Esta historia se me ocurrio, ni si quiera se como ni cuando. Pero se que, es comun o algo asi. Asi que me disculpo si esta idea se le haya ocurrido a otro. Pq a mi parecer... Parece que si. xD
Pero estoy de vacaciones, y me prometi no escribir nada hasta tener las continuaciones de mis otras historias pero... Espero que les guste. Y no sean rudos conmigo.
Tiene un poco de Juliette Morillo y las orquideas rojas de Shanghai muy poco, casi nada. Pero debo mencionarlo para recomendar este libro y ahorrarme unos problemillas. Tal vez es su forma de escribir que se me ha pegado con la lectura de su fantastico libro pero, LAS ORQUIDEAS ROJAS DE SHANGAI, Y LOS PERSONAJES DE NARUTO NO ME PERTENECEN.
(Por cierto Kishimoto, la historia del manga va un poco aburrida.)
-Sakura-chan, tenemos que hablar…-
La reciente llovizna que había azotado por varios minutos el deportivo de la preparatoria, le había dejado a su césped verde y gradas con bancos de madera, la humedad impregnada de el olor fresco de la tierra mojada, y el olor de las flores con sus pétalos recién bañados; girasoles, petunias, amapolas, y el pequeño rosal del club de jardinería. Un delicado y embriagador aroma que acariciaba el rostro con cada brisa fría; típicas de la temporada de lluvia.
La húmeda hacia que el cabello se erizara desafiante a la gravedad, pero se las apañaba con un listón verde pastel para recoger aquel cabello de un rosado chillón, unos mechones lograban escaparse, adheridos como molestas sanguijuelas tratando de robar el rubor cansado de sus mejillas, tenia la boca pequeña en contraste con su rostro, como un mohín permanente; del color de una cereza y la textura de una pasa, sus ojos eran de un color jade; grandes e infantiles, pero con pestañas largas y coquetas, se veían desordenadas como una sombra alrededor del parpado debido al y sudor y a la humedad.
Aquel frío-calor que sofocaba aun más rápido que un aire seco, hacia que las sudaderas, húmedas por el sudor se les pegaran al cuerpo como una bolsa de plástico, pero ella tenía discretas curvas y pequeños pechos; redondos y normales. A veces, mientras corría el zapato deportivo flaqueaba y le hacia perder el equilibrio, una y otra vez. Ya iban tres veces, en la práctica. También; el balón cada vez que era pateado se veía quisquilloso entre el barro, haciéndole que desplazarse con el se hiciera complicado y trabajoso.
-¿Qué sucede Naruto-kun?-
-Te quiero Sakura-chan te quiero tanto…
Sonríe. –Yo también te quiero mucho.- Le besa, él esta diferente, lo sabe.
-No.- Dice, apartándole. – No te merezco.-
-¿Naruto-kun?-
-Hinata, Hinata volvió…-
Pateo el balón con todas sus fuerzas; la esfera se vio frágil y peligrosa mientras cruzaba el campo a una velocidad que quería desafiar el sonido. La red atrapo el balón que la portera se había negado si quiera observar llegar. Limpio sus mejillas bruscamente, tanto que su reloj termino rasgando sus mejillas. Sentía su pecho apretado, y en su garganta un nudo le impedía hablar. Era el llanto que escondía celosamente de las miradas sorprendidas de sus compañeras de equipo.
-Uh…-
-Sakura, no lo hagas más difícil por favor…-
-Lo se. Se lo que significa para ti…
-Sakura ¡tu eres mi novia!. Pero Hinata…-
-Hinata es el amor de tu vida…-
-Sakura no es como tú crees…-
Se mordió el labio inferior, y sonrió. O eso intento. Luego alzo su mano, una blanca extremidad delgada y callosa, con dedos gruesos. – ¡Lo siento mucho!.- exclamo y sonó intenso para sus oídos, que todo el día habían pasado en una especie de mute. Luego cruzo el campo a trote. Los diálogos de la noche anterior se repetían en su cabeza, como un disco atascado en un tocadiscos. También, los sutiles gestos de Naruto; su novio, no: su ex novio. El brillo triste en sus azules ojos, sus labios apretados, sus manos grandes y gruesas tomando las de ellas…
Otra lagrima se deslizo, tranquila y sutilmente por su mejilla derecha. Apretó sus labios, y se palmeo las mejillas varias veces. - ¡Bien chicas, muevan sus cuerpos, aun queda mucho que hacer!-
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Cuando el campo estaba solo, le gustaba quedarse. Siempre parecía más grande, y algo acogedor. Empezaba a oscurecer, y hacia un frío que le hacia titiritar bajo su chaqueta; olía a tierra mojada y a sudor. Se había limitado a sentarse en una de las primeras gradas, abrazaba sus rodillas contra su pecho.
