Datos:
✖ Título: "Kitsune no Sensō"
✖ Autor: HotaRu YaOiGirL
✖ Advertencias: Slash/Yaoi - Ooc - groserías - la siempre presente falta de ortografía...
✖ Pareja: Sasuke&Naruto&Neji
✖ Disclaimer: Por mucho que patalee, grite y llore, los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto. Hago esto por puro goce y diversión personal combinada con un poco de ocio. Sin fines de lucro, claro está.
~¤~¤~¤~ Kitsune no Sensō ~¤~¤~¤~
Declaración de guerra.
Konoha. Una gran y maravillosa aldea que alberga cientos de ninjas talentosos al igual que clanes únicos y poderosos. La gente vive en paz, los niños ríen y juegan con felicidad mientras los pequeños animales corretean de un lado hacia otro. Y en una de sus tantas calles, una escena muy particular se montaba. Dos ninjas se observaban con miradas frías en sus rostros, el aire entre ellos estaba tenso.
Sasuke Uchiha y Hyuuga Neji. Era realmente extraño, estos dos ninjas pocas veces se veían juntos, tenían el mismo aura frio y misterioso que atraía a cualquiera, con un pasado oscuro que reflejaba las cicatrices en sus fases. Pero fuera de su frialdad había algo más que tenían en común, algo que se les escapaba de las manos, un lazo tan importante que con el solo pensar romperlo les aterraba, y el causante de sus suspiro no era más que el ninja revoltoso del lugar, Uzumaki Naruto.
-¿Qué es lo que quieres para llamarme tan de repente, Uchiha?- cuestiono el pelilargo, cruzado de brazos no muy feliz con la idea de estar perdiendo el tiempo. Como uno de los miembros más importantes de su ahora renovado clan, tenía cosas importantes que hacer y no le sobraba el tiempo como para malgastarlo con el dueño del sharingan, que vaya a saber uno que se traía entre manos.
-Sólo quería dejarte en claro algo. He notado como observas a Naruto y es realmente molesto…- habló el pelioscuro con su voz intimidante y sobrecargada de odio.- Ten cuidado con lo que haces porque no me haré responsable de lo que suceda.
- ¿A qué vienes?- interrumpió el otro, creyendo que había oído mal y que todo aquello no era más que una broma pesada, pero viniendo de esa persona se le hacía extraño.
-Quiero decir… no te atrevas a acercarte a Naruto y mucho menos a ponerle un dedo encima.
-Pues lo siento mucho por ti, pero no pienso alejarme de Naruto solo por tus caprichos.- lo reprocho encarnando una ceja con desprecio.
-¿Acaso me estas desafiando, Hyuuga?- cuestiono adornando sus fases con un dejo de malicia, provocándolo.
-Tómalo como quieras, solo ten por adelantado que no importa lo que hagas…- una pequeña pausa intervino las palabras del pelilargo, quien activo su poder visual en un pestañeo, mirando al Uchiha con el ceño fruncido y las venas bien marcadas alrededor de ambos ojos.- Naruto será mío al final.
Sasuke rió pero sin una pizca de gracia, lo estaban retando y eso lo ponía más que entusiasmado. Estaba impaciente por ver la cara del idiota de Neji cuando se monte al rubio marcando en cada rincón de su cuerpo que este no le pertenecía a nadie más que a él. Lo vería retorciéndose del dolor cuando el mismo Naruto le reprochara, eso sí que sería digno de ver.
-Entonces esta dicho. No hay reglas, el primero que lo lleve a la cama tiene la victoria a menos que Naruto lo rechace, claro está.- y como trascendencia a sus palabras, un par de estrellas tomaron el lugar de sus pupilas, acompañadas por un fuerte tono carmesí como el de la mismísima sangre.
-Que así sea.- dicho esto, ambos poderes visuales se encontraron con el mayor odio, enemistad y rivalidad, dando comienzo así a una muy peculiar guerra entre dos personas que iban a por una.
Uchiha vs Hyuuga; Sharingan vs Byakugan.
