Disclaimer: Los personajes de esta historia pertenecen a J.K Rowling.

"DESTINADOS A AMARSE"

Prólogo.

Ginny estaba lista para irse a Hogwarts, otro año más qué intentaría conquistar a Harry y esperaba también que le fuera bien en sus clases (sobre todo en la de pociones) Frente al espejo de su habitación se dijo a sí misma. -Ahora sí Ginny, tienes tu arsenal de armas para seducir a Harry, todo es cuestión de seguridad...

Tocaron la puerta, sacándola de su monologo positivo. -Adelante –respondió Ginny volviendo a la realidad

-Buenos días -dijo Ron, mientras entraba la habitación-. Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí, mi hermanita la dormilona está levantada? -añadió con tono de broma-. ¿Y ese milagro?, que recuerde siempre vengo a despegarte las cobijas.

-Pues ya ves, ahora te di una gran sorpresa.

-Ha ha ha, ¿estaré soñando acaso? -dijo Ron.

Ginevra se acercó a él y le puso un pellizco en el brazo. -Si fuera un sueño, no sentirías esto.

-Está bien, está bien -mencionó Ron, sobándose la zona adolorida-. No estoy soñando, ¡pero de verdad esto es un milagro! -Entonces fue cuando se percató que Ginny desprendía un olor a calabaza. -¿Te pudiste perfume? -preguntó sorprendido.

Ginny bajó su mirada un poco avergonzada. -Sí, sí, sí -respondió.

Ron no pudo evitar reír mientras decía: -¿Es por Harry, verdad? -Ella suspiró profundamente afirmando con la cabeza-. Ay Ginny, a veces pienso qué Harry es un completo idiota.

-¿Por qué lo dices?

-Hermana, en serio se nota que aun con los lentes no ve nada bien. ¿Cómo no puede fijarse en una hermosura como tú?

Ginny se sonrojó. -¡Ron!

-No bromeo hermana, eres hermosa y tienes un corazón muy bello. Sólo espero que encuentres alguien que de verdad lo aprecie o que Harry se pueda dar cuenta al fin sólo ten cuidado, no me gustaría que alguien juegue con tus sentimientos.

-Descuida, estaré bien. -Lo abrazó agradeciendo sus palabras y enternecida al mismo tiempo.

-Eso espero.

-Gracias hermano, no sé qué haría sin ti.

Justo en ese momento se escuchó un grito aterrador que provenía del comedor. Bajaron de inmediato a la cocina alertados por el escándalo y se toparon con una escena chistosa. Su madre gritaba mientras se movía de un lado para otro.

-¡Quítenmela, quítenmela!

Tenía una araña sobre su cabeza y los gemelos, George y Fred, se reían sin parar. Ginny fue rápidamente a auxiliar a su madre, fue entonces que se dio cuenta que la araña no era de verdad. Empezó a regañar a los gemelos, diciendo que un día de estos matarían a su madre con sus bromas.

Cuando Molly dejó de temblar, también les dio un gran regaño que para cuando terminó se percataron que ya era hora de irse.

Se despidieron de su madre en la plataforma dándole un beso. Molly no perdió oportunidad de decirles que se portaran bien y cuidarán de su hermana. Los pelirrojos se fueron corriendo al expreso topándose casi entrando con Hermione.

-¡Vaya, creí que no llegarían!

-Lo sé -dijo Ginny.

-Fue culpa de los gemelos, le jugaron una broma a mi mamá -explicó Ron con una mueca. A él no le había parecido tan gracioso, pues aún no superaba su miedo a las arañas.

Entraron a la cabina dónde estaba Harry, el cual sonrió al verlos. Ginny sintió que su corazón le latía rápidamente. Tomaron asiento y platicaron de lo que había sucedido durante el verano. Tanto Hermione como Harry no pudieron evitar la risa y así transcurrió el viaje a Hogwarts.

Ginny había tratado todo el camino de entablar una conversación con Harry, pero con Hermione y Ron interrumpiendo esto había sido imposible, y para colmo él ni siquiera había notado su olor a perfume de calabaza.

-DG-

Una semana después, todo estaba igual que siempre. Harry no se fijaba en Ginny, pero ella sí en él y también notó algo muy extraño. Harry estaba muy contento cada vez que se topada con Cho, una estudiante oriental un grado más arriba que él y dos que ella. En el gran comedor no había perdido nota de las miradas que compartían y Harry siempre que la veía, sus ojos adquirían un extraño brillo y sonreía ampliamente e incluso suspiraba como tonto. Algo que sin duda a ella no le gustaba y que la hacía sentir mal.

Así transcurrieron las semanas hasta que Ginny se encontró en un pasillo con Harry.

"Es mi oportunidad." Pensó animada.

Se acercó hacia él lentamente. -Hola, Harry.

-Hola -respondió sin detenerse, entonces lo detuvo.

-Harry, ¿sabes dónde está Ron? -preguntó. Él no le contestó y ella se percató que miraba más allá de donde se encontraban.

-¡Diablos!

Ginny volteó a ver al otro pasillo y observó con el estómago revuelto como Cho se marchaba.

-Gracias Ginny -dijo con un tono sarcástico.

Era bastante obvio que estaba molesto y eso la hizo sentir aún más mal. -Yo... yo lo siento, Harry.

Él la miró con enojo. -¿Sabes cuánto me tarde para armarme de valor para acercarme a ella? ¡Toda una semana! ¡Y tú lo arruinas en sólo un segundo! -Empuñó sus brazos y se fue caminando por el pasillo.

