La desesperación de tobias
Para Tobías las cosas no iban para nada bien, su esposa lo dejaba días después del nacimiento de su hijo para irse con su amante, al parecer un mago, al igual que ella y lo había dejado, de verdad entendía que lo dejara, había sido un verdadero imbécil, se había dejado llevar por la miseria y los vicios, pero lo que no lograba comprender es que dejara al pequeño Severus con él, abandonado a un destino cruel, él no tenía mucho que darle, había sido dado de baja luego de un accidente en el ejército y luego la depresión acabo con él, conocer a Eileen Prince había sido como un rayo de luz en la oscuridad y realmente la amaba con todo su ser, pero ya nada se le podía hacer, ella se había ido y jamás volvería
Por días enteros pensó que es lo que podía hacer, no quería mandar a un orfanato a su único hijo, el pequeño no tenía la culpa de las estupideces que cometían los adultos y no debía pagar por ellas, busco trabajo, sí que los busco, cada día salía muy temprano, dejaba a su hijo con una pareja que vivía cruzando el parque y no volvía hasta altas horas de la noche, apenas le quedaba un poco de fórmula de leche para Severus y dinero para pañales, el sobrevivía con las sobras que la familia que cuidaba a Severus le regalaba, no sabía cuanta más miseria podría aguantar su hijo, él era muy pequeño, frágil y enfermizo, debía encontrar trabajo pronto por el bien de los dos
Las semanas pasan implacables y el frio se hacía notar por las noches con más fuerza, aun no encontraba un trabajo definitivo, pero le habían aceptado en un supermercado local para poner las compras de los clientes en bolsas, así podía llevar unas monedas a la casa, las que luego ocupaba para comprar algunos pañales para su hijo, y algunas prendas para vestir para su diminuto cuerpo de dos meses
