PLOMO
Johnny no supo cuánto tiempo estuvo allí, tirado en el suelo.
Para él, aquello era algo normal, no tanto el hecho de yacer con completa impotencia pues aún le costaba creer que había perdido la movilidad total de sus piernas; Sino, aquel sentimiento de indiferencia con respecto al mundo.
Todo transcurriría con total normalidad si él estaba o no.
No sabía si sus temerarias acciones habían sido acordes a este sentimiento de abandono propio, o de una especie de rebelión al mundo.
...Como un intento de lucha que parecía que había perdido al rendirse.
No estaba seguro.
Había intentado pensarlo pero llego un punto en el que el reflejo del sol lo cegaba.
Su mano intentó taparlo. Y notó la cara húmeda.
Se imaginó que serian lágrimas o sangre.
Lo único que había vuelto a oír eran las pisadas de alguien muy cerca.
Le daba igual, él se haría el muerto y lo podrían dejar en paz.
Lo último que oyó fueron las armoniosas pisadas de alguien cuyas espuelas creaban un ritmo marcado.
Johnny se meció en ese ritmo hasta que paró junto a él, y oyó el marcado acento de un italiano.
No llegó a escuchar lo que decía.
-Por dios, Johnny, como la has liado...
El hombre se arrodilló junto a él quitándole la mano de la cara.
La sombra del rubio sobre él le permitió abrir un poco los ojos.
Se encontró con la curiosa mirada verde de Gyro, cuyos largos mechones de pelo le hicieron cosquillas cuando acercó su rostro.
Johnny intentó decir algo cuando un agudo dolor se intensificó en su mejilla.
-Ni lo intentes, te has perforado la mejilla- comentó el Zeppeli inspeccionando la herida de levemente con la yemas de sus dedos, ahora ensangrentados-¿Cómo demonios te has hecho eso? - preguntó.
Johnny, como respuesta, giró levemente la cabeza al suelo y escupió.
Gyro cogió la uña, incrédulo.
-¡No jodas que te has disparado en la cara! Nyoh-ahh-oohhh. ¡Como sois los americanos para estas cosas! ¡Oh-oh!
Gyro se rió en su cara.
Johnny, molesto, le hubiera escupido en la suya si hubiera tenido fuerzas para hacer nada. Pronto notó cómo lo levantaban del suelo.
-Tienes suerte de que sea médico,
¿Sabes?- comentó Gyro para romper el silencio, portando a Johnny en sus brazos- Podría coserte aquí pero eres carne de infección.
Necesitaré...-prosiguió- un poco de alchool así que esperemos que nos quede algo de dinero. Con suerte no tendré que utilizarlo todo.
Gyro parecía tranquilo, pero se había encargado de conseguir una fuente de agua lo más rápido posible.
La sangre aún emanaba y lo mejor era tratar la herida cuanto antes, aunque perdieran el tiempo de aquella manera.
No se de donde se sacó un paño. Creo que decía ser de su camiseta interior.
Lo internó en el agua y chorreando pareció llevarse poco a poco los restos de sangre de la cara de Johnny.
Él notó enseguida el sabor metálico de la sangre, los restos de agua y tierra.
Con los últimos restos, los paseo suavemente por su cara, casi en su herida. Johnny reprimió un gemido.
-Ya esta, ya esta- dijo tras su evidente expresión de dolor- Había que limpiarlo, pero ya esta. Voy a hecharte un poco de alchool.
Al instante vió como el alchool caía de nuevo en su herida.
-Esto si puedes tragarlo- dijo, acerco a la comisura de los labios de Johnny a la botella para que le diera un buen trago. El amargo sabor lo echó para atrás.
-Pero que...asco.
-Lo siento, no es como si tuviera leche de amapola o algo mejor para aliviar el dolor.
Es lo mejor que he encontrado- concluyó, y también le pegó un buen trago- te dare unos tres puntos supongo, conociendote tu y tu temeridad seguro que te salta alguno.
Gyro sonrió. Johnny sabía que era de broma pero no estaba de humor. No se iba a molestar en finjir. Y menos con lo que venía después.
Con un aguja improvisada y deformada había empezado a coser la herida.
Había resultado ser mas difícil y doloroso de lo que parecía, y Johnny había intentado apartarse de la siguiente punzada.
-¡Eh¡ ¡Johnny, vamos, tu y yo sabemos has pasado por cosas peores! ¡Quédate quieto y pasará rápido!
Johnny no pensaba igual porque aun el dolor de aquellas cosas peores aun seguían con él.
Parecían no pasar nunca.
En cualquier caso se quedó quieto, se concentró en la suavidad de las manos de Gyro sobre su rostro y la cosa acabó rápido.
Gyro rompió el corcel. Le dio unas palmaditas.
-He visto que demás heridas son solo superficiales, puedo tratartelas más tarde a no ser que vaya algo mal- dijo, esperando una respuesta suya.
Johnny negó con la cabeza, tenía sueño.
-De acuerdo, buscaremos un lugar para pasar la noche.