Una rubia: su mejor amiga; Yamanaka Ino, se le había acercado hacia menos de media hora, estaba al tanto de la situación, estaba triste también, pero se lo había advertido. Le pregunto que pensaba hacer, y la pelirosada solo se limito a mirarle con ojos hondos y llorosos respondiéndole un sutil: "Ahora solo quiero estar sola", Ino beso su mejilla y se retiro, a mitad del camino su silueta se giro a Sakura, iba decir algo. Pero se arrepintió.
Y entonces llego él. Oh, parecía más hermoso, como si haber terminado con ella le hubiese acentuado en la noche todos sus rasgos perfectos. No estaba solo, pero para ella era como si fuera así. No tenía ojos para más nadie…
No le había visto, y eso hacia que su corazón por cada desbocado latido le hiciera doler el pecho. Sabía que a esa hora, su equipo practicaba; era delantero y uno de los mejores…
Su cuerpo en un apartado y cómodo rincón de las gradas se estremeció.
-Vaya, Sakura. No me digas que esperas a Naruto-kun- Sus puños se tensaron, y se levanto bruscamente... Aquella voz, grave e irónica, tenia la particularidad de pronunciar su nombre con cierto veneno, como si escupiera, o insultara. También, destilaba un olor a perfume caro, que le causaba nauseas, ¿O era su mera presencia?. Seguro las dos. No se rebajo a mirarlo, tomo su bolso y salto las gradas con sigilo. Unos puestos mas arriba, él le siguió, con pasos cuidadosos, que producían un perfecto ritmo. – Porque, te informo si no te quedo claro con tu patético llanto, Naruto y tú… han terminado. ¡Oh no!, él termino contigo.-
- Uchiha Sasuke, ¿Desaprovechando tu oportunidad de estar con Naruto?. Déjame de decirte, yo a ti, que a diferencia de ti, él no es homosexual.- Se giro, encarando a aquel joven alto – 1. 88. – de mirada altanera y cabello negro. Tenia una sutil sonrisa en la comisura de sus labios, -delgados y carnosos, algo pálidos contrastando con su rostro-, elevando una de ellos. Sakura se encontraba 2 puestos más elevados que él, mirando altaneramente su figura centímetros mas abajo que ella.
-No, él esta muy interesado en Hinata-chan, Mi prima. - Alzo una de sus cejas, triunfante, disfrutando el vestigio de tristeza en los ojos de la chica. Había dado en la yaga. –Mi femenina, tierna, y hermosa Prima.- Subrayo, mirando despectivamente el maltrecho cuerpo de la mujer.
- ¿Tu sosa vida social te hace tener sueños húmedos con tu prima, cierto?. – se giro dándole la espalda, evitando – y fracasando estrepitosamente – que las acidas lagrimas resbalaras de sus parpados. Su vista estaba empañada por el dolor, y la ira. Escucho los pasos del moreno, siguiéndole.
Le golpearía, y con suerte al caer por los bancos de las gradas y se rompería el cuello.
- Esa no es forma de tratar a tu senpai. Sakura-chan.- Dijo, con fingido tono lastimero. Sakura bufo, empezando a descender las gradas. Ignorarle, seria lo mejor. Tenia seguro que si hablaba, un nudo de palabras, mocos y lágrimas estallarían, y con Uchiha Sasuke cerca, eso era un suicidio. Sobre todo considerando que varios metros abajo, su novio; ex novio, empezaba a calentar con su equipo: Hombres físicamente esbeltos y altos. Que con la humedad y el frío mantenían sus chaquetas deportivas cuello alto, acentuando una espalda ancha y caderas estrechas.
-Y'o, Sakura-chan.- El cielo empezaba a tomar ese color púrpura con matices de violeta y azul oscuro, las estrellas, puntos de un pincel cuidadosamente usado se empezaban a ver encima de ese matiz de colores y nubes disueltas. Bajo este espectáculo cotidiano; Nara Shikamaru-senpai, el novio de Ino le saludaba con la mano en alto y un andar aburrido; con las manos en los bolsillos y arrastrando los zapatos deportivos. El gesto, detrás de él hizo que Naruto voltease hacia ella.
Su corazón se detuvo, sintiendo eso. Eso que se siente con intensidad en la boca del estomago. Eso que sintió, en su primer juego, cuando metió su primer gol, en su primer beso, en sus primeras caricias intimas; torpes e inocentes. Todo, con Naruto. O Íntimamente relacionado con él.
