Malos pensamientos

Naruto no me pertenece, los personajes e historia son una creación de Masashi Kishimoto.

C01 Pensamientos inadecuados

Llevaba un buen rato en el local y todavía no sabía muy bien que era lo que estaba haciendo allí. Cualquier otro viernes por la noche habría ido con Ino y los demás al Dragón Borracho a tomar unas cervezas, pero en este caso había sido arrastrada por su rubia amiga a una fiesta en la que sentía como si no acabara de encajar. Desde que habían llegado no dejaba de maldecirse por ser tan manejable y acabar siempre haciendo lo que Ino quería.

Se sentía fuera de lugar entre aquella gente, pero no podía culpar de todo a su amiga, la conocía de sobra y sabía no debería haber confiado en ella cuando dijo que no se preocupara, que sería una reunión íntima para celebrar el cumpleaños de una compañera de laboratorio. Lo que se le olvidó mencionar era que su compañera era Anko, por no decir que lo de íntima era bastante discutible si se tenía en cuenta que en la fiesta había por lo menos unas 50 personas de las cuales Sakura no conocía más que a un puñado.

La media de edad rondaba los 30 años, circunstancia que hacía que la peli-rosa se sintiera como una niña en su comparación. Insegura, nerviosa sin saber muy bien que decir cuando alguien le preguntaba algo… La autoestima nunca había sido lo suyo y estar rodea de toda esa gente le hacía sentirse ínfima e insignificante.

Habían alquilado un local para la fiesta y tenían puesta la música demasiado alta. Había que gritar mucho para poder entenderse, por lo que Sakura con frecuencia se había sorprendido a sí misma ensimismada en cualquier pensamiento ajeno a la conversación, ya que había que esforzarse mucho para poder escuchar.

Cuando volvió de uno de esos viajes, se encontró con que el tema del que hablaban no había variado en absoluto desde la última vez que había estado escuchando.

- Te aseguro que sus pies no son solo lo único que tiene grande - Comentó Anko luciendo una pícara sonrisa.

- ¿Es información de primera mano? - Preguntó Ino siguiéndole el juego.

- Pues sí, eso es lo que es, información de "primera mano" - Se rió ruidosamente la siniestra kunoichi al captar su insinuación - pero para ser más exactos yo diría que es información de dos manos, ja ja - Volvió a reírse escandalosamente.

Pero… ¿Por qué estaba ella allí?, con lo bien que estaría en el bar de siempre con su compañeros tomando una caña tranquilamente mientras comentaban sus anécdotas cotidianas, hacían bromas y se relajaban por unos momentos. ¿Por qué la vida era tan injusta que la obligaba a malgastar en aquella fiesta su única noche libre de la semana?. Definitivamente a alguien allá arriba no le caía bien. Su mente volvió a su cuerpo cuando en la lejanía oyó como Ino mencionaba a su ex -maestro.

- Mirad con disimulo - les advirtió la rubia - aquel de allí, el del fondo de la barra ¿Es Kakashi-sensei?, parece que está muy bien acompañado - dijo mientras una maliciosa sonrisa se formaba en su cara.

Inmediatamente las otras cinco cabezas que estaban sentadas en la mesa se volvieron sin ningún tipo de recato hacia el lugar indicado.

- Os he dicho que con disimulo - Se quejó Ino - ¿Y vosotras os llamáis Kunoichis? - Se rió.

- No se pueden unir las palabras mirar y disimulo en la misma frase cuando se habla de hombres - les ilustró Inama, una cuarentona entrada en carnes que también era compañera de laboratorio de Ino.

- Bueno, lo que sea, ¿Es o no es? - Volvió a preguntar la rubia.

- Si que parece Kakashi - Contestó Anko - al final se ha dignado a aparecer por la fiesta, no estaba segura de si iba a venir, ya sabéis que no le gustan mucho las reuniones sociales - comentó.

- ¿Y con quién está? - Preguntó Ino. Cuando se trataba de un buen chisme la kunoichi se transformaba en alguien que no tendría nada que envidiar a Ibiki Morino.

- Creo que esta con Sasaki, no la veo bien - Contestó Kurenai.

- Sasaki… No me suena, ¿Quién es? - continuó Ino con su interrogatorio.

- No la conozco mucho, pero sé que es una ambu de élite - Comentó Anko - Yo no la he invitado así que supongo que habrá venido con alguien. Espero que con su hermano, no me gustaría ver una pelea de ninjas en mi cumpleaños - Se rió la siniestra kunoichi. A pesar de sus palabras, sus risita final desvelaba que su opinión era precisamente la contraria.

- Vaya con Kakashi-sensei, nunca me lo había imaginado en compañía femenina - comentó Ino - Pero supongo que todos tenemos nuestro día de suerte - dijo maliciosamente mientras no paraba de mirar en su dirección.

