muy curioso que te llegara un paquete justamente ahora-
-¿Atentados, Nene esta bien, Sylia... Linna, su bebe?-
-Linna tiene un fuerte golpe en la espalda, Sylia no tiene más que moretones, igual que Nene, las tres están en el hospital en observación, por si acaso, pero técnicamente están bien-
Priss miro a León incrédulo,
-¿las cuatro?
-así es, alguien lo supo, y no las quiere por aquí
Priss se levanto al tiempo que las sirenas policiales se hacían escuchar, tomo el teléfono y solicito que le reservaran un par de pasajes hacia Tokio, León la miraba.
-¿no piensas dejar esto en manos de la policía?
-no le daré la oportunidad de que nos maten así-
¿Y que piensas hacer, hace 5 años de lo de los boomer, Sylia esta embarazada, crees que simplemente llegaran allí y atraparan al bombardero?
-al menos estaré haciendo algo
Priss empezaba a subir la escalera, sin detenerse desafió a su pareja.
-si quieres que no te deje aquí, apresúrate a buscar tu pasaporte-
-ya voy, mi amor- León no pudo reprimir el tono irónico de su voz
Cuando Linna fue dada de alta, se sorprendió al ver a la salida del hospital una limusina esperándola, el chofer se acerco a ella preguntándole si era Linna Yamazaki, con la desconfianza que le provoco el reciente atentado, miro con recelo al tipo, hasta que el cristal de la ventana se bajo y un aguda y conocida sonrisa llamo su atención, allí extendiéndole las manos estaba Kimico, y detrás de el sosteniéndolo sonreía Nene, Linna se acerco a la puerta, el chofer se la abrió y ella entro, se quedo de una pieza al ver junto a Nene, a Sylia y a Priss.
-algo muy grave estará pasando para que las cuatro nos reunamos en un mismo sitio sin previo aviso- Linna sonreía mientras Priss le ofrecía una copa de champán
-Parece que alguien no quiere vernos cerca, ¿el problema es por que?
-¿será una venganza, OH no quiere que intervengamos en un echo próximo?- Sylia parecía mirar siempre un poco mas allá que el resto. Priss en cambio parecía fascinada por Kimico, el niño se había terminado durmiendo en su regazo, Nene sonrió.
-parece que eres una madre instantánea-
-no tengo paciencia con los niños, y ello tampoco conmigo, no entiendo que paso.
Linna le hizo un guiño cómplice.
-Nene es quien suele cuidarlo, podría dormir en un terremoto ahora-
-por lo que yo se, la señorita aquí se niega a tener un niño- Nene era la del guiño ahora.
-Igual que tu hermanita, igual que tu- el rostro de Priss recupero su antigua dureza
-mis razones no tienen que ver con la fama-
-el año que viene León y yo pensamos en tener un niño, Sylia tendrá el suyo este año, Linna ya es madre, solo quedas tu-
-No creo que podamos tener un hijo- el rostro de Nene se puso súbitamente triste, Linna y Priss lo notaron, Sylia seguía hundida en sus pensamientos.
-¿Mackey no puede tener hijos?
-si, en ese sentido no tenemos problemas- la cara de Nene se puso súbitamente roja-
-¿entonces?- Era Linna la curiosa ahora
-tu lo vez, es un niño, en todo este tiempo no cambio nada, ni siquiera necesita afeitarse-
-eso no debería importarte, ahora resulta que es a ti a quien le preocupa...-
-no me importa lo que lo demás piensen,... , no solo eso, por un lado, en quince años yo voy a tener casi cuarenta, mi hijo quince, y mi marido... el aspecto de quince.
Priss y Linna guardaron silencio, era un problema grande, y personal, Priss recordó sus pensamientos de Holliwood.
-Tal vez habría algo para hacer- Syllia intervino por primera vez. Nene reaccionó violentamente.
-¡No si no puedes asegurarme que no sufrirá daño alguno!-
-¿A que te refieres?- Priss se sorprendió por la reacción de Nene
-Puedo envejecer a Mackey-
-No sabes hasta bien que puede suceder, podría resultar tan bien como podrías matarlo, y tú lo sabes- Sylia se encogió de hombros, acerco su rostro al de Nene tanto como su vientre le dejaba
-Mi amor, yo nunca me equivoco-
-No lo sabes todo, por dios es tu hermano, si fallas el calculo de una variable, !una sola variable¡ lo transformaría en un anciano.-
-Al menos seria mayor y...- Linna no pudo terminar el chiste, tres rostros furiosos la obligaron a callar.
-si falla en el cálculo de las variables lo podría matar- Priss miro extrañada a Nene
-¿ si tanto te preocupa, y tanto lo amas, por que no lo aceptas tal como es? Syllia sonrió, era un trabajo fino el convencer a Nene a tomar las cosas como dios las había echo, pero confiaba que con el tiempo Nene dejaría de preocuparse, aunque tuviera que dejarles a ella y a Mackey una inmersa fortuna para que vivieran solos en una mansión.
