CopyRight: LoL no es mío, si lo fuera habría hentai en los arbustos y porogalletas para todos. (?)
Chapter 1: Somos Iguales.Luego de una buena partida, la Virtuosa de las Cuerdas se dirigió, como casi siempre, al bosque enorme que rodeaba la Liga de las Leyendas.
Comenzó a practicar en su Etwahl una canción distinta a las usuales cuatro que devía usar dentro de la liga. Suspiró al pensar lo mucho que estaban restringidos sus poderes dentro de los campos de la justicia.
La melodía era impresionante: se trataba de una cancion capaz de hipnotizar a quien la escuchara, distinta de Crescendo (R), pues ésta podía obligar al afectado a hacer lo que ella quisiera. La había estado intentando perfeccionar, practiando con animales.
De prontó, una pequeña ardilla color rosa se había acercado al rango de la melodía, callendo presa de la cancion. Sona, absolutamente :IMPAKTADA:, se concentró, ordenándole mentalmente a la ardilla que se acercara, y esta, para su sorpresa, lo hizo.
La chica tomo con delicadeza a la ardilla entre sus manos, y la acercó más a su rostro, notando que estaba completamente ciega. - ¿Qué te ocurrió? - Le preguntó con su hermosa voz, que solo sonaba dentro de las cabezas de sus interlocutores cuando ella los tocaba, o cuando establecía una conección mediante las cuerdas de su Etwahl.
- Una Yordle me transformó en ardilla. - Contestó, Sona, de haber podido, se hubiese reído a sonoras carcajadas, pero solo abrió un poco su boca, en medio de una sonrisa, y salió solo aire y un sonido muy bajito.
- Te llevaré con Lulu cuando termine de practicar, - empezó a decirle al adorable animalito entre sus brazos, mirándolo con ternura, aunque este no pudiera saberlo con exactitud. - Te pido disculpas en su nombre, a veces se pasa un poco de la raya... - La ardilla escuchó nuevamente la pseudo-risilla de la Virtuosa de las Cuerdas. - Lamento que te cause problemas, pero es una buena chica... - Culminó sonriéndo, sin imaginarse, que la ardilla rosa y adorable con la que estaba hablando era nada más y nada menos que El Monje Ciego, su compañero en la Liga, y no un animalito del bosque como ella inocentemente pensó.
Abrazó a la ardillita con delicadeza, y la metió dentro de su escote, como si fuera un bebé. Lee Sin estaba completamente shockeado, jamás había conversado tanto con aquella muchacha, solo había cruzado palabras rápidas con ella en algunas partidas. Y ahora estaba en medio de dos grandes pechos, con el corazón acelerado y la incertidumbre de que ella aún no notara que él era él.
Aunque pronto la tención del Monje desapareció: Sona estaba tocando una suave melodía, capaz de hacerlo entrar en una paz tan grande como la que alcanzaba cuando meditaba en las montañas de Jonia.
- ¿Sabes, pequeña? Estoy preocupada. - Le empezó a hablar la muchacha, sacándolo de su ensoñación, pero sin dejar de tocar esa bella y tranquila melodía. - A Cassiopeia DuCoteau le caigo peor cada vez que me ve. Tengo mucha suerte, casi siempre Nidalee o Taric están conmigo y me defienden de sus comentarios hirientes. - Dijo la joven con inmenso pesar. Lee escuchó como el corazón de la chica se aceleraba. - Pero hoy no fue así... Me dijo, "¿Qué tal si hablamos un poco del combate?"... "Oh, es cierto, tú no puedes hecer eso." - La voz de la chica se quebró, y la melodía que estaba tocando se volvió triste y acompasada. El Monje Ciego se conmovió profundamente, y hasta sintió deseos de romperle la cara a Cassiopeia de una patada. - Todos los campeones presentes se riéron, y yo solo pude esbozar una sonrisa tonta y huir sin despedirme de nadie. - Escuchó el roce de su mano en su mejilla, seguramente se estaba secando las lágrimas. - Creo que no poder ver no es tan malo pequeña: el mundo la mayoría de las veces es cruel y despiadado. Lo único que merece la pena ser visto es el sol al alba y el color de las flores, sin mencionar, quizas, el rostro de un ser querido. - Lee Sintió como Sona acariciaba su lomo con suavidad. - Pero no poder decirle a alguien un simple y misero "gracias" o un "te quiero" sincero es horrible. Por ejemplo, cada una de las veces que Nidalee me defendió yo no pude darle las gracias como es debido. Ni siquiera pude decirle "todo estará bien" cuando Taric estaba triste... Soy un fiasco de persona, ardillita. - La triste canción terminó, y Sona se puso de pie, aún acariciando el lomo del roedor, digo, de Lee Sin. Este último deseo ser un humano solo para decirle que se equivocaba, una chica tan buena no podía ser un fiasco de persona: a ella le inquietaban sinceramente cosas que a la mayoría no les importan. Se apegó más a la increíblemente suave piel de Sona, en un desesperado intento por consolarla aunque fuera un poco.