Ginny se sentía horrible, nada había salido bien. Había hecho enojar a Harry y había perdido la oportunidad de acercársele también, lo había arruinado todo. Las ganas de llorar la envolvieron y por si su suerte no podía ser peor, Malfoy pasaba en ese instante por el pasillo.

-¿Qué pasó tu novio Potter?, ¿no te hizo caso de nuevo? -dijo con su clásico tono para fastidiarla.

Ella se sentía tan dolida por lo que había pasado y por lo que le había dicho en ese momento Draco, que no pensó mucho su respuesta. -¡Cállate cerdo! -gritó.

-¿Qué dijiste?

-¡Te llame cerdo!, ¿algún problema?

Malfoy (que antes de encontrarla no había estado del mejor humor), sentía su sangre correr rápidamente por sus venas, mientras su corazón se aceleraba. Tomó del hombro con fuerza a Ginny y la llevó a un rincón. La besó con un coraje inmenso, ella trató de zafarse, pero no pudo, poco a poco sintió cómo Draco la sometía y por muy loco que fuera, podía sentirse extrañamente excitada.

Fue un beso muy agresivo y pasional, tanto que cuando Draco por fin la soltó, experimentó un inmenso dolor en su labio inferior. Entonces se dio cuenta que entre todo ese jaleo él la había mordido, un hilo de sangre empezó a correr hasta llegar a su barbilla. ¡Cómo se había atrevido!

Malfoy se acercó a ella susurrándole en el oído: -Ahora sí, tienes razones para creer que soy un cerdo. -Y se marchó dejando Ginny un tanto confundida y con una lesión difícil de olvidar.

Aún después que él se perdió de su vista, ella siguió parada en medio del pasillo tratando de entender lo que había sucedido, se tocó el labio son los dedos de su mano derecha y contempló en ellos su sangre rojiza.

-¡Ginny! -Se escuchó una voz a lo lejos llamándola. Ella dejó de contemplar su mano y levantó la vista para percatarse que Hermione corría hacia ella y era lo último que le faltaba en ese momento.

-Te estaba buscando, ¿por qué no fuiste al Gran…? ¡Ginny, ¿qué te pasó?! –exclamó muy exaltada, contemplando horrorizada la lesión.

-Nada, fue sólo un accidente -respondió tratando de cubrir su herida.

-¡Ay Gin!, puedes intentar tapar el sol con un dedo, pero no fusionara.

Ginny la miró un tanto confundida. -¿De qué hablas?

-Es un dicho mugle que leí en un libro, pero eso no importa. Vamos a la enfermería a que la señora Pomfrey te cure…

-DG-

Draco después de su desencuentro con Wesley, se dirigió a los terrenos y se sentó debajo de un árbol, mientras recordaba lo sucedido.

-¿Qué fue lo que hice? ¿Por qué lo hice?

Estas eran las preguntas que rodaban su cabeza. Si bien gran parte de su fama se debía por molestar a los todos los Gryffindor, (especialmente a Harry, Ron y Hermione), pero reconocía que tal vez con la chica Weasley había sobrepasado los límites; se sentía culpable y quería encontrar una manera de disculparse con ella (claro que a su manera y sin que nadie lo supiera).

Pasó la mano por sus labios recordando aquél beso tan apasionado que le había dado a Ginny, se quedó un rato pensado en eso en esa sensación inexplicable que nunca en su vida había experimentado hasta que fue interrumpido por Crabbe, Goyle y Pansy.

-¿Draquito, dónde de estabas?, ¿por qué no fuiste al gran comedor? -preguntó Pansy, sentándose a su lado- ¿Draquito? ¡DRACO!

Él reaccionó y la miró con odio. -¿Por qué me gritas, estúpida? -dijo enojado.

-Es que no me respondías, ¿por qué no fuiste al gran comedor? Te estuvimos esperando.

Desvió la mirada hacia enfrente y vio parados a Crabbe, Goyle. Sin ganas de seguir en aquel lugar y menos con Pansy interrogándolo, se puso de pie.

-¡No fui porque no se me dio la gana ir! ¡No quería que un par de idiotas y una niña boba me fastidiaran la vida con sus preguntas tontas!

Dicho esto se marchó empujando a Crabbe y Goyle para abrirse paso. Ellos se miraron algo confundidos y Pansy se quedó muy sorprendida con la boca abierta.

-DG-

-Hasta madam Pomfrey se sorprendió al ver tu herida que claramente dijo que era "una mordida" que alguien te dio –comentó Hermione con el ceño fruncido, mientras caminaban por el pasillo-. ¿Me dirás quién te hizo esto? –inquirió señalando el parche.

Ginny se detuvo y miró a Hermione fijamente. -¿Si te digo no se lo dirás a Ron?

-De acuerdo –respondió.

Ginevra se quedó en silencio por unos segundos. -Fue Malfoy.

-¡Ese maldito! ¡¿Cómo se atrevió a hacerte algo así?! -gritó y se dio la media vuelta. Empezó a caminar por los pasillos velozmente.

-¿A dónde vas? –cuestionó tras ella.

-A buscar a Ron.

-Dijiste que no le dirías. Hermione, por favor…

Ginny se sintió terriblemente angustiada, pues sabía que si Ron se enteraba de lo sucedido se iba a poner furioso y buscaría a Malfoy para pelear y de ser así las cosas no terminarían nada bien.

-DG-


¿Qué pasará?, ¿Hermione le dirá a Ron?, ¿Y él tendrá piedad de Ginny?

Hola, esta es mi primera historia de Draco y Ginny espero que les guste.

Saludos.