Se separaron, marchando cada uno por un camino diferente mientras de reojo se fulminaban, siendo solo testigo de su encuentro el hermoso sol que a duras penas se hacía presente por entre las montañas, provocando que el crepúsculo se notase de un inigualable naranja chillón.
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Caminaba entonando una suave melodía, observando sus alrededores y saludando alegremente a cada persona conocida que pasaba a su lado. Luego de caminar unas cuadras por fin llegó a su destino, corrió hasta el lugar, se sentó en una de las bancas y con una sonrisa de oreja a oreja grito:
-¡Oji-san! ¡Un tazón de ramen, por favor!
A lo que dueño del lugar exclamó feliz de que su cliente más prometedor en toda la aldea se encontrara nuevamente en su restaurante. Minutos después, un gran plato del alimento preferido del blondo fue puesto frente a sus narices, y separando ambos palillos de madera-tras decir un "Itadakimasu"- comenzó a devorar el contenido. Debía disfrutar sus días libres, pues ya habían pasado semanas desde la última vez que gozaba de un buen descanso. Aun le faltaban otras tres jornadas más, pero luego de eso, las misiones y batallas se aparecían a montones, llegando al punto de ser sofocantes. Consumían su tiempo y apenas si le daban para dormir, ducharse y comer, sin contar que en cada una de ellas arriesgaba su vida.
Iba por su decimoquinto bocado, cuando escucho que pronunciaban su nombre a sus espaldas. Pero antes de voltear ya tenía a la persona junto a él, sentado en el asiento próximo.
-¡Neji!- exclamó sin esconder su alegría el joven de mirada cristalina.- ¿Qué te trae por aquí? Pensaba que estabas entrenando como siempre lo haces.
-Me tomé un descanso para salir a deambular por la aldea, cuando note que estabas por aquí.- respondió con una leve sonrisa adornando sus fases, había hallado a Naruto antes que el odioso pelinegro.-Dime, ¿Te gustaría caminar conmigo luego de cenar?
-¿Eh?- pronunció vagamente con el rostro sumergido en lo que quedaba del caldo en el tazón, para luego mirar aquellos ojos grisáceos que le observaban con tanta calidez.- ¡Claro´dattebayo! Las noches libres suelen ser aburridas.- una sonrisa pura e inocente curvo la comisura de la boca del joven Jinchuriki, que provoco un casi inotable sonrojo en las mejillas del Hyuuga. Dio un último sorbo y por fin acabo con su comida, estaba buscando entre sus ropas algo de dinero con que pagar pero el pelilargo se le adelanto.
-Oye Neji, ¿Está bien eso´ttebayo? Digo, yo tenía con que pagar.- preguntaba algo avergonzado el Uzumaki, mientras comenzaban su caminata nocturna.
-Está bien, solo tómatelo como un agradecimiento por acompañarme.- explico el otro observando atentamente la figura de su acompañante.
-Si tú lo dices.- se rindió, no pensaba discutirle, al fin y al cabo le había salvado parte de su dinero.
Era una hermosa noche de verano, en esas que la luna llena se refleja orgullosa en el cielo, adornada con millones de estrellas a su alrededor; en las que brisas suaves del norte se paseaban meneando las hojas de los arboles con suma delicadeza, mientras el aroma de las flores en la oscuridad se esparcía por toda la aldea, deleitando a las personas con sus diferentes perfumes.
Caminaban entre las penumbras por un largo camino que acababa en un pequeño parque con árboles de gran estatura, el césped era fino y delicado al tacto de cualquiera, estaba bien conservado para los niños que acostumbraban jugar allí les sea agradable. Naruto inspeccionaba sus alrededores con una sonrisa, le impresionaba como la villa cambiaba entre el día y noche. Podía notar claramente la paz y seguridad que esta le transfería hasta lo más profundo de sus huesos, llenándolo por completo. Mientras que el joven de mirada grisácea, observaba embobado el perfil de su acompañante. Sus cabellos dorados resaltaban con la luz de la luna al igual que sus celestes ojos, que alumbraban en la noche cual faroles mientras que su blanca sonrisa resplandecía en su rostro dándole una apariencia angelical, pero sus pensamientos no pudieron llegar a mucho mas ya que el rubio se detuvo en seco y la sonrisa tan propia de él desapareció en un instante.