Su sonrisa le destrozo…
En el lenguaje de las miradas y gestos, que había aprendido con los años había leído en ese engañosamente tierno gesto la palabra: Lastima.
Lastima, eso... ¿Eso sentía por ella?. Lo había leído ayer, bajo una manta de vergüenza en su rostro. ¿Lastima, de nuevo?. Pero prefirió ignorarlo.
-¿Sakura?- Shikamaru le espabilo, solo para hacerle ver un rostro preocupado, desencajado. Una mueca que no le quedaba bien.
-Shikamaru-kun, s-será otro día ¿Si?.- Con un sutil asentimiento. Como el delicado viento que dio vuelo a sus pies, se echo a andar: corriendo, perdiéndose de vista ante los muchachos, que apenas daban nota a su presencia.
-Shikamaru, ¿Qué le has dicho a Sakura-san?- pregunto haciendo un mohín uno de los jóvenes que se estiraba.
Shikamaru le miro, luego a Naruto.- ¿Yo?. Yo no hice nada.-
El mismo muchacho de cejas pobladas se volvió hacia Naruto. Prudentemente, cambio el tema.- Oi, ¿Y Sasuke-kun?.-
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Cuando Sakura llego al metro, sus piernas temblaba y el aire helado le salía de la boca y le secaba los labios, que humedecía constantemente. Sus mejillas mojadas por las constantes lágrimas que caían y era sustituidas por otras le hacían sentir el frío con mas intensidad del que quisiera. Era doloroso.
Mientras caminaba hacia los torniquetes del metro, no pudo evitar ver su reflejo en una de las casillas de referencia.
"Mi femenina, tierna, y hermosa Prima"
En su mente grabado con sangre, sudor, y tierra tenía la voz venenosa de Uchiha Sasuke repitiendo con orgullo a su perfecta prima: Hinata Hyuga. No pudo evitar compararse.
Femenina.
Solía vestirse en ocasiones especiales con vestidos, sencillos y largos. Los que pudieran cubrir su rebeldía de niñez y sus pantorrillas raspadas, y masculinas por el futbol. Pero, sus uñas no revelaban esmaltes de colores brillantes, y su rostro era pálido, aun mas con el frío. Tenía ojeras, y pómulos pronunciados y rasgos extranjeros herencia de su difunta madre española. Eso hacia que sus ojos sutilmente rasgados, fueran un poco mas abiertos en comparación a los asiáticos, y que su iris y su cabello tuvieran esos colores tan exóticos. Detallaba fervientemente su rostro, tocando la marca en su mejilla echa esa misma tarde.
… tierna,
¿Qué podía tener, aquella chica rustica criada con hombres de tierna?. Solía ser ingenua la mayoría de las veces, inocente al no entender algunos conceptos sobre la intimación de Hombres y mujeres. Sus ojos más bien, daban ese aire de curiosidad infantil, algo que con el paso de los años, y golpes de la vida, no perdía.
Hermosa…
-Como sigas mirando así ese espejo, se romperá. Aunque, la humanidad te agradece el gesto de darte cuenta lo horrible que eres.- Los dientes de Sakura chocaron, y su mandíbula se tenso, el reflejo del espejo daba a aquel moreno más tamaño del que ella hubiese querido. De pronto estupefacta se dio cuenta de lo que había echo, o no, ¡De lo que Sasuke Uchiha le había echo!.
Se giro, golpeando el pecho de Sasuke con sus puños, echa furia.
-Eres despreciable, despreciable, despreciable…- Le había bajado estrepitosamente su autoestima, técnicamente había caído en su juego de palabras: inmaduras y cínicas. Y ¡Dios!, ¿Qué tenia bajo esa chaqueta?, ¡¿Concreto?!.
Sasuke le tomo con brusquedad por los hombros, sin esconder la mueca de asco. Sakura intento golpearle, pero sujeto sus manos con una de las suyas, intento darle una patada y encontró su pierna atrapada entre las pantorrillas de Uchiha Sasuke.
-Llamare a la perrera y te llevaran. ¿No querrás volver ahí?. ¡Cálmate!, deja de moverte, ¡Tsk!.- apretó sus muñecas y ella gimió, entre lagrimas y mohines le miro con todo el odio a sus ojos.
Eres despreciable. Despreciable. Despreciable.
Minutos después, se encontraba sentada en un banco esperando el tren que le llevaría hasta su urbanización, junto con Sasuke. Que no paraba de decirle lo patética que era. Luego se hizo un silencio.
