Hola a todos.

Antes que nada, quiero daros las gracias por decidir darle una oportunidad a mi fanfic; y ahora quiero aclarar que este fanfic tiene lugar después del arco de la antigua aldea de Seiryuu, es decir, después del capítulo 108 del manga. Una vez aclarado esto, espero que os guste.

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AMNESIA

Capítulo 1: Cortocircuito.

El Feliz Grupo de Hambrientos había decidido ir a la aldea más cercana para conseguir ropa nueva para Zeno y suministros. Pero una gran tormenta les había sorprendido en el camino, sin darles tiempo a encontrar un refugio adecuado. Así que ahora todos corrían bajo la lluvia, con los truenos resonando sobre sus cabezas, tratando de encontrar un lugar en el que montar sus tiendas de campaña en medio de ese espeso bosque.

-¿De verdad que no puedes ver nada Shin-ah? – le preguntó Yun mientras corrían a través del bosque.

-Creo que en esa dirección hay una pradera lo suficientemente grande como para que nos instalemos – le respondió el dragón azul, que se había quitado su máscara para ver mejor, ya que su visión se estaba viendo reducida por la intensa lluvia. Después de su breve visita a la antigua aldea de Seiryuu estaba demostrando ser mucho menos reacio a quitarse su máscara delante de todos.

-¿En qué dirección? – le preguntó Hak, girándose a mirarle. Shin-ah levantó el dedo para señalar hacía donde estaba viendo la pradera -. Muy bien, pues vamos hacia allí – determinó, liderando al grupo por el espeso bosque.

Todos se estaban esforzando por mantener el ritmo, ya que sabían que era peligroso estar en el medio de un bosque durante una tormenta, los numerosos rayos que oían cayendo a su alrededor ya eran suficiente indicativo. En la parte de atrás del grupo se encontraban Yona y Yun jadeando por el esfuerzo. Zeno iba a su lado, manteniéndose a su ritmo mientras les animaba.

-Vamos, vamos. Señorita, muchacho, ya queda poco – les alentó.

-¿Cómo es posible que tú ni siquiera estés cansado? – le preguntó Yun ligeramente molesto.

-Ya sabes que el único punto fuerte de Zeno es su resistencia – afirmó el rubio con tono orgulloso.

-¿El único? – le preguntó Yun escéptico, recordando brevemente la impactante demostración de poder de Zeno de hacía unos días.

El dragón amarillo estaba a punto de responderle a eso, pero de repente su expresión se puso seria a la vez que alzaba su mirada al cielo.

-¡Muchacho, señorita! ¡Cuidado! – les grito a la vez que les daba un fuerte empujón a los dos con las manos, justo a tiempo de alejarles de un árbol que poco después fue alcanzado por un rayo.

Los dos jóvenes se libraron del impacto por los pelos, cayendo en el suelo con un grito de sorpresa. Pero cuando se giraron preocupados para mirar a su compañero descubrieron que él no había tenido tiempo suficiente para alejarse y el rayo le había alcanzado de lleno.

El dragón amarillo se mantuvo unos segundos más en pie ante la atónita mirada de todos, con la ropa humeante y chamuscada por la fuerza del rayo, hasta que se desplomó contra el suelo con un golpe sordo.

-¡Zeno! – gritaron todos preocupados, acercándose hacia a él con cuidado de no aproximarse demasiado al árbol chamuscado que estaba a su lado y que había comenzado a arder levemente.

El impacto debía de haber sido fuerte, ya que pudieron comprobar que en un instante todo el cuerpo del dragón amarillo se había recubierto de escamas doradas, aunque seguía inconsciente.

-Yun, ¿se pondrá bien? – le preguntó Yona preocupada, sin atreverse siquiera a tocar a su compañero caído.

Yun se inclinó por encima de él y le hizo un rápido reconocimiento.

-Todavía respira, su pulso es firme, y si hacemos caso a todo lo que nos ha dicho sobre su gran resistencia debería estar bien dentro de poco – razonó el muchacho.

-Pero ya debería haberse despertado, ¿no? – inquirió Kija, recordando como las otras veces que había resultado gravemente herido se había incorporado después de pocos segundos.

-Pero esta vez le ha caído un rayo encima – intervino Hak, asomándose para mirarle por encima de las cabezas de los demás -. Aunque por fuera parezca más o menos intacto puede estar completamente chamuscado por dentro.

-No digas esas cosas, Hak – le reprendió Yona, escandalizada ante lo bruto que podía llegar a ser el antiguo general a veces.