-¿Naruto…?- pregunto extrañado, mirándole con curiosidad.
-Ah, lo siento´ttebayo.- se disculpo alcanzando a su amigo que se había adelantado unos pasos cuando este se detuvo.- Solo que ese árbol… me trae recuerdos.- señalo a unos metros un enorme árbol de tronco ancho color café y hojas medianas con diferentes tonos de verdes opacos.
-¿Recuerdos?- cuestionó nuevamente, al notar que su mirada se tornaba nostálgica y con un dejo de dolor.
-Pues, de pequeño tenía la costumbre de visitar este parque. Siempre estaba repleto de niños y de vez en cuando tenía la oportunidad de jugar con alguien, pero cuando no, me sentaba a los pies de aquel árbol y sentía lo más cercano a un abrazo. Su tronco era tan grande para mí que en esos momentos me abarcaba por completo la espalda y era como si alguien me estuviera abrazando.- hablaba sin quitarle la mirada al enorme árbol y su voz se veía afectaba conforme pronunciaba cada palabra, cosa que Neji no paso por alto, acercándose al blondo por detrás. Paso ambos brazos hasta rodearle la cintura juntando sus cuerpos en un abrazo. -¿N-neji? ¿Qué haces?- pregunto estremeciéndose al sentir la cálida respiración del otro en su cuello.
-Naruto, si este lugar no hace más que entristecerte podemos ir a cualquier otro, no quiero verte triste, sabes.- susurro provocativo en su oído, cosa que provoco un escalofrío que recorrió de pies a cabeza a Naruto. ¿Qué demonios era lo que estaba ocurriendo? ¿Por qué Neji lo abrazaba de tal forma?
-Estoy bien.- aclaro volteándose para observar de frente al Hyuuga y de paso separarse un poco ya que la cercanía lo estaba afectando.- Además, hace mucho que no me pasaba por aquí. Me hace feliz el recordar mi pasado y compararlo con mi presente, con todos los amigos y lazos que he creado… me hace realmente feliz no estar solo.- una pequeña lagrima descuidada resbalaba de uno de sus ojos y rodeaba su mejilla, sabía que ese no era el mejor momento para andar con llantos pero simplemente se le escapo y cayó a su gusto.
El dueño del Byakugan lo miraba asombrado, era la primera vez que veía "llorar" a Naruto y para su gusto era inesperadamente adorable, tanto que su cuerpo se movió a voluntad. Tomo el rostro que portaba aquellos ojos azules entre sus manos y beso el rastro húmedo que la gotita había dejado, mientras que un asombrado Uzumaki observaba sin habla sus acciones. Luego bajo su rostro hasta rozar sus labios en un toque completamente seductor. Lo rodeo con sus brazos una vez más, atrayéndolo de la cintura, pegando su cuerpo para sentir su presencia entre las tinieblas. Poso sus labios en los del blondo y comenzó a degustarlos con placer, hasta que comenzó a impacientarse y con su lengua obligo al otro a abrir su boca para hacerse paso sin permiso alguno y explorarla en toda su cavidad, memorizando y probando cada espacio de esta. El rubio ni siquiera podía liberarse, ya que el pelilargo lo mantenía pegado a él con un firme agarre, además de la impresión por verse asaltado de esa manera en plena noche y fuera de todo, un chico el responsable… uno de sus mejores amigos. Los minutos pasaron y ambos se fueron quedando sin aire, provocando el distanciamiento de sus bocas, a lo que el rubio aprovecho para cuestionar.
-¡Neji! ¡¿Q-que es lo que haces´dattebayo?!- hablaba alterado, con un sonrojo cubriéndole hasta las orejas, mientras se tapaba los labios con su mano. No sabía que pensar ni decir, nunca hubiese imaginado que su amigo pudiera tener tal impulso, fue muy repentino.
-¿Qué es lo que hago, preguntas? Pues, besándote.- respondió cruzado de brazos, encarnando una ceja como si fuera lo más normal del mundo.
-¡De eso ya me di cuenta! Pregunto, ¿Por qué…?- increíble, le costaba trabajo hablar, jadeaba constantemente intentando tomar grandes bocanas de aire para así poder normalizar su respiración.
