Las fiestas populares
En casa se celebran
La noche negra me espera
A la luz de las velas
Kaitou Kid
Fue anunciada la nota en las noticias matutinas, cuando todos desayunaban, Ran y Conan estaban comiendo cuando fue dicho aquel anuncio, de más está decir quien estuvo a punto de escupir su té.
El detective de inmediato se puso a descifrar lo que el anuncio significaba y de inmediato lo logró con parte del enunciado. La fiesta popular más cercana era el 14 de febrero que era el día de San Valentin, el lugar era un templo que la gente normalmente llama "La casa de la tranquilidad", el objeto un diamante rojo sangre que hace años estaba en cuidado de los monjes y que solo ese día del año lo dejaban en exhibición, por cosas del amor y estupideces varias. La hora fue un poco difícil de encontrar, pero al recordar que ese día, las velas de los faroles se encendían más tarde, lo resolvió: 8:00 pm.
Suspiró al pensar que era una invitación hacia él, maldito mago de cuarta. Si no fuera que Sonoko quería ir a ver a Kaitou Kid con Ran y ella con Conan. Por él, no va.
Al llegar la hora indicada, todos ya estaban en el lugar.
Miro el cielo a través de una ventana, faltaban 10 minutos para que el robo fuera efectuado.
Todos estaban nerviosos, que inclusive el mismo ya que no sabía que truco usaría el ladrón esta vez.
Tenía un mal presentimiento...
Y apareció
Rueda los ojos al escuchar los gritos de Sonoko, estaba demasiado emocionada con el hecho de que Kid le hablase, pobre chica, si supiera que a él no la van las chicas... Aunque a decir verdad en medio de todo igualmente tenía leves celos de ella puesto que podía estar toda emocionada y excitada por la presencia del ladrón, y el en cambio no podía más que fruncir el ceño al sentir la mirada en su cuerpo.
Maldito.
Sabía que escaparía por el techo, por lo que antes que se dieran cuenta (Y este los desmaye a todos con sus bombas de gas), subió con rapidez la escalera que se encontraba a un lado del templo. Una escalera bastante sospechosa y que sabía, Kid había puesto con anterioridad.
Maldito sea el y sus planes tan bien elaborados.
Al llegar al techo simplemente tuvo que sentarse a esperar, esta vez no se le escaparía. Al notar que las luces se apagaron y otras se entendieron de golpe, puede ya levantarse a sabiendas que el otro estaría subiendo con la joya.
-Are are, Tantei-Kun con que aquí estabas. Casi me haces sentir mal al no verte ahí.- Su burla en la voz era demasiado, Shinishi estaba mirando a la nada mientras el otro hablaba, cosa que le había causado una curiosidad muy malvada al ladrón.
Al acercarse nota como el detective estaba con los ojos cerrados, tenía una cosa en la mano y su ceño estaba fruncido.
-Por si te lo preguntas... Sigo vivo.
Se asustó al escuchar la voz del chico frente a él, por un segundo había pensado que estaría muerto, pero de inmediato desechó esa idea tan estúpida y temida.
-Kikiki~ ¡Claro que lo sabía!... Buu~ Tantei-Kun, creía que te importaba más.- Lloriqueaba el mago luego que el objeto que tenía en la mano le fuera pateado a su cara, amaba sus dones sobrenaturales que le avisaban cuando el detective quería hacer eso.
-¡Baro! ¡Esta vez te atraparé!- Grito al ver como el ladrón sacaba su pistola de cartas y comenzaba a dispararle, causando que este tuviera que, rápidamente, saltar hacia atrás para que no le llegara ninguna carta. -¡Maldito!- Murmura cuando este, con una simple bomba de humo, desaparecía del lugar.