Para Priss la cosa no era tan fácil, incluso si Nene y Mackey terminaran juntos, las diferencias físicas en un futuro podrían arruinar todo, ¿aceptaría Mackey continuar con Nene cuando ella tuviera sesenta o mas años y el continuara luciendo como un chico de quince? Un embarazoso silencio irrumpió en la limusina hasta su llegada al hotel donde se alojaban Priss y León, en el momento en que la puerta se abrió, una legión de fanáticos ataco contra las mujeres que intentaban salir del auto.
-por dios, ¿ya se enteraron?- la vos de Priss sonaba a desilusión
-querida, no hay secreto que se no escape de los grandes hoteles- Syllia sonrió suavemente, Nene salio del auto y se abrió paso casi a patadas en la muchedumbre.
-!A un lado, hay un bebe y una embarazada en ese auto, ¿son sordos? A UN LADO¡-
unos metros mas adelante había dos patrullas, con sus oficiales tomando un café, Nene se acerco a ellos, de su cartera saco una billetera.
-Priss, mira, me encanta cuando hace esto- Linna señalo a Nene que hablaba con los oficiales
-¿Que va hacer?
-Mírala-
Nene se dirigió al grupo con vos autoritaria
-¿quien esta a cargo?
-yo- respondió un oficial de gran talla y mala cara ante la pequeña mujer que interrumpía su descanso. Nene no se dejo intimidar, casi soldó a presión contra la cara del oficial su identificación y placa.
-Necesito que despeje la gente de esa limusina, !AHORA¡- el oficial casi se atraganto al ver el rango de Nene, solo un pequeño SI SEÑOR alcanzo a decir mientras llamaba a sus compañeros.
-Señora- respondió Nene, mientras agregaba un susurrado CRETINO
-Bueno, la pequeña a crecido, no hay duda- Priss sonrió mientras veía trotar a los oficiales, Linna se reía también.
-Ni que lo digas-
En el cuarto de Priss y León el grupo se encontró con más gente de la que esperaban, un oficial armado hasta los dientes cuidaba la puerta, en su interior Daley, el capitán Roland, Mackey, Nigel y León charlaban.
-!Leoncito, volviste¡- León se tomo la cara con las manos al escuchar el tono de vos y ver a Nene corriendo hacia el, el resto sonrió
-OH no, no tu, te dije que no me digas ...- el fuerte abrazo lo callo, comprendió lo que Priss solía decir de Nene, era como una niña pequeña alegre.
-Señora Sylia, ¿falta alguien aquí?- el capitán no daba puntada sin hilo
-no señor, todas las personas vivas que lo saben están aquí-
-entonces debemos saber como lo supieron, Romanova, le sugiero que haga mover a sus mocosos, se que borro todos los datos comprometedores, pero algo pudo quedar en algún lado, si encontramos esos datos, tal vez lo encontremos a el, Daley, busca contactos, llevate a Chuan Laog, el conoce gente poderosa, tal vez gente que pudo tener contacto con Genom, ellos sabían, y pudieron decírselo a alguien, !LEON¡ ¿vas o te quedas? Nunca te dí de baja, así que si quieres, tan solo pasa a buscar tu placa- León miro a Priss, ella se sentó en un sofá
-¿ que esperas?, tengo bastante seguridad aquí- León tomo su arma de una gaveta y asintió, Sylia se había acercado al capitán y le hablo algo al oído, el parecía sorprendido.
-es muy arriesgado señora, ¿sabe lo que hace?-
-capitán, el riesgo siempre es necesario-
-me gusta, y me preocupa, es una oportunidad en bandeja de plata para el-
-también de atraparlo-
-que así sea, anúncielo, y anticípeme el lugar, así preparare el escenario-
Linna, Priss y Nene, y los hombres se miraban extrañados, ¿que idea se le abría ocurrido a Sylia?, nadie quería saberlo.
La noticia estuvo en los titulares de la sección sociales de todos los periódicos, pero si el bombardero no los leía, Syllia se encargo de que lo oyera en la radio o lo viera en televisión
"La Señora Sylia Stingray Kirkland volverá a realizar un desfile des pues de nueve años, con ello trata de callar los rumores de que el accidente en su salón de modas fue provocado, la figura principal seria la estrella de rock Priss Asigiri " las notas no mencionaban a Nene o Linna, ya que eso delatara la trampa. Mientras Syllia y el capitán preparaban todo, en el sótano del destruido edificio, tres mujeres enfrentaban los estragos de ... cinco años de paz
-debo tener al menos cinco kilos mas- fue el lamento de Linna
-tu al menos tienes un buen justificativo, si Priss o yo estamos fuera de línea no será por traer un niño al mundo justamente" Nene se miraba y se palpaba el vientre, mientras Priss que también se quedaba en ropa interior nada decía, Nigel, con su sempiterno cigarro entre los labios, preparaba el equipo con Mackey.
-estas preciosa mi amor, no te preocupes" la vos de Mackey sonó a Priss tan juvenil...