La chica en repuesta, sonrió.
- Lulu~ - Llamó mentalmente la Virtuosa de las Cuerdas. - Hay algo que debes arreglar. - Agregó, de manera enigmática, despertando a propósito, la curiosidad de la pequeña yordle. La menor salió por la ventana rápidamente, encontrándose con Sona.
- ¿Qué es? ¿De qué se trata? - Preguntó ansiosa. Sona se limitó a alzar frente a sus ojos a la pequeña ardilla rosa. - ¡Ups! - Chilló, con sorpresa. Pix se llevó una de sus manitos a su frente.
- ¿Y bien? - Insistió la joven frente a ella. - ¿Qué es lo que se debe hacer en estos casos?
- ¿Eh? ¡Ah! Sí, ¡Lo siento mucho! - Dijo, despistada. - ¡Hoy en la mañana estaba practicando en el bosque! Supongo que Capricho (W) te debió llegar. Disculpa. - Murmuró, haciendo muchos gestos con sus brasitos. Lee Sin, escuchó de nuevo la risilla de Sona. - Emm... - Pix le dió una palmada a Lulu, haciéndola reccionar. - ¡Eh, sí! ¡Metamorfossium! - Gritó, y frente a ellas apareció Lee Sin, un poco adolorido.
Sona enrojeció furiosamente, y Lulu empezó a disculparse, de manera torpe. El Monje solo asentía y balbuceaba que no tenía importancia (a pesar de que Valor casi lo almuerza y que Sona lo hipnotizó).
- ¡Adiós! - Gritó mentalmente la peliaqua a Lulu y Lee Sin. Lulu se despidió de ella y Lee de Lulu, para alcanzar a Sona.
Tomó a la jovencita del brazo, sin saber muy bien por qué. Sona lo miro a los ojos... Emm, bueno, a la benda, sin saber que decir.
- Sona yo... - Empezó a intentar explicarse, sin mucho éxito. - La verdad yo no quise... Es-esto...
La Virtuosa de las Cuerdas tocó suavemante la mejilla de Lee, para poder "hablar" con él. - No te preocupes, he sido yo la que... Ha hecho "eso". - Le comentó, refiriendose a haberlo puesto entre sus senos, sin saber que la tierna ardilla era en realidad el Monje Ciego. - Y lamento haber dicho tantas cosas... Procuraré no incomodar a las ardillas rosadas que encuentre en el futuro con mis problemas. - Ambos riéron ante el simpático comentario de la joven maga.
- Y yo procuraré no entrenar cerca de niñas Yordles en el futuro. - Volvieron a reír. Sin percatarse de que un par de noxianos los estaba mirando extrañados.
Después de todo, Lee Sin no era de muchas palabras con nadie, y Sona menos. Aunque la chica tenía bastante vida social, gracias a que siempre estaba con Nidalee, además de ser una soporte muy eficiente y amable, a los tiradores les agradaba.
- Vaya, Vaya... - Dijo una altanera voz conocida. - El Monje Ciego y la Mudita. - Comentó Cassiopeia, acompañada de Draven.
- ¿Podemos ayudarte en algo, medusa-, digo, Señorita DuCoteau? - Preguntó sereno Lee Sin. Sona, un tanto nerviosa, iba a quitar de la mejilla de Lee su mano, pero este último aprisionó la delicada mano de la muchacha con la suya. Y se acercó más a La Virtuosa De las Cuerdas. Este gesto sorprendió a Sona y molestó a Draven.