-En todo caso, debemos irnos de aquí – razonó Jae-ha, tratando de mantener la mente fría -. Está claro que este lugar no es seguro, y no queremos que el sacrificio de nuestro anciano haya sido en vano, ¿no?

-No te metas con él cuando no está en condiciones de defenderse, Jae-ha – le echó en cara el dragón blanco -. Pero tienes razón en que debemos movernos. Por favor, apártese princesa. Yo llevaré a Zeno.

La chica le hizo caso y Yun ayudó a Kija a colocarse el cuerpo inerte de su compañero a su espalda, él cual aún seguía recubierto de escamas doradas.

Sin decir nada más, el grupo se volvió a poner en marcha, apresurándose para llegar a la pradera. Pero todos no pudieron evitar preocuparse por Zeno, el cual seguía sin mostrar señales de reaccionar.

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La mañana siguiente llegó. Después de una noche entera de tormenta el cielo por fin estaba despejado. Sin embargo el dragón amarillo seguía inconsciente, a pesar de que sus escamas doradas ya habían desaparecido de su cuerpo. Le habían metido en la tienda más pequeña con Yun y Yona durante la noche, para que el genio guapo pudiera estar pendiente de su progreso, pero no había pasado nada y todos no podían evitar estar cada vez más preocupados.

-¿Esto será normal? – no pudo evitar inquirir Kija preocupado, mientras estaba sentado en la fogata junto al resto de sus compañeros, salvo Zeno y Yun que aún estaban en la tienda de campaña, uno inconsciente y el otro velándole.

-Zeno-kun nunca ha sido muy específico a la hora de explicarnos cómo funcionan sus poderes. Prácticamente lo único que nos ha dicho es que no puede morir sin importar las circunstancias, y que si resulta gravemente herido esas escamas doradas surgen para defenderle durante un breve periodo de tiempo.

-Sí, pero ¿no debería haber despertado ya? – todos se quedaron en silencio ante las palabras de Yona, sin saber qué decir.

Yun escuchaba su conversación desde dentro de la tienda de campaña mientras volvía a examinar al rubio. Ya lo había comprobado un montón de veces. Su compañero no mostraba signos visibles de ninguna herida, y palpándole tampoco detecto ninguna herida interna grave. ¿Pero entonces qué le pasaba? Se había planteado hacerle oler alguna hierba que pudiera hacerle salir de su estado de inconsciencia, pero tenía miedo de que forzándole a despertarse cuando aún no estaba listo para hacerlo le provocara algún daño irreversible.

Estaba pensando en ello cuando vio la mano del rubio tensarse, haciendo su primer movimiento desde que había caído inconsciente.

-¿Zeno? – murmuró el muchacho esperanzado, inclinándose sobre él para examinarle detenidamente.

El rubio apretó los párpados, reaccionando a su llamado, y luego abrió los ojos lentamente fijándolos en el techo de la tienda de campaña.

-Por fin despiertas, idiota – le dijo Yun, mostrando su preocupación a su manera, como siempre -. ¿Te encuentras bien?

Como simple respuesta Zeno se incorporó, mirando a su alrededor confundido.

-¿Dónde estoy? – preguntó el dragón, aparentemente aturdido.

-Estas a salvo, estas en nuestra tienda de campaña – le explicó Yun para luego seguir reprendiéndole, sin prestar mucha atención en ese momento al hecho de que el rubio no había hablado en tercera persona, como era habitual -. ¿Por qué siempre tienes que estar haciendo cosas locas y estúpidas? ¿Tienes idea de lo preocupados que estábamos?

-Perdón, pero ¿los otros dragones están bien? Siento sus presencias un poco extrañas – le preguntó Zeno, pareciendo que ya comenzaba a espabilarse pero aún estaba confundido.

-Claro que sí, están ahí fuera – le respondió el muchacho sin pensar.

-¿Y Hiryuu? ¿Él está bien? – le preguntó Zeno mirándole fijamente a los ojos, completamente en serio.

-¡¿Qué…?! – exclamó Yun sorprendido, sin saber qué pensar, pero no le dio tiempo a terminar su pregunta porque Yona se asomó dentro de la tienda de campaña. Al parecer sus voces habían alertado a los demás.

-¡Zeno! – exclamó la chica completamente feliz, con lágrimas amenazando con salir por el borde de sus ojos -. Estaba tan preocupada. ¿Estás bien? -. Pero el rubio no la respondió enseguida, sino que se la quedó mirando en estado de shock, como si acabara de ver a un fantasma -. Zeno ¿qué…? – comenzó a preguntar la chica confundida ante su reacción.