-Mas vale que mantengas los ojos sobre esta rubia, o tendrás problemas cuando volvamos a casa-Nene sonó a la vez chistosa y seria.
-Muy bien chicas, paréense frente al scanner, para ver cuanto han cambiado-
Linna confirmo sus sospechas, cuatro kilos sobre su antigua época vistiendo la armadura, Nene sorprendió, solo dos kilos, sonrío triunfante y tomo un refresco que casi la ahoga al escuchar a Mackey
-el sexo te mantiene en forma baby- demás esta decir que hubo que limpiar las consolas con refresco que escupió Nene, Priss paso frente al scanner con su seguridad habitual.
-OH, bueno, ¿ocho Kilos?- Sobre la cara de Priss apareció una gruesa gota de sudor, Nene volvió a escupir su refresco.
-en tres días puedo perderlos- Priss seguía con su habitual actitud de todo me importa un bledo, pero se miraba el vientre y las caderas, el echo de ser tan grande disimulaba mucho sus kilos de mas.
-¿que dieta harás?
-Ponte sobre un escenario, con ropas de cuero, a cantar dos horas, bajo un juego de luces, veras que pierdes dos kilos al día por lo menos-
No hará falta, el sistema se ajusta al cuerpo, no es problemas con el pequeño sobrepeso que tienen. Nigel trataba de encontrar siempre el lado bueno a las cosas, Syllia derrumbo cualquier esperanza.
-no me preocupa el sobrepeso, si su estado físico, antes podían correr seis millas sin cansarse, ¿cuanto harían ahora?-
-no puedes hablar en serio Syllia, ¿no te atreverías, verdad?- en la cara de Nene se vislumbraba el horror. Empezaban a vestirse nuevamente.
-si, estoy hablando en serio, !VAMOS CHICAS A CORRER¡, debo ver en que estado están, nuestras vidas tal vez dependan de ello- dos minutos después, Linna, Priss y Nene se encontraban trotando hacia el Parque central, a Seis millas, junto a ellas paso la limusina de Syllia, la cual las saludo con un refresco en la mano, rumbo al parque Linna parecía pensativa.
-¿No sienten un deja vu en todo esto? Nene hacia caras al auto que se alejaba, disimuladamente, León y Daley las seguían en un auto.
-tu chica parece en buena forma, Linna siempre fue deportista, apuesto que Nene es la ultima- Daley pasaba un billete por la cara de León, este sonrío.
-Nunca hago apuestas estúpidas, pero déjame decirte algo, Priss terminara arrastrándose esta carrera, hace meses que no hace nada-
Syllia esperaba tranquilamente a las chicas bajo el árbol de siempre, con Kimico en sus brazos, a lo lejos vio a las tres chicas, tropezando más que corriendo, llegando, al menos juntas, más de diez minutos más tarde que en las viejas épocas
Cuando llegaron, Linna se paro en seco, se tomaba las rodillas, y tragaba mas que respiraba el aire, Nene siguió unos pasos mas y callo sobre el césped casi de cabeza, Priss, como hizo siempre, se tomo las caderas, camino sus habituales pasos , pero hacia donde estaba Nene y se dejo caer junto a ella. Syllia miro el reloj en su muñeca.
-Vaya, creo que tenemos trabajo-
-Espera, ... debes descontar ... seis minutos al menos- Linna trataba de recuperarse
-¿Por que haría eso?
-Por que Nene... equivoco el camino,... Priss y yo veníamos detrás-
-No es mi culpa, ya no veía nada, por suerte el lago esta del otro lado del parque, si no me hubiera hundido a el- Nene seguía jadeando
-estuvimos seis minutos dando vuelta por el parque hasta que encontramos el camino-
-eso nos deja cuatro minutos sobre nuestra antigua marca, por otro lado, que Nene viniera primero, es mala señal para ustedes dos-
-no esta tan mal, pero la próxima vez las cuidaremos en bicicleta, casi nos hacen una multa por ir tan despacio, ¿saben?- León reía, mientras Priss y Nene lo mataban con la mirada.
-Sylia, falta una semana para el desfile, ¿crees que estaremos en forma para ese día?.
-No, pero necesito adecuar los trajes para su estado físico, ¿recuerdan los problemas que yo tenia debido a la retroalimentación?, ustedes los tendrán ahora, Linna, tu mas que nadie, tener un niño cambia el cuerpo de una mujer mas que nada, tanto física como mentalmente, volvamos al laboratorio, aun debo hacerles varios test.- Syllia se encamino hacia la limusina, el resto le seguía, pero una vez dentro Syllia cerro la puerta, bajo el vidrio de su puerta, sonriendo.
-Chicas, las espero allí, traten de no tardar tanto, bye.
Priss y Linna se quedaron mirando mientras nene volvía hacer morisquetas a la limusina, Linna volvió a preguntar a las demás si no les parecía otro caso de deja vu.
-Sylia es muy fría, ¿no crees León?
-tú no estuviste aquí cuando los bommer invadieron la ciudad, se comportaba como un verdadero general en batalla.-