- ¿Qué hacen ustedes dos aquí solos? - Interrogó el Ejecutor. Celoso: tenía los ojos puestos en la (según sus propias palabras) bellísima Sona. Le tenía ganas a la jovencita desde hacía bastante tiempo.
- ¿Por qué debería darte explicaciones, Gran Draven? - Atacó Lee Sin, y escuchó nuevamente la delicada y muy suave risa de Sona.
Draven calló redondo en la probocación de Lee Sin, y lo maldijo. El Monje lo ignoró olímpicamente, tomó a Sona de la mano y se la llevó, seguidos del Etwahl, que siempre acompañaba a esta última. Dejando a un muy molesto Draven y a una perpleja Cassiopeia solos.
- En ocasiones, Draven es como pisar mierda descalzo. - Comentó. Escuchando complacido la risa de la muchacha.
Era muy extraño, por muy Monje que era, antes había sido un hombre cualquiera y ya había conquistado y amado a mujeres a lo largo de su vida; y por ende, había compartido con muchas, de todas las clases y edades. Pero sentía algo extraño al tomar de la mano a Sona, y hablar con ella.
- No pensé encontrar a alguien igual a mi en la Liga de las Leyendas. - Le confesó, sonriendo. - Y dejame decirte, Sona, que no eres un fiasco de persona. - Sona sonrió, cohibida. - Si tu fueras una mala persona, no te preocuparías por nadie más que por tí, y no conversarías mentalmente con ardillas ciegas... - La última parte la agregó solo para hacer reír a Sona.
Luego de un par de minutos de animada converzación trivial, Sona no pudo evitar preguntarle...
- Lee Sin, ¿Puedo hacerte una pregunta? - Consultó tímidamente la chica. Apretando un poco su mano. - Si es incómodo para ti, podemos hablar de otra cosa... - Lee Sin supo de inmediato que es lo que quería preguntar Sona, después de todo, era muy extraño que un hombre totalmente ciego pudiera andar y combatir, sin ayuda de un baston o un *poro lazarillo.
- ¿Quieres saber como es que ando por ahí sin chocar y caerme, cierto? - Le contra preguntó, divertido. Sona masculló un suave "sí", y Lee Sin empezó a explicarle su singular caso a la joven a su lado. Su sentido del oido y del tacto estaban hiper-desarrolados, y había aprendido a "sentir" todo lo que lo rodeaba. La ecolocalización también lo ayudaba mucho. Y a la hora de combatir dentro de la Liga era guiado por su invocador, además de escuchar los pasos y movimientos de sus rivales y aliados a la perfección.
Cuando Lee terminó su humilde y sencilla explicación, Sona estaba enormemente sorprendida. En efecto, ambos eran iguales: él, observaba todo, aún sin sus ojos, y ella hablaba y se comunicaba aunque sus labios no emitieran más sonido que una leve respiración o suspiro entre-cortado. - Tenías toda la razón, Lee Sin, somos iguales. - Dijo, dedicándole una bella sonrisa melancólica.
- Que escándalo, chiquilla. - Bromeó el hombre sentado a su lado, con una sonrisa divertida en sus labios. - Más te vale tener cuidado, por muy Monje que sea él, sigue siendo un hombre.
Sona se sonrojó furiosamente ante el comentario de su mejor amigo y lo sarandeó un poco. - ¡No digas esas cosas! ¡S-solo somos amigos!
El mayor estalló en carcajadas ante la tierna reacción de La Virtuosa de Las Cuerdas. Le revolvió la espesa melena celeste, y continuó molestandola un poco. Taric conocía bastante a Sona, y por ello, sabía que la muchacha jamás había hablado así de nadie. Cuando le contó lo ocurrido en el bosque sus ojos brillaban como las gemas que a él tanto le gustaban, y sus mejillas adoptaron un jovial rubor. El Caballero de Las Gemas estaba conmovido, la pequeña "caja musical" (como él le había apodado cariñosamente) estaba emocionada por su encuentro y plática con el Monje Ciego.
Lee Sin, por su parte, se había dedicado a meditar - y cuándo no-. Aquella había sido una mañana cualquiera: se había levantado al alba para entrenar en el bosque. Hasta que fué alcanzado por un encantamiento del Hada Hechicera. Y despertó sintiendose extrañamente bajito.