-¡¿Hiryuu?! – exclamó Zeno por su parte, interrumpiéndola y dejando a los dos jóvenes aún más confundidos -. ¡¿Por qué Hiryuu se ha convertido en una chica?! – preguntó aparentemente escandalizado.

Yona le devolvió la mirada de sorpresa confundida, pero no la dio tiempo a decir nada antes de que todos los demás miembros del grupo también se asomaran a la tienda de campaña por encima de su cabeza, aplastándola levemente contra el suelo en el proceso.

-¿Alguien ha dicho Hiryuu? – inquirió Kija.

-Por fin has despertado, lo que te gusta hacer que nos preocupemos – dijo Jae-ha por su parte.

-¿Estás bien? – preguntó Shin-ah a la vez que Ao le extendía una bellota al rubio desde su hombro.

-¡¿Quiénes sois vosotros?! – exclamó Zeno aparentemente aún más confundido y haciendo que los demás también se sintieran extrañados por su repentina pregunta -. Vuestras presencias son como las de Hakuryuu, Ryokuryuu y Seiryuu, pero no sois mis hermanos dragones. ¿Qué significa todo esto?

-Espera un momento – intervino Yun, siendo el primero en ser capaz de reaccionar -. ¿No nos reconoces a ninguno de nosotros? – le preguntó señalándose a sí mismo y a los demás.

Zeno negó con la cabeza efusivamente, aparentemente ya se había quedado sin palabras por el shock mientras alternaba la mirada de unos a otros confundido.

-¿Amnesia? – preguntó Hak por su parte, igualmente sorprendido.

-¿Qué es lo último que recuerdas? – comenzó a preguntarle el muchacho de forma profesional, como el genio guapo que era.

-Recuerdo estar en el campo de batalla con Hiryuu y los otros dragones, pero todo está un poco borroso en mi mente – le respondió el rubio, sujetándose la cabeza con las dos manos -. Me duele la cabeza. ¿Qué me ha pasado?

-Te cayó un rayo en la cabeza – le respondió Shin-ah tranquilamente, sin pensar.

-¡¿Qué?! – exclamó el rubio estupefacto -. Eso es imposible, habría muerto – declaró totalmente convencido, desconcertando a todos.

-Pero Zeno, ¿acaso no nos dijiste que tú no puedes…? – comenzó a preguntar Kija, pero fue interrumpido por Jae-ha que le tapó la boca para hacerle callar y tomó la palabra.

-No le hagas caso a Shin-Ah-kun, Zeno-kun. A veces nuestro dragón azul dice algunas cosas raras. No le des importancia.

-¿Entonces qué me ha pasado? – le preguntó el rubio de forma insistente, pareciendo cada vez más desesperado -. ¿Quiénes sois vosotros?

-Somos los herederos de los antiguos poderes de los guerreros dragones originales, y la princesa Yona es la actual reencarnación del rey Hiryuu – trató de explicarle Kija, zafándose del agarre de Jae-ha.

-¿Herederos? ¿Reencarnación? – inquirió Zeno, pareciendo aún más confundido.

-No le digas ese tipo de cosas sin pensar, Kija – le reprendió Yun.

-Cierto – concordó Yona -. Además no me termino de creer eso de que soy la reencarnación del rey Hiryuu.

-¿Acaso he viajado en el tiempo o algo así? – se preguntó Zeno por su parte, haciendo caso omiso de sus comentarios.

-Bueno, se podría decir así – reconoció Jae-ha, sin saber bien como tratar a su amigo -. Desde luego tú no eres nuestro Zeno.

-¿Vuestro Zeno? ¿Acaso el Ouryuu actual tiene el mismo nombre que yo? ¿Y dónde está él? – le preguntó el rubio a la vez que trataba de mirar por encima de ellos, como si estuviera tratando de encontrarle con la mirada.

-Bueno… - comenzó el dragón verde, sin saber exactamente cómo responderle.

-Al parecer algo ha provocado que el Zeno de nuestro tiempo y tú os intercambiéis. No nos habíamos dado cuenta antes porque ambos sois increíblemente parecidos, pero parece que ha sido así – intervino Yun, extrañando a todos con su explicación.

-¡¿Qué?! – exclamó Zeno por su parte, impactado -. ¿Cómo ha pasado eso? ¿Cómo puedo volver?

-No lo sé, pero ya averiguaremos cómo devolver las cosas a la normalidad – le respondió Yun tan tranquilo ante las expresiones aún de shock de los demás -. Por ahora basta con que sepas que yo soy la máxima autoridad de este campamento, y te ordeno que descanses hasta que te restablezcas por completo – le dijo con tono severo.