"No puede ser tan inocente" pensaba el Hyuuga suspirando, debía controlarse o terminaría por arrojarse sobre el Kitsune y este de seguro terminaría rechazándolo, pero es que aquella parte de Naruto acababa por destruirle el autocontrol, se veía tan adorable e ingenuo. No obstante, si cometía algún error allí se lo cobraría caro, ya que el maldito de Sasuke se aprovecharía de la situación y esta de más decir que eso se convertiría en un gran inconveniente. Teniendo eso presente no era más que una excusa por el miedo a que el otro le impugnara sus sentimientos al ser este del mismo género, por lo que sería más conveniente demostrárselo con acciones. Y especulando esto se aproximo nuevamente al dueño de sus pensamientos, ignorando de lleno su pregunta, abrazándolo con ternura y empujándolo con suavidad hasta que su espalda tocara el mullido césped. Dejo que sus manos vagaran, pasando las yemas de sus dedos debajo de su camiseta, elevándola para dejar a la vista el pecho del Jinchiruki, donde los abdominales de su cuerpo formaban pequeñas elevaciones. La respiración agitada y nerviosa del joven blondo se escuchaba a la perfección, destacándose de entre lo oscuro de la noche, mientras que algún que otro gemido se escapaba de sus labios al sentir los insistentes roces de Neji en sus pezones, quien veía como lo poco de su autocontrol se esfumaba en aquellos gemidos.
Dirigió una de sus manos a la entrepierna del que yacía bajo suyo y la acaricio en toda su longitud, masturbándolo suave y lentamente para que no se asustase, pero sabía que no podría hacerlo por mucho tiempo. Lo tenía acorralado, en medio de la noche, con la virginidad del Uzumaki a su merced. Me están poniendo a prueba, pensó Neji con una sonrisa curvando sus comisuras. Comenzó a tocarlo con más rapidez, mientras engullía uno de sus pezones en su boca y lo lamia insistente, pasando sus dientes entre momentos, arrancándole jadeos a Naruto. Continuo tocándolo hasta que lo sintió en sus manos, acerco sus labios a uno de sus oídos, jugando con su lóbulo.
-Naruto, ¿Eres consciente de que te has venido con mis propias manos?- pregunto con tono ronco a lo que el otro se estremeció intentando poner resistencia para que aquello no llegara a "algo más", pero el pelilargo no se lo permitía, estaba completamente acorralado bajo su peso.- ¿Recuerdas el examen de Chunin hace unos años, en el que me sermoneaste en plena batalla? ¿Sabes que gracias a tus palabras soy el hombre que soy ahora? Me libraste de la oscuridad que me envolvía e hiciste que entrara en razón. Desde ese día he pensado en como devolverte el favor y creo que este es el momento indicado, te are sentir como nunca has sentido.-
-¿F-favor? ¡Está bien, no tienes que hacerlo… me basta solo con que te hayan ayudado mis palabras!- decía agitado, con su voz cortada y temblorosa mientras observaba a su alrededor algo o alguien que lo salvara.- Neji, por favor, déjame. Además ya es tarde, quiero ir a casa.- suplicaba.
-¿A tu casa? Pues te acompaño, es peligroso que andes caminando solo por ahí en medio de la noche.- y dicho esto se levanto de encima del rubio y lo tomo de la muñeca, parándolo de un empujón haciendo que quedara pegado contra su pecho, pasando una de sus manos por la cintura del otro, quien quedo de piedra al distinguir entre la oscuridad como se acercaba para tomar sus labios una vez más.
Alejó su rostro para impedir que sus bocas se tocaran, sin embargo Neji lo tomó de su mentón y cuando lo tenía allí, entregado para sí, una voz resonó a unos metros.
-¡Neji-niisan!- se era audible Hinata, llegándose hasta ellos con un pequeño trote.
-Tsk, Hinata.- protesto el de ojos grises en un susurro –el cual fue lo suficientemente alto como para que Naruto lo oyera- y separándose del otro.