Los sucesos que precedieron fueron confusos: corrió sin dirección fija cuando escucho el bramar conocido del compañero de Quinn. Hasta que fue preso por una extraña sensación de libertad y pereza. Cuando era todo lo contrario. - Acercate, porfavor. - Fue lo que escuchó... Pero podría haber jurado que sus oídos no captaron absolutamente ninguna palabra.
Y lo demás es historia. Ahora se encontraba meditabundo y con una extraña sensación de calor en el pecho. Pero por sobre todo, con una única palabra en la cabeza: "Sona".
- Bien hecho, preciosa. - Dijo el tirador, luego de haber logrado un asesinato doble gracias a la eficiente ayuda de su soporte.
La Virtuosa de las Cuerdas le sonrió y le guiño un ojo, cómplice de una buena y arriesgada jugada. Sona había hecho, nada mas y nada menos que de cebo, fingiendo estar teletransportandoce a la base del equipo azul tranquilamente, a lo que Janna y Vayne no pudieron resistir a interrumpir. Uso Cancion de Celeridad (E), para correr a un arbusto donde Draven estaba con su Impulso Sangriento (W) activado. Muerte Rondante (R), seguida inmediatamente por Crescendo (R) (para golpear a ambas dos veces con Muerte Rondante sin fallar), Himno del Valor (Q), Hacha Giratoria (Q), Acorde de Potencia (Passive), Apártate (E) y ¡ASESINATO DOBLE!. Janna no alcanzó ni siquiera a activar su (R) para alejarlos y huir.
Draven estaba muy feed, y Sona había logrado dos Kills sin ayuda alguna. Y gracias a aquel buen dúo bot, la partida termino con un Surrender a los veinte minutos. Una vez todos en la sala posterior a las batallas, el Ejecutor se acercó peligrosamente a la joven soporte, en un atrevido intento por llamar su atención.
Sólo quedaban ella, Draven y Lee (quien había sido el jungla enemigo) en la sala, pues los demás teletransportadores estaban ocupados. El noxiano arrinconó a la chica en una esquina de la habitación, ignorando conpletamente la precencia del Monje. Presionó su duro torso en contra de Sona, y le susurró al oído de manera seductora "¿Quieres sentirte como una verdadera mujer?". Lee "vio" absolutamente todo lo ocurrido, escandálizado y molesto le dijo a Draven que se detuviera. El Glorioso Ejecutor se volteó para encararle y Sona se escabulló al teletransportador que estaba justo al lado del Monje. Se metió en la cápsula y haló a Lee dentro de esta, siendo ambos transportados al monasterio Joniano donde El Monje vivía, dejando solo y perplejo al guapo noxiano.
- Lo siento. - Dijo Sona, con la muñeca de Lee aún atrapada por su mano. El Monje quedó perplejo.
- ¿Por qué te disculpas? - Notó como la chica se revolvía, inquieta.
- P-por colarme a tu hogar y por la escenita rara que armó Draven. - Contestó, nerviosa. Ambos estaban en la cápsula diseñada para que solo una persona pudiera teletransportarse a la vez. Demasiado cerca uno de otro, pues el Etwahl de Sona ocupaba gran parte del perímetro disponible, rodeando los costados de ambos campeones. Haciendo más lento de lo normal el viaje.
Estuvieron minutos hablando, sobre las batallas que habían librado desde que llegaron, algunas jugadas torpes o PentaKills aparentemente imposibles, o completamente suertudos. Riendo sobre los errores enemigos y criticando errores del equipo o propios. No se dieron cuenta cuando llegaron directamente al templo Shojin.
- Lee... ¿Quién es la hermosa joven que viene contigo? - Preguntó Khali, el joven monje amigo de Lee Sin, al verlos a ambos dentro de la cápsula.
- Ella es Sona, una compañera y amiga mía, de la Liga de las Leyendas. - Contestó, y de un ágil salto, bajó de la plataforma que contenía la cápsula. La Virtuosa de las Cuerdas hizo un animado gesto con la mano extendida, en señal de saludo. Khali le sonrió, maravillado por la precencia de aquella enigmática y bella joven, que estaba rodeada por un extraño... ¿instrumento? ¿arma?, que flotaba paciente a su costado.