- Día de buena suerte dices, más bien vida de buena suerte diría yo - le contradijo Kurenai - Kakashi es bastante popular entre las mujeres.

- ¿Anda ya? ¿No me lo creo? - puso en duda la rubia - Pero si ni si quiera se sabe si es guapo.

- Eso da igual - explicó Anko - Kakashi desprende un aura misteriosa que atrae a las mujeres. Eso y que tiene fama de ser un amante extraordinario.

- De lo que se entera una - se rió divertida la Yamanaka - Pero si apenas sale, ¿Cómo puede ser un mujeriego?

- Las chicas llaman a su puerta, él simplemente tiene que dejarlas pasar si quiere - Explicó la invocadora de serpientes.

- ¿Será verdad la fama que tiene? - Se preguntó en voz alta Ino.

- Te puedo asegurar que la fama es bien merecida - Confesó Anko entre risas.

- No me lo creo, ¿Has estado con Kakashi-sensei? - Exclamó una eufórica Ino.

- Tiene un morbazo impresionante, simplemente no lo pude evitar - les confesó con una pícara sonrisa - Pero fue hace mucho tiempo, nunca ha vuelto a pasar nada entre nosotros, es mejor así.

- Bueno, no nos puedes dejar así, danos más detalles. ¿Está bien dotado?, no sé, cuéntanos algo - le suplicó la rubia.

- ¿Detalles pides? - le preguntó retóricamente con una malévola sonrisa - Solo hay que mirarlo para saberlo. Esa amplia espalda y ese trasero duro y firme…

Inmediatamente todas se volvieron a mirarle.

- Ey, dejarlo ya que se va a enterar - Les regañó Shizune intentando poner un poco de orden entre sus ebrias amigas.

Acto seguido todas volvieron a mirar a Anko expectantes.

- Anda… cuéntanos más - le volvió a pedir Ino.

- Está bien, os diré confidencialmente que aparte de lo evidente, está muy bien dotado - les confesó entre risas. Además también sabe usar muy bien sus manos y su lengua… Recuerdo perfectamente aquella noche - comenzó a contarles Anko - Acabábamos de terminar una misión y estábamos celebrándolo en una taberna. Ambos habíamos bebido mucho, estábamos sentados en la barra y en algún momento, no sé muy bien como, la mano de Kakashi acabó descansando sobre mi trasero…

No podía más, eso no podía estar pasando. Por si la noche no le estaba resultando suficientemente rara, ahora tenía que escuchar cómo era la vida sexual de su ex-maestro.

Anko continuaba hablando sobre la noche que se acostó con Kakashi mientras la mente de Sakura intentaba viajar a cualquier parte donde no tuviera que escuchar las palabras sexo y Kakashi en la misma frase.

Sin esperar a terminar de oír el final de la historia se levantó y después de interrumpir educadamente y preguntar al resto si alguien quería otra copa, dirigió hacia la barra intentando borrar de su mente la imagen de Kakashi que gracias a Anko ahora se había instalado en su mente.

- ¿Qué le pasa a Sakura?, ¿Por qué se ha ido así? - preguntó Inama al ver la reacción de la peli-rosa.

- Seguramente no le apetecía imaginarse a su ex -maestro en la situación en la que lo estabas describiendo - supuso Kurenai.

- Vaya mojigata, a mí no me importaría que me contaras cosas sobre Asuma-sensei. ¿Es bueno en la cama?

- Ino, por favor ¡No me preguntes esas cosas! - Se reprochó Kurenai totalmente ruborizada.

- Vaya par de sosas que tenemos aquí - se rió Anko - No saben lo que se pierden, aunque nunca se sabe, dicen que las mojigatas se convierten en gatas salvajes bajo las sábanas.

- Anko, cállate - le ordenó Kurenai mirándola fijamente con sus dos candentes iris escarlatas.

- Esta bien… me callaré. Además, va siendo hora de cambiar de mesa, todavía me falta gente por saludar. Gracias por venir - Se despidió levantándose inmediatamente de la mesa.

Todas le agradecieron la invitación y le aseguraron de que se lo estaban pasando muy bien antes de que la anfitriona se alejara a saludar a otras personas.

Al poco rato llegó Sakura con todas las bebidas. Había tenido que hacer auténticos malabarismos para conseguir llevarlo todo en un solo viaje, pero lo había conseguido.

- Tu gintonic, tu mojito - comenzó a repartir las bebidas - y el tequila para… ¿Dónde está Anko? - preguntó extrañada.

- Se ha ido para hablar con el resto de los invitados.