-¿Qué haces aquí?, ¿Se averió la limu de tu papi?.- Imito el tono de un niño burgués, con voz nasal. La gente iba y venia al frente de ellos.
-No eres muy difícil de perder de vista, sobre todo con ese horrible color de cabello, y echa mocos.- Contesto, arrogante.
-¿Me estabas siguiendo?.- Pregunto Sakura desconfiada girándose hacia Sasuke. Estaba de perfil, y su flequillo le cubría parte de su rostro. Solo la mandíbula tensa y gruesa se lograba entrever, - nunca lo admitiría en voz alta pero: Igual que un descarado modelo.- ¡Ja!.- soltó ella, y de reojo busco esa mueca de sorna que acompaña a Uchiha Sasuke cuando se dirige a ella.
Pero no había de ella nada.
-¿Qué sucedió?- pregunto ella seria.
El tren con destino a su urbanización llego. Con un ajetreo de gente y propagandas.
-Hinata volvió, porque yo le llame. Yo organice que dejara Francia.- Confeso sin ningún pudor, ni rastro de culpabilidad.
Sakura frunció el ceño. El nudo había vuelto a su garganta.
Hyuga Hinata, era una muchachita hermosa y tierna, que cautivaba con su mirada inocente y su gran… personalidad. Era adinerada, y cuando reía se le marcaban unos hoyuelos en sus mejillas, muy coquetos, es hija de un gran empresario: Hiashi Hyuga, ricos a nivel mundial, con una gran producción de cosméticos y una línea de moda, por la cual los diseñadores mueren para trabajar. Solo los mejores lo logran. Así que no era de extrañar que Hinata siempre estuviera rodeada de moda y elegancia, sin embargo no presumía de ello. Se había ido a Paris, la capital de la moda con su madre, hacia menos de 3 años. Naruto y ella vivieron una apasionante relación. Naruto jamás le perdono el haberse ido. Sin embargo, Hinata no tenia culpa, su primo Neji, se las había arreglado para romper esa relación indigna, delatando a Hinata con su padre. Sasuke Uchiha, su primo lejano, le había traído de vuelta. Y eso significó su ruptura con Naruto, y el terrible sufrimiento del que era presa.
Atónita, observo a Sasuke; tranquilo mientras humedecía sus labios para continuar. – Sabia que Naruto y tu iban a terminar con la llegada de Hinata. Solo adelante el curso de las cosas. – Había tanta tranquilidad en el tono de su voz, que parecía contar un sencillo relato de sus vacaciones.
-¿Por qué hiciste eso?.- balbuceo Sakura, estupefacta.
Otro tren, con el mismo destino del anterior se había detenido justo al frente de los jóvenes. 6 personas subieron. El tren, estaba prácticamente vacío.
-Porque: no me agradas. Y lo sabes bien, eres des…- La mano de Sakura se planto en su rostro, ante la mirada atónita de los citadinos nipones. Con ojos brillantes y rojos por las lágrimas se había parado justo al frente del moreno.
- ¡No tenias ningún derecho!.- Su cuerpo se estremeció ante el sollozo, mientras las personas intentaron retomar su camino, pensando que, solo era una disputa de parejas. - ¡M-me has…!. ¡Tu…!. ¡P-por tu culpa!- sollozo cubriéndose el rostro húmedo con sus manos, una de ellas irritada. – N-no es razón… no lo es…- Se decía en un murmullo distorsionado por las palmas de sus manos.
Retiro sus manos y busco la mirada de Sasuke, ahora estaba frente a ella. Su mirada era oscura, negra. ¡Como necesitaba mirar esos ojos azules mas que nunca!. Pero no, aquel despreciable ser, inmaduro, asqueroso se lo había arrebatado.
-¡Por tu culpa!, ¡Lo perdí por tu culpa!- Le golpe de nuevo en el pecho, Sasuke no hizo nada, como si soportar el suplicio de Sakura le llenara de gozo, como si sus golpes le proporcionaran cosquillas. Sin embargo no sonreía, 0 burla, 0 inmadurez.
Entonces hablo:- Te equivocas.- Hizo una pausa deteniendo los golpes de Sakura.- No puedes perder algo, que nunca fue tuyo.-
Otro tren; el tercero, con destino a la urbanización de Sakura llego. Esta vez, si lo tomo. Cuanto reaunudo su marcha, una pancarta con el rostro de una hermosa occidental promocionaba un labial. Hyuga Night.
Uuf, creo que jamas habia escrito algo tan largo. Espero q ue les hay agustado, el cap2 ya esta casi listo. :D Espero sus reviews, sentada, bajo la lluvia. tenga compasion.