-Está bien – accedió Zeno, levemente intimidado -. La verdad es que aún me duele la cabeza.

-Muy bien, pues entonces acuéstate otro rato en lo que voy a buscar alguna hierba para tu dolor de cabeza – le indicó Yun -. No te muevas de aquí. Shin-ah se quedará contigo para vigilarte, y Shin-ah no le digas nada que interrumpa su descanso, ¿entendido?

El dragón azul asintió levemente ante su petición y Yun salió de la tienda de campaña para hacer lo que había dicho.

Todos los demás se despidieron apresuradamente de Zeno y le siguieron.

-¿Por qué le has dicho esas mentiras, Yun? – le preguntó Yona en voz baja una vez que estuvieron cerca de la fogata, bajando la voz para no arriesgarse a que Zeno les oyera.

-¿Y qué otra cosa tendríamos que haberle dicho? – le preguntó Yun de forma sarcástica -. Tal vez: "Verás Zeno, no hay ningún otro Ouryuu porque tú eres el único Ouryuu que ha existido y existirá jamás porque eres inmortal. Solo has perdido los recuerdos de tus últimos 2.000 años de vida, pero no te preocupes, seguramente te recuperarás pronto porque he visto como te levantabas como si nada unos segundos después de que te cortaran la cabeza delante de mis propios ojos." ¿Te habría parecido mejor que le dijera eso?

El silencio de todos fue suficiente respuesta a su pregunta.

-¿Crees que se recuperará pronto, Yun? – le preguntó Yona preocupada, al igual que lo estaban todos los demás.

-Yo apostaría a que sí – la respondió el genio guapo mientras sacaba hierbas de su bolsa -. Después del otro día le pregunté a Zeno un poco más sobre su poder de regeneración y me dijo que unos segundos después ya no sentía ni siquiera dolor, sin embargo ahora está diciendo que le duele la cabeza. Eso debe ser signo de que su cerebro aún se está recuperando del impacto, puede que a esa parte de su cuerpo le lleve más tiempo regenerarse.

-¿Y mientras se recupera del todo qué hacemos? – preguntó Hak -. ¿Seguimos manteniendo esa loca teoría del viaje temporal?

-Me habría gustado verte a ti tratando de inventarte una excusa mejor – le echó en cara Yun -. Y sí, tendremos que seguir con la farsa. Que le hablemos de su inmortalidad mientras esté en este estado podría provocarle algún tipo de conmoción cerebral permanente. Es mejor esperar a que recupere los recuerdos por sí mismo.

-¿Y si nunca los recupera? – inquirió Kija.

-Pues en ese caso ya pensaremos en algo – razonó Yun -. Por ahora creo que es mejor que permanezcamos en silencio.

-Estoy de acuerdo con Yun – afirmó Yona, aunque aún parecía dudosa -. Es mejor no arriesgarnos a causarle un daño permanente presionándole. Dejémosle que se recupere a su ritmo.

-Así que ya sabes ojos caídos, no más bromas sobre su edad hasta nueva orden – le recordó Hak al dragón verde.

-Siempre me estáis robando la diversión – todos le miraron de forma severa -. Pero si es por el bien de Zeno-kun lo haré – añadió hablando en serio tratando de apaciguarlos.

-Muy bien, pues hasta nueva orden no quiero oír a nadie más hablando del asunto. Zeno podría oírnos sin que nos diéramos cuenta – razonó Yun a la vez que se levantaba con un preparado de hierbas en sus manos -. Voy a llevarle la medicina. Aunque dudo que le sirva de mucho, puede que le ayude algo.

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Hasta aquí el primer capítulo. Espero que os haya gustado.

Llevaba bastante tiempo con esta idea en la cabeza, y por fin he tenido tiempo de escribirla. De todos modos no tengo intención de que este fanfic se extienda mucho, solo tendrá unos pocos capítulos. Ya tengo varías ideas para las interacciones tanto divertidas como dramáticas, tratándose de Zeno y sus recuerdos no puede faltar algo de drama, que van a tener el Feliz Grupo de Hambrientos con Zeno, cuya mente ha vuelto a la época del Rey Hiryuu. Aunque si a vosotros se os ocurre alguna otra idea sois libres de compartirlas conmigo en vuestros comentarios para contribuir al desarrollo de este fanfic. La verdad es que os lo agradecería mucho.

En fin, espero tener pronto el próximo capítulo listo, hasta entonces os animo a leer el resto de fanfics y traducciones que ya tengo publicados y que voy a seguir subiendo.

Nos vemos.