"¿Tsk? ¿Acaba de decir tsk? ¡¿Pero de qué rayos se queja?! ¡¿Acaso planeaba llegar a más?! ¡Es un maldito pervertido! ¡Hinata es mi salvación en estos momentos y este cabrón se anda quejando!" Gritaba en su mente Naruto, fulminando con la mirada el perfil del Hyuuga que esperaba de brazos cruzados a que la chica llegara.
-Hinata-sama.- pronunció mirando a la joven con ojos serios.- ¿Qué ocurre?
-Neji-niisan, por fin te encuentro. Tienes que regresar a casa, harán una reunión.- anuncio con su tierna y amable voz. Miro unos segundos a la derecha y se encontró con la azulada mirada del rubio que resaltaba en las penumbras. Un rubor violento la cubrió en instantes al reconocerlos.- ¡Na-naruto-kun!- exclamo avergonzada.- Lo siento… yo… no te había notado.- y dicho esto se quedo observando el suelo para disimular lo rojo de su rostro.
-No te preocupes Hinata, yo ya me iba.- esbozo una de sus sonrisas y lo mas rápido que sus piernas le permitían, dio un salto y desapareció cual ninja.
-¡Oi Naruto!- pronunció Neji pero el otro no dio indicios de regresar, se volvió a la joven que lo miraba. Luego se encargaría del blondo.- Hinata-sama, mejor regresamos, se hace tarde.
-Si…- respondió casi en un murmuro siguiendo al joven de sus mismos ojos, mientras disimuladamente inspeccionaba el lugar por donde el otro había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos.
Por otro lado, el rubio intentaba llegar a su casa lo más rápido se le fuera posible. Por primera vez en mucho tiempo se sentía inseguro en Konoha.
"¿Qué fue todo eso? ¿Por qué Neji me toco? ¡Demonios! ¡¿Qué ocurre aquí?!" pensaba molesto mientras saltaba de tejado a tejado hasta verse frente a la puerta de su casa. Entro a toda prisa, cerró de un portazo y se dirigió a su habitación refunfuñando incoherencias, se quitó los pantalones y así como así de un salto se lanzo a su mullida cama, donde quedó profundamente dormido.
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Despertó gracias a un cálido rayo de sol que le daba de lleno en el rostro. Abrió pesadamente uno de sus ojos y miro el despertador que se encontraba junto a su cama.
"13:00"
Se incorporó en menos de un segundo, tomando el reloj entre sus manos mirándolo como si tuviera algún error o algo parecido.
-¡¿Ya es de tarde´dattebayo?- se preguntaba asombrado. Estaba acostumbrado a levantarse bien temprano para cada una de las dichosas misiones, el madrugar se había vuelto algo de todos los días, por lo que olvidaba como era una buena noche de sueño -con parte del día siguiente incluido-. Estaba seguro que aquellas dos semanas en las que estuvo casi en vela, culpa de un estúpido pergamino de suma importancia que debía ser entregado a toda prisa, eran las culpables, tanto tiempo sin descansar lo habían dejado agotado.
Frotándose con pesadez los párpados, se levantó de la cama para dirigirse al baño en busca de una buena ducha que lo despertara por completo. Se quito su pijama, prendió la regadera y se metió bajo ella, fregando cada parte de su cuerpo. Al salir se vistió solo con unos bóxers y sus pantalones mientras que su torso estaba al desnudo con una toalla adornando su cuello, esos días de primavera eran insoportablemente calurosos, por lo que cuando tenía la oportunidad se quitaba gran parte de su molesta ropa. Y así, con una gran sonrisa mañanera se dirigió a la cocina en busca de una buena ración de ramen.
Mientras esperaba a que el agua llegara a su punto, regresó a su habitación en busca de algo de dinero para cuando saliese de su casa, nunca estaba de más y todo era por si acaso.
-¿Recién despierto, Usuratonkachi?- se escuchó a sus espaldas una ronca voz que le erizo cada uno de los cabellos.
-¡Sa-sasuke! ¡No te aparezcas así´ttebayo!- exclamó mientras veía como una sonrisa de superioridad made in Uchiha, curvaba la comisura de la boca del azabache. - ¡¿Y qué demonios haces en mi ventana?! ¿Qué acaso no sabes que existen las puertas?- agrego al verlo muy cómodo en el marco de esta.