Sona miró hacia abajo ¿eran dos metros los que acababa de saltar Lee Sin? ¡¿En serio?!. El Monje Ciego, que parecía estar conectado mentalmente con La Virtuosa de las Cuerdas, se posicionó justo al frente de la cápsula, y extendió sus brazos hacia ella. La joven captó el gesto, y observó a Lee por unos milisegundos, ¿desde cuando era tan alto?, casi alcanzada la altura de la plataforma. Por otra parte, se fijó en sus brazos y torso: aquellos músculos indicaban que podría saltar, incluso, hacia ellos y estos no flaquearían. Sonrió, e infantilmente se arrojó con los brazos abiertos hacia Lee. Este último notó sus intenciones y movimientos, por lo que se preparó, estabilizando bien su peso, por si acaso.
Atajó a Sona, tomándola firmemente por la cintura con un brazo, y con el otro agarró su cadera, comprobando sus sospechas: La Virtuosa de las Cuerdas era muy voluptuosa. Sintió casi toda la figura de Sona, y no fue después de unos cuantos segundos de asimilación -pues todos decían elogios parecidos, "buenos días, hermosa joven", "es la chica más linda que he visto, Lee", "buen trabajo, preciosa", incluso escuchó como le Draven le coqueteaba descaradamente-, sintió, de pronto, un deseo imperativo por tocar las facciones de su rostro, y cada recobeco de su bien proporcionado cuerpo. Hizo un esfuerzo inhumano, logrando depositarla con delicadeza en el suelo, para luego apartarse un poco, reprendiéndose mentalmente por un deseo como ese.
Khali, que vió toda la escena bastante sorprendido, sintió un pinchaso de celos en el pecho, al mismo tiempo que una calidez de alegría en su corazón: Lee parecía más feliz que de costumbre. Y también observó como la chica ponía su mano en la mejilla de Lee, para que luego este dijiera un suave "no hay de qué".
Sona llamó a su Etwahl, y este se volvió a posicionar delante suyo, como si la protegiera y la guiara al mismo tiempo. Lee Sin también había percibido aquello cuando la conoció: aquel misterioso instrumento parecía tener vida propia, y la usaba para proteger y ayudar a Sona. Él tuvo deseos de ser como aquel instrumento, y acompañar a La Virtuosa de las Cuerdas en todo momento, "escuchando" sus deseos, alegrías y pesares, siendo acariciando por ella en todo momento. Guiándola, velando su sueño, protegiéndola con una magia que sólo ella era capaz de conjurar. Fué interrumpido de su utópica ensoñación por Karma, que le preguntaba la razón por la que estaba acompañado por Sona. Él solo se volteó hacia ella y le dirigió una sonrisa, una de aquellas -que él sin saberlo- le quitaban el aliento a la Iluminada. Pero la tan preciada imagen de la sonrisa de Lee Sin fué interrumpida por Sona, quién la saludó alegremente, dándole un cálido abrazo, que solo logró incómodar a la campeona, pues La Virtuosa de las Cuerdas apretó inconcientemente sus "virtudes femeninas" en contra del torso menudo de la Karma.
En aquel momento, sólo Khali pudo percibir, que aquel trío terminaría en un triángulo más fuerte y peligroso que la *trifuerza.
Hooooolaaaaa~ ¿Cómo se encuentran mis desconocidos preferidos? (?), si no saben lo que son :IMPAKTADA:, un Poro, o la Trifuerza, búsquenlo en Google, que se están perdiendo la mitad de sus vidas.
Quiero decirles, queridos amigos, que este fic participa en la mini competencia "¡Quién escribe el mejor Lemmon!", junto con Di que Sí, de MVMM y Lovers Hunt, de Koyote Satsujin.
Matta-ne, queridos lectores, muchísimas gracias (sinceramente) por leer esto, nos "vemos" en el siguiente cap :D.
PD: MVMM SEGUIRÁ EL FIC EL AÑO QUE VIENE, así que, sean pacientes como yo, que sólo la acoso y amenazo con raptar a sus padres si no continúa el fic... (?)
PD2: ¡DISCULPEN LAS FALTAS DE HORRORGRAFRÍA! Ez q abeces m'pongo media manka pa' zcriviir.
PD3: Este fic ocurre en paralelo a Su Aroma, mi otro fic de LoL, por lo que se mencionarán algunos sucesos en común.
PD4: Amo las post-datas~