- Vaya, ¿ahora qué hago con su chupito?. Bueno, pues tendré que tomármelo yo - se dijo con resignación.

Y ni corta ni perezosa se ventiló en pequeño vaso de un solo trago. No estaba tan malo como recordaba, pero el ardor en la garganta seguía siendo el mismo.

No estaban muchas sentadas a la mesa, casualmente eran todo chicas, Kurenai, Shizune, Ino, Inama y ella. Anko había vuelto a su ronda entre las mesas del local puesto que era la anfitriona, pero había estado un buen rato sentada a su mesa riéndose a carcajadas con Ino. Al parecer las dos se llevaban muy bien, eran un par de pervertidas y gracias a ellas no había podido dejar de mirar furtivamente a Kakashi desde que se había vuelto a sentar.

En un principio había estado reprimiendo las ganas de mirar hacia donde él estaba por miedo a que le pillara mirándolo, pero al cabo de un rato no había podido resistirse a mirarlo. Tenía una necesidad imperante de comprobar si las afirmaciones que había hecho Anko eran ciertas y ella sin darse cuenta, las había pasado por alto.

Miró disimuladamente hacia el fondo del bar y lo encontró hablando animadamente con su acompañante. Se fijó en su cuerpo y por primera vez desde que lo conocía, lo miró como a un hombre. Se fijó en sus anchos hombros, en sus fuertes brazos, sus largas piernas… y sin querer, o eso se dijo a sí misma, posó su mirada en sus bien definidos glúteos.

Aquello le sobrepasó. ¿Qué estaba haciendo?, ¿Le estaba mirando el culo a su maestro?.Definitivamente algo estaba mal en ella. Seguramente las horas pasadas junto a Ino le estaban pasando factura y ahora su cerebro estaba siendo asediado por sus hormonas.

Intentó olvidarse de todo lo ocurrido, integrarse en la conversación y disfrutar de la fiesta, pero todo en lo que podía pensar era en lo firme y duro que se veía el trasero de Kakashi

- ¿Cómo será tocarlo? - Se preguntó - Nooooo olvídalo, no puedes estar pensando en eso - Se regañó a sí misma tratando por todos los medios de distraer su mente con cualquier otra cosa.

Las horas fueron pasando y Sakura ya empezaba a sentir los efectos del alcohol. Había estado escuchando a las chicas y participando en alguna ocasión, al final la noche no fue tan mal como esperaba.

Más o menos entorno a las dos de la mañana Sakura se despidió de sus compañeras y se dispuso a marcharse no sin antes echarle el último vistazo a Kakashi. Había estado luchando consigo misma para no caer en la tentación de mirarlo más, pero después de todo parece ser que la curiosidad mató al gato y así fue. Justo antes de salir del local, Sakura miró hacia el fondo y lo vio de frente a ella. Ya había visto que llevaba su habitual uniforme junto con su máscara, al parecer el vestuario del ninja no era muy variado y cuando siguió uno de sus brazos para admirar su recién descubierta figura, se dio cuenta de donde reposaba su mano, en el trasero de la chica.

Inmediatamente subió su vista hacia su cara y entonces lo vio. Vio su profundo y penetrante ojo negro carbón mirar hacia ella a través de toda la multitud. Dio un respingón, se giró y salió escopeteada hacia la puerta del bar.

Caminó hacia su casa y rodeada del silencio de la noche, se sintió más tranquila. Su cerebro pareció volver a activarse con la fresca frisa que soplaba y en seguida culpó al alcohol de todos sus males.

- Seguramente es porque he bebido mucho, mañana por la mañana me reiré de todo esto cuando me acuerde - Se dijo - Si me dice algo de porqué no le saludé le diré que no le vi y punto - Se tranquilizaba a sí misma.

Cuando llegó a su casa se sintió aliviada. Ingenuamente había apretado el paso para llegar lo antes posible a la seguridad de su hogar ante la idea de que todavía podía cruzarse con él por la calle, pero al parecer se había preocupado por nada. Kakashi no sabía de lo que habían estado hablando en la mesa, por lo que como mucho le podía acusar de antipática, se dijo.

Se quitó la ropa y se metió en la cama rogando por un reparador sueño que le quitara de la cabeza todas esas estúpidas cosas sobre Kakashi que había estado oyendo esa noche. Finalmente la mezcla de cansancio y mojitos surtieron efecto.


Hola a todos otra vez, ya se que tengo el otro fic sin acabar, pero el otro día me vino esta idea a la cabeza y no pude evitar empezar esta nueva historia ;)

Espero que os guste, a mi me divirtió mucho escribirla. Intentaré actualizar pronto, el segundo capítulo lo tengo a medias, pero mi prioridad es acabar el otro, que ya no me queda nada.

Besitos y gracias por leer.