-No es mi culpa que seas tan Dobe como para no sentir mi chakra.- lo burló aun con aquella arrogante sonrisa.- Y entre por la ventana porque se me dio la gana.
-No me digas Dobe, Teme. ¿Y qué es eso de "porque se me dio la gana"? Para tu información maldito Uchiha engreído, esta es MI casa y aquí se hace lo que YO digo, si te digo que te largues, te largas, si te digo que entres por la puerta como persona civilizada, lo haces ¿Entiendes?- indicó señalando punto por punto con un pequeño puchero adornando su rostro.
El dueño del Sharingan dejó escapar una leve risa como respuesta, su Kitsune era adorable en todos los sentidos. Con solo un pequeño insulto comenzaba con sus incoherentes defensivas y sin mencionar sus tiernos morritos que le hacían parecer un niño de apenas cinco años.
Mientras Naruto seguía quejándose y balbuceando tonterías, los ojos de Sasuke se centraron en su cuerpo, su pecho estaba al completo desnudo, deleitando su mirada. Algunas gotas de su reciente baño resbalaban por aquella piel color canela, trazando un húmedo camino desde su cuello hasta sus suavemente marcados abdominales, para luego toparse con las rozadas puntitas que acompañaban ese perfecto y atractivo torso. Comenzó a sentir como sus deseos subían, su reparación se agitaba conforme los segundos pasaban, se relamía los labios reprimiéndose e intentaba desviar la mirada de la persona frente a sus narices, pero le era imposible. Continúo con su detallada observación hasta llegar al moreno cuello adornado por un hilo con una pequeña piedra en su extremo, que resaltaba notablemente y combinaba a la perfección con sus orbes color celeste. Pero se detuvo un momento al notar algo en esa zona. Una muy disimulada marca se hacía presente de un leve tono rojizo y forma circular; en definitiva esta no estaba hecha por culpa de un accidente, no señor. Había que ser idiota para no saber lo que le ocurrió allí a su Dobe, esa endemoniada marca fue realizada por una boca, una boca que con solo imaginar a su dueño le hervía la sangre y despertaban sus instintos asesinos. Se acerco al Uzumaki para así poder inspeccionarla mejor.
-Oye Sasuke, ¿Me estás escuchando?- inquirió al percibir que desde hace unos minutos su amigo no había pronunciado palabra alguna. Luego noto como el pelinegro se acercaba más y mas hasta quedar a solo unos centímetros, invadiendo por completo su espacio personal. - ¿Sasuke?
-Dime, Naruto ¿Quién fue el que hizo esto?- preguntó acariciando el lugar del moretón con su mano, provocando que un escalofrío recorriera de pies a cabeza al ojiazul.- ¿Acaso te encontraste con Hyuuga ayer?
-¿Qué…?- dijo entre un suspiros, ya que la traviesa mano del otro se paseaba desde su cuello hasta su pecho. "¿Cómo sabe Sasuke que anoche me encontré con Neji? ¿Ocurrió algo entre ellos? Y lo más importante ¡Qué diantres hace el Teme tocándome así!"
Con un torpe empujón alejó al azabache, quien aun parecía atontado con aquella insignificante marca.
-¿Cómo lo sabes?- cuestionó sorprendido.
-Sólo fue sentido común.- respondió acercándose nuevamente al rubio, tomando su cuerpo entre sus brazos hasta dejar sus bocas a unos milímetros de distancia.- Pero no quiero que vuelvas a acercarte a él.
Naruto estaba en trance, podía sentir el cálido aliento del pelinegro sobre sus labios, como este se colaba dentro de su boca, degustándolo. Esos ojos negros penetrándole con la mirada más intensa, resaltando entre su pálida y suave piel, combinando a la perfección con su oscuro cabello.
Las piernas comenzaron a temblarle y su respiración a pesarle, su cuerpo se sentía extraño, como si fuera magma lo que lo recorriera y no sangre. El corazón comenzaba a palpitarle cada más rápido, llegando al punto de ser insoportable la presión en su pecho… ahora solo rogaba porque Sasuke no lo notase.
