Syzygy.

Nota: idk qué es esto, perdí el sendero de mi vida en algún punto, may be considered como pedofilia pero no es (?). No tiene línea de tiempo tampoco lol.


Esa noche Peter duerme entre estrellas y galaxias que hasta entonces creía extintas.

Nacidas bajo los impulsos de una quimera que conoció en otra quimera, están. Pues estas se arrastran, suavecitas entre los cabellos que Stephen en secreto acaricia, mientras lo deja dormir entre nebulosas y polvo de estrellas de las que todos venimos.

Allí está, y le repiquetean, como pequeños bichitos que van crepitando entre su piel hasta devorarla y devolverla al polvo que nos vio crecer y nos verá irnos. Pero entre todo el caos universal hay un cálculo, y este se disfraza detrás de todos nosotros y nos hace ver menos letales de lo que somos. Pues estamos en el mundo y venimos a derramar sangre. Stephen puede tratar e intentar atraparlo, de tenerlo entre sus manos y verlo huir entre constelaciones muertas y muertas esperanzas también.

Pero la victoria es contagiosa. Y él aunque codicioso, a veces se toma sus momentos ocasionales de descanso y deja de pensar en la muerte y mutilaciones con tanta regularidad cuando lee. Cuando su mano, explora la cabeza de cabellos ligeramente húmedos y conoce lo duras que son las palabras pues en secreto es su salvador y qué difícil es vivir con los monstruos dentro de su cabeza que lo único que buscan es herirlo y adorarlo de la misma manera hasta que se desgarre y se vuelva todo partículas luminosas y de la misma manera sea una supernova dispuesta a desenterrar los oscuros secretos de su cuerpo y mente como una enfermedad terminar.

Maldita sea, sí que debes tenerme miedo.

Pues Peter está hecho todo de bondad y la luz que irradia ese universo no tan lejano y ese futuro no tan invisible; pero Stephen y sus monstruos, y sus garras maliciosas con tornillos y plaquetas existen antes de que el mundo fuera mundo y es todo lo que era el antes del antes. No puede controlarla villanía dentro de su cuerpo cuando encuentra placer en corromper un poco más, de corromper esa mente con una magia astuta y engañosa que lo engancha. Que lo hace preguntar más y lo hace reír con una finura que sabe, no se merece en la vida.

Pues Stephen lo mira, vestido de verano con sus piernas y brazos de madera y hojas que le dan vida a todo; lo pintan de colores vivarachos y tiene que girar el rostro, fingiendo conocer más del mundo, fingiendo ayudar otros cerebros (cuando el único que necesita la ayuda es él) y esperar a que sus oscuridades mortuorias desaparezcan con la misma rapidez que llegaron.

Y cuando sus labios tocan la piel de la mejilla, entre escondidas y derrotas, puede sentir en él el calor del sol que irradia con fuerza, que viene en un oleaje majestuoso y te abraza hasta envolverte y reconstruir todas esas partes de tu cuerpo que crees perdidas. Ah, qué dicha la que experimenta en ese momento, cuando lo ve viajando entre la oscuridad del universo y su piel se asemeja a un mapa del tesoro que te indica el camino con estrellitas pequeñitas, llevándote al desenlace y el inicio del todo de la misma manera.

Cuando lo ve sonreír, entre sueños, y se acomoda mejor, dejando que se acurruque entre su piel manchada de un negro inmundo y pecaminoso, es cuando peor se siente. Cuando Peter desliza su mano no tan entre sueños y termina tomando los dedos de Strange entre los suyos y el doctor se dice que está perdido, que ambos están tan perdidos en la inmundicia como el diablo lo estuvo una vez.

Se mancha, de oscuridad.