Su voz sonaba extraña para sus propios oídos, como si no le perteneciera, en fin se la había robado Kotori Obake cuando era niño y después de tantos años por fin le fue recuperada.
Su voz era grave, y áspera por no haberla usado en mucho tiempo. Es por eso que seguía comunicándose con notas.
—¿Por qué no hablas? Tu voz fue recuperada—dijo Shiori, mirándolo fijamente, luego de que le entregara una nota, preguntándole si durmió bien.
Suga le entregó otra.
(Mi voz suena extraña)
—Cuando dijiste mi nombre, tu voz no fue extraña —repuso—Vamos, habla—le alentó, esbozando una sonrisa y Suga al mirarla se animó.
Tragó saliva, carraspeó, preparándose. En esos segundos, Shiori no le apartaba la vista aguardando ese momento.
—¿D-De v-verdad... no p-piensas q-que es extraña mi voz? —preguntó hablándole, un rubor leve aparecía en sus mejillas, incomodo al hablar, su mano tapaba un poco su boca por la vergüenza que le produjo.
Su voz era un tono bajo y salió entrecortado. Ese tipo de voz para la muchacha era muy linda, era..—¡De ningún modo! —Exclamó con una sonrisa— Pienso que es sexy.
De inmediato Suga se sonrojó por su declaración, su cara era de un tono rojizo, intentó cubrirse con su palma mientras la otra apretujaba fuertemente los papeles que traía con él. En cambio, la joven tenía los ojos bien abiertos, no pudiendo creer lo que dijo. También estaba ruborizada, pero no con tanta magnitud como el chico.
Suga no creía poder hablar de nuevo. Shiori creía lo mismo... ¿Sexy?