-¿De qué hablas, Sasuke? Neji es mi amigo.- le reprochó la orden con el ceño fruncido pero sin separarse de él.
-No importa, no te acerques a él.- recalcó.
El Uzumaki estaba listo para contradecirle pero no tuvo tiempo de hablar ya que el Uchiha se abalanzó sobre su boca, abriéndola para dejar que su lengua roce contra aquellos deliciosos labios. Cuando el Kitsune cedió apenas, tomo ventaja para entrometerse en la cavidad del rubio, acariciándola en cada uno de sus rincones, memorizando su gusto y temperatura.
Permanecieron varios minutos así, Sasuke disfrutando del momento, intentado contenerse para no montarse a Naruto allí mismo; sabia que más adelante tendría un mejor momento para hacer suyo al blondo, lo enamoraría hasta que se desmorone a su pies y luego vendría lo bueno, pero ahora solo procuraba mantener alejado al imbécil del Hyuuga y manosearlo un poco, marcándolo como suyo. Por otro lado Naruto apenas si entendía la situación en la que se encontraba, "confundido" ni siquiera cubría un cuarto de lo que sentía, estaba en estado de shock, en esos que te quedas como un idiota inservible incapaz de diferenciar una fresa de una sandia.
Sus bocas se separaron en busca de aire. Mientras su respiración regresaba a la normalidad, el azabache tomo oportunidad y dejo que sus manos vagaran por aquel cuerpo que lo embriagaba de forma inexplicable, rozando sus pezones con su mano izquierda y su entrepierna con la derecha. Segundos después la habitación se colmaba de gemidos y jadeos por parte del Uzumaki, quien hacía esfuerzos sobrehumanos para callarlos pero se le era imposible.
Las caricias subían de tono conforme pasaban los segundos… tenía que detenerlo, empujarlo y alejarlo como hizo minutos atrás o las cosas se pondrían feas; se excitaría y la única persona que se encontraba allí para complacerlo era de sus mejores amigos… Sasuke. ¿Acaso iba a acostarse con el Teme? ¡Claro que no! ¿En que estaba pensado, dejándose llevar de tal manera? Debía reaccionar pronto, pero el problema era que sus brazos no le respondían, menos sus piernas y sin contar todo su cuerpo. Aquellas manos que se paseaban libremente por todo su cuerpo sabían cómo hacer su trabajo a la perfección, todo era tan placentero, lo transportaban a otro mundo, lo complacían de tal manera…
Un agudo chillido se escucho de la cocina, haciendo reaccionar al rubio, quien de una vez por todas logro apartarse del pelinegro, y corrió a apagar el fuego del agua hervida.
El Uchiha frunció el ceño y lo siguió molesto. Caminó unos metros hasta que se vio frente a la puerta del apartamento.
-Nos vemos después.- dijo con esa fría voz tan propia de él. -Tengo cosas que resolver.- y sin más abrió la puerta y desapareció, dejando a un muy confundido Naruto.
"¿Qué fue lo que ocurrió?" pensaba aun observando la salida por la que se había ido su amigo "¿Por qué Sasuke hizo eso?... Esta situación… se me hace similar, ¿No ocurrió lo mismo con Neji? ¡¿Qué rayos pasa con esos dos?! ¿Será la adolescencia? O ¿Estarán en celo? ¡Si claro! ni que fuésemos animales..."
-¡Ahhhhh! ¡¿Qué demonios ocurre con las hormonas en Konoha?!
HYG~¤~¤~¤~HYG~¤~¤~¤~HYG~¤~¤~¤~HYG
¡Aquí estoy con un nuevo Fic!
Bien, para serles sincera, no tengo ni la mas remota idea de cuantos capítulos tendrá. Es una simple -muy simple- idea que se me vino de repente cuando estaba comiendo galletas mientras miraba la nieve caer. Veremos cómo se desarrolla, todo depende de mi cerebro pos.
Muchas gracias por leer y espero que les haya gustado. Nos veremos en el próximo capítulo.
» "Porque, sin buscarte te ando encontrando por todos lados, principalmente cuando cierro los ojos." «
HotaRu YaOiGirL
